Partida Rol por web

El Brazal de Oro

- Capítulo I: Un muelle entre las brumas -

Cargando editor
21/04/2019, 22:49
Gungnar

El enano en cuestión era bajo y calvo, pero tan musculoso que parecía tallado en roca. Llevaba un pantalón con placas de metal, pero el torso estaba desnudo y cubierto de cicatrices y tatuajes de formas geométricas. A un costado le colgaba una voluminosa hacha de bronce enano. Estaba claro que era un guerrero... y uno hábil y experimentado. Reconoció inmediatamente a la princesa y se dirigió a ella con deferencia.

—Saludos —dijo con voz grave—. Sois la princesa Ingelyn de Skald, supongo. Mi nombre es Gungnar, y soy súbdito del Rey Grummdar. Mi capitana, Agga, me ha ordenado que permaneciese junto a esta puerta por si veníais. Quiere hablar con vos lo antes posible para advertiros sobre la ruta que debéis recorrer en vuestro viaje. Ha ido a buscar a Strumni, un enano que ha recibido la tarea de acompañaros. Quizá lo hayáis conocido ya. En cualquier caso, mi señora me ha dicho que se dirigiría al centro de Skermnir. Podremos encontrarla allí.

Cargando editor
21/04/2019, 22:37
Mara

Suspiró cuando Gallan le dice eso y se cruzó de brazos. La verdad es que no le gustaba que le convenciese tan fácilmente, pero es que no cumplir esa misión podría suponer un riesgo para Volaria. Aunque lo que más le fastidiaba es que Gallan fuese libre de largarse.

-Eso... tú huye y déjame en este lugar frío e inhóspito.

Se intentó cobijar en la capa que llevaba, pero no ayudaba mucho con la sensación de frío que reinaba en el ambiente.

-Ya se que todo pinta mal. Seguramente, tu instinto no está desencaminado... aunque acercarme... será difícil.

Suspiró de nuevo, un poco desanimada.

-Buen viaje, Gallan.

Cargando editor
21/04/2019, 23:09
Ylva

A pesar de ser una muy buena arquera, Ylva no solía presumir de ello. Cada segundo perdido presumiendo era un segundo que no estaba disparando o haciendo cosas divertidas. Presumir era lo que hacían los que necesitaban ganarse a la gente con la palabra, no con los actos. Mientras el tendero recitaba precios, la joven contaba sin mirar las monedas dentro de la bolsa. Le llegaba por muy poquito, pero no veía que fuese a necesitar mucho dinero en aquel viaje.

–Un poco, señor– respondió la niña ensanchando la sonrisa mientras examinaba las calidades de la compra.– Dos metros de cuerda bastarán. Pero aunque sean grandes ¿podría mostrarme uno? Me gustaría ver como son los de esta zona. 

Iba a añadir algo más cuando entonces Glyrhel entró en la tienda. Había estado una semana sin verlo, aburrida como una ostra en el barco y tenía muchas ganas de hablar con él.

–¡¡Glyr!!– exclamó con alegría soltando la red sobre la mesa y saltando a su lado– ¡Ya estamos aquí! ¿Te lo puedes creer?

Cargando editor
22/04/2019, 18:24
Strumni

Saludó con normalidad pese a que le extrañaba que una mujer tan importante como Agga necesitara algo de él. Strumni no era un herrero, pero sí un enano y gracias a eso sabía apreciar todo buen trabajo artesanal. El equipo de los enanos que acompañaban a Agga era impresionante, de una calidad muy elevada.

—Bueno, es mucho tiempo caminando por la superficie, uno aprende ciertos trucos —murmuró sin darse mucha importancia, pues no creía tenerla.

Mientras esperó a que la enana le aclarara el motivo por el cuál le había hecho llamar, el enano recogió la pipa y se la colocó entre los labios mordisqueándola sin encenderla, como de costumbre. Levantó una de sus peludas cejas de nuevo, al escuchar la premura.

—Está aquí cerca, acabo de hablar con ella. Estamos haciendo unas últimas compras para salir de inmediato. ¿Sucede algo? —El enano señaló en la dirección en la que había dejado a la princesa mientras esperaba la respuesta—. ¿Ha pasado algo malo?

Cargando editor
23/04/2019, 01:17
Glyrhel

Atravesó el umbral casi corriendo y apenas se detuvo para contemplar interesado al enano con el que se cruzó entrando. No eran muchos los enanos con los que se había topado hasta entonces y aún menos eran aquellos con los que había tenido oportunidad de hablar, pero sabiendo hacia donde se dirigían estaba seguro de que aquello cambiaría muy pronto y era algo en lo que le encantaba pensar. Tantas cosas nuevas por experimentar y tan buen alimento para una imaginación vivaz.

- Ehm... No... Yo no...- negó con la cabeza y alzó un dedo que apuntó como inocua saeta hacia Ylva.- Yo... Yo vengo por ella. La he visto y he entrado. No quiero comprar nada.- agachó momentáneamente la cabeza avergonzado, aunque no tanto por el malentendido como al ser consciente, tras escuchar los precios, de su paupérrima economía personal.- Lo siento.

Miró hacia la salida pensando que quizá era mejor esperar fuera a que ella terminara, más después de aquello, pero tras escuchar a su amiga no pudo evitar responderla.

- Sí, supongo- Se encogió de hombros. Podía creérselo, es más, lo estaba viviendo. Lo que no se podía creer era que dispusiera de una oportunidad tan extraordinaria como aquella y, por supuesto, de lo que acababa de vivir. - Ylva... Esto... Si tuvieras que elegir entre rojo, verde y amarillo, ¿cuál elegirías?

Cargando editor
23/04/2019, 09:01
Dewa

Dewa continuaba tras la espalda de Runi y al detenerse asomó ligeramente el rostro para contemplar al enano. Sus armas no le importaban, su barba le daba igual. Ella clavó sus ojos en esas enormes cicatrices. Si me re viajo pensando las historias que podría narrar ese guerrero. Sangrientas sin lugar a dudas y también heroicas. Prueba de ello era su propia presencia, solo los vencedores regresan de las batallas o al Me son eso creía Dewa. - Entonces... ¿No son enemigos?- Salió por completo de la protección de la espalda de Runi para olisquear al enano sin acercarse. Los movimientos de nariz simulando un perro era una de las advertencias que su padre le había dicho que no debía realizar. Miró a la princesa para ver su reacción mientras molestaba al viejo Runi con una de sus estupidas preguntas - ¿Quien es este enano, anciano? Parece un fiero soldado curtido en el combate y, aunque tenemos superioridad, yo no confío mucho en mí misma para luchar-

Cargando editor
23/04/2019, 10:24
Ylva

–No, no. Espera conmigo– dijo agarrándole de la muñeca para que no se fuese. La niña contó el dinero de nuevo el dinero. Iba a quedarse sin una triste moneda de cobre, pero ya cazaría algunas liebres o algo. Además, Glyrhel también le vendría bien llevar algo de material.– Oye, ¿quieres llevar un par de metros de cuerda? Yo te la compro. Y te puedo dar uno de los ganchos.  

Iba a pedir ya más material cuando Glyr le hizo aquella extraña pregunta.  La niña dudó un par de segundos, no porque no supiese que responder, sino porque le sorprendió aquella pregunta.

–Verde–dijo finalmente– Si es para vestir, verde. Los verdes y los pardos son los mejores colores. Incluso en la nieve hay arbustos. Pero si es para comer rojo. Como las grosellas, las manzanas o la carne recién cortada. ¿Por qué?

 

 

Cargando editor
23/04/2019, 11:19
Reina Ingelyn

Una parte de ella, sólo una parte, respiró aliviada ante la noticia de que los enanos habían entrado sin mayor problemática. Aún estaba preocupada por los motivos de su presencia alli y que aquello fuese algo reciente debido a que ni el propio Strumni sabía al respecto. Lanzó una mirada de advertencia a Dewa por sus actos pero en su fuero interno tuvo que reconocer que por un momento ella también creyó que podía haber ocurrido algo y que aquello podría haber sido el advenimiento de una pelea que sería especialemente grave al no conocer el motivo de la misma.

—El pueblo enano del Rey Grummdar tiene permiso para cruzar libremente estas tierras, Dewa, así que no hay motivos para que aquí deba llevarse a cabo ninguna pelea. Saludos, Gungnar de Krar Umgar. Os acompañamos junto a vuestra capitana, por supuesto. Pero... vuestras palabras me preocupan: ¿qué peligros del camino requieren la advertencia de una comitiva de guerreros?— o aquello era muy grave o era algo que aquellos al mando de Agga habían visto por casualidad. No tenía claro cuál de las dos opciones le gustaba menos.

Cargando editor
23/04/2019, 13:22
Glyrhel

- Noooo- se apresuró a responder. Había visto cómo contaba cuidadosamente el dinero, un gesto que no le resultaba ajeno y que jamás había visto hacer a alguien al que le sobrara.- No hace falta, Ylva. No gastes dinero por mí. Guárdalo. Ya sabes, por si acaso. Si necesito una cuerda te la pediré prestada, pero no me compres una. Por favor.

Miró al tendero y no tardó en apartar la mirada sintiéndose un poco culpable. No solo no iba a comprar sino que además evitaba que una verdadera clienta dispuesta a gastarse el dinero gastara más. No creía que aquello le hiciera mucha gracia. A él probablemente no se la haría.

Entonces Glyrhel se llevó la mano al bolsillo temiendo que su contenido se hubiera desvanecido como una ilusión, después de todo era lo que había parecido la conversación que minutos antes había mantenido. Pero allí seguían, fríos al tacto, la razón de la pregunta que había hecho hacía unos instantes.

- Y... Luego te lo cuento. Luego.

Era mejor esperar hasta que se encontraran solos.

Cargando editor
23/04/2019, 13:50
Runi

Rumi fue a su paso renqueante siguiendo a la comitiva para encontrar a los enanos. Estaba intrigado, y quizás un poco preocupado, por encontrarlos allí. Aunque una vez Gungnar explicó sus motivos la cosa se calmaba, al menos de momento.

No pudo evitar tratar de dar un codazo a la chiquilla ante su forma de olisquear cual sabueso, y de haber podido le habría arreado un bastonazo pero no quería hacerse notar tanto.

Al menos la princesa sabía comportarse, e incluso hizo las preguntas pertinentes. Preguntas que también se hacía Runi y esperaba que la capitana pudiera responderlas y que fueran satisfactorias.

-Mis huesos ya no están para muchos trotes, más vale que sea un viaje tranquilo.- Pensaba el anciano mientras miraba al guerrero enano.

Notas de juego

Venga, va. Violencia, violencia gratuita. XDDD

Cargando editor
23/04/2019, 23:21
Rothnan

Mientras hablaban, Rothnan fue preparando todo lo que Ylva le había pedido. Además, sacó un arco grande de debajo del mostrador y se lo enseñó a la chica. No estaba mal... pero tampoco le sorprendió demasiado. Los había visto mucho mejores en Frondby, y el suyo mismo era de mejor calidad.

—Bueno... creo que esto es todo —dijo el tendero—. La red, dos metros de cuerda y los ganchos. Serán cuatro piezas de cobre.

El tendero se guardó el dinero en una bolsa cuando Ylva se lo entregó, y dio una cabezada de agradecimiento. 

Notas de juego

Dinero descontado y equipo añadido.

Cargando editor
23/04/2019, 23:26
Astrid

Astrid se dirigió a Rothnan en cuanto este hubo terminado de atender a Ylva.

—Yo también necesitaré algunas cosas, Rothnan —dijo la guerrera—. Sobre todo que me afiles el hacha. Ah... y dame a mi lo que te ha pedido el enano, pagaré por él y se lo llevaré. Tenemos prisa.

Se volvió hacia Ylva y Glyrhel.

—Podéis ir con Strumni. Os alcanzaré después.

Cargando editor
23/04/2019, 23:28
Narrador

Gungnar le indicó respetuosamente a Ingelyn que sería mejor que hablase directamente con su capitana. Al grupo de la princesa le sorprendió que un guerrero enano tan corpulento e imponente como aquél fuera tan educado. Sobre todo a Runi, que había conocido a unos cuantos y sabía bien que aunque eran honorables, no se distinguían precisamente por sus formas. Quizá por eso se llevaban bien con los skaldi.

No tardaron en llegar al centro del pueblo y allí pudieron ver que, en efecto, había un grupo de soldados enanos bien pertrechados. Hubiera hecho falta un grupo considerable de enemigos para poner en apuros a un pelotón de enanos como ese. Mara, la mujer volariana, llegaba al centro de Skermnir en ese momento también, y pudieron ver que se quedaba sorprendida al descubrir allí al grupo de enanos.

Se fijaron en que Strumni hablaba con una enana de pelo corto y rubio, que parecía ser la líder e iba enfundada en una armadura de bronce imponente, con un enorme martillo a la espalda. 

Cargando editor
23/04/2019, 23:34
Narrador

Gallan se marchó con rapidez tras asentir una vez más en dirección a Mara, para agradecerle sus buenos deseos. En un momento, la exploradora volariana estuvo otra vez sola en el pueblo. No había mucho más que pudiera hacer ahí, así que se encaminó al encuentro del grupo de la princesa. No tardó en encontrarles en el centro del pueblo, pero se sorprendió al comprobar que no estaban solos. Había un grupo de guerreros enanos allí, bastante intimidantes. Una enana rubia y de pelo corto les lideraba.

Cargando editor
23/04/2019, 23:37
Agga

Agga estaba a punto de responder a Strumni cuando la princesa Ingelyn llegó junto con su grupo al centro de Skermnir. Strumni reconoció al momento al enano que les acompañaba, era Gungnar y tenía el mismo aspecto de siempre, una roca de montaña menuda y musculosa.

—Vaya, mira qué suerte...

La capitana enana se volvió hacia la princesa y en dos zancadas sorprendetemente amplias para alguien de su raza, se plantó delante de ella. Eran igual de altas, pero a Ingelyn le sorprendió lo imponente que era la presencia de aquella guerrera.

—Princesa Ingelyn, me alegro de encontraros —dijo—. Soy Agga, de Krar Umgar, y estoy al mando de este pelotón de guerreros. Vamos hacia el norte, a los Montes Blancos de Skald, para auxiliar a la fortaleza de un pariente de nuestro rey contra una incursión de rátidos. Pero conocemos vuestra misión y hemos decidido hacer una parada aquí para hablar con vos y vuestro grupo. Tenemos novedades sobre el camino que vais a recorrer.

Cargando editor
24/04/2019, 11:48
Ylva

–Vale Astrid– respondió la chica, deseosa de salir de la tienda y encontrar un lugar donde hablar con Glyrhel. Le había decepcionado un poco el arco que había visto. Esperaba una construcción distinta al suyo. Pero no dejaba de ser una tiendecita de un pueblo no muy diferente al suyo. La decepción le duró tan solo unos segundos. Había tanto que explorar y tanto que conocer que un arco no marcaba la diferencia. Colocó el petate bajo el brazo y caminó hasta la puerta

– Vámonos entonces. Te presentaré a Strumni– dijo a Glyrhel antes de susurrar a su oído– Ya verás que barba. Nunca había visto nada igual. Además, es montaraz. Lo que podemos aprender de él.

 

Cargando editor
24/04/2019, 15:11
Glyrhel

Glyrhel caminó a la zaga, siguiendo a Ylva adonde fuera que ella le llevara. Después de todo era la que sabía dónde estaba ese tal Strumni que habían mencionado. Un nombre que en susurros trajo revelaciones que el joven no había imaginado.

- ¿Un montaraz?- repitió quedándose inmóvil unos momentos, esperando la confirmación de que lo que había escuchado era realmente lo que su amiga le había dicho.- ¿Uno de verdad? ¿Y has pasado todo el viaje con él? ¿En el barco? ¿Y qué te ha dicho? ¿Qué te ha contado?

Él no había tenido una oportunidad como aquella, su viaje había sido de lo más "normal". Claro que lo que es normal para otros, para cualquiera que no ha viajado nunca termina convirtiéndose en algo extraordinario. Precisamente ese había sido el caso del muchacho que no había pisado jamás un barco y para el que aún no teniendo un montaraz con el que departir durante los momentos de asueto, todo había sido, en cierto aspecto, tremendamente mágico.

Cargando editor
24/04/2019, 15:26
Ylva

–No, no. ¡Ojalá!– Le conocimos nada más desembarcar. Va a ser nuestro guía. La voz de Ylva sonaba muy emocionada. – No habla mucho, pero podemos aprender de él.

 

Cargando editor
24/04/2019, 15:29
Narrador

Mientras Agga, la capitana enana, se presentaba a la princesa Ingelyn, Glyrhel e Ylva llegaron hablando el uno con la otra por la calle que venía desde la tienda. Si un enano resultaba sorprendente para ellos, el grupo de enanos guerreros que había congregado en el centro del pueblecito debía serlo mucho más.

Notas de juego

Todos juntitos.

Cargando editor
24/04/2019, 21:35
Strumni

Acompañó a Agga y los suyos a la espera de conseguir más información pues bien cierto era que la urgencia de la guerrera había despertado una legítima curiosidad en él. No se apresuró a hablar, prefería escuchar y ser prudente, sus largos paseos a solas le habían enseñado a poner la oreja primero y articular palabra después.

Del relato de la guerrera lo único que provocó un gesto en Strumni fue la mención a los rátidos, odiaba a esos seres con toda su alma. No tenía mucho que objetar hasta que hablaron del camino, al fin y al cabo se suponía que él era el guía de todo ese grupo y si alguien debía saber las novedades era él.

— ¿Qué sucede con el camino? —preguntó con la misma curiosidad con la que había preguntado anteriormente.