Unidad de investigación científica

https://www.youtube.com/watch?v=niIcxMuORco

 Nada más salir del ascensor, lo primer que encuentras en el departamento científico es el salón de encuentro para los diferentes departamentos. 

esta sala esta acondicionada par el descanso. A un lado hay incluso algunas máquinas expendedoras con cosas de picoteo o bebida, de manera que no sea necesario ascender hasta la cocina si estás trabajando en algo que te consuma mucho tiempo.

La primera sala lateral está separada de ésta con una mampara de cristal, en la que es posible ver a uno de los miembros de la guardia destinado a esta sección. No es tanto porque teman que alguien no autorizado vaya a entrar, sino para tener la tranquilidad de que una mente no-computada está ahí por si lo necesitan. 

En la sala de seguridad, multitud de paneles muestran algunas de las salas en las que actualmente se está investigando. La persona sentada frente a ellos nunca entendería lo que se hace allí, pero en más de una ocasión ha salvado medio laboratorio por detener a tiempo a un estudiante imprudente. 

No todos los investigadores tienen permiso para entrar a todas las sub-secciones a las que enlaza esta sala.

Deborah Wiliams, la guardia que está hoy de servicio hoy en esta sección, observa con mirada meticulosa a cada una de las personas que acceden a la sala. Hay detalles que a una simple máquina le pasarían desapercibidos, pero a una mujer como ella, no. 

Cuando Chiara entra en a sala, se queda un par de segundos mirándola, y tras dar un último vistazo a las pantallas, abre la puerta de cristal para acercarse un poco a ella, y hablarle en tono discreto.

- ¿Se encuentra bien, Doctora? - Era eficiente, pero no sabía andarse con rodeos.

Antes de salir del ascensor me preparé mentalmente para desarrollar mi trabajo de forma eficiente, desde hace muchos años, intento separar mi vida personal, mis emociones y  sentimientos, e incluso en la mañana de hoy, mis preocupaciones y mis miedos de mi trabajo.

Me considero a mí misma una mujer responsable que desarrolla su trabajo con una total devoción por lo bien hecho, no estaba dispuesta a que Alex Maloy interrumpiera mi tranquilidad por mucho tiempo más, o dejar que mi relación con el joven me distrajese de lo importante, mi trabajo.

Me había decidido a solicitar un cambio en la situación de mi habitáculo, y antes de que siquiera se abriesen las puertas del ascensor conseguí poner mi mente en blanco, justo lo que necesitaba para centrarme en mi trabajo.

Salí del ascensor con una actitud renovada, pero mi rostro conservaba un gesto preocupado.

-¿Se encuentra bien, Doctora? –

-Estupendamente Sra. Williams- Dije mirando a Deborah a los ojos, con mis grandes y expresivos ojos azules, lagrimeantes por mi edad.

Lo cierto es que necesitaba un abrazo, pero preferí mantener una actitud profesional con la joven y no entorpecer su guardia con mis emociones amplificadas por su pregunta espontánea. Me recompuse rápidamente para sonreír a Deborah, intentando no hacer notar mí preocupación o mis emociones. En el trabajo debería comportarme como una máquina.

Arriesgándome a parecer fría con la joven, no di pie a continuar con la conversación, al menos hablando de mí, en vez de eso, miré los paneles para comprobar la situación de las diferentes salas, como estaba acostumbrada a hacer al incorporarme al trabajo.

Tenía trabajo que hacer, empezaría en la sala de análisis, comprobar las máscaras oculares y buco-nasales, comprobar el estado de las braceras, y cerciorarme de que contábamos con los guantes desechables suficientes para las actividades a lo lardo del día. Sin contar, con que debía preocuparme por mantener la sala en óptimas condiciones de higiene y aseo. Sin embargo, disponía de unos minutos antes de empezar mi turno, por lo que me permití la libertad de continuar hablando con Deborah sin tener demasiada prisa.

Dejé de mirar los paneles, y miré a Deborah un poco más centrada.

-No se preocupe por mí, solo he pasado una mala noche, apenas he conseguido dormir y he perdido el apetito, aunque viendo los pistachos de la máquina expendedora me está entrando algo de hambre- dije señalando los pistachos y sonreí tras la pequeña broma, -¿Y usted, ha pasado buena noche o acaba de empezar su turno?... ¿Alguna novedad?...- pregunté amablemente y con cierta cercanía a Deborah.

Débora te escucha y finalmente asiente. - Lamento que haya pasado mala noche. Si lo necesita, he escuchado que los chicos de Agricultura Superior están probando a cultivar plantas de uso medicinal. Uno de ellos me contó que en el subsuelo no creían bien, o algo así... - Se detiene y hace un gesto con la mano - Disculpe, en realidad quizás usted ya lo sepa...

En realidad no es que no crecieran bien, sino que la energía fotovoltaica necesaria para que crecieran en condiciones óptimas tiene un coste elevado. Por ahora el Búnker no tiene déficit, que tu sepas, pero nunca está de más prevenir si pretendían vivir allí otros 50 años.

- Por favor, si necesita cualquier cosa, no dude en llamar - Señala en dirección a su habitáculo - Aún me queda medio turno antes de que venga mi relevo.

Mientras hablan, de la sección de desarrollo biológico, una de las jóvenes promesas en producción, se acerca donde amnbas estaban hablando hasta hace un momento, con una sonrisa de triunfo.

 - Doctora Novak, creo que he superado el problema que hasta ahora nos daban la mutación del hongo Amanita ocreata de mi estudio. 

 He logrado una cepa que aporta el 70% de los aminoácidos esenciales, con un coste de producción realmente bajo. Por favor ¿querría venir a verlo?

Déborah, por su parte, la mira algo extrañada y regresa a los monitores. Pulsando un par de teclas, se muestra la cámara del estudio de la joven - Oye... ¿tenías tantos... hongos como-quiera-que-se-llamen ayer?

La científica mira a la guardia con algo de sorpresa, como si hasta ese momento ni se hubiera dado cuenta de su presencia - Perdona... ¿pero tienes algún estudio de bioquímica avanzada?

La contraria la mira con una expresión que no deja transmitir ninguna emoción - No.

- Pues entonces no me hagas perder el tiempo. No tienes nivel de seguridad para comprenderlo, como para vigilar por si alguien prende fuego a un laboratorio. Aunque teniendo a IVI, en realidad, tu labor es prescindible. 

La guarda de seguridad sigue en el mismo lugar, inmóvil, y no responde en esta ocasión absolutamente nada. Entonces la joven se gira nuevamente a su maestra - Por favor, acompañadme.

Cuando entras en la sala, puedes ver desaparecer a la doctora Novak con una de sus alumnas por la puerta de bioingeniería. 

Junto a la entrada, la guarda de seguridad que está de turno te saluda.

- Buenos días, Doctor Blackwood.

- Buenos días, Deborah. ¿Qué tal va todo hoy? ¿Tranquilo? Eso espero. - Contesto, animado y con una sonrisa, mientras camino hacia la puerta de bioingeniería, tras los pasos de la doctora Novak. Al traspasar el umbral aprieto el paso para alcanzar a la doctora antes de que desaparezca de mi vista.

- Doctora Novak ¿Cómo está? - Dije, apretando el paso a lo largo del pasillo de entrada a la sección de bioingeniería para lograr alcanzar a la mujer. - Si tiene tiempo para mi, querría hablar con usted ¿Qué tal si comemos juntos luego? - Decidí no abordar el tema directamente, pues había una alumna presente, pero claramente había percibido que algo le ocurría, y me tenía intrigado y preocupado todo aquello, de modo que prefería preguntarle en privado, dado que eramos amigos desde hace tiempo.

Ella sonríe con dulzura, detenida en la puerta, al ver a Arthur - Claro que si, Doctor. Nos vemos a mediodía - Acto seguid, sigue a su alumna al interior del laboratorio.

El interior de tu área de estudio lleva unos años inusualmente vacío. Toda la preparación para el lanzamiento, esas horas interminables a veces ¡Años!...

Pasaste mucho tiempo en el centro de simulación, participando en la formulación de teorías, desarrollando proyectos... 

Uno de los más ambiciosos era un simulador de la fuerza de la grieta. Nunca se terminó, como otras tantísimas cosas. 

Los pasillos son los mismos de siempre, aunque algo ha cambiado en el olor del aire. ¿Es posible que los depuradores no estén funcionando correctamente? 

Tu alumna se sume en un parloteo en el que te detalla, orgullosa, los pormenores de su investigación. El peso, biofrecuencia magnética...

Cuando están ambas entrando a la sala, te llama la atención una luz intermitente al otro lado de la sala, silenciosa. 

El siguiente dato que aporta tu alumna te hace comprender la razón. índice de crecimiento desproporcionado. Riesgo de mutación. Dioses... ¿Qué había creado aquella muchacha?

Alargas la mano sin cambiar un ápice tu expresión, y pulsas varios dígitos en la terminal.

- Cierre de emergencia Activado. Laboratorio sellado.

Cuando estás empezando a organizar tu trabajo, una alarma silenciosa comienza a parpadear.

Ese color indica que la situación no pone en peligro la integridad del Búnker, pero sí vidas humanas. 

Aquel día me dirigí al laboratorio de física cuántica. Éste había quedado prácticamente desolado tras el lanzamiento de la burbuja, donde la mayoría de mis compañeros se habían marchado. Aquel día continué con mis investigaciones sobre la energía de la grieta. Los cálculos seguían tratando de entender las fluctuaciones que se producían en la grieta para tener la capacidad de reproducir sus efectos.

Sin embargo, no tardo en observar una señal de alarma silenciosa, no se de que se trata, así que intento averiguar qué es.

Con tu pase de seguridad no tienes problemas en acceder a la información. En uno de los laboratorios se ha declarado una situación de alarma biológica y ha sido clausurado desde el interior. 

Las personas que se encuentran allí han quedado indefinidamente aisladas del exterior, hasta que la situación de alarma se solvente, o decidan bajar el nivel de seguridad. Sabes que hay muchos protocolos de limpieza en los laboratorios que podrían acabar con cualquier patógeno conocido, pero también sabes que algunos de esos protocolos podrían acabar con la vida de quien haya sido contaminado, en el proceso. 

Un amargo presentimiento te lleva a investigar algo más, y cómo no, la identidad de las personas en el interior está bloqueada. Tardas solo un instante en recordar quién es la encargada de bioseguridad de ese sector. Cuando tratas de abrir comunicación directa con la Doctora Novak, el mensaje confirma tus peores sospechas. Está incomunicada. La doctora debe haber quedado encerrada en esa sala.

Sin embargo, el movimiento en la zona era mucho más agitado de lo que recordabas.

Cuando cruzas el corto pasillo que te lleva desde el ascensor hasta la sala de descanso de la sección, sabes automáticamente que algo marcha mal.

Hay una alarma silenciosa en todos los monitores. El color corresponde a un color en el que no está en peligro la integridad del Búnker, pero sí de vidas humanas. 

Junto a la puerta, hablando por teléfono acaloradamente con alguien, está Déborah Williams, quien al verte llegar cuelga y se acerca a ti.

- Doctor, hace falta que alguien con su nivel se haga cargo. Uno de los laboratorios ha sido precintado desde el interior, dejando a dos personas dentro. Nadie puede entrar o salir hasta que la orden de alerta biológica sea revocada, y entre los presentes, usted es el que tiene mayor cargo, incluyendo a las personas que se han encerrado en el interior - Mira a la sala, donde un montón de investigadores están discutiendo acaloradamente - Más vale que haga algo, o les diga algo, antes de que cunda el pánico. El protocolo no me permite decirles qué está sucediendo, sólo que hay un laboratorio cerrado por razones de seguridad.

El Dr. Carter llega a las dependencias. Sabes que es encargado de la sección de Farmacología, por lo que su nivel de seguridad probablemente sea el suficiente como para averiguar más información... o quien sabe, quizás incluso hablar con el interior de la cámara sellada.

Abro el comunicador de la sección científica en cuanto observo la información de la alarma. Mi nivel de preocupación subió al ver que se había sellado el laboratorio por cuestiones de seguridad. ¿Qué clase de accidente en el laboratorio de la doctora Novak podría causar un cierre así? Por lo que yo sabía no solía trabajar con materiales peligrosos. En ese momento vi entrar al doctor Carter en las instalaciones y me apresuré a comunicar con él. - Doctor Carter, al habla el Doctor Blackwood. He observado una alarma procedente del laboratorio de la doctora Novak ¿Podría comprobar de qué se trata? - Pregunté amablemente a mi colega científico.

Entro en la consola para tratar de acceder al sistema de vigilancia de la habitación y poder tener imagen, y si era posible sonido. Comencé a pulsar botones e introducir comandos esperando el resultado.