Habéis sido elegidos de entre los mejores de vuestros respectivos capítulos. A ninguno de vosotros os escapa que ya os conocéis de antes, la mayoría habéis colaborado satisfactoriamente, algunos otros os habéis visto enfrentados en el pasado. Es inevitable notar la tensión y la cordialidad que flotan en el aire entre varios de vosotros.

Pero habéis sido llamados para un propósito mayor que vosotros mismos, y deberéis aprender a olvidar el pasado, a convivir y solucionar problemas en común. Quién ha designado los componentes de este variopinto grupo es un misterio, pero dicen que el mismo Emperador ha hecho saber su divina voluntad, y cuando Él llama, todos escuchan su llamada.

Os encontráis de camino a vuestra primera misión, algo rutinario relacionado con una incursión de tiránidos en algún planeta en el Saliente Canis. No estáis muy seguros, puesto que os han informado de forma muy breve, y con indicaciones de futura información cuando os acerquéis al planeta referido.

El viaje es rápido y tranquilo, pero se ve interrumpido por un extraño mensaje captado por la nave y que os hacen notar. Se trata del planeta Rheelas, un planeta minero que junto con los planetas Argoth y Kaggeran, dentro del mismo sistema solar, se encuentra en cuarentena para evitar una posible invasión Tau.

Ahora un mensaje ha sido recibido, un mensaje llamando a la rebelión contra el imperio, y se os ordena que ayudéis a sofocar la rebelión y su origen, ayudando a los tres destacamentos que ya se encuentran orbitando dicho planeta.

A medida que vuestra nave se acerca al planeta a velocidad sublumínica tras abandonar la disformidad, podéis comprobar que su aspecto es realmente desagradable. Su superficie es a partes iguales agua, tierra volcánica y lava. Por lo que os informan, el núcleo del planeta es inestable, lo que hace que su superficie cambie constantemente. Ninguna planta puede crecer en este ambiente, donde los continentes y las masas de agua cambian por cuestión de horas. Los habitantes de este planeta viven en enormes ciudades acuáticas, cuyos sofisticados sensores indican los cambios en la superficie, y desplazan su rumbo para seguir flotando dentro del agua y de ese modo acabar en lo alto de un volcán.

El principal interés del planeta es la minería, que se explota gracias a unas enormes máquinas llamadas Tiamats, de aspecto serpentino, con varios kilómetros de longitud y decenas de metros de anchura. Estas antiguas máquinas son casi reliquias que nadie sabe fabricar de nuevo, y que se van reparando a base de parches. Un trabajo duro que pocos quieren, ya que están diseñados para dar prioridad a la supervivencia de la máquina sobre la de sus ocupantes.

En todo este caos, sólo un lugar permanece inalterable, aunque nadie ha sabido nunca explicar el porque. Campos magnéticos, casualidad o magia, el caso es que la Fortaleza de Granito ha permanecido inalterable durante el paso de los siglos. Un enorme cráter cuya profundidad parece alcanzar el mismo centro del planeta, y en cuyo borde se ha construido una gran ciudad donde se sitúa el puesto de mando del planeta y el hogar del gobernador.

Sigue la carta que recibís:

-Marines, Soy Huss Ruin, llamadme Huss. Tengo los cojones negros del humo de 100 batallas, he machacado tantos enemigos del emperador que mas de uno se asombraria. He mandado marines en la batalla y he sido mandado. Como subordinado, creo que tener a tu superior en buen concepto es indispensable. Por tanto, digo que si el marine Azariah se considera cualificado para el puesto, deberia ser el quien nos liderase, el parece ser a quien todos nos sentimos mas afines y sus ordenes serian obedecidas sin muchas reticencias.

Esta es mi propuesta, Azariah, ¿Como de cualifcado estas para el mando?

Mi servoarmadura negra parecía temblar con la misma inquietud que yo. Protocolos y rutinas de combate empezaban a iniciarse con descontrol... está viva, y recuerda todo lo que pasó con uno de los presentes. Pero estoy acostumbrado a estas situaciones, y consigo controlarla. Con todo, mi respiración se oye fuertemente a través del casco, mientras intento evadir las miradas del resto de marines y relajarme... sin demasiado éxito.

Hermano, recuerda... paciencia, disciplina, son virtudes de nosotros, los Templarios Negros.

Intentaba evadirme de los tantos pensamientos negativos que se formaban en mi cabeza al ver con qué individuos había coincidido en la escuadra. Era difícil de creer, incluso me atrevería a decir en voz alta que es obra de los Poderes Ruinosos si ello no significara una blasfemia, pero allí estaba, junto a uno de sus peores adversarios, al que además, un aparentemente idiota de los Lobos Espaciales (nada extraño teniendo en cuenta que pertenece a un capitulo de borrachos) propone como líder.

- ¡NI HABLAR! - estallé en ira sin contemplaciones, ni mil horas de meditación me hubieran salvado de hacerlo.- No aceptaré que un psíquico mande sobre mí. Además... - dirigí una dura mirada hacia el bibliotecario Azariah.- ¡¿HAS OLVIDADO COMO VENDISTEIS A MI COMPAÑÍA LOS ÁNGELES OSCUROS?! ¡Perdí cientos de hermanos por vuestra estúpida venganza! 

Todo mi escuadrón muerto. Acudimos a la llamada conscientes de que podía ser una trampa de los Seguidores del Caos. Pero somos Ultramarines, la última defensa de la civilización, y jamás abandonaremos a quienes hemos jurado proteger.

Y ahora estoy aquí. Rodeado de un nuevo grupo de veteranos guerreros elegidos para proteger al emperador. Son de otros capítulos más siguen siendo mis hermanos. Esta vez… será diferente.

Me gustaría que me concedieseis el honor.

La sombría figura del bibliotecario se adelanta tras escuchar la propuesta del Lobo Espacial. Sin embargo, antes de darle tiempo a responder, Baldur estalla en imprecaciones. Azariah se mantiene imperturbable, sin perder la calma ni la compostura. Primero se dirige a Ruin.

Me halagáis, hermano Huss. Pero no quiero para mi ese honor -en ese momento, se encara con Baldur-. Nosotros no olvidamos, Templario -dijo con calma y la voz serena-. Vuestros hermanos estarían ahora bien vivos de no haber interferido en asuntos ajenos -Azariah suspiró mientras negaba con la cabeza-. Pero ahora no es tiempo de rencillas; tenemos que elegir a quien nos liderará -el bibliotecario dejó unos segundos de silencio antes de continuar-. No conozco al hermano Asenoc lo suficiente como para confiar en él, así que no puedo apoyar su candidatura. En cambio, propongo al hermano Holmström -Azariah volvió a quedarse en silencio un instante-.  Es un guerrero valiente y leal, a quien volvería a confiar mi vida sin ningún reparo.

Cuando terminó de hablar, Azariah dedicó un gesto de respeto hacia Skif.

-Intentaba hacer una broma para romper el hielo. Como se ha podido confirmar, soy un pesimo humorista. Skiff y solo Skiff tiene mi total confianza para liderarnos. A los demas no os conozco, confio en poder conoceros y confiar en vosotros en el futuro, por el bien de la guardia de la muerte, pero por ahora. Que nos capitanee Skiff.

Hermano lobo, conducenos a la victoria sobre los enemigos del emperador.

Observo impertérrito el grupo formado. Se trata de hermanos de batalla que podrían considerarse a mi nivel, pero sin duda necesitan un líder experto. El Emperador ordena, y yo seré quien nos guíe en el camino hacia la gloria. En tan alto designio, no fallaré.

Azariah habla a mi favor, al igual que mi hermano del Capítulo. Buenos hermanos de batalla ambos. Con un leve gesto con la cabeza, asiento a las palabras del bibliotecario.

- Si la voluntad del Emperador es que lidere a este grupo... - Una fugaz mirada hacia Baldur, que hubiera pasado desapercibida si hubiera llevado el casco puesto. No es el caso. - ... entonces lo haré con todas mis fuerzas, hermanos. Tened por seguro que no se podría elegir mejor lider que yo. Y no os defraudaré, lo juro por los dones que me ha dado el Emperador. - termino, mirando a los presentes uno por uno.

Bien, elegido pues el Líder del grupo, el valor de Cohesión del grupo queda como sigue (nada despreciable por otra parte)

Valor aportado por Skif: 6 (5 de Liderazgo +1 por la habilidad Mando)
Valor aportado por Huss Ruin: +1 (Armadura personal)
TOTAL GRUPO: 7

Total Cohesión por personajes debido a las relaciones interpersonales:
Asenoc: 8
Huss Ruin: 8
Hermano Baldur: 7
Azariah: 9
Skif (como lider): 8 <- He sumado todos los bonos de relaciones interpersonales y los he dividido entre el total de personajes.

Cuando el Jugador 6 se presente y acabe la ficha calcularé sus bonos, aunque no influye en los vuestros salga lo que salga.

Mi armadura suma un punto de cohesion a todo el grupo, no se si lo has tenido en cuenta...

-Ya tenemos quien nos lidere. Ahora a la zona de cuarentena no? Hay que suprimir la amenaza de la rebelion instigada por los Xenos e impedir que los marines se enfrenten con los marines por disputas rancias y viejas. Tomemos la cerveza de la amistad y conquistemos la cerveza de la victoria sobre los cadaveres mutilados y destrozados de los enemigos del emperador.

Hermano Skiff, ardo en deseos de entrar en combate contra esos malditos Xenos. Ademas, quiero enseñarle al templario como los marines de asalto de los lobos espaciales se las gastan. Es mas, lo desafio a matar mas enemigos que yo, estoy seguro de que tras la primera batalla, los enemigos caidos a mis manos seran muchos mas que los eliminados por el. Crees que podras superarme templario? De ninguna manera, mis hazañas en combate pronto se conoceran en toda la guardia de la muerte, dudo que seas capaz de hacerme sombra.

El Holocomunicador vibra de nuevo con la imagen del Capitán Mathias, nombrado como directo superior vuestro y a quien habréis de presentar vuestros informes.

-Bien caballeros, esta misión se resume en tan sólo dos objetivos. El primero de ellos, lograr la armonía entre los distintos Capítulos presentes en Rheelas. Este objetivo es primario, repito... PRIMARIO.

En segundo lugar se encuentra acabar con la rebelión en Rheelas.

Para lograr estos objetivos podéis acceder a la armería principal de la nave y seleccionar todo aquello que necesitéis.

El solitario puño imperial seguia comprobando su equipo personal mientras la discusion se elevaba de tono en la sala. Una vez terminadas las bravatas y las amenazas veladas o no tan veladas, hablo con voz firme.

- Mi nombre es Dargus Hex, no me importan las competiciones ni me importa lo que vuestros hermanos hicieron hace 500 años. Estas rencillas son absurdas, somos hermanos, somos astartes, deberemos movernos como uno solo, pensar como uno solo, reaccionar como uno solo o no duraremos mucho.- Hace una pausa mientras mira a los marines de asalto - Me encanta vuestro ardor, solo espero que lo guardeis hasta el momento adecuado.

Dicho esto se levanta y hace una reverencia al nuevo lider del grupo:

- Espero que el emperador te proteja y nos proteja a todos.

Despues de la charla con el Capitan Mathias, espero a que mis nuevos compañeros salgan hacia la armeria.

(El devastador Dargus tiene los ojos grises, su pelo esta completamente rapado y afeitado al estilo que el codex astartes indica, aunque sus cejas parecen indicar un atisbo de pelo rubio. Su complexion no es demasiado atletica pero parece bastante robusto y resistente. En su armadura luce una especie de reliquia hecha de hueso con un nombre en una cinta. La armadura esta pulida y cuidada al maximo posible. En su cinto guarda una pistola bolter, de la cual no suele separarse)

-Bien bien. La armeria, un sitio dondo me siento de lo mas a gusto. Vamos al tema, no nos pagan por horas.

-Yo voy a coger un par de granadas conmocionadoras y algunas otras de fragmentacion y tipo krak, muy utiles para enfriar animos entre nuestros hermanos marines las primeras y mucho mas utiles las otras para enfriar definitivamente a los enemigos. Tambien me agenciare un bolter pesado.

Diez granadas me parece un poco excesivo, Huss. Dejémoslo en 6 ;D

Buscando lo del equipamiento máximo (que aún no lo he encontrado) he recuperado el párrafo donde se indica que el equipo se ha de devolver al final de la misión, se haya usado o no. La excepción a esta regla son las reliquias y otro tipo de artefactos que se otorgan de forma excepcional a determinados personajes.

No todo el equipo está copiado en la web. Si sabéis inglés y no tenéis el libro, os puedo pasar las páginas donde viene todo el equipamiento. Por ejemplo...

Asenoc, te recomiendo el Casco de Diagnóstico (por 15 Requisas) protege igual que uno estándar, pero otorga un +10 a todas las tiradas de Medicae.

Podéis cederos mutuamente puntos de Requisas los unos a los otros. Los puntos no gastados se pierden.

Me los pido. Así me llega para el casco que me recomienda y el cañón que me gusta. Te los debo. Y me has caído genial por el detalle por lo que tengo un +5 en las tiradas contigo para un +15 total. Un +10 con los demás.

El bibliotecario sigue a sus hermanos a la Armería, pero mientras éstos se pertrechan de armas y munición extra, Azariah se dirige a un apartado rincón. Con sumo cuidado, extrae un antiguo libro de un atril y se lo cuelga alrededor del cinto, mediante unas cadenas ungidas. Seguidamente, se dirige a una mesa cercana y de ahí toma una placa de datos especializada y un picto-grabador que acopla a su armadura. Por último, tras introducir una clave en un panel, una pequeña compuerta se abre y de ahí Azariah extrae un pequeño dispositivo de mano. Tras asentir para si mismo, se acerca de nuevo al grupo.

Estoy listo, hermanos.