Partida Rol por web

Calántir caminaba fascinado pasando por los puestos, era la primera vez que estaba en una ciudad tan bulliciosa y le impresionaba todo lo que veía.

-¡Vaya!, ¡cuánto jolgorio! Mira esas máscaras de allí, ¡que bella factura!, y en aquél puesto de allí, ¿qué es esa pieza que vende?. Todo ésto me parece increíble, cuando acabemos en la taberna me gustaría pasear más tranquilamente por aquí; sobre todo por las casetas de concursos, estoy desando probarme en la de tiro con arco.

 Cuando salieron de la sala donde se dió la reunión de los cinco ejércitos el nuevo grupo variopinto cruzó por un mercado callejero de camino a la taberna llamada la Piedra borracha, aunque no muy a gusto con tanta gentío mientras trataba de estar atenta en su recorrido la mística elfa Luriend se detuvo un par de veces curioseando y preguntando por libros de saber, pergaminos antiguos, talismanes mágicos y anillos que protegen del mal y pensó regresar más tarde por alguna pieza que realmente le hubiese interesado y le fuera útil, sonrió al escuchar a Calántir, quien por momentos le parecía un chiquillo un poco impetuoso y le dijo:

          " Es casi contagiosa su alegría joven Calántir, le felicito por ello y con gusto le veré lucir su puntería si lo intenta después de conversar un rato "  

-Es un placer hacerla sonreír milady. Lo cierto es que la ciudad más bulliciosa que he visto en mi corta vida ha sido la de Bree, y no tiene nada que comparar a Valle, por ello me fascina todo lo que veo. No obstante ahora que sé que tendré a una bella elfa como espectadora, me avergüenza admitir que mi arte con el arco no está ni por asomo cerca de la habilidad de su gran pueblo, pero me esforzaré todo lo que pueda en hacerlo lo mejor posible. Concluyó con una gran sonrisa en su rostro.

Caminando afablemente por el mercado, Alberthorn disfrutaba del jolgorio de la ciudad, de una forma más bien recatada.

Cuando lleguemos, deberemos buscar un buen sitio para hablar, los asuntos de "La Piedra Borracha" no son siempre limpios... mejor dicho, pocas veces lo son. Pero bueno, estamos de celebración y unas pintas no nos vendrían mal a tal efecto.

Cerrando la comitiva, ojea de vez en cuando la retaguardia, no sería de extrañar que su bella acompañante levantara las inquietudes de algunos. Aunque no había mejor momento para pasear libremente por Valle, la ciudad se encontraba a rebosar de celebridades.

Os acercáis a la Piedra borracha, el signo que cuelga afuera representa la Fabulosa piedra del Arca encima de una jarra de cerveza. Muchos de los enanos más viejos de la montaña consideran este nombre poco respetuoso para la piedra, pero eso no ha impedido que los enanos más jóvenes y alocados remojen la barba en la cerveza de la posada.  El posadero en cuanto os ve os dice - Ésta fue una de las primeras posadas construidas en valle, y se llamaba originalmente la Nueva posada. Mi nombre es Skelid.

Notáis como la gente que se sienta alrededor son personas adineradas, excepto un cazador hombre del bosque que bebe solo en la posada. Suponéis que las habitaciones tienen que ser caras y aquellos que no disponen de suficiente dinero deben alojarse en los alrededores. 

" Muy buen día tenga usted, señor Skelid! Por favor ofrezcanos si es posible una buena mesa reservada del resto para poder conversar con los caballeros de manera cómoda y privada, le sabremos agradecer ese favor al finalizar como es debido " La bella y joven elfa, representante del rey elfico del bosque le ofrecio una simple moneda dorada solo en caso de que el dueño del lugar hiciera alguna seña de necesitarla y le sonrió educada y carismaticamente mientras que de reojo miraba a los presentes y al extraño cazador que bebe en una esquina del establecimiento

Calántir permaneció callado mientras Luriend conversaba con el tabernero. Echó un vistazo alrededor fijándose en el tipo de personal que frecuentaba la taberna, y ninguno le pareció peligroso ni extraño, a excepción del cazador. Le tendría un ojo puesto encima aunque sólo sea para satisfacer su curiosidad.

Alberthorn permaneció detrás de Luriend y junto a Calántir, ya que la elfa había comenzado la conversación y parecía que sabía lo que hacía, el montaraz decidió que sería mejor quedarse con su compatriota en un segundo plano, atento a los movimientos en el local.

Sus ojos se posan momentáneamente en el cazador - ¿que lo traerá por aquí?...puede que sea lo mismo que a todos, pero será mejor no descuidarse.

Otho, de espíritu afable y optimista tomó asiento junto con sus compañeros, sacó su bolsita de tabaco de la cuaderna del este, cebó su pipa, y empezó a fumar. Sus nuevos amigos parecían preocupados por la presencia de un cazador. Ser un joven hobbit de la Comarca y estar en una taberna en Esgaroth así que no le dio más vueltas y saludó amigablemente a todo aquel parroquiano que lo miraba con curiosidad.

Te das cuenta que dentro del carcaj lleva tres flechas cuyas puntas fueron forjadas en Angmar.

El posadero os lleva a una mesa algo reservada de las demás, esta tiene algo en especial hay una carta sobre ella. En cuanto os ve vuestras caras os dice - Gandalf vino y me dijo que si veía a alguien como vosotros os condujera hacia esta mesa donde se halla la carta que él mismo escribió y dejó ahí.

Al acercaros y abrirla dice así:

... amigo mío, ojalá pudiera persuadirte de venir aquí para que vieras por ti mismo que lo que conseguimos juntos no se ha perdido por holgazanería. Hemos trabajado mucho y bien desde la muerte del Dragón y la liberación de la Montaña Solitaria. El esplendor de nuestro trabajo sobrepasa en mucho los sueños más optimistas de Thorin en cuanto a lo que podíamos llevar a cabo cuando planeábamos nuestra pequeña aventura.

¡Y pensar que han pasado casi cinco años! Podrías decir que por aquel entonces no te teníamos en gran estima. Ahora añoro nuestros días juntos, y cambiaría alegremente mi pacífica vida por una de peligrosas aventuras. Lo sé, parece increíble, pero siento que dormir bajo las estrellas con una espada al cinto aliviaría mi preocupada mente.

¿Y qué me preocupa, dices? No conozco la respuesta, pero la inquietud pesa Fuertemente sobre mi corazón. Su origen no puedo adivinarlo. El azote de Smaug ha sido vencido, el Nigromante ha sido expulsado de su Fortaleza en el bosque y, tras la Batalla de los Cinco Ejércitos, los trasgos tienen miedo de abandonar sus bastiones de montaña. ¡Tenemos razones sobradas para pensar que ésta será una nueva era de prosperidad!

Pero algo anda mal, y no soy el único que lo percibe. Una sombra, que puede notarse pero no verse. La presencia de una amenaza sin nombre que prohíbe a la gente regocijarse por entero en la esperanza y en la confianza que deberían seguir al retorno de la luz.

¿Tonterías? Posiblemente. Después de todo no soy más que un mago viejo, y los que se dignan escucharme son sólo unos pocos. Por cada voz que se atreve a susurrar palabras de precaución, muchas más responden que nuestras recientes victorias nos han otorgado un respiro. A pesar de mi acuciante inquietud, la complacencia abunda.

Queridos aventureros, en lo más profundo de mi interior tengo la sensación de que deberíamos permanecer vigilantes, y prevenir a los otros contra los riesgos de la autocomplacencia. Todos los que están a nuestro alrededor parecen sin embargo mirar hacia su interior, hacia sus propias ocupaciones, y tan sólo a lo que sucede delante de sus narices. Pronto hablaré con el Rey Bardo de estos asuntos, y es posible que nos encontremos. 

La emisaria élfica agradece al posadero y le promete un moneda además de la que le da cuando le pide buena comida y bebida antes de reconocer la carta, aunque no la toma, la lee junto a los demás cuando le es posible y mira a los presente antes de preguntarles en voz baja para no llamar más la atención de algún curioso dentro de la posada: " Quién de ustedes conoce al peregrino gris a tal grado como para que lo considere su amigo y le haya enviado esta misiva? Por que me agradaría conocerle y poder intercambiar palabras con el famoso mago alguna vez ¿A quiénes se refería con queridos aventureros?, si nosotros nos acabamos de conocer y todavía no hemos dicho nada acerca de conformar un grupo como tal. Coincido que no debemos caer en encerrarnos en nuestros intereses particulares en este momento de aparente calma y bonanza, pero a que se referirá con que permanezcamos vigilantes "

Calántir no cabía en sí de gozo, partir hacia el este había sido una de sus mejores decisiones; al parecer iba a formar parte de algo grande y podría conocer al mismísimo Gandalf, había oído innumerables historias sobre él, pero poder verlo en persona era un sueño hecho realidad, por lo que exclamó:

-¡Vaya! Parece que (y ahora bajó un poco la voz) el pregrino gris (y volvió a su tono normal) tiene algo importante que decirnos. Seguramente la carta tendría como objetivo a vos señor Alberthorn o a vos señora Luriend, pero si me lo permitís estaré encantado de ayudar en todo lo que pueda; y por cierto (volviendo a bajar la voz) el extraño cazador lleva 3 flechas cuyas puntas fueron forjadas en Angmar en su carcaj, nuestras sospechas son fundadas.

Acto seguido se sentó y se comportó de manera natural, esperando la reacción de sus amigos y ver si sabían algo más sobre todo lo que estaba aconteciendo.

Al leer en voz alta la carta te percatas que es la misma que Gandalf escribió al señor Bilbo Bolsón.

¿¿Angmar?? - Ese nombre desplazó toda línea de pensamiento en la cabeza de Alberthorn - Podría ser un espía o peor, un asesino, pero...¿se atrevería a entrar en Valle en el aniversario de la Batalla de los Cinco Ejércitos? Desde luego yo no estaría sentado tan a gusto en una taberna de ser así. Una cosa está clara, no podemos hablar de nuestros asuntos mientras no identifiquemos a ese individuo, sería demasiado arriesgado.

Bajando el tono aún más y disimulando su preocupación, el emisario de los Dúnedain le explica su plan al resto de la mesa - Creo que lo mejor sería ir directamente, cortar su vía de escape y obligarle a identificarse - dice mientras agarra la empuñadura de su daga. Si teneis una vía más "diplomática" estaré encantado de escucharla, pero hasta asegurarnos de quien se trata yo lo tomaría como enemigo.

Cálantir asintió ante el plan de Alberthorn:

-Estoy contigo Alberthorn, pero creo que antes deberíamos agotar la vía diplomática; sugiero que el señor Acebuche intente hablar con él, ya que parece que tiene un gran don de gentes; yo mientras tanto me acercaré a la barra como si fuera a realizar algún pedido y le preguntaré al posadero a ver si conoce algún detalle sobre el cazador que nos pueda ayudar, ya que si Gandalf  ha confiado en él para entregarnos la carta, nosotros podemos hacer lo mismo. Si seguimos sin sacar nada en claro tendremos que idear la forma de sacarlo de la taberna y averiguar que sabe realmente. Mientras lo meditáis voy a ver que sabe el posadero.

Y dicho ésto se encaminó a la barra y le dijo:

-Mi señor, sírvanos cuatro pintas de cerveza cuando pueda. 

Mientras rellenaba las jarras le preguntó en voz baja:

-Disculpad las molestias, pero mis compañeros y yo estamos algo intranquilos con la presencia del solitario cazador, no parece alguien de bien, ¿sabéis algo de él?

La elfa escucha a ambos dunedain conversar mientras que usaba el reflejo de la cuchara metálica que le habían dado para comer para ver al cazador sin voltear a verle y después de meditar un momento les respondió a ambos con un susurro mientras que seguían todos en la mesa designada:  Señores creo que antes de reaccionar impetuosamente me suena buena la idea de preguntar por el misterioso cazador, ya que realmente no nos consta que la carta entregada sea realmente enviada por el peregrino gris ... bien podría ser una trampa, por eso les preguntaba antes si alguno de ustedes lo conocían porque por lo escrito en la misiva parecería que conoce ya a alguno de nosotros y sabía que estaríamos aquí, mientras que Calentir pregunta por él podriamos invitarlo a sentarse con nosotros para presentarnos y conocerle, ¿les parece bien?