Partida Rol por web

Jade se ríe un poco, agradecida por esa especie de cumplido, aunque probablemente no sea capaz de entenderlo del todo. 

Mientras el adulto divertido de dentadura metálica comienza a alejarse, ella reabre el ascensor y entra. 

- ¿Vamos ya?

 - ¿Muchos amigos? - Repite ella, aun más escéptica. Niega y mira a Amadeus - Quizás lo conozcas, pero recuerda lo que te comenté mientras veníamos, por favor. Todos sabemos cómo está el exterior.

 Regresaré a mi sección a descansar. Nos vemos  mañana en el trabajo, Sr. Jaggerjaques

-"  ¡Violeta, no me abandones ahora que acabamos de conocernos¡".- Comenta con humor a la mujer bastante azorada con la situación.

 La mujer que había ayudado a salir al último en cruzar la puerta se queda contemplando la escena con una expresión que no deja traslucir nada de sus pensamientos. Finalmente solo se despide. 

- Bien. Si se conocen entiendo que no me necesitan. Disfrute de su tour y buenos días.

Finalmente, están solos atravesando los jartines que llevan a los ascensores que descienden.

Con tono solemne comienza.

-"A usted  es a quien quería ver desde el primer día de la cuarentena. Discrepo profundamente de su fundamentalismo democrático. Con un profundo pozo de vehemencia hacia lo ciudadanos sin llegar a comprender que la supremacía de un gobierno tecnocrático  es la situación más favorable para las vidas de los ciudadanos.".- Sentencia con firmeza y convicción.

Con la mirada firme y un semblante serio no pierde la reacción de Amadeus.

-" ¡Bueno, o ser un politiquejo de tres al cuarto que quiere llegar a presidente, también es una buena alternativa¡¡".- Comenta con un chascarrillo mientras abre los brazos a modo de saludo.

-" ¡Querido Amadeus encantado de conocerte personalmente, cuanto tiempo ha pasado¡¡".- 

Los jardines de regreso no dan cobertura real. Es uno d los pensamientos más fáciles en los que caer cuando vienes del exterior, donde la vida se resume tan a menudo en un juego de supervivenca. Esa realidad está muy alejada de la experiencia que es haber crecido en la seguridad de este Búnker.

El paseo hasta la plaza de los ascensores es corto, peso les da unos instantes para hablar en solitario si lo desean, antes de encontrarse rodeados de lo que podría ser una multitud.

Mientras andan, hay media docena de personas que se acerca, entra o sale de los ascensores, probablemente siguiendo su propia ruta. 

Ninguna de ellas mira temerosa a su alrededor. Ninguna busca en el cielo señales de las naves del Dios Máquina. Ninguna población exterior que el recién llegado haya visto se parece a esto. 

-Muy bien Violet, nos vemos mañana- la despide con una agradable sonrisa, y no puede evitar soltar una ligera carcajada ante el comentario de Phileas.

-Pues aqui me tienes, mirando al frente y a toda vela hacia el camino al poder- dijo levantando el puño -Definitivamente no podemos seguir así, el consejo sigue con ese pensamiento retrógrado y la cuarentena...- miró de arriba a abajo a Phileas -¡Estas hecho una pena!- rió dándole unos toques en el hombro.

-Tenemos mucho de lo que hablar viejo amigo, yo me ocuparé personalmente de que tengas todo lo que necesites- le dijo mientras cruzaban los jardines.

El segundo nivel se quedó vacío

Después de almuerzo, incluso antes de que muchos terminaran con sus platos, Amadeus regresa al nivel. 

Aprovechando el viaje, ha usado la terminal del ascensor para enviar un mensaje a Demond. ¿Dónde había dicho que estaría esta tarde? Cierto, en la galería de tiro. 

La plaza de entrada y salida que conecta este sector del nivel con el común está considerablemente frecuentado, considerando cómo estaba hará unas horas, pero aún así no serán más de 12 personas en movimiento. El espacio del Búnker realmente estaba desaprovechado, más desde que el lanzamiento permitió ocupar parte del espacio que ante ocupara la nave espacial. 

Mientras caminas, te detienes de ando en cuando en la terminales para comprobar si tienes respuesta de tu compañero,pero los mensajes permanecen en silencio. 

¿Es posible que esté demasiado concentrado en lo que quiera que esté haciendo? Podría ser. No sería del todo raro. 

Sigues andando hacia el campo de simulación de tiro, pero te detienes antes de entrar. 

Acabas de verlo, pero no está dentro, si no fuera. Está tumbado sobre el césped, quizás descansando o tal vez dormido. No se ha dado cuenta de tu cercanía.

Amadeus se acercó y se quedó de pie a su lado, cuando dijo suavemente, sin alterar la voz.

-Deberias cambiar de trabajo- estaba mirándole, como el padre que mira a su hijo adolescente.
 

- Sobre todo cuando me despiertan para doblar turno por nuevas entradas - Sonríe con desgana, aún sin llegar a abrir los ojos y te señala el espacio vacío a su lado - ¿Te quieres sentar?

-Claro, es la suerte de ser césped artificial, que no mancha- Amadeus se sentó junto a Desmond, con las piernas cruzadas.

-Veras, necesito que averigues quienes trabajan en el área de farmacología- le decía en voz no muy alta, mirando al frente. -Quiero saber quien es el trabajador mas incompetente o el que menos autoestima que tenga, o bien alguno que tenga trapos sucios que podamos usar en su contra, a no ser que nos haga un pequeño "favor"...- Amadeus estaba dispuesto a empezar a llevar a cabo sus planes.

Desmond guarda silencio unos instantes y asiente - Puedo hacerlo, pero dime ¿Por qué Farmacología?

El área de ciencia está hoy bastante revuelta y los jefes andan suspicaces, aunque no me han informado en detalle de qué sucede.

Amadeus entonces miró a Desmond -No te preocupes, no tiene porque se hoy mismo- le sonrió ligeramente.

-Tenemos nuestros planes, y vamos a empezar por eliminar obstáculos- entonces puso una mirada seria -El camino al poder es un camino duro amigo mio, pero es lo que debemos hacer si queremos que todo vaya a mejor- entonces volvio a sonreir -Debemos gobernar este sitio para darle una esperanza a la raza humana-

Amadeus tenia claro que, una mente brillante como la suya, era la solución para la prosperación de los humanos. Y lo haría a cualquier precio.

- No alcanzo a ver tu línea de pensamiento, pero está bien. Te contaré algo cuando nos veamos en casa.

Entonces añade - Nos van a desviar a unos cuantos de la sección de defensa para controlar los pasillos, todos los tramos desde las viviendas hasta baños y comedor, y siempre en parejas. Por el simulacro.

¿Has pensado con quien vas a hacerte acompañar?

Amadeus se queda mirando durante un momento a Desmond -Daba por hecho que serias tu, ya que vivimos practicamente en la misma casa- dijo con cierto tono humoristico.

-Respecto a mis planes- hizo una pequeña pausa -ya sabes que nuestro primer contrincante, el señor Harrington, esta ganando puntos, y no podemos permitir eso, asi que la primera idea es, intentar sacar a la luz su pequeño "secreto"- hizo un gesto con la mano a la vez que fruncia el ceño -Ahi es donde entra en juego, mi pequeña amiga la periodista-

-Y si ese plan no saliera adelante, siempre tenemos que tener un plan b- miro muy seriamente a Desmond -Harrington tendria un pequeño "accidente" con una sobredosis...- Amadeus sonreia. Nunca mostraba su lado mas sadico y malvado, el unico que sabia de ello era Desmond, el cual no compartia, pero que igualmente le parecia necesario en ciertas ocasiones.

- Eso estaría bien... si yo no formara parte de la defensa del Búnker, Amadeus. Ya sabes lo que implica un simulacro de alerta. No soy civil, aunque siga siendo ciudadano. Eso significan agrupaciones de batallón, formaciones... - sonríe con la expresión medio-torcida - Horas extras, en definitiva.

Vas a tener que buscar a otra persona. Aunque has sido muy sensato en salir antes de tiempo de donde estuvieses para contarme todo esto. Cuando tengas que cargar con carabina no te será tan fácil hablar de todas estas cosas.

Supongo... que ahora te tocará escoger a quien te puede beneficiar más acercarte ¿cierto?

El resto de tu plan lo escucha en silencio y suspira - Si crees que tanto lío es necesario... aunque estoy convencido de que en el fondo, no necesitas nada de esto. Puedes ganarte a la gente. Eres listo, y tienes buenas razones.

Amadeus miraba con algo de incredulidad a Desmond -Oh, vamos amigo, ¿crees que si fuera solo con palabrería no estaría ya en el consejo?- se puso en pie -Ya sabes que aquí las cosas no son tan fáciles, has visto todo con tus propios ojos- miró su reloj -Tu ocúpate de conseguir esa información, no tengas prisa, las prisas nunca son buenas- entonces sacó su pequeño pad.

-No te preocupes, Violet estará aún en la oficina, es bastante tímida asi que seguramente no tenga con quien ir en el simulacro, la escribiré un mensaje- empezó a caminar hacia el ascensor -Nos vemos luego, xiao mazha*, y procura descansar- y se marchó mientras escribia el mensaje a Violet para ir a recogerla a la oficina.

Finalmente, emprendes el camino de regreso mientras tecleas en tu pequeño Pad. Cuando terminas de escribir el mensaje, te acercas para enviarlo desde una terminal. Te preguntas si la ausencia de Wifi y otras redes inalámbricas es realmente necesaria o sólo una estrategia para limitar las comunicaciones. Desde un lado de la puerta, en el edificio que estás usando puedes ver varios simuladores de entrenamiento mental. Su forma esférica similar a huevos translúcidos, en los cuales te conectas, aislándote del entorno hacen que parezca el nido de algún tipo de bestia monstruosa.  La sala está vacía a excepción de un ocupante, el cual no sabrías decir si está concentrado o sencillamente dormido. 

Sigues tu camino mientras calculas el tiempo que resta. 10 minutos para ir, otros 10 para regresar... no te queda mucho para encontrarte con Violet u otro acompañante. 

Mientras te acercas a la plaza de los ascensores, una de las terminales que hay allí parpadea. Tienes un mensaje. 

Nuevamente, apoyas la mano para el reconocimiento y lees. Es Violet, aunque su mensaje supone una nueva contradicción.

Se ha unido a Penny por razones de desplazamiento. Ellas viven en el cuadrante norte, mientras que tu y el resto de comensales con los que sueles coincidir están en el sector sur-este. Lo práctico es buscar a alguien con quien puedas coincidir en la entrada y salida de las horas de descanso, ya que los espacios personales son los únicos en los que puedes estar en solitario. 

Casi de forma inconsciente, lanzas a IVI la pregunta obvia. ¿Quienes están disponibles de tu cuadrante en este momento?

La terminal te responde sin voz. La mayoría de los ciudadanos de ese cuadrante ya han encontrado pareja. La lista de opciones es tristemente corta, aunque por suerte una nota al pie te informa de que la persona acompañante puede cambiar de unos momentos a otros. Lo único indispensable es no llegar a estar solo. 

Alex Maloy, Cristopher Grend, Déborah Williams, Dr. Arthur Blakwood, Hadmud Efrein Hareb, Frederick Ashton, Lord Thomas Greenwood, Maxinne Bishop, Miguel Santos, Phileas Verne, Rachel Ahmed, Utolsó Remény.