Partida Rol por web

La taza de cafe se me cae al suelo,su estruendo me hace saltar, voy corriendo a la cocina por papel para limpiarlo,tomo un buen trozo del rollo tamaño jumbo y comienzo a limpiar casi compulsivamente hasta darme cuenta que no es sangre, ni estoy en Afganistan y que ni si quiera es Hugo al que intento salvar.

Dejo los trozos de taza y los papeles en el cubo de la basura y me lavo las manos,niego con la cabeza intentando sacar el nerviosismo de mi cuerpo el cual tiembla,me mojo la cara y la cabeza y comprendo que en casa no hago nada,tomo las llaves de mi Mustang para ir al hospital,alguien debe saber algo,he de ver a Hugo.

Será por nuestra investigación? he de ir con pies de plomo,hablando de plomo tomaré mi arma y la documentación de la misma.

- Ehhh.... sí, vamos - alcanza a murmurar Mikael. El comentario de Mara lo ha sonrojado, pero, por otra parte, no le ha convencido. 

''Vi lo que vi ... y leí lo que leí. Los mitos pueden tener una base real''

''Los datos no pueden discutirse. Uno: los archivos que hackié hacían referencias a vampiros. Dos: Recibió dos disparos a quemarropa, está viva y sin sangrar. Tres: no llegó a probar su café. Cuatro: Está muy apurada por llegar a un refugio antes del amanecer''. No necesitaba reproducir en la holocubierta el programa de Sherlock Holmes ... ''cuando lo imposible queda descartado, lo que queda, por improbable que sea, debe ser verdad''.

Pero mejor era callar y observar ... por ahora.

Cuando la puerta se abre vuelvo a ver a ese señor tan extraño que me atendió la primera vez.  Me sigue pareciendo raro, pero esta vez estoy más preparada para ver su extraña actitud. Me sorprendo pensando en las ganas que tengo de ver a aquella mujer que tan bella me apreció la primera vez que la vi.

Entramos a una sala en donde hay una piscina, la mujer está dentro y cuando me ve se levanta dejando ver su perfecto y bien cuidado cuerpo de tez pálida.

Me quedo muda. La miro, tratando de no ser descarada, pero mis ojos recorren cada centímetro de la piel de esa bella mujer. 

"Además de rica, preciosa" me sorprendo pensando.

Recorro cada recodo de su cuerpo con mi mirada azul. Me paro más de lo necesario en sus labios rosados y paseo mis ojos por sus curvas y su pecho juvenil. Trago saliva pues mi boca se ha quedado algo seca. Tardo en un rato en darme cuenta de que me está hablando.

Carraspeo la garganta con las mejillas teñidas de rojo y le tiendo la prenda que me pide.

-Cla...claro. Aquí tiene-le digo con la voz carrasposa.

Kelly conducía por la ruta que solía conducir para ir al hospital, la carretera estaba como siempre llena de gente que tenia prisas y que parecían estar deseando tener una discusión con alguien. Fue cuando siente un choque, al mirar hacia atrás puede ver como una furgoneta de color negro le ha dado un golpe sorprendiéndole

Tras algunos pasos acelerados por parte de Mara la cual se mantuvo bastante esquiva durante el corto periodo de tiempo que caminaron llegan a un pequeño edificio de tres plantas, allí frente a la puerta la mujer se detiene y dice en un llamador que pulsa:

Ya lo he traído… Kraine nos está esperando

La puerta se abre con un zumbido, la chica suspira profundamente y dice antes de entrar:

Tú decides… si entras te contare todo lo que quieras saber sea lo que sea o mejor dicho Kraine lo hará… si entras estarás seguro, si decides no entrar… bueno, supongo que mi protección durara hasta el final de la noche… tú decides

Dice la chica recuperando la seriedad que había tenido antes, pero evitando mirar a Mikael a los ojos directamente

La mujer sonríe mientras toma la prenda de seda, se gira y se la coloca alejándose, aunque realmente no tapa demasiado de su cuerpo, si lo suficiente como para que no se vea realmente nada pero se intuyan todas sus formas, tras girarse de nuevo se queda unos segundos en silencio y comienza a hablar, en un tono tranquilo, parecía que no tenía ningún pudor, o al menos que no sentía ninguna clase de vergüenza por estar desnuda ante ella:

Me complace veros aquí… supongo que sentiréis curiosidad por saber el motivo por el que os he convocado hoy aquí…

La mujer permanece unos segundos en silencio, pero sin dar opción a respuesta habla:

En nuestro último encuentro sentí cierta… curiosidad por vos… considero que vuestras habilidades se están desaprovechando dentro de la policía de la ciudad… y creo que he de remitirme a los hechos sucedidos recientemente

Estaba más que claro que se refería a lo que había sucedido con su suspensión, la mujer observa unos segundos más a Liberty como esperando alguna reacción por parte de esta.

El espacio era pequeño, quizá el lugar público más pequeño en el que había actuado hasta entonces. Había hecho alguna que otra actuación en ocasiones muy concretas, como en recepciones de alto nivel o eventos gubernamentales, en lugares privados. Y solían ser de tamaño mucho más reducido que los teatros o auditorios a los que estaba acostumbrada. Pero aquel escenario era mínimo, y tenía a sus oyentes casi encima. La ventaja es que la acústica era buena y la equipación excelente.

Salió, se quedó de pie en el centro, y saludó con una leve inclinación de cabeza. A nadie en concreto, pero desde allí podía ver a casi todo su público. El suelo era de moqueta roja, acorde con el nombre del local, en lugar de las tarimas de madera desvencijada que solían tener los locales usuales. Todo allí era exclusivo, distinto.

Su vestido de terciopelo azul destacaba sobre él, y su piel blanca como la leche aún más. La cascada de cabello escarlata cayó por su hombro derecho en respuesta a un leve toque suyo, cuando colocó el amado Stradivarius bajo su barbilla, en el lado izquierdo de su rostro. 

Inspiró, afiló la mirada, y colocó el arco en posición.

Y... atacó las primeras notas de la primera pieza que había preparado. Mendelssohn...

''Oculta algo'' pensó Mikael mientras Mara evitaba mirarle a los ojos. Dudó sobre si entraba o no: las afirmaciones de su circunstancial guardaespalda eran vagas, ambiguas, muy imprecisas; el riesgo de no entrar era más tangible, más comprobable.

''¿Y si es todo un elaborado engaño para atraerme a una trampa?'' ... quizás se estuviera poniendo paranoico, quizás no. ''Aunque podrían haberme atrapado en cualquier momento ... tampoco tiene sentido que mataran a dos personas solo por mí.''

Por un momento, todo pareció congelarse. Fue solo un instante, pero claramente perceptible.

- Ok ... entraré - de pronto, se sintió como Neo ante las pastillas ''Tomamos la misma decisión, después de todo ... ¿tanto es el ansia de conocimiento?''. La pregunta le sonó a retórica: ''Obviamente, sí''

Hubiese esperado soñar algo en lo que pasaban las horas, lo que fuere... un reflejo de su inconsciente o los problemas que aguardaba. Sin embargo, la nada se hizo presente y en cuanto durmió se había despertado. No podía reafirmarlo al 100%, pero Neylan sabía que eso ocurrió y se preguntaba aún si todo eso era una pesadilla. Aunque el saber que su corazón no latía le reafirmaba que todo había sido real y, efectivamente, los seres de mitos y leyendas existían.

Esa hambre extraña y oscura aparecía en su mente, era diferente a cuando se trasnochaba y no comía... era una desesperación un poco asfixiante que le hizo meditar sobre cómo debía alimentarse. Era con sangre, ¿debían morder personas como se mostraba en la literatura y películas? Su boca se hizo agua, asustándose un poco.

La rubia leyó la nota y el dinero. ¿Debían comprar ropa elegante? Había tiendas que abrían tarde, ¿pero de qué estilo de elegancia requerían? Sin duda, el evento al que asistirían debía ser muy importante dada la suma de los billetes verdes y que debían ir a esa dirección. Sin esperar mucho, Neylan sacó una pequeña libreta en una bolsita que llevaba puesta, oculta bajo sus ropas. De igual manera tomó una pluma y escribió algo rápido para mostrárselo a la pelirroja.

"¿Y? ¿Ya ves que esto no es un juego? Debemos ir a comprar las cosas... ¿Juntas o por separado?"

Tras pasar la puerta Mikael entra en un largo pasillo guiado por Mara, la chica camina delante segura y comienza a bajar unas escaleras. El pasillo no está demasiado bien iluminado, sin embargo no tiene perdida ya que no hay mas puertas ni recovecos, simplemente avanza hacia delante y hacia abajo.

Tras un rato llegan a una sala más grande, parece estar hecha como los antiguos túneles del metro, con ladrillos a los lados. La humedad podía sentirse y el olor a tierra húmeda era palpable aunque sin ser realmente desagradable. Mientras caminan por aquel lugar pobremente iluminado Mara habla:

Conocerás a Kraine… no puedo decirte mucho, pero parece que le ha impresionado mucho cierta información que has logrado alcanzar… por lo que se esos tipos que nos han atacado trabajan para otro… otra persona importante que no quiere que se sepa esa información… a Kraine le interesa más conocer a la gente capaz de obtener esa información… supongo porque le son útiles.

-Bueno no pasa nada- saco un purito de canela y doy un trago largo a la cerveza sonriendo un poco pagado de mi mismo mi vida acaba de dar un giro inesperado, ese giro que llevo luchando años... Llamo a una "amiga" quizás es hora de dejar el contrato en casa y luego celebrarlo...
 

Noto un golpe fuerte en la parte trasera derecha de mi mustang, se bambolea de un lado al otro de la calle, sujeto con ambas manos el volante luchando por tomar el controla duras penas lo consigo pero lo suficiente para no terminar empotrado a un lado del arcen.

Ese saludo no es de amigo.

Miro por el retrovisor y de nuevo al frente,he de llegar como sea a un sitio seguro,como minimo el hospital,después ya veremos que pasa.

La noche, o mejor dicho el día, pasó tan fugaz como un segundo. Dudé incluso si había llegado a dormirme de verdad, algo que respondí con una mirada rápida a la hora que marcaba mi teléfono móvil. Había dormido. Varias horas. Y a decir verdad, bastantes más de lo que acostumbraba a dormir últimamente entre proyecto y proyecto.

Nada más guardarme el móvil miré rápidamente mi mano en busca de la cicatriz que tenía que estar ahí. Me había hecho una herida lo suficiente profunda para causar cicatriz. Estaba segura de eso. Y aún así, no había ni rastro de ella, ni la más mínima marca. Las palabras de la señorita Kurt cada vez cobraban más sentido dentro de aquella locura. Como si aún necesitase más confirmación, volví a sentir aquello dentro de mi, aquel hambre ardiente. Cerré los ojos, intentando acallarlo. Me quedé así unos cuantos segundos y cuando creí estar mejor, me dirigí a por el sobre.

- Una presentación... -Musité al ver la invitación, y mientras la acariciaba con las yemas de mis dedos, retazos de la conversación de la noche anterior cruzaron mi mente.- El príncipe. -Miré a Neylan, y al ver que esta me tendía una pequeña libreta, leí lo que había escrito en ella. 

Saqué mi móvil y abriendo la aplicación del bloc de notas, le respondí.

"Juntas, si no te importa. Pareces estar bastante menos perdida que yo. Además conozco algunas tiendas que podrían estar a la altura... Y no creía que esto fuese un juego. No creía en las palabras de la señorita Kurt, pero sabía que de algún modo había acabado en algo muy chungo.
Por cierto, ¿por qué lo de escribirlo en la libreta?"

Neylan leyó lo que decía el móvil de la pelirroja y por un momento iba a realizar el amago de suspirar, pero recordó que no había caso hacerlo y pensando llegó a la conclusión de que era lógico que ella pensara mal, no hubo oportunidad de aclarar la situación. Los labios de la rubia se torcieron y y escribió algo rápido en la libreta para que lo leyera.

"Vamos juntas entonces... Soy muda, puedes hablar lo que gustes. ¿Sabes lenguaje de señas?".

Y, mientras Ada leía eso, la chica aprovechó para levantarse de su cama e inspeccionar un poco la habitación. No se atrevía a encender el teléfono, decidiendo no hacerlo hasta calmarse un poco... y si es que llegaba a calmarse. Luego se acercó a su compañera para estar atenta a lo que ella tuviera que decirle.

Los dos salieron por fin del edificio y Jeremy miró al cielo, pero debido a las luces de la ciuda tan solo se podía apreciar la luz de la luna. Dentro de él algo se marchitó. El simple hecho de darse cuenta que aquella luz blanca sería el único cielo que podría ver el resto de su vida lo entristeció, pero no tardó en salir de sus pensamientos al escuchar las palabras de Brain.

Hizo memoria para recapitular sobre la fiesta y a todas las personas con las que había tenido una conversación. Pero antes de empezar a hablar se aseguró que nadie los estubiese observando, inclusó buscó a la serpiente de la Condesa por lo que le habían dicho.

- Hablé con la protegida del Principe, pero es una puta narcisistas, así que no tardé en darle la espalda y pasar de ella, así que aproveché para hablar con Rachel Kim y le dije discretamente que alguien quería tenderle una trampa, pero que si quería información deberíamos colaborar juntos. - No sabía como se tomaría Brain eso pero no le importó, estaba en esa situación por culpa de Zack Stevenson e intentaría buscar cualquier forma de hacerselo pagar. - Tras decirle eso a Rachel Kim no tardó mucho en reunirse con Kraine porque ambos abandonaron la sala. Y por eso mismo necesitaré que me digas todo lo que sepas sobre la trampa que está tejiendo Zack Stevenson y cuales eran las intenciones de él. -

No quiso que le contestase en el momento, por lo que Jeremy siguió contandole su "maravillosa" velada.

- Empecé a pasar entre los allí presentes y me choqué literalmente con Alexis. Hablé un rato con él y aparte de confirmar que es una persona peculiar pude averiguar que detesta a Madeleine, la nueva protegida del Principe. - Esperaba que esa noticia fuese interesante a los oidos de Brain. - Y por último cuando intenté salir de la sala para buscar a Rachel y Kraine me pilló por banda la Condesa y entre tantas cosas que dijo lo que más me preocupó fue que me dijo que si no hubiese sido por ti, con casi toda seguridad nos hubiésemos divertido los dos juntos. Y me pareció advertir un tono sádico en sus palabras. -

Jeremy empezó a caminar en dirección al coche de Brain, ya que él sabría que debían hacer o le enseñaría a Jeremy el resto de cosas que todavía desconocía de ese nuevo mundo nocturno.

Nora miró fijamente a su madre antes de que ambas salieran de ese camerino-Ya sabes, a por ellos. Demuéstrales como tocas ¡Mucha suerte mamá!

Le dió un abrazo fuerte y un beso en la mejilla antes de dejarla partir camino del escenario. Estaba segura de que todo iba a ir bien, aquello era pan comido para su madre. Siguió a aquel muchacho hasta llegar a la mesa del señor Thomsom junto al que tomó asiento.

-Gracias por invitarme a su mesa a escuchar el concierto. La verdad es que es la mejor mesa de todas, desde aquí se ve el escenario espectacularmente bien. Espero que le guste lo que mi madre ha preparado. La primera parte es de Mendelsoohn, esa clásica me gusta especialmente... Le dejo que escuche.

Se puso cómoda en el asiento. Recorrió con su mirada el local. Era pequeño, pero esperaba que tuviera buena acústica para que lo que tocaba su madre sonara como era debido. Había gente pendiente pero otra no tanto. Le molestó un poco que no todo el mundo estuviera pendiente del concierto pero, quizás aquello no era importante. Lo importante era que le gustase al señor Thomsom, por supuesto. Sin darse cuenta se encontró mirando a aquella mujer. La estaba mirando fijamente mientras se tomaba su copa. ¿Se conocían de algo? No, estaba segura de eso. Era la misma mujer con la que se habían cruzado al entrar, pero antes de esa noche no la había visto en ningún sitio. ¿Por qué la miraba así en lugar de estar pendiente de su madre? Miró al señor Thomsom y calculó la posición. Quizás en lugar de a ella lo estaba mirando a el. A aquella distancia era muy probable equivocarse. No le dio más importancia, dirigió la atención a su madre y se dispuso a disfrutar del concierto.

Al traspasar la puerta, Mara guía a Mikael por un largo túnel hecho a partes iguales de viejos ladrillos y rancia humedad. ''El aire está viciado ... este lugar es deprimente'', pero guardó sus pensamientos.

La iluminación era tenue, apenas si permitía ver uno o dos metros por delante. La chica oriental caminaba sin dudas: era evidente que conocía el lugar, si bien no parecía haber nichos, puertas ni desviaciones en el largo pasillo, solo algunos escalones y pendientes.

Se sintió halagado por sus palabras respecto a la impresión que había causado en Kraine. ''Esa es la zanahoria, creo. ¿Cuál será el palo?'' se preguntó en silencio.

- Confieso que yo también estoy impresionado, Mara. Por la forma en que él (y también los uniformados) me localizaron; y también por la manera en que me protegiste. Sumamente impresionado. Espero conocerlo pronto.

Estuvo a punto de preguntarle si la protección que Mara le brindaba incluía protegerlo incluso contra Kraine. ''No, seguro que no. Desde que crucé la puerta, estoy indefenso y sin muchas alternativas.''