Partida Rol por web

-Muchas gracias, Monsieur Du Pui. Como ve ya tengo mi Stradivarius dispuesto, y me he permitido hacer alguna propuesta para el programa a ejecutar. Alguna pieza clásica y alguna que no, ya conoce mi estilo de concertista. Espero que le guste, y también al resto de la audiencia.

Sarah había levantado una ceja ante el comentario de su anfitrión, ya era la segunda vez que oía algo acerca de otra artista que había tenido un problema allí, pero no sabía a ciencia cierta qué había ocurrido. Así que se lanzó a preguntar, intentando no ser impertinente.

-Pero disculpe mi interés, verá, ahora mismo iba a pedirle a Bram que nos explicara el suceso que tuvo lugar ayer. Sabemos que algo ocurrió, pero nada más. ¿Quizá un accidente? ¿O alguna otra cosa...?

No es que temiera que eso pudiera llegar a influirle a ella, directamente, pero no dejaba de ser una señal de mal agüero...

Me vuelvo a duchar en cuanto entro en casa. He sudado bastante y me doy un poco de asco a mí misma. La idea de ir o no a casa de la condesa me ronda la cabeza constantemente. 

Cuando salgo de la ducha me visto cómoda; unos vaqueros y una camiseta negra de tirantes. No me gusta llamar la atención. Me calzo unas deportivas cómodas y me tiro en el sofá con un bote de sopa recalentada en la mano y mi teléfono en la otra. No soy nada sociable, pero que tengo un cariño especial a Alex aunque marco las distancias y me gusta saber como se encuentra.  Pero, como no quiero darle falsas esperanzas decido llamar a su padre y así, de paso, a ver si consigo comprender qué ha pasado y cómo he llegado a esta situación.

Busco su número en mi móvil y le doy al botón de llamar. 

Aún turbada y sin poder creer lo que estaba sucediendo en esta realidad oscura, Neylan se limitó a asentir sabiendo que mañana deberían conocer a más de esos seres y parecía que era alguien muy poderoso. ¿De verdad habría alguien más que la propia Alexandra? Se estaba adentrando a un pozo del que ya no saldría, pero se recordaba constantemente que debía sobrevivir, esa era su única meta. Primero conocían al tal Príncipe y de ahí iría a su casa. Quería mandar mensajes a su familia, pero su mano continuaba temblando y no se sentía con la fuerza para hacerlo, al menos no esta noche.

Y sí tendrían poderes.... lo cual era obvio, pero no dejaba de sorprenderla. La rubia se notaba muy cansada e intentó ponerse de pie para ir a la habitación que se le había señalado con anterioridad, deseando reponer energías luego de todo lo ocurrido. 

Y ahora resulta que los hombres lobo existen... ¿Qué sigue? ¿Cthulhu?

Pensó un tanto irónica a la vez que se esforzaba en dirigirse a donde quería dormir. Las preguntas podrían esperar.

Jeremy intentó no mostrar muestras de intimidarse mientras La Condesa le hablaba, y ante todo respetuoso pero con un toque de picardía y tuteo.

- No se equivoca Condesa, el principal motivo es ser presentado ante el Príncipe - y se giró para ver como Brain le reclamaba con quien suponía que sería el Príncipe - y como bien dice, me reclaman. Ha sido un placer. - Saludó con una reverencia y cuando estaba dispuesto a irse La Condesa le dijo unas palabras que le erizaron la espalda.

<... con casi toda seguridad nos hubiésemos divertido juntos…> A Jeremy le sentaron como si le tirasen un jarro de agua fría debido a todos los avisos que había recibido sobre ella, y su mente se encargó de imaginar todas las posibilidades que pudo (evidentemente ninguna buena).

Una vez La Condesa se fue, Jeremy se relajó y decidió que en un momento que estuviese a solas con Brain le contaría como había ido las presentaciones con todos con quien había cruzado una conversación.

Pero antes de reunirse con Brain y el príncipe debía hacer algo que le resultaba repulsivo, pero debía hacerlo por su nuevo cambio metabólico. Dio la espalda al príncipe y a Brain para coger una copa que llevaba un camarero en la bandeja y sin pensarlo dos veces se la bebió de un trago. No sabía cada cuanto debía beber ni qué cantidad para que la bestia no saliese, y allí no era momento ni lugar donde dejarla salir.

Tras disimular su cara de asco se limpió la boca y giró para proseguir su marcha para llegar hasta donde estaba Brain, pero esperando a que lo presentasen ya que no sabía que era lo correcto en esos casos.

Anoté mentalmente todo aquello que Alexandra decía por si acaso en un futuro realmente tenía importancia que lo recordase, aunque ahora mismo me pareciese todo una auténtica locura. Tendría tiempo a borrar la información que no me fuese útil y grabar encima algo que por el contrario si lo fuese. 
Nunca había creído que en algún momento llegaría a desear que mi memoria fuese volátil, como la ram de un ordenador. Pero si algo parecía querer demostrarme esta noche, era lo equivocada que estaba en muchas cosas.

Tras explicar su confirmación, recorrí con la mirada el lugar en busca de algo que pudiese utilizar para hacerme un corte.

Acepto de buen grado la invitaciòn de Hugo despeinandolo a modo de “si”,cuando tengo un poco de despeje en lo que queda de turno voy al despacho de la directora,quiero darle las explicaciones oportunas sobre el incidente en urgencias,despues de eso y de fichar me ducho y espero a Hugo para invitarlo a desayunar.

No hay nada mejor que una cerveza,bacon y huevos mientras miras como amanece desde los ventanales de la cafeteria.

Le digo a Hugo nada mas verlo.

Alexandra mira a las dos mujeres y dice:

Bien… la mañana se acerca y deberíais descansar por hoy, la noche de mañana será muy complicada y movida, ya os explicaré mas cosas mañana que tendréis que aprender sobre la marcha, podéis descansar tras esa puerta

Decía indicando una puerta que había a un lado, mientras tanto Ada encontró un cuchillo, si trata de cortarse notara que no le cuesta mucho más de lo normal hacerse un corte, pero pronto se percata que ha aumentado la resistencia de su cuerpo, pero también su propia fuerza física, y que aunque se hace el corte prácticamente no siente dolor ni apenas sangra más que un par de gotas.

El interior de la habitación es bastante sencillo, una cama para cada una, un espejo de pared y una pequeña ducha en un rincón, estaba claro que no era muy cómodo, pero como lugar temporal donde descansar cumplia su cometido.

Algo sucedió cuando tomó aquella copa, el esperaba que fuera algo asqueroso, sin embargo, el sabor, el tacto, el aroma, era realmente sabroso, pero como lo mejor que nunca hubiese tomado, una sensación placentera y realmente agradable. Al llegar donde estaban el príncipe y Brain es el primero el que habla:

Así que este es el nuevo integrante de vuestro clan

El hombre se queda unos momentos mirando a Jeremy, parecía curioso más que otra cosa, como queriendo saber qué clase de persona era, para casi un instante después ofrecer su mano mientras decía:

Bienvenido a mi ciudad… supondré que conoces nuestras normas, o al menos el señor Gambit te las enseñara en el plazo de una noche

El hombre hace un barrido con la mirada y dice:

Este es nuestro Eliseo, como sabrás, puedes acudir cuando lo desees.

Hugo asiente a las palabras de su compañero mientras da un sorbo a su bebida, un té chai mientras dice:

Pero… ¿cómo ha podido ese tipo hacer eso?... ha sido terrorífico la verdad… ese tío… y la fuerza que tenía…

Da de nuevo y un sorbo y añade tras mirar a los lados y ver que nadie les presta atención:

Y la policía… ¿como nos ha tratado? pero si parecía que todo era culpa nuestra… y que sabían todo lo que había pasado… bueno, mas diria yo

El tono suena un par de veces antes de ser descolgado, la voz familiar de aquel hombre que por algún motivo le ayudaba en ocasiones y que parecía que le caía en gracia dice:

¿Hola¿ ¿Diga? ¿ Liberty, eres tu verdad?

El hombre tenía cierto tono de preocupación en su voz, quizás algo habia escuchado o le preocupaba otra cosa, realmente no podría decirlo en esos momentos la agente de policía.

La situación era realmente tensa y se notaba, los dos supuestos policías al ver como Mara saca esas armas parecen sorprendidos, sin embargo, la chica se mueve a una gran velocidad, los dos policías no son capaces de reaccionar siquiera al movimiento de esta y Mikael puede ver como la chica se mueve a una velocidad que sencillamente no parece real, se escucha como las armas penetran en la piel y cortan al tiempo que un disparo suena, es Mikael que ha disparado a uno de los tipos pero que falla, el otro asustado da un paso para atrás y dispara a Mara, la cual parece no moverse.

Desde donde está Mikael puede ver perfectamente como Mara hace un gran corte en la garganta de uno de los tipos y como el disparo del otro impacta en su pecho, sin embargo, parece no sangrar y prepararse para el siguiente movimiento.

Apuro mi ultimo trago de cerveza y levantando la botella pido otra a la amable camarera.

Hugo, no es una verdad abierta la que te voy a decir,pero tampoco es un secreto,¿me entiendes?.

Espero a recibir la cerveza antes de continuar.

En Irak hacíamos turnos bastante largos,24,36,incluso 48 horas sin dormir,pegados a nuestro rifle,cuidando de una puerta absurda o girando por el perimetro del cuartel, es inhumano? si,pero era nuestro deber,los jefes lo sabían y nos daban "cocktel de combate" unas pastillas azul verdoso,no en plan viagra jejej, era una mezcla de cafeina y muchas mas "inas" juntas que nos hacian ir como motos,ver casi en la noche o almenos te daba la confianza bastante como para creerlo,igual han imitado algo parecido en las calles.

El hombre niega con la cabeza y dice:

No se preocupe… tenía algunas llamadas telefónicas que hacer y he aprovechado para hacerlas en este pequeño interludio

El hombre con tranquilidad saca la documentación que tenía guardada y dice mientras coloca una pluma bastante sobria, pero que se veía era de calidad en la mesa y dice:

Bien… este es el contrato que mencionó el señor Du Pui, puede revisarlo si lo desea, pero comprobará que todo es como el mencio

Robert puede ver como el contrato está redactado como cualquier otro contrato similar, sin embargo, sonaba algo arcaico y anticuado a la lectura y daba la sensación de estar escrito a máquina de escribir en lugar de en ordenador como era lo habitual.

De improviso Rose se abalanza contra el chico que tenía el arma, este es sorprendido y ambos comienzan a forcejear, la chica se trata de unir a la pelea pero los movimientos de Rose y el chico hacen que no pueda acercarse, el forcejeo es fuerte e intenso y el chico termina perdiendo su arma cayendo esta al suelo mientras ambos siguen forcejeando.

Por su parte Mara parecía observar la escena en silencio, no se había alterado pero no dejaba de mirar todo lo que sucedía con los brazos cruzados, aunque parecía que cada vez estaba mas interesada en lo que sucedía.

El hombre mira en un primer momento sorprendido pero después cambia su mirada a comprensivo y dice mientras camina hacia la parte de atrás del escenario indicando que le sigan:

Realizó una actuación… le ofrecimos una oportunidad similar a la suya, pero quizás arriesgo demasiado o quizás no estaba preparada, pero el resultado fue que tras una mala caída se lesionó el pie… por lo que se acudió a un doctor que le dijo que iba a ser muy complicada su recuperación…

EL hombre mira al cielo unos segundos, como apiadandose del alma de la mujer y dice:

Supongo que la decepción y el miedo a poner en riesgo su carrera por una lesión fueron demasiado para ella… ya sabe lo que dicen de las bailarinas, que no son solo frágiles en cuerpo, sino también en cuanto a su futuro

Caminando llegan a un camerino no demasiado grande, pero bien equipado, con un servicio con una pequeña ducha, un tocador completo, incluso un comodo sofa, Du Pui indica que pasen y dice:

Si necesita algo diganmelo… sino, puede prepararse con tranquilidad

Hugo se queda unos momentos en silencio y suspira:

Ya lo que nos faltaba… en las calles eso… como no es suficiente con borrachos y drogatas, ahora matones a mil… ufff esto es una pesadilla, la cosa cada vez está peor y con policias asi

Dice mientras avisa a la camarera para que le cobre mientras dice:

Yo creo que me voy a ir, ha sido un dia bastante duro la verdad… necesito descansar un poco… ten cuidado por la ciudad

Cuando escucho la voz masculina al otro lado del teléfono se quedó un rato en silencio. Tiene la sensación de que casi esperaba que él no respondiera a la llamada. 

-Sí, Alfred... soy yo-digo con la voz tomada por la tensión.

Tengo ganas de llorar, no sé por qué, ni en qué momento mi cuerpo ha decidido fabricar esa sensación, pero no la dejo salir. Hace años que no lloro y no va a ser esta la primera vez. Me siento tremendamente débil cuando lloro y no quiero sentirme débil hablando con Alfred, ni darle lástima.

-Supongo que sabes lo que ha ocurrido. Estoy suspendida y no tengo muy claro por qué. Pero no te llamaba por eso. ¿Qué tal va tu hijo?-le pregunto.

Alfred es como esa padre que nunca tuve para mí. Con él mi voz se vuelve más dulce, mi actitud más receptiva y mis palabras más pensadas. Con él ya me siento más vulnerable, no tengo necesidad de llorar para sentirmelo aún más.

Jeremy opinaba que las reberencias eran más adecuadas para una dama a la que no se conoce en una fiesta de excentricos, así que extendió la mano aun sin saber siquiera si el Principe le devolvería el gesto.

- Soy Jeremy, aunque desconozco su nombre. Tan solo sé que es el Principe de esta ciudad. - Miró a Brain y luego volvió a mirar al Principe. - Brain me ha explicado bastantes cosas sobre esta "nueva" vida, aunque supongo que después terminará de explicarme el resto de cosas para que un recien llegado no meta a gamba nada más empezar. -

Cuando el Principe le dijo que el Eliseo siempre estaba abierto para cualquiera le surgio unas dudas, aunque se suponía alguna de las respuesta. - ¿De normal esto no está tan lleno verdad? Lo digo por saber exactamente que se hace en este lugar cuando no hay una celebración de tal calibre. Si no es osadía preguntarlo. -

Cojo el contrato tranquilamente, hago una seña para que me traigan una cerveza y lo leo página tras página. Veo que aunque arcaico es casi lo que me ha dicho en el pub

El disparo de Mikael sorprende a los uniformados, aunque no da el ningún blanco y el retroceso, aun no tan pronunciado, es suficiente para desequilibrar su cuerpo. Uno de los supuestos policías retrocede un paso, al tiempo que se preparan para atacar.

El movimiento de Mara es asombroso, a una velocidad sobrehumana. Ese cuchillo oriental rebana la garganta de un atacante casi sin obstáculo, despidiendo un enorme chorro de sangre. Se escucha otro disparo, casi a quemarropa: era imposible fallar, pero milagrosamente, Mara no parece estar herida.

El joven hacker intenta reaccionar ante lo que ve, volviendo a apuntar su arma contra el uniformado restante.