Partida Rol por web

- Ja, las autoridades no pasan al sur de Solanthus...- comenta el tabernero a Selt, respondiendo a las sospechas del cuasi-bardo- Dejadlo aquí; ¿os avisamos si hay novedades?
Por cierto, comenta finalmente- ¿qué pretendéis hacer con ese otro?- pregunta señalando al que ha entrado con Selt, el prisionero tomado en la caverna.

Eh, tú- dice llamando la atención de Selt al no recordar su nombre, aunque más bien se está dirigiendo al grupo- ¿Estáis pensando hacer algo con él o nos lo dejáis a nosotros?- pregunta refiriéndose a él y el otro tabernero quien, en estos momentos trata de evitar que Malon coja un cubo para sacarlo afuera y llenarlo de agua... para tratar de despertar al dormido.

Confío en que vosotros lo entregaréis a las autoridades... A su debido momento, por supuesto, dice Selt con una mirada cómplice. Ahora, el cuerpo me pide descanso. Demasiada actividad para una sola jornada.

-De acuerdo- contesta Huirt mientras coge al otro prisionero por el gaznate para sentarlo en una de las sillas- Que paséis buena noche. Con rapidez y agilidad y después de tomar la cuerda de detrás de la barra (¿qué no habrá allí?) ata al prisionero a la silla y a la mesa al mismo tiempo, sin que éste se queje en ningún momento.

Unos golpes en la puerta de la habitación os despiertan. La imposibilidad de saber si es de día o de noche dada la ausencia de ventanas en estas habitaciones no os da lo que se dice tranquilidad, aunque las elfas parecen llevar un buen rato despiertas.

-Sí, ya va, ya va.- murmura el anciano que se acurruca en una de las esquinas, con la cabeza apoyada sobre la mochila y alejado del resto de los compañeros.

Malon, completamente descansado y desbordante de energía como de costumbre, se levanta, se arregla y baja a la sala, dispuesto a dar cuenta de un desayuno pantagruélico.

Toc, toc, toc...- los golpes vuelven a sonar en la puerta anunciando la hora del desayuno. Será mejor darse prisa si queréis llegar a comer algo.

Agotado por todas las aventuras de la jornada anterior, Selt se despereza y, ante el anuncio de que puede que se agote el desayune, baja raudamente a dar cuenta del mismo.

Amanecer , otro dia mas . Poco a poco comienzan a surgir de nuevo los recuerdos , no solo de lo acaecido el dia anterior , sino la voragine que me recibe cada mañana mientras el sol aparece por el horizonte. Con un leve gesto cierro el grimorio en el que e estado repasando mis conjuros y la teoria magica y me pregunto que nos deparara el dai de hoy a medida que me preparo para bajar a la sala , pero al final vuelvo a perderme en mis imagenes mentales mientras espero que Freya se levante y este lista para que bajemos a desayunar.

Freya, que fue la primera en subir al cuarto, se encuentra en un rincón de la habitación, arrodillada en el suelo y con los dedos de ambas manos entrelazados delante de su pecho, con los ojos cerrados. Susurra palabras ininteligibles que forman una hermosa melodía. Después de unos segundos, coge el medallon que cuelga de su cuello y lo besa, dejándolo caer luego de nuevo a su posición y levantándose.

Se da media vuelta y encuentra a Silva esperandonla. ¿Vamos a desayunar? Sonríe alegremente. Parece que todo lo sucedido el día anterior ha pasado a la historia... al menos lo parece.

Huirt os saluda con alegría cuando bajáis a desayunar, y al parecer ha tenido la amabilidad de separar algo del desayuno en una mesa para vosotros y viendo lo que están haciendo los enanos con el desayuno deberíais estar agradecidos.

El tabernero os sonríe, pero hay algo que os llama la atención pues los prisioneros no están por ningún lado y él no parece estar preocupado de ello.

Esto.... Amigo, ¿qué ha pasado con los bribones de anoche?, pregunta Selt extrañado por no verlos.

La guardia vino hace un par de horas para llevárselos.- contesta el tabernero mientras recoge los restos del desayuno de los enanos quienes, literalmente, han devorado todo. Supongo que no tardarán en ser ajusticiados.

Lo que comenta Huirt era, al menos en las ciudades, un procedimiento común hacía unos años en Solamnia, antes de que llegara la guerra. Pero últimamente los malhechores eran juzgados en el momento, y si había algo que condenar se realizaba como muy tarde el mismo día para no tener que emplear Caballeros en estos casos.

Freya saluda al tabernero Huirt con una muy amplia y alegre sonrisa.

¡Buenos dias! Aparece vestida con una tunica corta que además, lleva una pequeña raja en un lateral, dejando ver el muslo en su totalidad. Sobre la túnica lleva una capa larga que llega al suelo con capucha, aunque no la lleva echada. Su cabello ondea suelto tras de ella, brillando con intensidad. Al ver a Selt sentado en una de las mesas, se dirige hacia él sentándose a su lado.

¡Buenos días, Selt! ¿Has dormido bien? Saluda alegre mientras busca por encima de la mesa qué puede desayunar.

Cita:

¡Ostras! Nunca he visto un ajusticiamiento. ¿Qué se usa por aquí, espada, soga o lapidación?

Un kénder sería más apropiado, piensa para sí Selt, aunque no llega a alzar la voz, no queriendo ofender a su apreciado amigo. Bueno, si no pasa nada, podremos reemprender la marcha en un rato, ¿no? Creo recordar que íbamos a cierto sitio...

Bajo detras de Freya hasta abajo , y me siento a picotear del desayuno hasta que las palabras ajusticiado , soga y espada forman una imagen muy desagradable en mi mente , con cara de asco aparto la comida yme tapo con la capucha para desde la oscuridad de la sombra de la capa lanzarle una mirada de reproche .

Eh, eh... ¡yo no he dicho que los vayan a matar!- contesta el tabernero sorprendido ante las extrañas relaciones (muy habituales) que establece la mente de Malon. No sé qué les harán, aunque sí que es posible...

Con tranquilidad, aunque decididos a continuar la travesía, el desayuno va desapareciendo de la mesa, y para cuando os queréis dar cuenta es tiempo de alejarse de la cómoda taberna.