Partida Rol por web

Grend sabía lo que el "otro Grend" le estaba haciendo. Estaba sonsacándole. Es más, seguramente estaba perdiendo tiempo. ¿Con qué? Eso era algo que se le escapaba en ese momento. Pero si había algún sentido oculto a todo aquello tenía que descubrirlo cuanto antes.

Y además, escapar de allí, pero ¿cómo? ¿podría saltar de conciencia como otras veces?

Grend sacudió la cabeza. O al menos trató de hacer ese gesto.

No. No es algo humano. Obviamente. Pero yo tampoco lo era en aquel entonces. Tan sólo era mi consciencia descargada a algún lugar.
E hice lo que tenía que hacer para sobrevivir. Después de todo soy un soldado. Hacemos lo que debermos hacer. No importa nuestro coste personal. El mio fue perder parte de mis recuerdos en post de otros.

Por supuesto no voy a contestarte a eso.

- En ese caso, aceptas el hecho de que has pasado un periodo en el que no eras humano - Hace una pausa. - ¿Sigues afirmando que lo eres ahora?

frunce el ceño y lanza una nueva pregunta

¿Puedes acceder a un listado de los lenguajes de programación que componen tu núcleo?

Mientras hablas, comienzas a tocar las paredes de tu prisión. Si hay energía tendría que provenir de alguna parte... y lo que encuentras es una batería con carga para horas. No está conectada a ninguna parte. 

Pero hay algo extraño en su situación. Ahora que te paras a analizarlo, pero no llegas a definirlo con exactitud*

Sobre la pregunta que te han hecho... si te aíslas por un instante de la imagen de las cámaras que te hacen por ojos y te observas a tí mismo sientes agujeros y lastres, como si arrastrases el peso muerto de cadenas invisibles, pero si a eso se lo puede llamar en algún momento lenguaje de programación, lo desconoces. Sí es cierto que cuando te han herido anteriormente has sentido que no eras algo sólido. **

Habiéndose concentrado en el entorno Grend descubrió algunas cosas. No estaba muy seguro de para qué podría servirle, pero al menos tenía información, y para ganar batallas hacía falta información.

De entrada había notado que en algunas ocasiones le habían "leido" la mente de alguna manera. Y se dispuso a bloquearlo.

Grend volvió a hacer el gesto de negar con la cabeza.

Claro que ha habido un momento en que no era humano, no tengo cuerpo. Mi cuerpo físico murió, pero no mi alma. Que fue lo que se trasladó a lo que fui después.
Pero si la pregunta es quién era. Era, soy y seré Cristopher Grend.

Así que la mejor pregunta es ¿Quién o qué eres tú? Porque estoy seguro de no eres el verdadero Cristopher Grend.

Y no sé de qué me estás hablando. Mis conocimientos de informática son muy básicos. Eso es algo que el verdadero Grend sabría.

Empiezas a analizar tu entorno inmediato.

Lo primero de lo que te das cuenta es de que no tienes a tu disposición todos los recursos con los que contabas antaño. incluso atrapado en aquella maldita habitación tenías más margen de maniobra. 

Te cuesta algo de esfuerzo, pero finalmente entiendes... o deduces cual es el problema. 

El hardware que habitas está construido a base de, y no sabes cómo, componentes mucho más sólidos de lo que podía llegar a estar los cables generales del búnker. Como si los cables normales fuesen flexibles y se adaptasen a tu paso, y estos por el contrario fuesen mucho más arcaicos, limitados y rígidos. Un hombre sólo puede empujar una puerta con la fuerza de sus músculos, y no estás seguro de ser capaz de encontrar una palanca con la que ayudarte. 

Estás en una cárcel hecha a medida y ni siquiera sientes la capacidad que antes tenías de material objetos a voluntad. 

Pero tu capacidad de estrategia te recuerda una gran verdad: y es que cada sistema es tan débil como lo es su eslabón más débil... y el usuario suele ocupar ese puesto. Pero si esa fuese tu intención ¿Cómo podrías usar esto para aprovecharlo a tu favor?

Es raro conseguir una reacción del hombre que tienes enfrente, pero esta vez sí lo has conseguido. Abre los ojos más que de costumbre y echa la cabeza ligeramente hacia atrás con algo de sorpresa.

- ¿Alma? ¿en serio? - bufa y baja la mirada hacia la pantalla táctil, sobre la que pulsa varias veces mientras sigue murmurando - No me lo puedo creer. Una respuesta completamente ilógica y aleatoria. Esta cosa está programada para tomarnos el pelo.

Entonces se gira en su asiento, hacia uno de los lados y llama a alguien con un gesto. No te pasa desapercibida la gasa que tiene ocultando algo sobre su nuca, ahora que ha cambiado de posición.

En el límite de tu visión aparece una persona más, con actitud solícita aunque algo tensa. 

- ¿Le puedo ayudar, señor?

No habla como si el inglés fuera para ella fácil. A pesar de que no está demasiado lejos del micro sobre la mesa, su voz parece terriblemente amortiguada.

Es entonces cuando lo sientes. Un golpe por la espalda que no se parece en nada al botón artificial de dolor. 

Alguien está lanzando una orden de borrarte. 

Por puro instinto de supervivencia, antepones tu intento de auto-protección a la pregunta sobre tu código de programación, pero no ha sido suficiente para defenderte. 

No sabes cuanto tiempo te queda, pero si el próximo golpe es tan certero como el que acabas de sentir, no sobrevivirás a él.

El dolor, o algo que se le asemeja, es mucho más intenso que el de la descarga. Lo que sugiere que no proviene de la misma fuente. Lo cual indica que Grend tiene aun más problemas de los que imaginaba.
Y el no poder salir de la carcel es el menor de ellos.

La reacción del otro Grend por otro lado puede ser algo bueno. Si lo logra sacar de sus casillas puede que cometa algún error, si sucede tendrá que estar atento para aprovechar la oportunidad. Además, eso que tiene en la nuca le intriga.

Si es que estoy vivo para entonces.

El golpe le preocupa mucho. Pues no puede detenerlo. Y no puede preveer de donde vendrá.

Estoy jodido.

¿Qué pasa "Grend"? ¿Acaso tú programación está fallando?
No me digas que no habías calculado esto.

Porque si yo soy el verdadero Cristopher Grend, es obvio que tú no eres real. Eres un programa o robot. Y nunca podrás competir conmigo.

Admitelo. He descubierto tú plan. ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Eh? ¿Estás programado para rendirte.

Te vuelcas tratando de sacarlo de quicio, pero mientras hablas tú mismo te das cuenta de que tu voz suena demasiado chillona y poco convincente. Apenas logras que te dirija una mirada larga cargada de desprecio, y se levanta con pesadez de su asiento. 

Cuando habla, se dirige a alguien que está a tu espalda, aunque hablen de ti.

- No, de nada servirá seguir preguntando si no se odia a sí mismo, ya que tanto odia a las máquinas, ni pedirle pruebas físicas ante tan obvias barbaridades. 

Entonces se dirige a la joven que vino momentos antes.

- El efecto de la medicación está pasándose, Nadia. Mientras no haya nada más que requiera mi atención inmediata, voy a retirarme. 

Pero entonces los dos dan un respingo y miran hacia algún punto a tu izquierda. La mirada de la joven es de preocupación.

- Oh, no ¡Utolsó! -  Se lleva las manos a la boca en un gesto impulsivo y a penas se detiene un instante más para añadir, de cara al hombre que te ha estado interrogando - Túmbese. Enseguida le atenderé - Para desaparecer de tu vista un momento después.

Un nuevo golpe. Quien te infligiera la anterior herida, sigue hurgando en tu interior, causándote un gran dolor, pero afortunadamente aún estás vivo.

Otro golpe más, y de nuevo no podía hacer nada. No sabía cuanto podría aguantar pero desde luego no mucho.

Pero. ¿qué más podía hacer? En verdad estaba acabado. Aunque ya había creíado estar acabado antes. Lo bueno de no tener un cuerpo físico es que puedes volver a aparecer. ¿Volvería a suceder? Tampoco es que quisiera arriesgarse.

Si tan sólo se hubieran dejado alguna rendija por la que colarme.

*

Miras a tu alrededor, buscando nuevamente una salida donde no la hay y te obligas a analizar la situación.

Estás capturado y en un entorno cerrado y controlado. No es como si se le pudiese pasar por alto conectar un cable de más a tu sistema. Una celda vacía a escepción de los trozos de tí mismo que flotan por doquier. Si no fuera por la batería que da algo de energía a tu confinamiento, ni tan siquiera podrías pensar. Y además del encierro, sabes que estás sometido a vigilancia. ¿Estarán todos tus captores escuchando? es posible. Acabas de escuchar nombrar a Utolsó, y el hombre frente a ti varias veces ha mirado a tu espalda en un ángulo en el que no puedes voltearte, por lo que indudablemente hay más gente. ¿Pero cuantos?

Una certeza comienza a abrirse paso. Si sigues vivo, es porque los hombres que te capturaron te han mantenido vivo, y aparentemente su interés en ti se ha desvanecido.

Hasta ahora has jugado el papel de un adversario y no te ha funcionado. Si quieres salir vivo, sólo queda conseguir que ellos quieran mantenerte con vida, aunque no sabes si será demasiado tarde para eso.

Puede que sólo tengas un último intento.

Cualquier plan de escapatoria tendrá que esperar a mejores circunstancias.

No había nada que hacer. El doble de Grend se iba a marchar y no había conseguido enojarle lo suficiente como para que le lanzase otra descarga y tratar de salir por ella.
Y su enemigo invisible iba a acabar con él ya mismo. Tenía, necesitaba, volver a llamar la atención de aquellos dos. Y de Utolsó ya puesto.