Partida Rol por web

-¡EMBOSCADA!- Es todo lo que alcanzo a decir cuando una de esas figuras ya está introduciendo el metal en mi cuerpo. Puede que esas cervezas al final fueran más traicioneras de lo que parecían pues mis sentidos habían sido neutralizados completamente. Debería haber sido capaz de sentir que algo iba mal... La herida fue profunda y la blanda armadura de cuero se abrió como mantequilla ante la punta del puñal junto al coro de un grito de dolor. Pongo mi bota contra el estómago de mi atacante y empujo, para separarlo a él de mi junto a su espada de cuerpo. Duele, sin embargo no es momento de lamentarse, así que retrocedo unos pasos a la vez que preparo mi arco rápidamente y suelto una primera flecha que velozmente se dirige a mi atacante.

Toco mi herida y veo mi mano empapada en rojo. La herida es grave y tengo que hacer algo para evitar que empeore.

Estaba distraído pensando en lo parecido que eran esos árboles a los de mi hogar, y de golpe una pequeña espada pasa rozando mi barba.

Automáticamente agarro mi maza y la lanzo de abajo arriba a la cabeza del encapuchado...

-¡¡¡¡AAAAAAAAAAARRRRRRRGGGGGGGHHHHHHHHH!!!! -

Son muchos años luchando contra orcos, y mi cuerpo responde casi sin pensar al ataque.

Con el rabillo del ojo veo que otro de los asaltantes ha conseguido herir a la pelirroja larguirucha. Tengo que machacar rápido a este para poder ayudarla, parece jodida la herida que tiene.

Nos estaban esperando, ¿por qué nos estaban esperando? ¿sabían que ibamos a ir por aquí? Esto es todo lo que pienso mientras uno de los asaltantes salta sobre mí dispuesto a dejar su "firma", lo esquivo por apenas unos centímetros y lo único que consigue es rajar es mi ropa. Demonios, me encanta esta túnica.

No me fijo en mis compañeros, no puedo perder mucho tiempo si quiero acabar con mi enemigo. Me alejo unos metros para poder realizar mi magia tranquilamente y empiezo a entonar un extraño cántico que conozco bien, el hechizo de ataque más elemental, apuntando al más cercano.

Inomagata se ve sorprendida por el asalto, y sin poder mediar gran cosa, sólo consigue retirar a la chiqulla de aquello, para ponerla a salvo. Tal vez, que la lanzase podría hacerle algún daño, pero siempre sería menor que el que le podían hacer aquellas armas. Armas que si afectaron a la curandera.

Esta, sin mediar palabra, intentó responder al ataque, e intentó saber donde se encontraba el resto para poder cubrir su combate. Andaba la primera junto a la nena, así que el primer porrazo fue el suyo. El que encajó, de mala manera. -Ya tengo curaciones que hacer. Pensó desesperada, y no le gustaba lo más mínimo tener que curarse a si misma. Rezaba porque el amigo enano fuera buen luchador y les sacase de esta. Al hombre no le conocía, y no sabía nada de él, excepto que, en su observación pudo percibir que fue capaz de evitar el primer envite de aquella contienda.

Con el bastón que usaba para caminar, intentó responder a aquello, pero ni lo tenía bien asido, ni el hecho de poner a salvo a la mocosa, le permitió centrase en lo que tenía ahora que hacer. Pelear.

El enano pega un fuerte mazazo en la cabeza al bandido que tiene en frente con un golpe seco y éste cae súbitamente al suelo y queda inmóvil.

Shatar tiene que hacer el conjuro rápido, pues les ha pillado de sorpresa, así que lanza un rayo de fuego que va a parar a un árbol y éste comienza a arder muy rápidamente, contagiando a los árboles de alrededor. El humo negro de la combustión comienza a invadir la escena, y todos comienzan a toser. Un espadazo le viene de algún sitio que no espera, y le hace un buen tajo en el pecho.

Mientras tanto la joven sanadora hace lo posible por proteger a la joven, que no parece para nada sorprendida. Forcejea con el bandido pero no logra hacerle nada, ya que él tenía más fuerza que la maga. Cuando se gira la joven está detrás de uno de los bandidos, el que está peleando con Shatar, y en ese momento se desconcentra y recibe un golpe con la empuñadura del arma, que la hace caer al suelo.

Skaoi da una patada al que le ha herido y éste cae de espaldas, al levantarse la flecha impacta cerca del corazón del hombre, que cae de rodillas, aunque no se rinde y golpea una vez más, aunque sin esfuerzo ella lo puede esquivar.

Mi atacante está herido. Gravemente, pero en pie. Peor esta su compañero que tras semejante impacto del enano ha salido volando hacia atrás. El gope fue tan fuerte que me extraña que no haya salido su cabeza despedida. Desde luego no querría tener como enemigo a Bregon, decidido.

Coloco una flecha más reposando sobre la madera del arco, y tenso la cuerda con todas mis fuerzas. La siguiente va dirigida al agresor de Ino. Sin nuestra curandera no tenemos salvación y Shatar parece tener suficiente potencia ofensiva por si solo. Unicamente necesita centrarse un poco más.

La herida duele y sangra, sin embarlo lo principal es acabar con la contienda lo antes posible para poder atender a los heridos y ser atendida.

Visto que el oponente había caído, me lanzo sobre el oponente de Skaoi (ya lo habia comentado en mi anterior intervención)

Ataco con todo al que ha ensartado la pelirroja.

Ino, tras caer de espaldas, intenta con los codos, y dejando su cayado tirado quitarse del medio del "Fregao". Era el momento ideal para empezar a curar, y ella no tendría que ser la prioridad. Además las flechas salían de la compañera, y ella tendría que estar en mejores condiciones para luego, seguir eliminando a los enemigos.

Su concentración, viendo las lucecitas que pululaban por la zona, es sobre ellas, para indicarles que han de curar a la muchacha que hacía en este instante de "artillera".

Porras, que puse D12. PERDÓN.

Olle y si modificas las partida para que nos salga D20 por defecto. Luego siempre sale a parte, si alguien necesita algo, la posibilidad de tirar otros dados.

"Inutil, inutil, inutil" me repito una y otra vez mientras veo como mi fallo llena el campo de batalla de humo. No solo fallo sino que obstaculizo a mis compañeros, Shatar te has lucido...
Además me he llevado un duro golpe, me arde el costado donde me han dado, me aprieto un poco la herida antes de centrarme en el combate.
Intento concentrarme y repetir el hechizo, murmuro su fórmula despacio para no equivocarme sin mirar a nada más

El humo que proviene de la combustión de los árboles es cada vez mayor, así como el incendio, lo que os hace toser y pelear torpemente, sin llegar ni siquiera a golpear vuestro objetivo.

Inomagata tras esquivar al hombre sale corriendo hacia su "artillera" Skaoi, que falla un segundo disparo con el arco. Ésta pone sus manos encima y la chica comienza a recuperar un poco de fuerzas, hasta que la logra recuperar por completo. La herida no sangra y está como nueva, gracias a la sanadora, que se siente ahora más débil por haberse concentrado tanto. El agresor de Inomagata al ver el proyectil lanzado por Skaoi y al no poder alcanzar ahora a Inomagata, pues está detrás de Skaoi le lanza un poderosísimo golpe de espada, que le devuelve una gran herida en el pecho a Skaoi, cayendo al suelo medio-debilitada.

La niña no parece estar por ningún lado ahora, con este humo es complicado verlo claramente.

Shatar está desconcertado, y no logra pronunciar las palabras adecuadas, así que esta vez el hechizo no sale, el enemigo cruza la espada por el torso y le intenta hacer otro corte pero éste golpea la mano del contrincante y desvía la estocada.

Bregonthall no para de toser a la vez que mece su maza, pues el humo comienza a ser espeso.

La magia de Ino llena mi cuerpo y las fuerzas vuelven a mi a una velocidad vertiginosa. El dolor desaparece y me repongo como nueva solo para volver a ver la enorme hoja de una espada abalanzarse sobre mi. Tal vez fuese distracción por la magia, tal vez el humo empezase a interferir con mis reflejos, pero no pude nada más que hacer que quedarme ahí de pie, mientras desgarraba mi pecho para luego caer al suelo, malamente intentando sostenerme sobre la rodilla.

Las manos me tiemblan y están entumecidas. Tanto que no siento siquiera la flecha entre mis dedos ni el arco en mi puño. Trato de lanzar un último proyectil antes de desvanecerme sabiendo que será en vano. Mi vista se nubla del dolor y ni siquiera tengo la certeza de estar apuntando al sitio correcto.
 

Toso y no veo bien. He perdido mi objetivo. Entonces veo que uno de los asaltantes ataca a la pelirroja y le abre un buen tajo en el pecho. Además Ino está detrás de ella bastante debilitada. Por el rabillo del ojo veo que Shatar está pasando por un momento muy complicado. La escena es muy peliaguda.

Alzo mi maza y ataco con todas mis fuerzas al que ha dañado a Skaoi. Debo dejarlo KO o estaremos en serios problemas.

Nos tienen contra las cuerdas, no puedo permitirme más fallos...

Murmuro el conjuro mentalmente mientras me giro hacía mi agresor, cuando me he asegurado de que recuerdo las palabras perfectamente las digo en voz alta, alzando mi voz todo lo que puedo para intentar intimidar a mi enemigo, agito levemente mis brazos para agitar mi túnica y darme un aire más teatral.