Partida Rol por web

Malon sonríe y se ilumina la cabaña: ¡Estupendamente! Esto no es nada comparado con la Guerra de la lanza, ¿sabes? ¡Qué tiempos aquéllos! Y como si en el mundo no hubiera preocupación alguna, el pequeño kender se arrebuja en su manta y se queda pronto dormido.

Selt tiene la faz lívida y, aunque ha aguantado con entereza en viaje no tarda en dejarse caer en cuanto encuentran un lugar seco. Aunque la sangre ha dejado de manar de su herida, la tira que utilizaba para mantenerla apretada está completamente empapada de su propia sangre. Es cierto que está bastante débil, pero no pierde el momento de bromear con el alegre kender:
- Sí, qué tiempos aquellos- responde-, en los que al menos sabías dónde estaba el enemigo y los kenders siempre tenían algo más interesante que hacer que rondar por Haven.

Freya, Preocupada, se acerca a Selt y se arrodilla a su lado...

Ven... Toma los hombros de Selt y lo tumba a su lado, haciendo que apoye la cabeza en su regazo. Se inclina sobre él y le besa la frente, para comprobar la temperatura...

Luego empieza a revisar la herida, cambiándole la tira de ropa por otra nueva, rasgando sus propias vestiduras.

Cita:

¡Huy, qué malito que me encuentro y qué poco que me quejo!, dice Malon, entusiasmado al ver los cuidados que proporciona Freya a Selt. Creo que también tengo fiebre.

Freya enarca una ceja y mira a Malon... aunque no tarda en echarse a reír...

No seas malo... ¿no has visto qué cara tiene? Dice, refiriéndose a Selt y a su palidez... Tú a su lado estás como una rosa. Termina, sonriendo amablemente.

Bueno, pero las rosas también necesitan cuidados para no marchitarse, responde impertérrito el kender.

Y prosigue, animado: Y un beso de una bella joven elfa seguro que tiene propiedades terapéuticas.

Selt se sorprende ante los cuidados de Freya, poco propios de una elfa.

Jamás esperaría tal trato de una elfa, aunque si hubiese de hacerlo sería de una qualinesti como ella... ¡y como el Aureo General! ¿Cómo era esa tonada sobre la princesa qualinesti?...

- Pues sí que tiene propiedades curativas-confirma al verse recuperado en gran medida. La herida está ahora casi completamente cerrada, y la presión ejercida es suficiente para evitar que se vuelva a abrir de nuevo-. He de darte de nuevo las gracias Freya. Ya son dos veces hoy las que has canalizado el poder divino para curarme. No sabes cuanto te lo agradezco.- dice finalmente arrebujándose entre las sábanas.

- Si no os parece mal me gustaría descansar un rato antes de hacer la guardia, tal vez la segunda o la tercera.- añade dirigiéndose, exclusivamente, a las elfas y dejando fuera al anciano y al kender, al uno porque ya está roncando sonoramente y al otro porque sabe Paladine qué pasaría si se le dejase a él sólo como protección.

Cunado por fin se estan organizando me coloco en mi posición habitual reflexionando minetras me preparo para meditar y realizar asi mi periodo de descanso.

Freya sonríe tras las palabras de Malon, negando con la cabeza por las ocurrencias del kender... y vuelve a sonreir de nuevo a Selt.

No tienes porqué dármelas... es mi deber. Dejándole intimidad para que se eche a dormir, se levanta y se sienta al lado de Silva... Bien... entonces haré yo la primera guardia... Silva, ¿tú la segunda? Pregunta a la Silvanesti.

De acuerdo, despiértame cuando sea mi turno- responde la silvanesti mientras se acurruca para alejarse lo más posible del agua de la lluvia.

Al parecer nadie más ha decidido prestar atención al lugar donde habéis acampado, pero es obvio que allí ha acampado alguien más en los últimos días y, a decir verdad, por el olor que desprende la zona más interior de la escarpadura sino fue un ejército de gullys fue alguien que llevaba meses sin ducharse (puesto que, como todo el mundo sabe, no puede ser un oso lechuza puesto que estos hibernan en invierno, como la propia palabra indica, y a principios de primavera (esto es, ahora) ya han salido para alimentarse de buena gana después de meses sin probar bocado). Eso y que el viejo tío Saltatrampas hizo mención a ello varias veces cuando estabas tú delante, no puede sino significar que allí estuvo algún minotauro; tal vez por ello haya algo de pelo corto y moreno en el suelo; esperemos que no sea esta su cueva particular...

Estoooo, dice Malon con un presentimiento, puede que no sea una buena idea ocupar esta cueva; estos pelos son de minotauro, y por el olor parece que no hace mucho que ha habido minotauros aquí.

Aunque, bien pensado, reflexiona el kender en voz alta, ver a un minotauro debe ser divertido, y si está enfadado aún más. Hmmmmmm.

- ¿Un minotauro dices? - pregunta extrañada la silvanesti-. Yo no veo ninguno por aquí, aunque ahora que lo dices huele a vaca. Es posible que tengas razón. Aunque éste es un buen sitio, y fuera llueve mucho. Tal vez tardásemos mucho en encontrar algo similar pese a que esto sea una patraña. Yo opto por mantenernos aquí.

Freya se encoje de hombros sentada cerca de la hoguera, con la espalda bien recta.

Sea lo que fuera, ahora ya no está aquí, y algunos de nosotros necesitamos descansar... ¿no? Consulta, mirando a los demás.

Varias horas de guardia pasan internando achicar el agua que entra en la pequeña cueva pues, a pesar de tu excelente visión, las cortinas de lluvia apenas de dejar ver mucho y menos aún oír algo. Al parecer, ahí fuera todo está tranquilo y a ningún mercader le apetece calarse hasta los huesos y, mucho menos, caminar de noche. Es turno de otro seguir vigilando.

¿Seguro que no hay minotauros cerca?, pregunta Selt suspicaz. Prefiere no comentar a sus compañeros que oyó decir a viajeros que, en el Este del continente, eran uno los puntos fuertes de los ejércitos oscuros.

Cita:

Hombre, cerca no lo sé, pero aquí parece que hayan estado y no hace demasiado. apunta el kender. Me pregunto si serán realmente tan altos como dicen.