Partida Rol por web

Madeleine puede ver como la condesa deja con un palmo de narices a Du Pui cuando el “nuevo” se disponía a marcharse, la mujer se acerca a este y empieza a hablar con él, pero no tiene mucho más tiempo para distraerse ya que su interlocutor le habla:

Es fácil…los animales y los gitanos se atraen ¿no?... supongo que tras su conversación con Kim le habrá quedado claro que es una adora perros y los gitanos… bueno, ya sabe cómo son… es natural que se atraigan los unos a los otros… de hecho diría que son los únicos clanes de nuestra secta que se aventuran a entrar en los bosques… supongo que buscando a sus amados perritos.

El hombre hablaba claramente de los hombres lobo con cierto desdén, como si fueran seres que no le resultaran importantes, o más bien molestos. A la mención sobre el olor sonríe levemente y dice:

Bueno… la percepción de los que son como Kim es mucho mayor… ella suele decir olor, aunque a veces parece que se refiere a otras cosas… ya en eso realmente no puedo decirle realmente que es a lo que se refería… ya ha visto que es muy peculiar… bueno, como todos los que estamos aquí, ¿verdad? Porque, usted también es muy peculiar ¿verdad?

No paso mucho hasta la hora que habían quedado, allí estaba el señor Thomson con una Tablet y una carpeta, parecía que estaba bastante preparado para la firma del contrato, a su lado una taza de café que estaba vacía, parecía que hacía ya algún tiempo que estaba allí esperando. Pese a ser ya las 9 de la noche y que la ciudad llevaba algunas horas a oscuras el lugar estaba bastante animado con movimiento de jóvenes

Parecía que el comentario de Rose hizo enfadar a la pareja, ambos se ponen de pie molestos y se acercan a ella, es el chico el que habla en ese momento:

Tu zorra, ¿te crees muy importante con tus pintas y tus tonterías?... ¿sabes, yo he estado en el trullo por cargarme a una como tú?

Termina diciendo en un tono amenazador, Rose puede ver como la calle está bastante desierta, la chica le mira con una amplia sonrisa mientras dice:

Te vas a quedar… toda tu vida… la cosa es que tu vida va a ser muy corta

Ambos se acercan, el chico saca una pistola que apunta a Rose y dice:

Se acabó… te vamos a hacer lo que nos dé la gana y después te vamos a tirar por ahí

Rose escucha unos tacones y puede ver como a su lado como aparecida de la nada está la chica de la noche anterior, Mara con los brazos cruzados sin decir nada pero mirándola de reojo

El hombre mira a las dos mujeres con una amplia sonrisa, ambas sienten una sensación extraña, de gran atracción, no llegaba a ser atracción sexual, pero casi, como si quisieran estar con el, era como una luz para los insectos, ese hombre sin duda era atrayente. Bram les da la mano una por una y ambas pueden notar como tiene las manos heladas:

Es un placer señorita… por favor llámenme Bram…

Tras el saludo y la presentación a Nora da un par de indicaciones a los técnicos y dice:

El señor Du Pui se ha tenido que entretener con un asunto urgente, pero debe estar al llegar… como ve estamos ultimando los detalles técnicos para su actuación… si lo desean mientras llega el señor Du Pui pueden tomar lo que deseen.

La mujer asiente a las palabras de Mikael:

Si estás conmigo no tendrás problemas, pero por si acaso… para disparar, apunta a donde quieras que vaya la bala… no apuntes a la cabeza ni nada así porque no vas a saber… apunta simplemente al cuerpo y agárrala con fuerza, no es como en las películas

La mujer sigue caminando mientras escucha las palabras de Mikael, ante su pregunta sonríe y dice:

Digamos que me gustan más otro tipo de armas… esa es para los principiantes… sobre el seguro, esta puesto, esa palanquita de al lado pon el candado abierto y estará el seguro quitado.

La mujer se queda en silencio de pronto, pero Mikael puede ver una leve sonrisa en su rostro, delante de ellos hay dos personas, son los dos policías que habían ido a su casa, con las armas en las manos uno de ellos dice:

Alto… ese tipo viene con nosotros…

Mara suspira profundamente y dice:

No… creo que no

El tipo apunta a Mara con su arma y dice:

No tenemos nada contra ti, pero te mataremos si es necesario… el chico se viene con nosotros sí o si

Mara mira de reojo a Mikael y dice mientras con tranquilidad saca un arma de su gabardina, realmente son dos Sai:

Bueno, parece que tu primera practica empieza pronto

Cierro la puerta dando un portazo enorme.

"¿Por qué todo el mundo tiene que mirarme?" pienso para mí arrastrando aún la tensión del día anterior.

Me doy cuenta que he hecho una pelota a la nota que me ha entregado el mensajero sin leerla. La cojo, la abro y la leo.

"¿Información? ¿Qué tipo de información? ¿Y qué tiene que ver esta tía conmigo?" pienso maldiciéndome por haber querido hacer bien mi trabajo y que haya cruzado en mi camino una señora como esta.

Sólo de pensar en ella siento que mi cuerpo tiembla, y es desagradable.

Paso a la cocina y me hago un café, sólo y sin azúcar; cargado y amargo como yo. Me lo bebo de un trago.

Luego decido seguir mi día normal. Total si voy o no a la cita de esa señora lo puedo decidir luego y yo ya estaba vestida para salir a correr, así que cojo las llaves y salgo de casa.

"Podría aprovechar e ir a ver a Erick" pienso mientras hago mis estiramientos en el parque de al lado de casa.

Luego, comienzo mi ruta. Calle arriba, giro a la derecha, calle abajo, giro a la derecha, calle arriba, giro a la izquierda y calle abajo, llego a casa. 10 km, como todos los días, aunque hoy la angustia me ha hecho que me cueste bastante más llegar a las 10 km.

Entro en casa con la idea latente de aceptar la cita de tan tenebrosa señora.

Nora levantó las cejas, repentinamente sorprendida por el cambio en la decoración. Demasiado clásico en comparación con la antesala que acababan de atravesar, era como si hubieran entrado a otro club. El verdadero club. Lo otro era una mera tapadera para el público normal, de andar por casa, el tipico local de moda para la gente joven. El verdadero centro, la parte importante y en la se acuñaba la fama o la caida de quien actuaba alli, era aquella habitación. Se respiraba en el ambiente, mucho más acorde con el estilo de su madre, allí no estaba fuera de lugar. Aquel era un sitio apropiado para ella y para su música, sí que lo era.

Sus ojos siguieron la dirección que le marcó el comentario de su madre y, cuando divisó al tipo aquel, un único pensamiento se instaló en su mente.

"¿Por qué leches no me he arreglado mucho más?"

Conforme él hablaba y más lo miraba, más sorprendida estaba. Nunca habia conocido a nadie que fuera como aquel tipo. Era como si lo hubiesen sacado de una revista de moda, encima fuera agradable y educado, con carisma y no un mero cuerpo diez, y se lo hubieran puesto delante. Si, vivian en Nueva York, donde se suponia que tipos como aquel habia a patadas pero siempre tenian que andar por barrios por los que Nora no se movia, por que nunca se habia cruzado con un tipo así. Hasta ese momento.

Acertó a decir un hola tímido en respuesta a su saludo y supo que acababa de mirarlo con cara de boba. Miró a su madre, esperando a ver que decía. Era su noche, que ella decidiera como actuar.

Según me iba volviendo consciente de algunas cosas, las palabras de Alexandra se volvían cada vez más lejanas aunque no llegaban a desaparecer del todo. A pesar de todo, lograban calar en mi. 

"Vuestra bestia interior teme el fuego, es una de las cosas que más teme..."

Apreté mi mano con más fuerza contra mi pecho, buscando casi con urgencia aquello que había notado ausente.

"Porque si, estáis muertas."

Nada. Allí no se notaba nada. No se movía nada. De pronto el pánico me invadió y subí la mano por mi pecho hasta mi garganta como buscando aire. Aire que por lo visto tampoco necesitaba porque mi pecho tampoco hacía el dramático vaivén que debería estar haciendo en una situación como esta.

¿Qué estaba ocurriendo allí? No era conocedora de todas las drogas del mercado ni mucho menos, pero no había oído hablar de ninguna que provocase tales efectos. ¿Podía ser algún tipo de alucinación?

No... El miedo a aquella llama había sido demasiado real.

Por primera vez no era capaz de encontrar una respuesta científica que explicase qué estaba pasando. Tenía que haberla, ¿verdad? Siempre la había. ¿Pero entonces por qué no la encontraba? Siempre la había encontrado.

¿Qué puede causar que el corazón deje de latir y que los pulmones dejen de funcionar? La muerte. Pero entonces, ¿cómo es posible que esté en pie? 

Vampiros. La palabra antes pronunciada por Alexandra había vuelto a mi mente. Pero no puede ser. Esas cosas no existen.

- Los vampiros... -pronuncié, al fin, aún sin creer demasiado en lo que decía- técnicamente... pueden regenerarse, ¿verdad? Rápido quiero decir. 

Si la respuesta era afirmativa sólo tenía que hacerme un corte, nada dramático y que pueda curarse fácilmente, para comprobar que aquello que decía eran meras locuras.

Tras su intento fallido de salir del gran salón (y sabía que a partir de ese momento no iba a tener otra oportunidad) realizó una leve reverencia a La Condesa.

- Lamento no haberme presentado, pero andaba un poco perdido y agobiado de tanta multitud de gente y todo el glamour que desprenden, así que tenía intención de despejarme un poco. Sin contar que esta no es mi fiesta sino la de Madeleine. - Tras dar la explicación dio paso a su presentación. - Soy Jeremy Battier, aunque supongo que ya debéis saberlo, porque aunque yo no conozca ni a la mitad, al parecer todos se han dado cuenta de mi presencia - mientras señalaba a Du Pui con la cabeza - y por lo visto no he caído con gracia a todos aunque desconozco el motivo. -

Jeremy estaba alerta ante lo que pudiese ocurrir en todo momento, ya que los avisos que había recibido sobre La Condesa no eran nada buenos, y valía la pena ir con cautela pero demostrando que no sentía miedo.

- Veo que Mara no la ha acompañado a la fiesta. Cuando la vea dele recuerdos de mi parte. - Sabía que con ella no le serviría realizar otra reverencia y largarse cuanto antes. Quizás se lo tomaría como un insulto y temía las consecuencias que pudiesen ocurrir.

La concertista no pudo sino sonreír ante la evidente reacción de su hija, tan parecida a la que ella misma había tenido, al conocer al interesante y atractivo Mr. Thompson. El hombre era extrañamente seductor, de un modo tan poco convencional que aún impactaba más. Azoraba más.

-Bram, de acuerdo. Prefiero dejar a un lado las formalidades, sobre todo si esta noche vamos a trabajar codo con codo para complacer a nuestro anfitrión. Sarah y Nora entonces, y tuteémonos, si te parece bien. 

A pesar de lo que él le había dicho en el ensayo, era evidente que Sarah era mayor que él. No acababa de comprender la lógica de lo que habían hablado ayer, pero lo dejó a un lado. Estaba allí para impresionar con su arte, y pensaba hacerlo.

-En ese caso, me ceñiré al programa que he preparado. Supongo que es ir a ciegas, no conociendo los gustos musicales del Sr. DuPui, pero si le ha gustado lo que ha escuchado de mí, entonces puedo arriesgarme. Un poquito. ¿Qué tantas piezas quiere él que ejecute? Es decir, ¿cuánto tiempo tengo para mi debut en la sala?

Eran cosas que parecían insustanciales, pero no lo eran. Si esperaban de ella un concierto de cinco minutos y lo que tocaba duraba una hora, sería un fracaso. Y viceversa. Sonrió, la frialdad de Bram era muy patente, no sólo la de sus manos, sus reacciones también eran distantes. O así se lo parecían a ella. Quizá era culpa de los nervios. Sin embargo, se dijo a sí misma que estaba menos nerviosa de lo esperado. El lugar, acogedor e intimista, el hecho de que no hubiera allí una multitud... Y que se sentía segura, tanto con su violín como consigo misma.

Y con Nora. Ambas estaban resplandecientes con sus vestidos de gala, sus peinados cuidados, y las joyas breves y elegantes. Nada fuera de lugar, nada faltaba, nada sobraba.

Bien, sí... faltaba el amo de la noche. DuPui.

Las palabras de Mara tranquilizaron un poco a Mikael, quien trató de retener la información que ella le brindaba sobre la manera de usar el arma.

Lamentablemente, esa tranquilidad duró poco. De pronto, como salidos de la nada para el joven concentrado en la pistola, aparecieron dos policías. Mikael quedó de una pieza ''Son ellos'' alcanzó a murmurarle a su guardaespalda, mientras trataba disimuladamente de quitar el seguro a su arma.

Mara no pareció inquitarse en lo más mínimo. La amenaza era seria, no había dudas. Por otro lado, una chispa de comprensión se encendió en su mente ''Me quieren vivo ... mi vida no corre peligro, por ahora'' 

Fue solo un instante, mientras veía cómo la joven sacaba dos armas chinas parecidas a tridentes de mano, como en las películas. Era hora de la acción, y aparatosamente levantó su arma, apuntando al policía armado.

- No esta vez, señores.

Llego y le veo, sonrio en tono amable y le doy la mano.

-¿Lleva mucho aquí?-  Le digo un poco avergonzado por si he llegado tarde -¿Un café? Aquí es muy bueno- digo algo tranquilo, me acabo de duchar y voy como siempre vestido como una rockstar.

Quizas la locura invadio mi cabeza por un momento o quizas el echo de que Mara estaba a mi lado me dio coraje, pero estaba claro que era una locura y que no podia salir bien, aun asi de todas formas el chico iba a disparar aunque intentase razonar con el. Mientras estaban distraidos por la entrada de Mara, aproveche para agarrar el arma del chico y quitarsela de las manos, una tecnica que habia aprendido en defensa personal. 

La chica sonríe ante la respuesta de Darren mientras termina de dejar el vehículo, le mira y dice:

Pues es la hora de ir a cenar, así que podríamos ir a cenar, enséñame ese sitio bastante bueno que dices que la verdad me muero de hambre.

Decía la chica mientras terminaba de arreglarse un poco e pelo después de haber dejado el casco debajo del asiento de la moto en el pequeño compartimento para esa función que esta tenia.

La chica dice tras las palabras de Kelly:

Lo siento, pero yo tengo que estar un par de horas más.

En ese momento Hugo aparece y dice:

Perdonad… te tomo la invitación Kelly, así podemos hablar un rato… pero vamos… menuda noche que hemos tenido.

La hora que paso fue en general bastante tranquila y no tuvieron contratiempos, cuando terminaron el turno, el local estaba tranquilo, era un lugar en donde muchos trabajadores iban a desayunar por lo que ese era el ambiente que había, de gente empezando o terminando su jornada

El resto del día paso bastante normal, nada destacable ni reseñable, lo cual en si mismo era bastante extraño, las noticias no hablaron de más atracos como los que ella había estado investigando, solo destacaba la noticia de una bailarina que tras una actuación en el conocido y exclusivo club Terciopelo Rojo había sufrido una lesión y debido a ella había decidido suicidarse, el nombre de la mujer era Madelaine pero no dijeron el apellido.

Alexandra mira a Neylan y dice:

Esta primera noche deberéis pasarla aquí… es más seguro, mañana podréis ir a vuestra casa si queréis, pero a cierta hora tenemos que ir a un lugar, a conocer al príncipe de la ciudad y presentaros a él… digamos que hasta que no lo hagáis no estáis oficialmente reconocidas en la ciudad… y eso es muy peligroso para vosotras

Alexandra observa a Ada con una mirada entre divertida y maternal, parecía una madre que observaba a sus dos pequeñas, una madre sin duda severa pero que aparentemente no tenía problemas en explicar las cosas, sino que más bien parecía disfrutar con ella, tras unos segundos mira a ambas y asiente a las palabras de Ada:

Si… y es más difícil herirnos… puedes recibir varios disparos sin demasiados problemas, por ejemplo, sin embargo, como podéis imaginar el fuego y el sol nos hace mucho daño, pero no solo eso… también las garras de otros vampiros y los hombres lobo nos hacen mucho daño… por cierto si veis un hombre lobo… sabed que estáis en serios problemas

Bram asiente mientras saludaba:

Es todo un placer… el señor Du Pui esta… oh, ahí esta

El hombre señala a un hombre mayor que camina con tranquilidad, desprende elegancia por todas partes, su porte recordaba a los nobles de las películas, esos nobles europeos de las películas de época con grandes posesiones que parecían celebrar fiestas en grandes y lujosos palacios, capaces de reunir a lo más selecto de la sociedad. Al llegar Bram:

Seño Du Pui… ella son Sarah y su hija Norah Williams… estábamos hablando de la interpretación que realizara esta noche.

El hombre se inclina y se dispone a tomar la mano en señal de saludo besándola de forma cortes, el hombre al igual que Bram está bastante frio, pero su mirada es amable y atrayente, aún más que la de Bram:

Madeimoselle… disculpen mi demora… debía atender a los medios por lo sucedido con una artista la pasada noche…

El hombre hecho un rápido vistazo a ambas y con una sonrisa sincera dice:

Están ustedes muy elegantes y son muy hermosas… estoy seguro que su música le hará justicia

La mujer le miraba intensamente a los ojos según iba hablando en un tono de voz tranquilo aunque grandilocuente, sin embargo, no era forzado, más bien parecía que estaba acostumbrada a hablar asi, a que todos le prestasen atención, su forma de hablar parecía algo anticuada:

Es posible que le conozcan de vista como suele decirse… ya que alguien nuevo en nuestra sociedad siempre llama la atención… en cuanto a Du Pui… es un hombre que se centra en la belleza exterior de las cosas, pero que no es consciente de la belleza interior y de las posibilidades que esta ofrece y los grandes secretos internos.

La mujer hace un barrido por Jeremy con lentitud para finalmente añadir:

He de suponer que el príncipe de la ciudad pronto aparecerá para conoceros en persona… a fin de cuentas para eso estáis aquí junto con vuestro Sire… en cuanto a Mara… realmente tiene otros asuntos de los que ocuparse… y los de su clase no son muy dados a esta clase de reuniones sociales

En ese momento la puerta por la que entro Brain se abre y sale este junto a otro hombre, Brain hace un gesto con el rostro para indicar a Jeremy que se acerque, la condesa dice entonces:

Parece que os reclaman… seguramente nos veremos de nuevo…

Se dispone a marcharse, pero se detiene y se gira, mira a Jeremy y dice:

¿Sabéis? Si no hubiera sido por Brain con casi toda seguridad nos hubiésemos divertido juntos… podría haber conocido ese interesante interés suyo señor Battier… ha sido un placer conocerle

Dice mientras reanuda su marcha.