Partida Rol por web

Los demás parecen no haberse dado cuenta, pero has percibido unas sombras que se movían en el bosque de la derecha. No parecen hostiles, más bien... como alejándose de vosotros.

La joven ninja desenvaina sus wakizashis gemelos, "matsu" y "tora", pensando que estarían mejor cerca que en sus fundas. Mira detenidamente a la espesura y hace una señal a sus aliados para que extremen las precauciones, antes de hablarles.

- Parece que no estamos solos en este bosque... En ese lado, a la derecha, algo nos ha estado observando, aunque parece que se ha alejado, de momento... Estad atentos, camaradas.

En efecto, he escuchado unos graznidos. ¿A alguno le son familiares?

Más que preocupación, hago denotar una gran excitación por el momento.

Por fin comienza lo divertido.

Nadir enarcó una ceja, gesto bastante característico en él.

- ¿Te refieres a un graznido de cuervo?

Era evidente a lo que se refería, a que el tipo de la posada posiblemente les estaba espiando. Las facciones del medio árabe se contrayeron un poco, denotando su enfado.

- Parece que nos van a intentar usar para allanar el camino. Yo diría de dar una vuelta a ver si encontramos a ese espía y si no lo vemos, ir a la torre, conscientes de que cuando bajemos de ella quizá nos esté esperando alguien abajo. Esto también puede ser indicativo de que hay algo valioso allí, o no se tomarían tantas molestias.

Aquella idea le pareció interesante.

Podría ser que el anciano fuera un espía... O no.

Tras un instante de silencio, y en voz baja; por si hubiera alguien escuchando, seguí comentando la idea de Nadir.

No es inusual ver magos o hechiceros, además de amantes de la naturalez; con un aliado alado que les ayude.

Mientras terminaba la frase, observaba entre la maleza; intentando percibir algo más.

Damiel se ríe por lo bajo ante las palabras del clérigo.

Vaya, eres algo paranoico, no? Estamos en el bosque, lo raro sería no escuchar ni un solo pájaro. Llegas a unas conclusiones muy extrañas, Nadir.

La actitud corporal del alquimista difiere de sus palabras, rebuscando con la mirada el bosque y pasando uno de sus viales entre los dedos.

- Yo también he escuchado algo muchachos.- Dijo Alain, que aunque no había escuchado nada no quería ser menos que sus compañeros.

Para cuando os avisan vuestros compañeros, se muestran entre los árboles un grupo de cinco pájaros humanoide, más conocidos como Tengu. Visten piezas de tela y armadura improvisadas, y os apuntan con sus arcos de forma amenazante. Uno de ellos, que se distingue por los demás por llevar una gran cantidad de collares y joyas brillantes, habla por el resto.

- ¡Alto, craaa! ¡Dadnos todo vuestro oro y brillantes y nadie saldrá herido, craaa! - grazna atento a lo que hacéis.

Al ver a los hombres pájaro, sin hacer mucho caso a sus palabras; comento por lo bajo a mis compañeros: -Ya os dije yo que ese ancianito no podía ser. - Y acto seguido respondo con una actitud más seria de lo normal, mientras muevo mis manos.

-Menuda panda de bandidos, ni siquiera os presentáis para daros fama. Si queréis mis cosas váis a tener que arrancarlas de mi cadáver, ¡carroñeros!

Con estas últimas palabras, envío un rayo de fuego¹ hacia el líder.

Tras mi ataque, me situo detrás de Alain y le comento por lo bajo. -¿Alguna vez has querido ser tan grande como un minotauro?

- Ya veremos si son sicarios del viejo o no.

Dijo el clérigo de Sarenrae, que seguía pensando que había cuervo encerrado, aunque prefería que fuera una simple intentona de robarles que una emboscada tras terminar la incursión. Nadir preparó su lanza, listo para alcanzar a uno de esos tengu secundarios.

Antes de que Damiel pudiese hablar con los Tengu, Xanorin ya lo había interrumpido con sus ataques mágicos. 

Frunciendo el ceño, el alquimista elfo se preparo para el combate. 

Alain desenvainó su espada y esperando a que Xanorin utilizara su mágia dijo:

- Muchachos, ya tenemos cena.

Para evitar que al aumentar de tamaño Alain aplastara a Saphira, bajó de ella y esperó con la espada en mano.

Uno de los tengu recibe el rayo de fuego y grazna sorprendido por lo doloroso de la herida, a lo que el líder interviene. 

- ¡Eso ha sido un error, craaa! ¡Ahora desvalijaremos vuestros cadáveres, craaa!- tras las agresivas palabras del tengu, el resto se ponen en guardia dispuestos a atacar.

Viendo que los tengu seguían sobre los árboles, lejos de sus wakizashis, Saeko envainó sus hojas, rápidamente, para lanzar un shuriken al tengu que había recibido el ataque de Xanorin.

El tengo, ahora ya asustado por recibir tantos ataques, decide huir bajo la vengativa mirada de su líder, rezando porque este muera antes de que pueda tomar represalias, y escapa saltando de entre los árboles dejando tirados a sus compañeros. Viéndose en desventaja, uno de los arqueros apura a apuntar su arco y disparar hacia Alain para tratar de igualar las tornas, pero la débil flecha rebota en su armadura.

Tal como había previsto, Alain sería un buen defensor y además posiblemente un gran combatiente. Tras el, gesticulando con las manos mientras conjuro; hago que Alain sea mas grande.

- ¡Inútiles, craaa!- grita el tengu líder al ver a sus subordinados ofrecer un espectáculo de ridiculez. Éste demuestra una mayor habilidad con el arco, o quizás suerte gracias a que ahora el objetivo es inusualmente más grande. Una flecha impacta entre la tercera y la cuarta placa de armadura de Alain, y le inflinge una moderada cantidad de daño.