Partida Rol por web

Tu gran calma y tu fuerza de voluntad son las que te permiten esta noche seguir con vida. Consigues forzarte a una retirada ordenada, disciplinada y eficiente, en la que no dejes pistas innecesarias a tus rastreadores, en la que te deslizas como un gato sin cometer la estupidez de mirar hacia atrás y que en ese instante rompas una caña delatadora o tropieces con algo.

Te alejas a toda la velocidad que te permite tu cuidadoso paso y cuando por fin te atreves a girar la cabeza, llegando ya a las casas de la ciudad, puedes ver algo de dimensiones enormes, cara de chacal, cubierto de pelaje negro, destrozando la zona de la cosecha en la que estabas cuando el tuerto te señaló. No ves al otro, por lo que sería razonable acabar de salir de la zona por lo que pudiera ser...

Por Ra y por Amon. Estos no son vastagos....o al menos no son vastagos normales.

No puedo detenerme ahora.

Mientras sigo mi camino voy pensando.

Los simbolos de la frente del "principe" parecen estar relacionados con sus poderes. Quizas sean magos o hechiceros poderos o quizas esten relacionados directamente con los dioses. Todos saben de las trifucas entre Osiris y Seth, ademas la forma del "animal" que destrozaba el cañaveral guardaba demasiado parecido con Anubis.

Sin dilacion, con prisa pero sin desesperacion me dirijo hacia el templo de Set. Busco a mi fiel goul para mandarlo a descansar a algun lugar seguro, fuera de la ciudad, pero que no sea mi tumba, por si acaso.

Eso si, antes que me de un pequeño analisis de lo que haya podido observar en lo que llevamos de noche.

Sorprendes a Idogbe agazapado en la oscuridad de un callejón oscuro y estrecho cercano al templo, desde el que se puede mirar con comodidad a la entrada del mismo. Antes de irse a refugiar a un pueblecito cercano en el que reside su tía, que le acogerá, te comenta que a parte de lo tensos que están, no ha visto nada excepcional. Bueno, sí, un tipo vestido raro, un extranjero, que ha entrado en el templo de Set por su propio pie y no ha vuelto a salir. También ha salido un criado del templo, el único que ha visto, hacia el barrio de artesanos y ha vuelto de la misma dirección. Espera, por supuesto, que te agrade la información que ha conseguido para ti y que esto tenga una recompensa...

Un hombre vestido....eso ya es lo suficientemente raro.

-No verias que es lo que traia el criado del gremio de artesanos?

-Bueno! Ahora mismo es mejor que te apresures en abandonar la ciudad, aunque discretamente. Es mejor que vayas por....

Una vez que Idogbe se a ido empiezo a buscar una manera de colarme en el templo o al menos acercarme mucho a el.

En el templo hay una buena vigilancia, de hecho mucho más numerosa y activa que de costumbre: una patrulla alrededor y dos hombres permanentemente ante la puerta, lanzas en mano. Puedes acercarte algo más cambiando de posición, pero eso te pondría en línea directa con la puerta, con lo que alguien especialmente dotado que pudiera ver a través de tus trucos de nosfer-atón, podría llegar a descubrirte.

Estás en esta situación cuando una mujer especialmente esplendorosa, vestida con ropas extrajeras que no disimulan su belleza, se dirige hacia el templo, aparentemene hacia la misma entrada.

Dos extranjeros que llegan al templo justamente en esta noche y un siervo visitando el gremio de artesanos, bueno si Idogbe no vio que llevase nada poco podia llevar ya que desde luego no tenia donde esconderlo a no ser que fuera realmente pequeño.

Creo que entrare en el templo.

Detalles: olvídate del obelisco, falta muuuucho tiempo para que surjan. La sala hipóstila (sala de columnas) no existe como tal, es sólo otro patio rodeado de pequeñas habitaciones. En torno al primer patio básicamente talleres y pequeños almacenes. Todo el conjunto está cerrado por sus propias paredes (en general de adobe) que se alzarían hasta los dos metros o dos metros y medio más el grosor del propio techo, otro medio metro bueno o incluso más. Los techos son planos y ahora mismo hay siempre alguien apostado en ellos (un par por costado). Los pilonos están hechos también de adobe. Sólo la sala más sagrada, la de la estatua, estaría construída completamente en piedra.

En sí no es tan complicado entrar. Con un buen salto te podrías encaramar al techo de los talleres y moverte hacia el patio, pero sobre los tejados hay, al menos, 4 guardias.

Tras observar el templo y los guardia apostados en el techo escojo un punto que este alejado de ellos.

Una vez que la guardia a pie haya pasado, confiando en mis habilidades misticas me acerco a la pared del muro y realizo un salto en vertical para engancharme a la repisa.

Tras el estruendo opto por soltarme y realizar una rapida retirada hasta las sombras de las casas.

La verdad es que no sabes muy bien qué ha pasado, pero es posible te hayas desconcentrado cuando tu mano resbaló al deshacerse entre tus dedos el adobe del vértice y golpeaste duramente contra el vértice. Inmediatamente reaccionaste dejándote caer a la vez que desaparecías de la vista mediante tus disciplinas, pero para entonces un soldado ya estaba gritando: "¡He oído un ruido! ¡Por aquí! ¡Rápido!". Rápidamente te metes en las callejuelas cercanas al templo, alcanzando su seguridad sin que hayan podido siquiera lanzar algo contra ti.

Una vez alcanzada la seguridad de las sombras de las casas colindantes observo la escena. Ellos en medio de su luz y yo en mi oscuridad.

Cuando entenderan que la luz deslumbra y no deja ver la oscuridad

Aun asi este templo debe de estar defendido por potentes hechizos...

Desde las sombras sigo observando el templo. Sobre todo me interesa saber que mandaran a por mi...si es que mandan algo. Esta noche estan bastante tensos asi que la reaccion puede ser...curiosa.

En el mismo tejado por el que trataste de acceder al templo había dos guardias, a los que se les suma rápidamente otro y finalmente el muchacho extranjero, un sacerdote de set y, un poco más retrasada, la dama extranjera. Uno de los soldados está agazapado, todavía examinando el lugar donde se desprendió el adobe. Otros dos están en el borde, tratando de encontrarte entre las sombras de la noche. La patrulla, armada de antorchas, está por la zona buscando entre las casas (una posición no muy lejana pero tampoco muy cercana). No parecen haberse desatado poderes especiales de ningún tipo. O si lo han hecho no te has dado cuenta.

Si a venido todo el mundo. Hasta los invitados. Y eso que no han visto nada, solo un poco de adobe se a desprendido.

Sin moverme de donde estoy mesuro la posibilidad de subir al tejado de la casa que tengo al lado.

Si los soldados se acercan mucho me retirare hacia la parte trasera de la casa y subire al techo. Desde donde, tumbado sobre el mismo, seguire la escena.

Creo que aun faltan "invitados" por llegar.

Mientras te planteas tus siguientes movimientos, puedes observar a los que estaban encaramados en el techo de los talleres hablando entre sí. Uno de los soldados se aproxima al borde y grita, resonando su voz claramente en la noche:

- ¡Hay que encontrar al intruso como sea! ¡Buscad huellas! ¡Detened a cualquiera que deambule por las calles! ¡Registradlo todo!

Vaya! Huellas...

Observo si han quedado huellas visibles que me puedan delatar.

Si es asi me interno hacia la oscuridad, alejandome del templo hasta unas tres casas. Al pasar la tercera casa doblo hacia el lado que me deje mas cerca del templo, paro mas o menos en medio del callejon y de un salto intento agarrarme al tejado. Desde ahi intentare volver hacia el templo.

Si no observo huellas visibles simplemente subire, desde atras, al tejado de esta casa.

Al revisar la última arena que has pisado, con un poco que te fijes, sí que ves las susodichas pisadas. Claro está que en cuanto haga algo de viento desaparecerán, pero eso no quita que ahora sean rastreables. Rápidamente pones en marcha tu plan, caminando y marcando una dirección equivocada y saltas, con más facilidad de la que esperabas, a lo alto de un tejado. Y desde allí vas acercándote, tejado a tejado, de nuevo hacia el templo.

Parece haber todavía bastante movimiento, pero ahora más centrado en las calles cercanas que en el propio templo. Las figuras que antes estaban sobre los tejados de los talleres del templo han desaparecido, sólo quedan dos guardias.

Desde el tejado puedo observar mejor la situacion.

Parece que no he generado demasiado revuelo ni alarma, al menos aparentemente.

Observo si los guardas se percatan de las huellas y las siguen o simplemente estan haciendo ver que hacen algo.

Me fijo tambien el los guardias del techo, estan atentos a los que ocurre abajo o se dedican a vigilar el techo.

El templo tendrá sus buenos 50 o más pasos (metros) de largo, así que dar la vuelta llevaría unos minutos desde tu posición, pero no demasiados. Los guardias del templo, superados por la curiosidad, están vueltos hacia tu dirección, mientras los guardias que inspeccionan las calles lo hacen *demasiado* minuciosa, puede que para dar tiempo a que quien fuera que haya intentado entrar en el templo pueda marcharse...

Me descuelgo por la parte trasera de la casa y empiezo a dar la vuelta al templo. Cuando este el otro lado compuebo que los guardias sigan mas pendientes del otro lado. Tambien me fijo en que no haya nadie escondido por este lado.

Una vez esto esto me acerco de nuevo al templo y repito la operacion anterior.

Salto para agarrarme de la repisa de arriba. Mirar primero cautelosamente lo que hay arriba y luego subir.

Una vez rodeado todo el templo, te encuentras con la otra mitad simétrica del mismo, con dos soldados medio girados, moderadamente atentos, pero mucho menos atentos de lo que deberían, especialmente para poderte percibir.

Trepas, esta vez sin que ceda nada de la estructura y levantas tu nuevo cuerpo sin problemas por encima de esa primera barrera. Los soldados se mueven un poco, mirando aquí y allá, pero sin descubrirte.

Ante ti el segundo patio, desierto, sólo una pareja de guardias más a la entrada del patio, a nivel de suelo. Al otro lado del patio, tambien sobre los talleres, los dos guardias que te descubrieron la primera vez. Unas escaleras de madera conectan los techos de los talleres con el suelo, en el patio.

Concentrándote, alcanzarías a escuchar una conversación de un hombre y una mujer bajo tus pies en una lengua que desconoces.

Muchas coincidencias esta noche. Extranjeros probablemente venidos de lejos, la aparicion en el templo de Osiris, la muerte del faraon.

Las escaleras no me parecen el mejor sistema, suelen ser bastente ruidosas e inseguras. Me acerco al borde del patio interior e intento mirar a ver si veo algo desde arriba.