Partida Rol por web

La muchacha pensaba - debí traer conmigo algún arma a distancia, que tonta he sido -  mientras gestualizaba con ambas manos los símbolos arcanos de su magia. Sabía que debería luchar cuerpo a cuerpo si no quería agotar toda su magia. Solo faltaba para ello que sus compañeros pudieran esperar a que estuviese lista para la batalla. - Diablos, con estos nervios no puedo concentrarme.

Mientras trataba de detener los golpes que le lanzaban los ogros, Kuzlass volvió a notar una especie de mareo cuya procedencia parecía ser una de las mujeres ogro que estaba luchando contra él. El troll negro comenzó a sospechar que era algún tipo de magia caótica y concentró sus ataques en ella, con la intención de ponerla fuera de combate lo antes posible.

El encontronazo es brutal las armas resuenan sobre escudos y corazas, intentando cada uno de los contendientes terminar con el resto. - Atrás alimaña con aspecto de hombre. Trabados ahora en combate unos sobre otros, no podía dejar de pensar que si las criaturas ganaban, sería nuestros cuerpos los que les servirían de sustento. - Tiempo es ya de que termines extinguido con el resto de tu familia. Alzo la maza para empezar a girarla y con suerte dar un golpe que partiera los huesos del ogro contra el que me enfrentaba. 

 

   Es el turno del guerrero que os acompaña que nunca dijo su nombre y al que para resumir conocéis como el Caballero Negro, abate su maza de bola y cadena con gran precisión, pero el joven ogro mueve con presteza su escudo y el estruendo resuena la sala... y  sonríe de forma burlona al guerrero. Por ahora este duelo sigue en tablas.

   La mujer ogro de más edad después de fallar la barrida se incorpora del suelo pese a tener el abdomen abierto y mostrar los intestinos alza la espada una vez más. No llega a bajarla, pues el gran troll Ur-El-Que-Se-Comió-Un-Escarabajo empuña su alabarda y atraviesa el hombro izquierdo y retira su arma dejando un reguero de sangre. Ha atravesado su cota de malla.

   Pero la mujer sigue sin caer, con un bufido, vuelve a golpearla en el mismo hombro y ahora sí, tras unos segundos, cae al suelo, sin vida.

   Mientras el Gran Troll Negro, acólito de Kyger Litor, iniciado de Gorakiki, lidia con la pareja de ogros, avanzando finta y no consiguen detener su golpe, que acierta en la pierna derecha de la joven mujer ogro. Al tiempo detiene sin problemas su acometida.

 

Transcurriendo el tercer asalto...

   Mientras transcurre este asalto, el elfo dispara una flecha mortífera sobre su blanco, el joven Ses-I. Sus ojos se le abren como platos cuando también esta flecha se astilla sin causarle daño. Otra flecha también rebota en su muslo derecho.

   Mientras Heri-Tik con hinca la rodilla a causa de la herida recibida el asalto anterior. Visto que el Gran Troll ha eliminado a su adversaria, fija su mirada en él, pero tampoco consigue afectarle. Con un rugido de rabia ataca al troll negro Kuzlass a la par que Me-Nie, ambos parece que acertarán.

   El joven Ses-I intenta golpear al acorazado Caballero Negro, pero en vano, no es muy ducho con las armas a sus 16 años. Alza su escudo en previsión del contraataque del guerrero.

Espíritus guíen mis puños ahora que necesito su ayuda. - Mueve ambas manos en un baile ritual y místico invocando la magia de los inmortales de su tierra. Pero parece que en estas tierras tan lejanas y estando en las profundidades de una cueva poco pueden hacer por ella los antiguos miembros de su pueblo. - Ah, no se que hacer, mi magia no está dando resultados. - Extrae de su vaina la espada Jian que porta consigo y se prepara para el inminente combate. - Sigan luchando, los ayudaré en un momento. O al menos eso espero. 

Una de las mujeres ogro había caído al suelo y aunque aún seguía luchando desde el suelo, Kuzlass le arrojó una serie de golpes con su maza, tratando de dejarla fuera de combate. El otro monstruo que se enfrentaba a él le seguía golpeando con la maza, pero el troll negro siguió interponiendo su escudo para protegerse de los golpes. Estaba siendo un combate duro, pero la lucha contra el Caos siempre lo era

Le hubiera gustado parar a morder la garganta de la hembra para así celebrar su victoria, pero le daba asquete, por si había alguna infección del caos y, además, había comido un escarabajo: pudiera ser que las sustancias sagradas lucharan con las impías en sus entrañas, provocando un exceso de gases, o fuegos, o explosiones.

Vamos, que no.

En su lugar prefirió atacar al engendro que ponía a Kuz en aprietos, viendo la torpeza del que atacaba al caballero negro. Fiaba en la resistencia de este último, aunque consiguiera conectar algún golpe. Y Kuz estaba solo contra dos, y era su misión protegerle, así que...

Qué hubiera importado: maldiciendo su suerte, atravesó el aire con un puyazo, sin encontrar caos en su camino. —¡Luz! —(una palabrota en boca de un troll, obvio). —Grrrrrrrr.

Apreté las mandíbiulas de rabia.

-"Malditos ogros!" Rugí.

No podía ser que mis flechas no le hicieran nada, a menos que algún tipo de magia oscura le protegiera. Volví a sacar una flecha del carcaj y disparé de nuevo, a ver si esta vez tenía más suerte.

Aunque el ogro que me había tocado en suertes no parecía ser el mas ducho de todos, estaba claro que sabía defenderse y hasta ahora lo estaba logrando, ... maldita sea, iba a quedar mal ante el grupo ... Una vez mas alzo la maza y la descargo contra el Ogro, esperando que esta fuera la definitiva, pero los hados tenían otros planes. 

   La flecha vuelve a ser desviada por el ogro Ses-I, su piel es demasiado dura, ¿tal vez los otros ogros no sean tan resistentes? El Caballero Negro balancea su maza, pero se desequilibra, quedando expuesto para el siguiente asalto mientras se recompone.

   Los trolls están algo mejor. El troll negro Kuzlass sigue controlando la situación, más o menos. Detiene el golpe del ogro y golpea en el pecho a la mujer ogro que está herida, la mujer araña su pierna con su espada, pero la magia protectora del troll unida a su armadura de plomo rúnico detienen el golpe. El gran troll Ur, llega para ayudarle.

Transcurriendo el cuarto asalto...

   Heri-Tik intenta usar su poder sobre el gran troll, pero algo se apaga dentro de ella y no sólo no parece afectarlo sino que no termina de funcionar correctamente su rasgo caótico. Frustrada, da un tajo con su espada dirigido al brazo del troll negro, pero el tajo no va con demasiada fuerza.

   El joven ogro compensa la dureza de su piel, con su ineficacia, pues falla el golpe pese a que el guerrero acorazado de negro estaba indefenso.

   Mientras, Me-Nie se gira a encararse con el gran troll y lo recibe con un gran mazazo en el brazo izquierdo si no consigue bloquearlo.

   La situación se os pone un poco mejor, pero aún no está decidido.

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RRRRrrrraaaagh. Ur se estaba dando cuenta de que había sido una estupidez utilizar la alabarda. Que contra unos caracoles gigantes del caos quizá hubiera sido útil, pero que ahora debería estar usando su escudo. Ahí venía el golpe... Atacó furioso esperando herir lo suficiente como para que ese ataque no conectara con su flanco desprotegido.

El golpe había fallado por mucho a mi enemigo, y no era lo peor ... pues quizás fuese la vergüenza de mi mal golpe o la ira de los dioses por haberles fallado ... que no era ni capaz de levantar el brazo para reanudar el ataque contra el ogro. - Maldita sea su estampa. 

Cuando por fin Ur-El-Que-Se-Comió-Un-Escarabajo llegó para ayudarle, Kuzlass pudo al fin concentrarse en enfrentarse a un solo enemigo a la vez.

—¡Arrgh! ¡Ya era hora!

Kuzlass siguió golpeando a la mujer ogro, pero su golpe fue innecesariamente potente y falló de forma estrepitosa.

Viendo al Caballero en apuros Zashi no puede esperar más para actuar. Con su espada Jian en la mano lanzó uno de sus conjuros más sencillos. - Caballero cuidado. No dejes que te detenga, estamos contigo. - Y de la punta de sus manos la magia salió disparada hacia el Ogro. - Ahogate sucia criatura. 

La maldita armadura del ogro repelía nuevamente mis ataques, aún siendo certeros. El caballero negro estaba en apuros, ya que había tropezado o hecho un movimiento raro y se había expuesto a que le atacara el rival sin poder defenderse. Cogí dos flechas del carcaj y disparé raudo sobre el adversario, esperando esta vez herirle...

-"Vamos, vamos..." Me dije a mi mismo.

La primera flecha pasó de largo, golpeando la pared de roca. La segunda flecha sí dio en el blanco, aunque no sabía si le habría hecho daño. Si no lograba herirle, lo intentaría con otro adversario, aunque todos tenían buenas armaduras y recios escudos.

   El gran troll no consigue detener el mazazo del ogro, pero su armadura y dura piel aunque por poco, amortiguan el golpe, que ha sido bastante fuerte. Pero al retroceder para detener la alabarda de Ur deja la guardia abierta y el gran troll golpea sin problemas en pleno abdomen del troll, pese a su coraza, empieza a sangrar... pero la herida aunque lentamente, empieza a cerrarse, debe de tener alguna cualidad de regeneración débil. El ogro cae al suelo con las piernas inutilizadas, pero aún consciente. En cuanto al débil golpe de Heri-Tik lo paró Kuzlass sin problemas. La magia de Zashi surte efecto y el ogro al que va dirigida empieza a ahogarse por un humo invisible.