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Zol de la primera semana de Zarantyr del 1002 AR en las Tierras Enlutadas (Khorvaire)

Segundo día del año y él ya estaba hasta las cejas de barro y trozos de mutante. Si es que era un hombre mediano tibbit con suerte. Había que reconocerlo, le encantaban las Tierras Enlutadas y su trabajo, que básicamente consistía en vagabundear con sus chicos, machacar mutantes, machacar agentes del Señor de los Filos, machacar no muerto, macha... en fin machacar y explorar ¿Que mas podía pedir un hombre mediano tibbit?

Hacía ya cinco años que había aceptado trabajar para Nueva Cyre, en parte por que queria que Hotred Sellish (o mini-Sellish como le llamaba él) creciese con su gente, pero en parte tambien por que seguía sin recordar gran parte de su pasado y no quería volver con los brelios y terminar currando para Stern. En paz descanse. La rata claro, el gnomo ahí seguía el muy...

Pero bueno, que ahí estaba, con un montón de cuerpos de... ¿Cangrejos? ¿Pulpos? ¿Legamos? Bueno de mutantes feos y troceados. Claro que si aquella lluvia no tuviese ese punto ácido que hacía que le escociese la piel la cosa estaría mejor pero no se podía pedir tod...

- ¡Oye que ese aun se mueve!- Dijo una de las voces, que ya no mandaban aunque seguían hablando sin parar las condenadas.

En cualquier caso tras aplastar la cabeza a ese mutante cabezota... bueno, dicho así no sonaba muy coherente, pero bueno. Lo que decía, tras acabar con el sufrimiento de aquella cosa volvió con la docena de comandos de élite que le acompañaban ese día. Muchachos variopintos, sucios, duros e impresentables, pero eran suyos.

Sangre, sudor y mutantes. ¿Qué más podía pedir?

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Tras un día de celebración, descanso y confraternización con sus hombres por el nuevo año había que volver al "trabajo". No era algo bonito, ni divertido, ni edificante (ni mucho menos seguro)... pero alguien debía hacerlo, y él era una de las personas más adecuadas para ello en todo Khorvaire. No era que tuviera entrenamiento, equipo adecuado y motivación, que lo tenía, era más lo que no tenía; No solo era que no tuviera ni Dios ni patria ni bandera, como decían de los supervivientes de Cyre, es que por no tener no ni tenía pasado (y quien sabía lo que le deparaba el futuro y si tenía uno vista la profecía de Cortbit)... pero como dijo el sabio, quien no tiene nada nada tiene que perder.

Lo que sí tenía era un sentimiento de culpa por haber ayudado (o eso creía) a causar lo que llevó a los Sellish y el resto de la cúpula de Cyre a la locura y que concluyó con la destrucción de una nación a todos los niveles. Breland había hecho su parte en aquella guerra, y estando Stern (el malo) de por medio, seguro que él había tenido algo que ver. O no. La cuestión es que al nivel que se movía, si había permitido que eso ocurriese no podía ser inocente. Sí, Tweek pensaba demasiado (y le iría mucho mejor pensando menos).

- Meto cuchillo, saco tripas. Meto cuchillo, saco tripas... - ... para eso no hacía falta pensar. Como mucho organizar la escaramuza, ocultarse, avanzar sin ser visto... como mucho, saltar sobre un bicho grande. No pensar era bueno, y la rutina de "recuperación" hacía más llevadero el día a día. Pensar era malo, sobre todo cuando pensaba en aquellos a quienes apreciaba (que era a quienes más problemas les podía causar, ya que a su alrededor las cosas tendían a explotar, los monstruos aparecían como por arte de magia y el riesgo de morir se disparaba enormemente). Afortunadamente solamente había un puñado de personas que entraban en esa definición.

Quien más quebraderos de cabeza le daba era el Sellish "pequeño" (aunque siempre fue más grande que él y ya era casi un hombre hecho y derecho gracias al entrenamiento que tenía como parte de su formación). Cuidar de él, darle una educación y hacer de él un buen hombre como el Sellish "bueno" era complicado, sobre todo sabiendo en lo que podría convertirse si tomaba el camino incorrecto... pero era su deber, y lo hacía lo mejor que podía.

Los que menos quebraderos de cabeza le producían eran Leonardo, Raghar y Darsha. El joven artífice porque había demostrado ser mucho más competente y capaz de lo que se podría esperar (y esperaba que le fuera bien en su nuevo puesto en la Universidad Morgrave tras los servicios prestados) y el veterano Cancerbero porque era un hueso más duro de roer de lo que cualquier aberración podría morder. Darsha, por su lado, no podría estar más segura rodeada de altos cargos de la Hueste. Si no estaba segura entre tantas protecciones, el mundo estaba perdido.

Y luego estaba Azurita... la razón por la cual las horas extra para salir a investigar cualquier signo de actividad, buscar a una patrulla que se retrasaba o seguir un rastro eran una buena idea. Afortunadamente había conseguido compartimentar y organizar su cabeza, de forma que en "modo profesional" se concentraba totalmente, así que procuraba mantenerse en ese modo todo lo que podía.

En fin... trabajo, trabajo, y más trabajo. - ¡Oye que ese aun se mueve!

- ¡Mierda!

Una distracción... si es que no se puede pensar. El enfado por bajar la guardia dio paso a una furia artificial acompañada de un ligero brillo en sus brazales (y esta, a un cráneo astillado en pedazos).

- Buen trabajo, caballeros. Misión cumplida, volvemos a casa...

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Zol de la primera semana de Zarantyr del 1002 AR en las Tierras Enlutadas (Khorvaire)

Tras reunirse con su grupo de avanzada Tweek volvió con ellos al campamento Kylo-Bravo o Campamento Jodido como le conocían extraoficialmente los soldados (para diferenciarlo de los anteriores puestos avanzados conocidos como campamentos Mierda, Cochambre, Putada, Pestilente, Vertedero y el, aun inexplicable Casita de Patos). Este era el último puesto avanzado de su cuerpo expedicionario, el séptimo (que no se llamaba así por que hubiesen otros seis, si no por que cuatro habían sido declarados desaparecidos en combate y otro había desertado, así que realmente eran dos) de reclamación. No es que hubiese nada para reclamar en aquella zona, claro. En algún tiempo debió de ser una tierra de granjas bastante idílica, y fértil. Pero los lagos campestres perdían muchos puntos en la escala de monos cuando eran tan ácidos que disolvían metal, olían a carroña y estaba habitados por unas curiosas criaturas mezcla entre moco y oruga con un desarrollado instinto asesino.

En estas disquisiciónes estaba Tweek cuando, a la entrada de Jodido, algo enorme pasó casi rozándole a toda velocidad. Le costó un momento procesar (y varios comprobar) que realmente lo que creía haber visto es lo que había visto. Es decir uno de los bueyes de carga del grupo a la carrera con la cola en llamas y un joven semielfo en su lomo.

Antes de poder tomar una decisión el sonido de un puño haciendo que un montón de dientes huyesen despavoridos de su hogar atrajo su atención hacia la cantina, donde Lunática parece que había conocido a los nuevos reclutas (tres fornidos semiorcos). Bueno por lo menos esta vez no... *ouch*... bueno ese es posible que si estuviese una temporada de baja.

Y entonces se acercó el que faltaba Grimmalkin era un trasgo normal y corriente, excepto por sus gafas, que solía leer libros más gruesos que la... chapa de un titan forjado y que era mago, alquimista y no sabia cuantas cosas. Y como era habitual en Grimmalkin mostraba señales de haber intimado demasiado con algo que ardía. Algo como la tienda de campaña de la que salia en esos momentos.

- Estoooo... Chapucero ¿Sabes algo del fuego de esa tienda?- Pregunto Tweek un momento antes de pensar que realmente no quería saberlo.

- Zi jefe, eztoy pobando un compuezto ignífugo de mi invenzión.- Contestó el alquimista orgulloso.

Cuando llegaron al campamento les esperaba una estampa inigualable; Fuego, animales corriendo en llamas con... ¡¡¿Sellish en la chepa?!!, dientes rotos, Chapucero trabajando en un invento que salía al revés... sí, estaba en casa.

No es que una letrina en el culo del mundo llena de tarados y rodeada de cosas mortales fuera el sueño de su vida ni el mejor lugar para sus protegidos, pero era lo que había. Además, para qué engañarnos... hasta el mejor caserío de la campiña más tranquila habría terminado así si Tweek se quedaba el tiempo suficiente. Si los problemas y la destrucción le seguían, ¿por qué no ir a su encuentro y ahorrarse tiempo y una zona devastada?

Chapucero parecía satisfecho con su invento, ¿para qué quitarle su pequeño instante de gloria?. Lo mejor sería seguir andando, si el puesto aún no había saltado por los aires, no sería hoy el día que lo haría.

- Solo espero que este tarado sepa diferenciar entre ignífugo e inflamable...

Tweek continuó avanzando sacudiendo la cabeza, con una mezcla entre desesperación y orgullo de padre porque su chaval siguiera sus pasos subiéndose a la chepa de bichos más grandes que él cuando dos tigres dientes de sable salieron de la nada y le saltaron encima, derribándolo al suelo

- Chicas, chicas... yo también me alegro de veros, pero necesito respirar para seguir viviendo...

Con su tamaño y agilidad no le costó mucho dar un par de vueltas y salir de debajo del montón de músculo, pelos dientes y garras en el que estaba. Unos arrumacos después levantó la vista en la dirección hacia la que el buey había salido corriendo esperando ver al joven Sellish.

- A nada que se le parezca a su viejo, tendría que ser capaz de aguantar un buen rato encima del bicho y volver sin romperse nada, aunque hay que reconocer que lo del fuego es para un nivel avanzado. Vamos a buscarlo, a ver si le damos una colleja, un abrazo o las dos cosas...

La dientes de sable más vieja se paró y emitió un pequeño rugido y el mediano se paró buscando un odre.

- Sí, es mejor coger algo de agua por si el fuego no se ha apagado, así será más fácil que se calme

Sus hombres ya estaban acostumbrados a que "hablara" con los dientes de sable (la gente normalmente habla con su perro, incluso había un veterano hablaba con una bota vieja de vez en cuando), pero en este caso realmente parecían hacer caso a lo que decía (y él entendía sus rugidos con demasiada claridad). Por eso a nadie le extrañó que los tres se pusieran en camino tras el rastro del buey en llamas llevando algo de agua.

Zol de la primera semana de Zarantyr del 1002 AR en las Tierras Enlutadas (Khorvaire)

Tras “apagar todos los fuegos de su casa” Tweek se dirigió hacía su “centro de mando”, el único edificio permanente de Jodido, una antigua posada de camino que se había mantenido prácticamente intacta y que tenía enormes cantidades de alcohol en su bodega (por lo cual era un objetivo de máxima importancia estratégica dada la pandilla de tarados que gobernaba). Pero por muy tarados que estuviesen seguían siendo SUS tarados.

El sistema ignífugo de Chapucero resultó que funcionaba la mar de bien, solo que el muy tarado lo había aplicado a una caja de cuero y no a toda la tienda. Bueno, al menos lo del chico eran las ciencias no la estrategia.

Lunática al parecer no estaba en una (otra) pelea con reclutas de manos largas, si no en un “cursillo de tácticas avanzadas”. El hecho de que todos aquellos memos hubiesen conseguido memorizar la misma historia le impresionó lo bastante para dejarlo estar.

Y finalmente Sellish, su Sellish, que tenía una defensa a prueba de bomba. Estaba “salvando” al buey tal y como él había hecho en una de las historias que le había contado. Vale cierto, le había contado la historia, le había parecido una buena historia y un buen plan... Lo que le llevo a darse cuenta de que así se veían sus locuras estrategias desde fuera. Volvió a repetirle el haz lo que te digo y no lo que hago, aunque esta vez se aseguro de añadir un “tampoco hagas lo que cuento” y lo mandó a hacer sus ejercicios.

Y cuando ya parecía que las cosas estaban bajo control apareció su asistente con el papeleo. Pensó en escaparse por la ventana, pero estaba cerrada, con pestillo, con ambos. Eso es lo que pasaba por dejar que alguien te conociese... ¡Que te conocía! Aunque tenía sus ventajas se dijo cuando la teniente Alissa Derrin, anteriormente del servicio de inteligencia brelio le beso. Claro que no le hizo tanta gracia cuando le apartó las manos y le señalo el papeleo.

Ya llevaba casi tres años con Alissa como asistente y dos compartiendo cama. Desde que Azurita decidió no acudir al segundo encuentro anual que habían programado por una cita con “don importante”. El tibbit estrujo con fuerza uno de los formularios solo para recordarle quien mandaba. Cierto, él había faltado al primer encuentro, pero eran asuntos de trabajo y de tener varias costillas de vacaciones...

Las crisis se habían solucionado y todo volvía a la normalidad. Lo más curioso es que todo parecía tener sentido y una buena razón para que ocurriera, aunque lo que más sorprendió a Tweek fue la "charla" con Mini-S. ¿Desde cuándo todo iba bien, lo que ocurría tenía sentido y él era una persona responsable? Sin duda el fin del mundo estaba cerca (o por lo menos, algo muy jodido iba a pasar).

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Tweek estaba un poco más ausente de lo normal, así que no lo vio venir - ¿Qué...? ¡Mmmmm!

Rápidamente las manos salieron disparadas, más por instinto que porque supiera lo que hacía, pero parecía que era momento de trabajar y no de otras cosas.

Empezó a revisar uno de los documentos, pero en paralelo estaba pensando en lo que se había recordado a sí mismo. La profecía de Cortbit, la responsabilidad por la cual había perdido la memoria que hacía que no pudiera ser "normal" nunca más... y que tuviera que romper su promesa a los pies de la rampa de acceso del aerobarco aunque le destrozase hacerlo. Era lo que había que hacer.

- Todo va a salir bien - le había dicho el Cancerbero, poniendo su enorme mano en su hombro para darle ánimos, pero ambos sabían que no sería así. Las cosas nunca les salían bien a los que eran como ellos, solamente esperaba que a ella le fuera mejor lejos de ellos, lejos de los problemas que siempre parecían acompañarles (a fin de cuentas, le esperaba un destino tranquilo y a salvo de cosas que estallan). Y sí, parece que le iba bien, que no tenía que preocuparse por acabar el día en pedazos y que estaba rehaciendo su vida... aunque claro, que se fuera con "mister especial" en vez de ir a la reunión del grupo le había escocido más de lo que esperaba y hecho que reaccionara de una forma... poco predecible (o no, si tenía que hacerle caso a la otra voz que afirmaba que lo de liarse con Alissa lo había hecho por despecho más que por otra cosa).

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La atención se volvió a centrar en los papeles y los informes. - "Le rogamos que, dada la cantidad y celeridad que solicitan, cumplimente el nuevo Formulario de tramitación de material médico por vía urgente"... ¿Qué se creen, que lo que hay ahí fuera se dedica a darnos abrazos? - empezó a decir mientras estrujaba el papel. - Será mejor dejarlo para cuando no esté con ganas de traer a uno de esos burócratas a patadas en el culo para que vea de primera mano lo que hay aquí. Será mejor que pasemos al informe de la expedición antes de que me empiece a perder y después revisaremos los de las otras patrullas... ¿Cuándo tuvimos que hacernos burócratas para salvar el mundo? Antes las cosas eran más sencillas...

Mantener la cabeza ocupada era bueno. Pensar en el trabajo era bueno, hacía que no pensaras en otras cosas (lo cual tenía sus ventajas, aunque también sus inconvenientes)... y ahora necesitaba pensar más bien poco. No convenía pensar en el pasado... y cuando se acabara todo el papeleo, tendría que buscarse otra cosa de la que ocuparse.

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Zol de la primera semana de Zarantyr del 1002 AR en las Tierras Enlutadas (Khorvaire)

- Deberías dejarte de orgullos y tonterías e ir a verla ¿Sabes?- Dijo Alissa en cuanto él terminó de revisar y dar su conformidad al último documento. El tono y su expresión eran perfectamente racionales y profesionales pero en algún lugar recóndito de la mente de Tweek se desató una estridente alarma. Por suerte para ambos, bueno seguramente sobretodo para él, llamaron en ese instante a la puerta.

- Jefe, ha llegado un gnomo que dice que quiere verle.- Indicó Barbero, un semiogro que se dedicaba al honesto negocio del bandidaje hasta que se tropezó con él hacía dos años. Y la verdad que había sido un buen fichaje a pesar de su incapacidad para diferenciar el ejercito de una banda... Espera, ha dicho gnomo, en singular ¿Aquí? ¿En medio de las Tierras Enlutadas? Por un momento se asusto esperando que fuese...

- En realidad soy un Correo Real caballero.- Dijo un gnomo joven con un uniforme recargado y emperifollado que parecía apenas algo sucio por el polvo de camino (y considerando que el aguacero de ahí fuera había convertido toda la tierra en kilómetros a la redonda en barro era todo un logro) embutido en el uniforme grana y dorado de los Correos Reales de Gallifar. Un grupo que desde la Última Guerra no se estilaba mucho pero que seguían cumpliendo con ciertas funciones... que seguramente ellos conocían.

- ¿Eh? ¿Como has llegado ahí gnomo?- Dijo Barbero lanzando un rápido manotazo para cogerlo que el gnomo esquivo de forma elegante y fluida.

- Caballero, como le he indicado soy un Correo Real en activo, mi raza o falta de ella no es pertinente.- Comentó el gnomo ignorando con tanta clase el intento de apresarlo del semiogro como el hecho que de caballero tenía menos que la mayoría de mulas o la punta de la espada de Alissa (un momento... ¿Donde tenía guardada una espada?) que se había detenido frente a su nariz.

- ¿El teniente Jonas Tweek del Vigésimo Séptimo de Fuerzas Especiales, actualmente teniente coronel Tweek del Séptimo Cuerpo de Reclamación de Nueva Cyre, también conocido como Tweek, Señor Tweek, Operativo T, Agente Treinta y Seis, Rondador Nocturno, Pelagra y Desconocido?- Preguntó mirando a Tweek como si leyese las instrucciones.

Cuando Alissa dijo las palabras "mágicas" - Deberías dejarte de orgullos y tonterías e ir a verla ¿Sabes? - un observador atento podría haber visto un leve temblor del párpado de Tweek, de los que hacía mucho que no tenía

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Tweek nunca se había alegrado tanto de ver al feo de Barbero - Jefe, ha llegado un gnomo que dice que quiere verle.

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El gnomo empezó a ganar puntos en peligrosidad a cada segundo pasaba. ¿Con la que había caído y estaba casi impoluto tras pasar por un lodazal lleno de cosas deseando merendárselo? ¿Esquivaba a Barbero (que no es que sea el más ágil, pero su mano era casi como el gnomo) sin despeinarse? ¿Ignoraba la espada de Alissa como si no fuera con él?. Pero lo peor de todo, lo más jodido, fue que consiguió llamarle con todos los nombres, cargos, apodos y motes que podía recordar (y alguno más)

- Eeeeeeem... supongo que sí, o al menos la mayor parte de esos nombres que yo recuerde

Las noticias del Correo Real eran preocupantes. No es que a Tweek le preocupara que Stern hubiera muerto (casi se alegraba y tenía que hacer esfuerzos por no salir corriendo a celebrarlo), lo preocupante era que le hubieran invitado a su entierro. Eso eran problemas, seguro... y de primera división. El muy ****ón no podía dejar de meterle en líos ni muerto.

- Supongo que sí, iremos... supongo que hay que salir cuanto antes, ¿no? - empezó a decir todavía intentando asimilar la noticia mientras pensaba si podría llevar a Mini-Sellish (sería una buena oportunidad para que viera mundo y estuviera en un acontecimiento importante, pero el % de problemas con riesgo de muerte parecía que sería demasiado alto, según dijo su Paranoia antes de volver a desaparecer)