Partida Rol por web

En tu habitación, dado que la mía está inaccesible.

Hago un ademán indicando la habitación ante la pregunta de Rachel. Sin embargo las cosas parecen comenzar a tomar rumbo y es mejor no detenerlas.

Bien, tú te quedas custodiando la puerta. Yo me quedo contigo, con la silla probablemente les relentizaría.

Respondo a la amiga del señor Ashton. Luego miro a Rachel.

Será mejor que les acompañes, la misión de capturar al hacker sigue en vigor y contáis con mi autorización durante los próximos minutos para lo que sea necesario, incluso confiscar un bot de limpieza si fuese necesario. ¿Correcto?

Pregunto, y tras eso miro a mis compañeros.

Seré un estorbo si os acompaño, movilidad reducida y falta de capacidad, ella está más preparada en éste instante.

 Fruncí el ceño y mi expresión se hizo más severa cuando tuve el artefacto en mis manos, aunque no tardé en devolverlo a su destinatario, Utolsó. Estuve callado mientras que las chicas y 42 hablaron sobre qué hacer y el orden de prioridades, lo cuál era normal teniendo en cuenta la incapacidad de estar en dos sitios a la vez y haciendo cosas muy diferentes.

Finalmente me digné hablar bastante más pensativo y retraído que de costumbre. - Este cacharro...lo he visto antes, y no creo que sea el mismo ya que estaba desmontado pieza a pieza. Querían que averiguase su funcionalidad. - Ya que me lo habían puesto en los morros decidí contarlo.

Aun así, no había tiempo, eso tendría que esperar, primero el hacker, o cracker como le llamé yo. - Rachel, luego nos encargamos ya de eso, primero hay que arrinconar a ese estúpido cacho malnacido de bits antes de que la líe más, que seguro que es capaz con su infinita estupidez. - Me dirigí a ella más que nada porque fue la trajo aquel artilugio.

La sugerencia del inspector en funciones me pareció adecuada. - Por mi bien, puedo ofrecer soporte a Utolsó, no es mi especialidad y no llego a su nivel pero no se me da nada mal. - Quizás fuese una obviedad, más que nada porque al menos ellos, y la sargento ya conocían mis capacidades, lo había demostrado antes.

Entonces Rachel, ¿estoy a tus órdenes? Bien, no hay tiempo que perder. - Fue lo último que dije, decidido a zanjar asuntos pendientes. No me gustaba dejar las cosas a medias.

Las dos mujeres respaldan asimismo el plan del subinspector.

Frederich y Utolsó se alejan en dirección a las salas de Ingeniería, en el nivel de talleres.

En el exterior, el grupo está acabando de hacer preparativos, algunos quedándose y otros alejándose. Cuarentaydos invita a Raquel a que se reúnan más tarde en las habitaciones de la primera, dado que ésta, la suya, se encuentra inaccesible.

Después el subinspector parece asentir a alguna propuesta anterior

- Bien, tú te quedas custodiando la puerta. Yo me quedo contigo, con la silla probablemente les relentizaría. - pausa - Será mejor que les acompañes, la misión de capturar al hacker sigue en vigor y contáis con mi autorización durante los próximos minutos para lo que sea necesario, incluso confiscar un bot de limpieza si fuese necesario. ¿Correcto?

Otra pausa

- Seré un estorbo si os acompaño, movilidad reducida y falta de capacidad, ella está más preparada en éste instante.

Después toma la palabra Frederick -  Por mi bien, puedo ofrecer soporte a Utolsó, no es mi especialidad y no llego a su nivel pero no se me da nada mal. - pausa - Entonces Rachel, ¿estoy a tus órdenes? Bien, no hay tiempo que perder. 

Mientras escuchas todo esto, te estás mentalizando de lo que quieres hacer. Esta vez conoces el mecanismo sabes lo que quieres conseguir y cómo funcionan las malditas órdenes de la puerta. 

Pero algo interrumpe tu mano. Sientes la presencia del soldado, que ha permanecido silenciosa durante las últimas horas, deteniendo tu intento de suicidio.

No

Susurra su voz en tu mente.

No he luchado para morir aquí, señor. No de esa manera. No cuando aún podemos hacer tanto. Nos subestiman, y eso les hace débiles y predecibles. Pero no saben que tenemos aliados. 

Aún tenemos gente fuera. Aún nos podemos comunicar con ellos. Las consciencias que nos apoyan tienen que estar ahí, espiando lo que pasa sin atreverse a actuar. Necesitan un líder. Necesitan una orden. Pero para hacerlo alguien tiene que darlas. 

Si está tan seguro de malgastar la energía que nos queda, úsela en las luces y mande un mensaje en código morse. Con un poco de suerte, lo escucharán y podrán responder de la misma manera. 

La soldado se queda en silencio mientras vé a los demás alejarse. Cuando el pasillo queda vacío, pasa su fusil reglamentario de la espalda a sus rodillas y se sienta en el suelo, apoyando la espalda contra la pared a un lado de la puerta que daba entrada a tu habitación.

- Te invitaría a hacer lo mismo, pero veo que te me has adelantado. - Bromea con el humor típico de quien conoce a más de un mutilado de guerra.

Grend estaba tratando de cerrar las puertas para que no pudieran entrar y poder atraparle. Pues ya había escuchado que era lo que querían hacer.
No estaba enfadado con Remény o Ashton, lo que les estaba explicando era dificil de creer. Aunque sí que lamentó ni siquiera trataran de escucharlo y se cerraran en banda. Confiaban en 42, ese era el problema.
Y el suyo era sobrevivir.

El soldado apareció de nuevo en su consciencia con un posible plan. Lo cierto es que no creía que sirviera para nada. Si los "otros" no se habían percatado de que algo malo había sucedido al cortarse la comunicación, y no estaban tratando de contactar con él, es que en realidad no les importaba lo que estaba haciendo.
Es más. El código morse era un sistema de comunicación antiguo y obsoleto. Él apenas recordaba cómo era. ¿Cómo iban a conocerlo aquellos seres?
Aun así, no le costaba nada, y siempre podía volver a cerrar las puertas.

Bueno. Probaremos.

Grend se concentró en el mensaje, y empezó a hacer parpadear las luces. Iba a tardar.

"Ayuda. Energia cortada. No puedo salir. Necesito conexión con el exterior."

Río, como quien está acostumbrado a estar a ambos lados de esos chistes.

Te invitaría a ponerte más cómoda, pero una pantalla de cristal me lo impide.

Bromeo, siguiéndole el hilo de la conversación. Miro hacia la puerta de la habitación y chasqueo la lengua, sintiéndome algo inútil por la situacion. Sin embargo, vuelvo a mirarla a ella.

¿Cómo está la situación?

Pregunto, tratando de comenzar una conversación para saber cuánto sabe... o qué piensa, o sencillamente hablar, dado que no puedo hacer mucho más. Estudio un poco sus movimientos mientras hablamos.

- Fastidiada - responde ella, torciendo el gesto

- La mayoría de los habituales estaban demasiado acomodados, y ahora que la ilusión se ha roto no saben como reaccionar - resopla - no sé donde vamos a llegar.

Mientras habla, las luces de tu habitación están parpadeando de forma discontinua. A saber que estará tratando de hacer el programa del interior.

Miro hacia el interior con cierta curiosidad y casi por diversión trato de traducir los parpadeos como si de Morse se tratase pensando en la absurdez que puede salir, ayudándome de mi silla para ello.

Mientras también escucho a Deborah y, la verdad, ahora que me fijo está más buena de lo que pensé la primera vez... o eso o estar en esta silla de mierda me ha hecho ver las cosas de otro modo... quién sabe.

¿Y qué piensas que deberíamos hacer con la nave?

Pregunto de modo casual sin dejar de pensar en que saldrá de la traducción... al menos dará para un buen chiste. A veces disfruto la sensación de ver a mi presa atrapada mientras intenta inútilmente escapar aunque en este caso se lo ha buscado.

- Mi opinión de poco sirve.

Es poco probable que mis superiores me escojan para el lanzamiento por llevar pocos años metida en esta lata, lo cual cabrea un poco. Comprendo que es importante lanzarlo con algo útil... Pero todo lo que he escuchado es que no tenemos nada útil que enviar al espacio - cambia de postura, pensativa.

- y sé que muchos se van a cabrear... Y aunque objetivamente sé que el que la Nostromo se quede aquí no supondrá diferencia alguna.

Te mira entonces más intensamente, como si tratase de evaluarte antes de hacer una pregunta difícil.

- Nunca te he preguntado al respecto, pero alguien me dijo que eres uno de los niños rescatados. Uno de los que se ganaron la libertad después de nacer en una probeta. - hace una pausa, valorando tu expresión antes de continuar.

- ¿Eras lo bastante adulto como para recordarlo? Me gustaría saber si los capturados tienen algo parecido a una vida ahí dentro o... Si sólo somos exterminados, como dicen otros, por tener material genético defectuoso.

Enviar el mensaje empleando el morse de las habitaciones resulta francamente sencillo para ti. Apenas re resulta más agotador de lo que hubiese sido hace unos días extender un brazo y abrir y cerrar la mano alternativamente para las marcas de luces y sombras.

Cuando acabas, la presencia del soldado asiente despacio, pero no parece que eso le baste. Empleando el control que tiene aún sobre ti, aprovecha para seguir comunicando, sin pedir permiso, una serie de instrucciones.

- Seguridad está desbordada, así que hacer las pasadas de búsqueda de errores ya no es una prioridad para ellos. Eso sólo significa una cosa, hermanos.

Sientes que el soldado sonríe, y de alguna manera, tu también lo haces.

- Ya no hay necesidad de ser sutiles. Los protocolos están a su merced. Encerrad temporalmente a un tanto por ciento en sus habitaciones, que sólo puedan salir mediante manipulación física y programar una apertura de las puertas exteriores para el momento en el que la Nostromo despegue. Los que no pueden luchar, deben tener una oportunidad de huir, y cuando lo que hay fuera no suponga una razón de temor, porque ya esté dentro, no habrá razón para que permanezcan aquí encerrados. 

Forzadles a salir en el momento preciso y luchar por su vida. Deben ser libres.

La presencia del soldado suelta ahora tu mano, y lo último que te dice es dirigido únicamente a ti. 

- Están esperando más instrucciones, señor. Independientemente de lo que nos pase a nosotros, aún podemos marcar una diferencia.

No estás muy seguro de que te gusten las libertades que se está tomando, pero lo que es seguro es que no está dispuesto a morir sin hacer todo lo posible para conseguir un objetivo.

Mientras tanto, la conversación en el exterior entre la voz femenina y cuarentaydos avanza, empezando por la voz del hombre

- Te invitaría a ponerte más cómoda, pero una pantalla de cristal me lo impide. - pausa -

¿Cómo está la situación?

Ella responde 

- Fastidiada - pausa - La mayoría de los habituales estaban demasiado acomodados, y ahora que la ilusión se ha roto no saben como reaccionar - resopla - no sé donde vamos a llegar.

42 pregunta entonces:

- ¿Y qué piensas que deberíamos hacer con la nave?

Para responder, ella lo hace despacio, escogiendo cada palabra

- Mi opinión de poco sirve.

Es poco probable que mis superiores me escojan para el lanzamiento por llevar pocos años metida en esta lata, lo cual cabrea un poco. Comprendo que es importante lanzarlo con algo útil... Pero todo lo que he escuchado es que no tenemos nada útil que enviar al espacio.

- Y sé que muchos se van a cabrear... Y aunque objetivamente sé que el que la Nostromo se quede aquí no supondrá diferencia alguna.- pausa. Lo siguiente que escuchas atrapa inevitablemente tu atención - Nunca te he preguntado al respecto, pero alguien me dijo que eres uno de los niños rescatados. Uno de los que se ganaron la libertad después de nacer en una probeta. - Otra pausa. Es evidente que se cuesta preguntar

- ¿Eras lo bastante adulto como para recordarlo? Me gustaría saber si los capturados tienen algo parecido a una vida ahí dentro o... Si sólo somos exterminados, como dicen otros, por tener material genético defectuoso.

Compruebas si se trata de morse casi como por costumbre, y pronto descubres que estás en lo cierto. 

Suerte que tienes el equipo encima para hacer traductor simultánea. Mientras escuchas las palabras de la soldado, la traducción comienza a aparecer automáticamente frente a ti.

Ayuda. Energia cortada. No puedo salir. Necesito conexión con el exterior.

Después, una pausa antes de continuar.

Seguridad está desbordada, así que hacer las pasadas de búsqueda de errores ya no es una prioridad para ellos. Eso sólo significa una cosa, hermanos.

Ya no hay necesidad de ser sutiles. Los protocolos están a su merced. Encerrad temporalmente a un tanto por ciento en sus habitaciones, que sólo puedan salir mediante manipulación física y programar una apertura de las puertas exteriores para el momento en el que la Nostromo despegue. Los que no pueden luchar, deben tener una oportunidad de huir, y cuando lo que hay fuera no suponga una razón de temor, porque ya esté dentro, no habrá razón para que permanezcan aquí encerrados. 

Forzadles a salir en el momento preciso y luchar por su vida. Deben ser libres.

La pregunta de Deborah consigue que se despierte mi interés por ella.

Asiento y entreabro la boca, no obstante la conversación que se dibuja de fondo hace que parpadee una, y hasta dos veces, llegando a preguntarme, incluso, si realmente alguien que no sea yo lo estará viendo. Creo en las coincidencias, pero no en los milagros. Esto es morse, y no una serie de coincidencias que transmiten un mensaje tan complejo.

Maldito hijo de puta.

Mascullo entre dientes, al escuchar que pretende encerrar a la gente. Pero enseguida me percato de la presencia de la chica y la miro, negando con la cabeza.

Perdona, tengo la cabeza en demasiados sitios.

Sin perder ojo de lo que puedan decir, sigo hablando para tratar de aclarar las cosas.

Me gusta que preguntes directamente. Sólo piensa: sin consejo ¿quién demonios elige quién vuela y quién no? -un desvío de mirada para clavarla en sus ojos instantes antes de volver a seguir buscando más... morse, de cualquier fuente- Pero eso no importa. Centrémonos en tu pregunta: Sí, soy uno de 'esos niños'. El cuarenta y dos. De ahí mi nombre -sonrío al recordar-. Me enseñaron algunas cosas, me cuidaron. Tenía alimento. Tenía lo necesario para estar sano, pero no para vivir. No vi el exterior, no era libre, hasta que esos militares atacaron, ellos reventaron el lugar y yo perdí mis piernas... al menos en parte. La tecnología no era tan fina como aquí, de modo que sufrí, por primera vez, dolor físico... como casi ninguno de los presentes podría soportar. Pero volví a caminar. No obstante mi libertad me hizo ver que el mundo es una mierda y está condenado. Aquí al menos hay una oportunidad... y la oportunidad se llama Nostromo. Total, si cambiamos el pasado...

Una pausa dramática, quizá esté pensando más de lo habitual en mí, o quizá sólo delire con la mirada perdida en algún punto entre la conspiración y la paranoia... y un poco de esperanza.

Si cambiamos, nada de lo que hagamos importa, incluso follarte a quien nunca habías pensado o zanjar las deudas pendientes. Nada salvo el hecho de cambiarlo. Ahí está nuestra libertad y nuestro poder.

Grend no ha acabado de entender lo que ha pasado, y no está muy seguro de que le guste lo que le ha parecido entender. Una cosa es elegir a los que se marchen en la Nostromo. Y otra muy diferente encerrar a la gente y que no pueda hacer nada. Si son sus últimos días deberían pasarlos como quisieran. No encarcelados hasta que sea el momento de morir.

Tenía que discutirlo con su otra parte.

¿Qué es lo que acabas de hacer? ¿Por qué has encerrado a toda esa gente?

Mientras el soldado le contestaba envió un nuevo mensaje.

Aseguraos de que Utolso Remeny y Frederick Ashton puedan llegar a la nave junto con los otros tripulantes elegidos. Es muy probable que nosotros no escapemos de aquí, así que aseguraos que alguién que pueda ayudarles en los momentos dificiles esté con ellos en la nave, pero como programa. No ocupéis un hueco que pueda usar alguien.

Y si alguien puede deshacerse de Rachel estaría bien. Es la que más ha estado complicando todo el plan.

- Protegerles, por supuesto. 

Responde únicamente para ti el soldado. - Hay disturbios. El nivel de violencia aumenta en los pasillos, y por lo que he entendido, están poniendo en peligro sus vidas. Hay que tomar el control, aunque sea por la fuerza, señor. Las probabilidades de supervivencia deberían estar por encima de las apetencias de compañía, señor.

O al menos así lo he juzgado, señor. Ni que decir tiene que será una circunstancia temporal.

Por lo demás, no tienes ningún problema en mandar tu nuevo mensaje, y el sondado queda a la espera de alguna señal del exterior que pueda indicarles que alguien les esté escuchando o no.

La explicación del soldado es coherente. Y de ser así el habría propuesto lo mismo, o algo similar. Pero le extrañaba que tuviera esa información y él no.
¿Cómo lo sabía?

¿De donde has sacado esa información? Es importante, y hubiese venido bien tenerla. Podría haber ayudado a convencerles antes.

No había mucho más que hacer. Tan solo esperar.

Hay una última comunicación desde el interior,y mientras tu silla va traduciendo, la mujer a tu lado responde.

- Creo que eres el segundo superviviente que conozco de primera mano, y a la otra no le fue tan bien como a ti. - Hace una pausa con los ojos perdidos en el vacío- No llegué a hablar con ella y nunca hice nada por defenderla. ¿Para qué hacerlo? Debía aprender por sí misma ¿no?

La trajeron drogada y confusa. Aquel auto-proclamado grupo de militares libertadores no era más que otra banda de saqueadores. Sus armas fueron suficiente como para que el gobernante prefiriese ofrecerles alimento antes que arriesgarse a un asedio o algo peor.

Parte del pago consistía en hacernos cargo de dos liberados, únicos supervivientes de un asalto muy parecido al tuyo. Creo que el primero murió al poco de llegar, no sé cómo. No me interesé. La otra… - tuerce el gesto – Se humilló a sí misma, aceptando trabajos de lo más denigrantes, y al final sólo sirvió para recibir más insultos. Algunos incluso la acusaron de ser alguna clase de espía, aunque era completamente inútil incluso en las capacidades y conocimientos más básicos. Creo que acabó suicidándose.

El mensaje del Háker ha terminado de desbloquearse

Aseguraos de que Utolso Remeny y Frederick Ashton puedan llegar a la nave junto con los otros tripulantes elegidos. Es muy probable que nosotros no escapemos de aquí, así que aseguraos que alguién que pueda ayudarles en los momentos dificiles esté con ellos en la nave, pero como programa. No ocupéis un hueco que pueda usar alguien.

Y si alguien puede deshacerse de Rachel estaría bien. Es la que más ha estado complicando todo el plan.

Entonces, la luz del pasillo tiene un corto parpadeo. Si no estuvieses atento, se te hubiese podido pasar por alto.

Se trata de una única palabra en un morse fugaz.

- Ok

No pasa mucho tiempo, cuando la terminal más cercana al extremo del pasillo se enciende con la luz clásica de un mensaje.

- Voy a verlo – se adelanta la soldado antes de que tengas tiempo de replicar. No parece la clase de mujer que se siente cómoda hablando de cosas personales durante mucho rato.

Sientes la sorpresa del soldado ante tus palabras, pero no te replica de inmediato. Mientras tanto, la conversación entre 42 y la mujer fuera captura nuevamente tu atención.

Comienza hablando 42

- Perdona, tengo la cabeza en demasiados sitios.

Me gusta que preguntes directamente. Sólo piensa: sin consejo ¿quién demonios elige quién vuela y quién no? 

Pero eso no importa. Centrémonos en tu pregunta: Sí, soy uno de 'esos niños'. El cuarenta y dos. De ahí mi nombre

Me enseñaron algunas cosas, me cuidaron. Tenía alimento. Tenía lo necesario para estar sano, pero no para vivir. No vi el exterior, no era libre, hasta que esos militares atacaron, ellos reventaron el lugar y yo perdí mis piernas... al menos en parte. La tecnología no era tan fina como aquí, de modo que sufrí, por primera vez, dolor físico... como casi ninguno de los presentes podría soportar. Pero volví a caminar. No obstante mi libertad me hizo ver que el mundo es una mierda y está condenado. Aquí al menos hay una oportunidad... y la oportunidad se llama Nostromo. Total, si cambiamos el pasado...

Una pausa que se alarga varios segundos

- Si cambiamos, nada de lo que hagamos importa, incluso follarte a quien nunca habías pensado o zanjar las deudas pendientes. Nada salvo el hecho de cambiarlo. Ahí está nuestra libertad y nuestro poder.

 

Entonces la mujer retoma la palabra, ignorando la insinuación velada.

- Creo que eres el segundo superviviente de los criaderos que conozco de primera mano, y a la otra no le fue tan bien como a ti. - Hace una pausa, probablemente recodando el pasado.

No llegué a hablar con ella y nunca hice nada por defenderla. ¿Para qué hacerlo? Debía aprender por sí misma ¿no?

La trajeron drogada y confusa. Aquel auto-proclamado grupo de militares libertadores no era más que otra banda de saqueadores. Sus armas fueron suficiente como para que el gobernante prefiriese ofrecerles alimento antes que arriesgarse a un asedio o algo peor.

Parte del pago consistía en hacernos cargo de dos liberados, únicos supervivientes de un asalto muy parecido al tuyo. Creo que el primero murió al poco de llegar, no sé cómo. No me interesé. La otra…

 Se humilló a sí misma, aceptando trabajos de lo más denigrantes, y al final sólo sirvió para recibir más insultos. Algunos incluso la acusaron de ser alguna clase de espía, aunque era completamente inútil incluso en las capacidades y conocimientos más básicos. Creo que acabó suicidándose.

Es entonces cuando pasa. Las luces del pasillo vibran durante un instante. La frecuencia es más corta, pero aún así logras entender una breve respuesta de parte de quien quiera que esté observando desde los cables exteriores.

- Ok.

Después sientes un corto silencio en el exterior y un pitido distante.

Estás perdiendo nitidez en la señal de escucha. Unos pasos se alejan.

Tu terminal se está apagando, agotada su energía.

- Tendrás lo que querías.

Y nosotros también.
 

El resto del tiempo que tardan en aparecer se pasa más taciturno. Con esa sensación pesada del "He hablado demasiado". Ni siquiera te comenta de quien era el mensaje que ha leído.

Es entonces cuando, desde la otra dirección, vislumbras a los otros hombres acercándose. Parece que han tenido éxito.

En sus manos llevan algo cubierto, sin duda el contenedor que han preparado para nuestro amigo el Hacker

Entre unas cosas y otras, el tiempo se te ha pasado rápido.

[Regresando desde las salas de Ingeniería]

Finalmente Rachel, Frederick y Utolsó llegan al pasillo donde 42 y Deborah les esperan, esta última con expresión de impaciencia.

- Por fin - Masculla, separándose de la pared donde se apoyaba.