Partida Rol por web

como dije fue un error de novato. Ese ser llego a la ciudad buscandome y no le di mucha importancia, aún así me comentaron las razones de por que me buscaba y realmente no era conveniente perder mi no vida. cuando le iba a hacer frente mis superiores me mandaron a alguien para que me ayudara. Esa criatura es algo creado por ellos, es como ellos pero más debíl.No me acuerdo del nombre realmente, antes, creo que núnca lo supe...

- Si tu ocupas un cargo en tu templo, ¿son acaso tus señores los altos cargos del mismo? ¿A quién sigues y por que motivo? -

Si, ellos son, en cuanto a quien sirvo, a los sirvientes del supuesto Alfa y Omega. Los sigo por que se me enseño así y ellos nunca me han decepcionado pero no cualquiera puede.

- Creo comprender lo que dices hasta un punto, pero pronto aprenderás que el que sigas a alguien ciegamente no quiere decir que sigas el camino adecuado, pero...para ti ya es tarde, pues portas una mancha que no puede ser purgada...dime...¿te une alguna relación al sumo sacerdote del templo de Enki? -

por naturaleza llevo esa mancha, eso fue algo que no pude elegir, en cuanto a la pregunta no la entendi, tal vez tenga algunos nexos pero no puedo asegurarlo.

- Dime mi buen huesped, ¿que intenciones tienen para con esta ciudad tus señores? -

creo que son obvias, poder y lograr liberar a nuestros verdaderos señores.

- ¿Pretendes decir que vuestro objetivo es despertar del sueño de las eras a vuestros ancestros? ¡¡¡Habla claro ahora...!!! ¿Como pretendeis tal lograrlo y donde se encuentran? Espero por tu bien que hables...hay otros que no son tan amables como yo...con recursos mucho mayores y menos tiempo que perder...te lo aseguro.... - digo de forma sibilante como lo haría un reptil, casi acariciando la idea.

No se nada en ese tema, aún no soy lo suficientemente confiable para saber tal cosa

Repentinamente el ruido de gritos en el exterior os sorprende a ambos. Son los gritos de personas sobresaltadas, presas del pánico, en la calle. El ajetreo parece ir en aumento.

Si tiempo para más estaco el corazón del sacerdote para asegurarme de que se esta quieto, lo cubro de nuevo con la sábana y apago la llama que ilumina la habitación. Acto seguido el silencio se cierne sobre la sala a una orden mental mía. Me aseguro de recoger mis armas y me oculto en la oscuridad en una zona donde pueda sorprender a aquel que intente acceder a la sala...

¿Un rescate? Maldita sea...esto es una ratonera - me digo furioso poe pensar que pueda haber atraido a alguien a mi refugio
- No puede ser Seleku....además seguir mi rastro sólo es posible para alguien con mucho más poder... - pienso mientras los músculos de mis brazos, pecho y piernas comienzan a coger volumen bajo mis ropas.

Desde mi posición espero pacientemente tratando de usar mi instinto para advertir una posible amenaza, todavía tenía a mi favor mi paso por Alamut pero, debería haber sido más cuidadoso...

que es eso?

El asesino, ni corto ni perezoso, coge de nuevo la estaca y con un rápido movimiento la devuelve a "su sitio" paralizándote recién acabada la pregunta. A continuación vuelve a cubrirte con la tela y apaga la llama que iluminaba la habitación. Sólo llegan hasta tus oídos los ruidos y gritos del exterior. Tal vez confíe en que no os vayan a encontrar...

Te regocijas pensando en tu pronto rescate y en la muerte del asesino, pero entonces escuchas un grito de la calle, lo suficientemente alto y cercano como para poderlo entender:

-Hombres de Uruk, dirigíos a las murallas, nos atacan, venid o lo perderemos todo -su tono es amortiguado por los gritos, estar en un sótano y en el interior de una casa, por lo que supones que realmente lo ha debido gritar a pleno pulmón.

Vuelves a colocar la "estaca" en "su sitio", inmovilizando al sacerdote con un hábil y certero golpe justo después de su pregunta. Le cubres con una tela, apagas la luz de la habitación y te concentras para que el silencio acuda a ti. A partir de ese momento ni el más fuerte sonido emitido a tu alrededor podrá llegar a oídos de otros. En cualquier caso, te percatas de tu situación precaria y asciendes hasta la habitación superior para, seguidamente, asomar a la calle.

La ciudad arde. Al menos una parte de ella, cercana a las murallas. Pero las llamas brillan desde esta posición por encima de las casas, así que difícilmente no se propagará por todo. A vuestro alrededor la gente ha comenzado a darse cuenta y corre desesperada de un lado a otro. El caos es creciente. Un hombre pasa gritando por la calle, a todo correr y lanza en mano:

-¡¡Hombres de Uruk, dirigíos a las murallas, nos atacan, venid o lo perderemos todo!!

Con presteza desciendo hacia la cámara nuevamente y tomo todo lo que pueda serme de utilidad envolviéndolo en un gran fardo...armas, compuestos, medicinas y demás. Lo cuelgo a mi espalda y acto seguido despato la figura nomuerta que sigue completamente rígida. La cargo a mi espaldapasando un brazo sobre mi hombro y salimos al exterior.

- No me agradezcas esto...es peor para ti que para mi...tendremos que trasladarnos a un lugar más cómodo...no te preocupes, tendrás compañia... - le digo al sacerdote

Seráq ha perdido poco tiempo para reunir sus pocas pertenencias útiles y transportables. En un par de minutos ya estáis saliendo por la puerta de la casa.

La situación que encontráis en el exterior es caótica: se oyen gritos por doquier, la gente corre por todas partes sin ningún orden. Nada más salir sois golpeados por gente con posesiones a cuestas y muchas prisas, casi haciéndoos perder el equilibrio. En medio de todo esto dos sucesos os llaman poderosamente la atencion: el rugir de las llamas y el chillido agudo de un demonio sobrevolando la ciudad.