Partida Rol por web

El Brazal de Oro

- Capítulo IIb: La batida -

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12/06/2019, 13:05
Glyrhel

Apenas cerró los ojos un instante, lo justo para encontrar el valor que necesitaba para completar los últimos metros de la carrera. Entonces sintió el tirón, un tirón que casi le hizo caer de bruces al suelo. Abrió los ojos y no cupo en sí de gozo al comprobar que lo habían logrado. Fruto del miedo y el esfuerzo, su pecho aún subía y bajaba a un ritmo desaforado, ahora acrecentado por la emoción de un éxito que no se había llegado a  imaginar.

Miró a Ylva con una amplia sonrisa y conteniendo una alegría que despertaba en él unas inmensas ganas de ponerse a saltar. Debían darse prisa, no sabía de cuánto tiempo disponían y era mejor que no desperdiciaran tan buena oportunidad.

- Venga, venga... ¡Ahora!- gritó a Astrid y Mara haciendo aspavientos con las manos para que avanzaran.- ¡¡CORRED!!

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13/06/2019, 00:31
Mara

A pesar de todo pronóstico, los dos críos consiguieron atrapar a uno de los esqueletos con la red. Tras un segundo de sorpresa, reaccionó y comenzó a correr para pasar entre el esqueleto atrapado y el otro que aun seguía en libertad. Sin duda, ese sería el único momento que tendrían pasar pasar sin luchar. No estaba claro cuánto tardaría el esqueleto en liberarse de la red.

-Bien hecho, chicos. Pensaba que no funcionaría.

Al pasar cerca de los enemigos, se mantuvo alerta. Por si decidían que podían moverse más rápido de lo mostrado hasta ese momento.

-Debemos darnos prisa.

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14/06/2019, 13:07
Narrador

Sin perder tiempo, Mara y Astrid corrieron hacia los chicos. No debían dejarles solos cerca de aquellos engendros, por mucho que uno de ellos estuviera en el suelo rodeado por una red. Pero justo cuando estaban a punto de alcanzarles, notaron que el suelo temblaba.

Al mirar a su izquierda, captaron un movimiento entre los arbustos. Algo estaba allí... y era grande. Cuando miraron mejor, sintieron un escalofrío de terror. ¡Era un esqueleto gigantesco! Al verles en el claro, lanzó un rugido terrible. Por la forma de sus huesos y por los dientes puntiagudos de su fuerte mandíbula, estaba claro que era un esqueleto de troll.

El esqueleto humano se dirigió a Astrid con su arma en ristre. Lanzó un espadazo directo a la cabeza de la guerrera, pero esta se cubrió a tiempo con su escudo.

- Tiradas (2)
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14/06/2019, 13:12
Astrid

Astrid, trabada aún en combate con el esqueleto humano, miró por el rabillo del ojo hacia el otro lado del claro, donde se encontraba aquél tremendo montón de huesos.

—¡Corred! —gritó—. ¡Si esa cosa nos alcanza, estamos perdidos!

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14/06/2019, 18:01
Glyrhel

Tan pronto vio la mole de huesos que acababa de aparecer, todo atisbo de alegría tuvo un abrupto y colosal final. Su rostro demudado adquirió un tono anormalmente pálido tan pronto su corazón comenzó a bombear desesperado una sangre que sus músculos no tardaría en necesitar.

El hecho de que Astrid les dijera que huyeran fue muy considerado por su parte, pero tremendamente innecesario. Glyrhel, desde hacía tiempo ya, tenía pocas dudas sobre qué hacer, y las pocas que le quedaban echaron a correr aterrorizadas mucho antes de que él mismo emprendiera la carrera no dispuesto, por nada del mundo, a quedarse atrás.

Notas de juego

Pues eso, a correr: 2, 1, 2, 2, 3.

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14/06/2019, 19:37
Ylva

Ylva había dado un abrazo de pura felicidad a Glyrhel al ver lo habían conseguido. Ellos dos solitos habían conseguido dejar fuera de combate a un ser que guerreros poderosos de su clan no hubiesen podido con él. Pero aquella alegría duró lo justo. Ni siquiera le dio tiempo a imitarlo, gritando a Astrid que corriese.

–¿Tr..t..troll?– las pupilas de la chiquilla se dilataron como las de un gato y por un brevísimo momento, creyó que sus piernas no responderían. Pero vaya si respondieron. Sin embargo, como cabría esperar de la hija de Gunnar, no parecía muy dispuesta a irse dejando a Astrid sin más. La muchacha alzó su temblorosa mano para disparar al esqueleto que atacaba a Astrid antes de volverse y correr como un gamo, volviendo de cuando en cuando la cabeza atrás para ver si la guerrera les seguía

- Tiradas (2)

Notas de juego

2,2,2,2

Nada de zig-zag, que no hay arqueros.

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17/06/2019, 09:39
Narrador

Sin pararse a pensar cómo era posible que una mole de huesos como aquella pudiera moverse, el grupo huyó del lugar tan rápido como sus piernas les permitieron. El camino no debía estar ya lejos. Con Glyrhel e Ylva a la cabeza, los cuatro se abrieron paso a través de los arbustos y troncos, trastabillando y mirando atrás de vez en cuando.

Sin embargo, antes de que pudieran salir de la espesura, otros dos esqueletos les cortaron el paso, y tres más aparecieron en sus flancos. Aquello era una pesadilla. No sólo aquellos no muertos no paraban de surgir como setas del suelo, si no que encima ellos empezaban a notarse cansados, cosa que seguro no preocupaba a los cadáveres.

Estaban empezando a preguntarse cómo iban a salir de aquél brete, cuando oyeron un curioso silbido que venía de algún lugar a su izquierda. Era una especie de melodía dulce, que sonaba como si hubiera eco... y entonces, varias flechas surgieron de la nada y se fueron a clavar en los esqueletos que rodeaban al grupo. Distraídos, los cadáveres no les atacaron y en vez de eso buscaron a quien quiera que hubiera disparado contra ellos. Pero antes de que pudieran dar con nadie, hubo un estallido verde y todos los cadáveres cayeron al suelo convertidos en pilas de huesos.

Los cuatro se quedaron de una pieza ante aquello. Mientras se recuperaban de la impresión, escucharon una vocecita a su izquierda, el lugar del que había venido el melodioso silbido.

Pssst... ¡por aquí, rápido!

Notas de juego

Asumo que Mara echa a correr también para huir.

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18/06/2019, 13:00
Glyrhel

El troll que había truncado todo atisbo de alegría había resultado ser el menor de sus problemas. Lo habían conseguido dejar atrás, pero teniendo en cuenta que en cuanto habían avanzado un poco se habían visto rodeados, no sería por mucho tiempo. Y lo peor es que Glyrhel lo sabía, o había creído saberlo: deberían haber escogido el otro camino, el más largo, aquel al que habían renunciado lanzándose desesperados a los brazos de un peligro cierto por el temor a lo desconocido.

El muchacho giró sobre sus pies comprendiendo la precaria situación en la que estaban y, en cierto modo, aceptando el destino que creía que le esperaba. Obviamente no se iba a quedar cruzado de brazos por mucho que la desesperanza le invitara a ello. Haría todo lo posible por escapar de allí, pero... Pero...

El silbido de una saeta; luego otra; y luego otra. Suficientes como para que perdiera la cuenta, aunque tampoco es que importara cuando fue testigo de cómo la magia que sustentaba a aquellas criaturas se desvaneció en un estallido verde.

El muchacho alzó las cejas, gesto al que no tardó en sumarse una boca que sin darse cuenta había dejado abierta. Tan pronto se recompuso, espoleado por necesidad y curiosidad, corrió hacia donde había escuchado la voz de su salvador. Estaba deseando agradecérselo y, también, descubrir quién demonios era.

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18/06/2019, 13:51
Ylva

Ylva se sentía incapaz de procesar todo lo que estaba pasando. Los esqueletos, la lluvia de flechas, la explosión verde, la desaparición de los esqueletos y aquella voz. Era demasiado. Tras unos segundos totalmente rígida, sin atreverse a girar la cabeza hacia donde venía la voz, finalmente fue capaz de hablar, con un hilo de voz.

–Padre...Mi padre... y... nuestros amigos están...–La chica trató de coger aire para respirar con normalidad y se lanzó a la carrera tras Glyrhel antes de parar en seco cerca de los arbustos, buscando con la mirada a los portentosos arqueros. Nunca, en sus quince años de vida, se había visto envuelta en algo así, pero a pesar del miedo, no podían olvidar a los suyos– ¡Están en una granja cerca! Por favor...tenéis que ayudarlos también

A pesar de que era muy consciente de que aquellos misteriosos salvadores también podían hacerles daño, lo cierto es que les habían ayudado. Ylva miró a Astrid, buscando algo de ayuda o consejo en ella, al fin y al cabo, era una gran guerrera del clan.

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18/06/2019, 23:40
Narrador

Astrid quiso detener a los chiquillos antes de que se lanzaran sin pensar al lugar del que venía aquella voz, pero ya era tarde. Chistó con fastidio y les siguió sin perder tiempo, confiando en que la exploradora volariana hiciese lo mismo.

Cuando los cuatro habían atravesado los arbustos que les rodeaban, llegaron a otro pequeño claro donde había tres formas menudas agazapadas en la hierba. Todo estaba tan oscuro que no podían ver nada, pero entonces una tenue luz verdosa iluminó la zona desde la copa de uno de los árboles.

Fue en ese momento cuando el grupo pudo ver que lo que tenía delante eran tres criaturas que parecían niños pequeños, de piel verde y moteada, y hojas de árbol en lugar de cabello. La luz que les iluminaba, por su parte, venía de una esfera que brillaba en la mano de una figura femenina encaramada grácilmente a una rama del árbol más cercano. Su cabello, muy rubio, estaba recogido en una coleta y enmarcaba un rostro fino y decidido. Era una elfa, y no era la única, pues en el árbol de enfrente, otra de su especie que tenía el cabello corto y parecía tener la edad de Glyrhel e Ylva, les miraba con curiosidad mientras sujetaba un ornamentado arco frente a sí.

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18/06/2019, 23:47
Wik

Una de las criaturas de piel verde se levantó y se echó a temblar en cuanto llegaron al claro.

—¡Ah! —gimió—. ¡Kuwo, Mawi, os lo dije! ¡No sólo hay huesudos, seguimos estando en peligro!

Las otras dos criaturas no se movieron, pero una de ellas hizo un fuerte ¡chssss! para hacerle callar.

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18/06/2019, 23:50
Ilwen

La elfa que sujetaba la esfera verde de la que salía la luz que bañaba el claro bajó con agilidad del árbol y se acercó a ellos con rapidez.

—¡Silencio! —dijo, tanto a unos como a otros—. Estoy segura de que hay más de ellos cerca. No hay mucho tiempo, y habrá menos si llamamos la atención...

Miró a los dos niños y a las dos guerreras a las que no conocía, manteniendo su gesto serio.

—Parece que no somos los únicos que nos hemos metido en un lío esta noche. Soy Ilwen, de los bosques de Fyndol, al otro lado de Ormund. La que os apunta con su arco es mi hermana Merial. Y estos tres arbóreos son Kuwo, Wik y Mawi. 

La elfa hizo las presentaciones con rapidez, pero aún no parecía fiarse del todo de que aquellos humanos no representaran una amenaza.

—¿Quiénes sois vosotros y qué hacéis aquí en mitad de la noche?

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18/06/2019, 23:55
Merial

La joven elfa que estaba aún sobre el otro árbol les apuntaba, en efecto, con la flecha que sujetaba en su arco. Pero no parecía tener intención real de dispararles, y en lugar de eso estiraba el cuello con curiosidad tratando de verles mejor a todos. Hizo un gesto de asentimiento cuando la elfa que decía llamarse Ilwen pronunció su nombre.

—Hola... —murmuró con una media sonrisa, aunque enseguida recuperó una expresión decidida.

Mientras tanto, los seres arbóreos se mantuvieron en silencio y agazapados, como si quisieran fundirse con la hierba húmeda.

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19/06/2019, 00:25
Glyrhel

Aquel día había resultado ser un día de contrastes. El mayor de ellos había sido la apacibilidad con la que había comenzado y cómo había terminado dando paso a una frenética huida por salvar la vida. Pero también había contrastes a niveles más pequeños, en breves instantes como aquel en el que el resollar de la carrera se vio súbitamente interrumpido cuando Glyrhel aguantó la respiración al contemplar lo que tenían delante.

Miró a Ylva con incredulidad y señaló con el dedo. No lo hizo apuntando hacia nada ni nadie en concreto, solo hacia delante, pues había demasiadas cosas dignas de ser señaladas. Eso sí, tal fue la insistencia con la que lo hizo que, si en lugar de índice tuviera una espada, hubiera sido el mayor y más hábil espadachín del reino.

- Hola... Ehm... Soy Glyrhel. Eso... ¿Eso es magia?- preguntó mirando con intensidad el orbe verde.- Fuiste tú la que... ¡Puff!...- abrió la mano separando los dedos como en una explosión.-  ¿Los mató? Fuiste tú, ¿no? Cómo... ¿Cómo lo hiciste?

La verdad, eso era lo que más le importaba, y prefería dejar a Astrid o Ylva lo de las explicaciones porque ni él mismo estaba muy seguro de cómo habían acabado en aquel claro.

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19/06/2019, 00:37
Ylva

–Solo estabamos de paso–. Ahora que estaban aparentemente a salvo, el miedo comenzaba a hacerle efecto y el pensar en Ingelyn y en su padre a merced de aquellas bestias hacía que tuviese ganas de llorar, si bien por el momento parecía mantener la compostura– Nos quedamos en una granja cercana, para pasar la noche y vinimos aquí porque estábamos preocupados. Había sangre y no sabíamos si había alguien herido o algo peligroso. Mi padre y nuestros amigos siguen allí... con los esqueletos cerca.

Ylva miró a un lado y a otro, sin poder creer todo aquello. Sus ojos parecían registrarlo todo como si fuese un bardo en busca de nuevas historias. Pero no había bardo que pudiese inventar algo así. La chica parecía una estatua mientras su cerebro apuntaba todo lo que veía: Una elfa. Un orbe mágico. Otra elfa. Un arco alucinante, que dejaba el suyo a la altura de un juguete. Niños árbol... La mirada de Ylva se posó un largo rato sobre aquellos seres. ¿Qué demonios eran?

–¿Ar...boreos?– En aquel momento se dio cuenta de lo maleducada que estaba siendo, mirándolos fijamente. Tras un breve instante de confusión y aunque seguía temblando por el miedo y la preocupación, les sonrió con amabilidad y se agachó para no asustarlos. la niña se frotó los ojos y les tendió la mano– Perdonadme... Nunca había visto a uno de los vuestros... Kuwo, Wik...Mawi. Me llamo Ylva... y estoy asustada. No sé qué está pasando, pero gracias. A todos.

La niña miró de nuevo a las elfas, sin saber que mas añadir.

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19/06/2019, 01:33
Mawi

Antes de que nadie más pudiera decir nada, la arbórea más pequeña de los tres se levantó y cogió la mano de Ylva entre las suyas.

—¡Hola, Ylva! Yo soy Mawi —dijo sonriendo. Luego la miró de arriba a abajo, sin mostrar una pizca de aprehensión—. ¿También eres elfa? Pero no tienes las orejas puntiagudas...

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19/06/2019, 01:35
Kuwo

El último de los tres arbóreos, que era bastante más orondo que sus compañeros, bufó con desaprobación.

—Estupendo, ahora humanos —rezongó—. Esto cada vez se pone mejor...

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19/06/2019, 17:22
Glyrhel

La pregunta realizada a la elfa aún seguía en el aire, y a Glyrhel le seguía interesando la respuesta, pero no había podido evitar sentir cierta envidia cuando dieron la mano a su amiga Ylva. Él nunca había tocado a un arbóreo, algo que hasta hacía escasos minutos, cuando no sabía ni siquiera que existían, no le hubiera importado lo más mínimo. Pero ahora no paraban de asaltarle las dudas: ¿Cómo tendrían la piel? ¿Sería rugosa como la corteza de un árbol o suave como un junco? Y su tacto... ¿sería cálido o frió?

Haciendo gala de una amplia sonrisa, algo tensa quizá temiendo que no surtiera efecto, el muchacho extendió la mano esperando también que se la estrecharan.

- Esto... Ehm... Un placer, Mawi. Yo soy Glyrhel- repitió.

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20/06/2019, 21:14
Ilwen

La elfa que decía llamarse Ilwen asintió a la pregunta de Glyrhel.

—Sí, es magia —respondió sin darle importancia antes de que el orbe se apagara y ella se lo guardara en una bolsa que llevaba al cinto—. Y no están muertos. Bueno, sí... Lo que quiero decir es que no nos hemos librado del todo de ellos, el conjuro que he invocado puede debilitar la magia oscura que se ha apoderado de esos cadáveres durante un rato, pero no puede romperla. Volverán a alzarse, y para entonces más valdrá que estemos lejos.

Echó un vistazo a su alrededor, antes de responder a Ylva.

—Si hay más de los vuestros por la zona, deberíais estar juntos. Y alejaros todo lo que podáis de aquí. No sé quién puede haber levantado a esos muertos de sus tumbas, pero el que lo haya hecho no tiene buenas intenciones. Y no vais a tener la misma suerte dos veces... ¡Merial, baja! Nos vamos ya.

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20/06/2019, 21:20
Merial

Desde el árbol en el que estaba apostada, Merial había bajado el arco. Ya no les apuntaba con la flecha que sostenía en la mano.

—Pero, Ilwen... —dudó—. Aún no les hemos llevado a casa...

Señaló a los tres arbóreos al decir aquello. Sin duda, las dos elfas tampoco estaban allí de paseo.