Partida Rol por web

Mis ojos bailan del doctor, al bot y a la pantalla del señor Ashton, dedicándole más tiempo a ésta última.

Interesante...

Murmuro, pero de seguro audible por todos los presentes. Rápidamente clavo mis ojos en el doctor.

Lo lamento, necesito investigar al bot. Cuando todo esté aclarado, podrá hacer lo que quiera, así pues, le agradecería que lo dejase en su sitio...

Cierto brillo de determinación brilla en mis ojos cuando hablo, realmente no estoy dispuesto a dar mi brazo a torcer en este instante.

Mientras aguardo a que asimile y reaccione, mis ojos se fijan en el señor Ashton.

No se ofenda, pero los "sudo -c /././all ect/.data.dat" y los "nano .secret.dat" no me dicen nada... sin embargo, creo que entiendo algo. Que es un maldito siervo del Dios Máquina, como pensamos. Y eso puede ser realmente peligroso.

Tras mis palabras, asumo un gesto pensativo por varios segundos mientras les dejo reaccionar a mis palabras. Mis dedos danzan y de nuevo escribo una pantalla que muestro a Grend. "ODIANDO A LAS MÁQUINAS: ¿NO SE ODIA A SÍ MISMO?".

Repaso mentalmente la escena de la conversación con Rachel, buscando cualquier indicio de que pudiese ser una sierva del dios máquina y que se me hubiese pasado por alto...

Tras cargar el doctor al bot en sus brazos, de forma tenue se vuelven a encender las pequeñas luces de las cámaras de sus ojos dando a entender que se activo de nuevo. El bot intenta fijarse en que el doctor no esta pendiente de el aprovechando que esta hablando con ambos hombres, así que rápidamente mira el bot a ambos y gesticulando algo de forma muda. 

Tras esto el bot se desconectó de nuevo o por lo menos apago las cámaras de sus ojos, quedando nuevamente desconectado en apariencia.

Crees haber entendido lo que el bot gesticuló. Está pidiendo auxilio.

-No quiero morir de nuevo, ayudadme.

Mientras el bot que se ha identificado como Fox gesticula, las palabras del Hacker han ido claramente dirigidas a tratar de sacar de quicio a Grend, pero lo único que logran es sonar una vez más absurdas. Un eco más entre tantos intentos descabellados de... ¿llamar la atención?

Ni siquiera merece la pena enfadarse.

Pero entonces algo pasa en otra de las mesas, que por unas circunstancias u otras, ha quedado desatendida por parte del personal médico. 

Utolsó cae de rodillas, sin separar la mano de la cabeza de Raquel, pero dándole un tirón que la ha obligado a ladear la cabeza. El hombre ha caído hacia delante, con la cabeza apollada en la camilla, y su cuerpo tiembla.

- ¿Parte de tu investigación? - Estaba respondiendo el doctor, entre extrañado y algo terco - Está en mi laboratorio, Inspector, y esto es parte de Mi trabajo ¿En qué modo podría ser parte de su... - Pero entonces se escucha el golpe a su espalda, y se gira, viendo la incómoda postura en la que se encuentra Utolsó junto a Raquel, y abre los ojos de la sorpresa, buscando rápidamente a Nadia con la mirada - ¡¿Por qué no estás junto a él?! ¡Rápido! informa de sus constantes, y acerca otra camilla.

Deja caer sin cuidado ninguno al Bot en la mesa en la que estaba, pero se frena antes de ir de inmediato junto a Utolsó para hablar una vez más a 42 - Esto es prioritario, pero háganme caso. Esta carcasa tiene respuestas irregulares, y el protocolo es claro en cuanto a anomalías se refiere. Hay que erradicarlas. Si permitiésemos existir Bugs en el sistema, por mucho que parezca que tienen consciencia, podría ser peligroso. 

Recuerde a qué clase de enemigo nos enfrentamos.

Se detiene un segundo más, por si los hombres con los que habla quisieran decirle algo más, y se aleja a atender a sus pacientes.

Y más y más cosas sucedieron a mi alrededor mientras estuve ocupando de mis labores informáticas. Labores dificultosas, aburridas, y a la vez frustrantes. Por lo visto el doctor quiso deshacerse del bot, aunque el subinspector en funciones quiso impedirlo. Y para mayores dolores de cabeza, el especialista en redes cayó al suelo. Y como no, mi vista se apartó de la terminal para centrarse en él. – Joder. – Mascullé con concentración no tan buena como me hubiese gustado.

En orden. Doc, me gustaría echarle un vistazo antes de estar seguros, ya que por esa regla de tres lo que tenemos delante….- Realicé una pausa para que mis ojos se fijasen en el pequeño robot que yo mismo diseñé como contenedor antes de continuar. - ….también es un accidente. Y como en su caso, tenga respuestas que ignore. En la situación que estamos, no quiero perder pistas. – Añadí como aclaración aunque mascando las palabras.

Por ahora, Utolsó es lo primero, y yo ya me encargo yo de esto. – Le dije a modo de despedida temporal, él estaría ocupado en lo suyo, y como no, yo en lo mío. Mi atención se centró de nuevo en la terminal, y suspiré hastiado. Con todas las letras. Froté mis ojos para aliviar el picor nacido por el cansancio de leer datos y más datos. Algunos de ellos tan enrevesados como absurdos.

Me puse a teclear, y conforme fui pulsando las teclas, la velocidad, creció. También mi enfado. Torcí mi expresión en una mueca de desagrado con un pensamiento en mente.

Pulsé cada tecla con el fin de aplacar mi ira y mi animadversión contra esa maraña de bugs, errores, fallos, y algún dato importante debajo de eso. Pero tener que aguantar sus gilipolleces sacaría de quicio a cualquier. Más a mí. Que me sentí insultado con sus palabras, y su egocentrismo, amén de la absurda visión que tenía del mundo. Bastante desviada de la realidad.

Con todo lo que averigüe de él, me faltó conocer sus motivos reales, la fijación por creerse el auténtico Grend. Una tecla detrás de otra pulsé con el fin de destruirle finalmente, harto de sus comentarios, una pérdida de tiempo total y absoluta. Ya me encargaría de recuperar la información, o los restos, una vez que terminase de borrar su existencia. Y si no, se encargaría Utolsó, aunque en aquel momento su estado impediría hacerlo. Pero tiempo al tiempo.

Escarbas un poco más, tratando de dar respuesta a las preguntas que te formulas, pero el intento es infructuoso. Esa información o no existe en este programa o algo debes estar haciendo mal, pero lo que es seguro es que cada vez estás más harto de este hacker, o lo que quiera que sea.

Incluso Grend se ha hartado, y mira que es de los insoportables cuando se le mete algo entre ceja y ceja.

Algo te dice que no vas a encontrar nada más de utilidad en este tipo, de modo que... ¿Qué hacer? ¿Un último intento? ¿desconectarlo directamente? ¿Dejarlo colgado en un almacén con la etiqueta de "Residuo radioactivo"? ¿Dejarlo en hibernación un rato por si Utolsó le quisiera dar un último vistazo? ¿Echar sal y pimienta a las heridas?

La decisión es tuya.

Cuando te deshagas de ese trasto, podrás dedicar más tiempo y ganas a tu nuevo juguete voluntario en la mesa, o colaborar para tomar decisiones con todo ese rollo del lanzamiento de la Nostromo.

Después.

Es lo único que respondo al doctor, parece bastante insistente en el tema. Cualquier otra cosa que yo quisiera añadir es prácticamente añadida por mi compañero, con lo cual sencillamente asiento con la cabeza y aguardo a que el doctor se marche.

Cuando el doctor se marcha, desvío mi mirada largos segundos donde se ha escuchado el golpe de alguien caer, la preocupación aparece en mi rostro y no me molesto ni en ocultarla, en verdad me gustaría que todo saliese bien sin problemas, pero parece que no va a ser tan sencillo. Por otro lado, veo que enseguida el señor Ashton vuelve a centrarse en la máquina, sin más explicaciones, a lo cual me encojo de hombros.

Ya me explicarás mejor cuando termines, supongo.

Digo, dibujando media sonrisa, no tiene caso retrasarlo ahora que está tan enfocado. Así que me centro en lo que tengo más cerca, en el bot. Me cruzo de brazos.

¿... y bien...?

Le pregunto, esperando una respuesta por su parte.

Todo aquello era muy raro, Beta, 42, Rachel... Todo aquello sonaba a que fuera algo mucho mas complejo de lo que se podría prever al primer contacto. Las palabras de aquella doctora sobre 42 y Rachel... ¿Quien era esa mujer? ¿La había reconocido? Por un instante pensé que era así, que su cara era fácil de reconocer, pero ahora en la profundidad de esa mente fragmentada, era diferente, no tenia claro si la doctora era alguien que conociese, incluso si fuera una mujer o un hombre, pero lo que estaba claro es que ella si sabia acerca de esto. -¿Y tal vez 42 también? Entonces el bot que responde al nombre de Cristopher, tiene razón respecto a Beta, quiero decir 42. -Mi propia mente empezaba a fragmentarse o esa era la sensación, si no salia pronto de allí, acabaría con algo mas que un simple dolor de cabeza. Pero aun estaba por encontrar algo importante.

Y eso pensé, cuando cruce mas allá de lo simples recuerdos de la mujer y llegue al mas de la tranquilidad, un lugar que decidí ponerle titulo para tener mas seguridad a la hora de moverme por allí. Pero la tranquilidad de ese sitio, los sentidos perdidos, la sensación de... ¿Estar en el espacio?

-¿Rachel? -Pregunte sin querer llegar ha hacerlo, solo para cerciorarme de que ella no me escuchaba, que no estaba allí conmigo, que solamente estaba yo, el mar y aquella extraña imagen torres. Quien había creado esto, como. Eran tantas las preguntas, tantas como punzadas sentía en mi córtex. -Voy a caer y no volver, debo hacerlo es importante e interesante. Es increíble, es precioso. Es... que es todo aquello. - Mis pensamientos se agolpaban, algunos incluso que nunca había experimentado hasta el momento, pero quise sobreponerme a ellos, a todo y mantener mi psique intacta, objetiva y buscar entre las torres lo que había venido a buscar. -¿Desde donde llegue? No, importa, debo continuar.

Suspiré con frustración, con todas y cada una de las letras. Inconscientemente una de mis manos acabó sujetando la frente debido al cansancio que me produjo aquella situación. Muchas cosas alrededor mía, y por desgracia solamente yo podía prestar atención a una, al menos si quisiese hacerla como corresponde.

El doc se alejó para atender a un Utolsó completamente fuera de combate. Ignoré su estado, y tampoco es que pudiese hacer mucho más. Sin olvidar lo que tuve entre mis manos. Cuarenta y dos me dijo algo de un después. Asentí con la cabeza, mientras cambié mi gesto a ambas manos frotando mis sienes, quizás como alivio. Un alivió que no llegó.

Me he cansado de esto. Nada más. Es una pérdida de tiempo. – Arrugué mi ceño tras aquella confesión, aunque sin mirarle directamente. – No creo que tarde mucho en….terminar con esto. – Le dije en un tonto visiblemente cabreado, además de frustrado. Suspiré profundamente. – Vamos, un último intento. – Comentario carente de paciencia, más para mí mismo que hacia el resto.

Nuevamente, mis dedos se toquetearon la terminal a buena velocidad, y con la clara intención de dar a mis palabras, veracidad.

Mis dedos pulsaron cada tecla. Le arrancaría la información a la fuerza, hasta acabar con él. Demasiadas oportunidades que li, le dimos. Pude cargármelo a la primera, pero sin embargo, con la urgente necesidad de aclarar el exceso de sombras, tuve que buscar respuestas en donde pareció no haberlas. O tal vez encontré todas las existentes en toda aquella maraña de errores, bugs, y e información corrupta.

En todo caso, le sacaría hasta lo último, y le destruiría. Tener a alguien así, sería demasiado peligroso. El búnquer está en sus horas más bajas, y un déspota que odia a las máquinas, y se cree alguien que en realidad no es….digamos no es que tuviese mucho que ofrecer. Digo yo. Continué con la pulsación de teclas, secuencia de comandos, una tras otra hasta conseguir mi objetivo sin importar lo frustrante y pesado que podría llegar a ser.

El bot vuelve a encender las cámaras de sus ojos cuando se percata de que Arthur se marcha. -Por un momento pensé que volvería a morir.... Incluso estando así me preocupan estas cosas.....Que curioso ¿no? Sin poder moverse bien la maquina mueve su cabeza lo que puede como para intentar acomodarse ya que Arthur al dejarlo caer no lo dejo en una posición cómoda como para hablar con ambos hombres. 

Poco después mira a Cuarenta y dos. - Mi intención es ayudaros, no quiero.... no... joder quiero que salgan las cosas bien para vosotros. Los que son como yo no son mala gente, solo intentamos ayudaros, pero no se que pensáis o que creéis de nosotros, que simplemente queréis destruirnos. El bot guarda silencio y se queda mirando a ambos para ver sus reacciones.

Y como si acabase de caer en la cuenta de algo, añade apresurado, con un movimiento de ojos en dirección a la otra mesa - Y antes de que digan nada, no tengo nada que ver con ese, pero por lo que escucho diría que le falta un tornillo.

La tarea que tienes ante tí es inmensa, asfixiante y sencillamente absurda. Pero es demasiado tentador como para no tentar a la suerte. No, no vas a dar media vuelta cuando has llegado tan lejos. No ahora. 

Pero antes de avanzar, lanzas al vacío una pregunta con forma de nombre. Esta vez no hay eco. Hasta ahora, cada uno de tus movimientos hacía cambiar tu entorno y hasta la información más pura estaba viva. En este lugar, sin embargo, todo permanece en un hierático silencio imperturbable, como si cualquiera de tus gestos fuese, en comparación, insignificante. 

Estás solo. 

Solo como tú mismo...

Una sensación tan real que vuelca tu mundo, cambiando tu gravedad de tal forma que pierdes la noción de suelo. Casi te dan ganas de gritar, de exigir a las torres a tu alrededor alguna clase de respuesta. En tu mano hay ahora un martillo ¿Cuando ha aparecido ahí? Y sin saber muy bien lo que haces, golpeas la superficie imperturbable con él.

Docenas y después cientos de grietas se abren desde el punto de impacto como si fuese una flor deshojándose, y tras la negrura imperturbable de las torres, ves luz...

Un fragmento de clava en tus retinas y atraviesa tu cráneo, lanzándote hacia atrás de la onda expansiva. 

Esta vez lo has logrado. El último hilo de cohesión de procesos queda roto. Ya no hay nada en ese... lo que sea, que responda a estímulos. Se ha apagado. Mínimo, podrás ahorrarse seguir escuchándolo.

Pero en cuanto a sacar datos útiles, aparentemente quedaba poco por sacar. 

Los "motivos reales" que pudiese tener o están corrompidos o son simplemente absurdos. ¿Salvar a la humanidad entregándolos al Dios Máquina? ¿De qué manera podría salvarles eso? ¿Acaso consideraría que la única forma de salvar vidas era entregarse?

Es lo único que tiene algo de sentido, pro muy retorcido que resulte.

Y cuando terminas de analizar este detalle, sucede algo más.

Los datos y pequeñas interferencias que habías captado están comenzando a desvanecerse. Afortunadamente has gravado el proceso, por lo que todo lo que has extraído es recuperable, pero como si sólo se tratase de electricidad residual, se está descomponiendo y desapareciendo. 

unos segundos más tarde no queda nada que recuperar frente a ti, salvo el zumbido de la batería en funcionamiento y la conversación en la que no has participado casi activamente desde hace un rato entre 42 y el nuevo Bot, junto al ajetreo más lejano del doctos y Nadia trabajando junto a los dos tendidos.

Mientras hablan, el doctor se ha reunido con Nadia y las dos personas aparentemente inconscientes de las que están velando. Entre ambos, colocan a Utolsó en una segunda camilla con cuidado de no separar la mano del hombre de la cabeza de Raquel. 

Aparentemente, van a necesitar un rato hasta averiguar qué le ha pasado a Utolsó y porqué ninguno de los dos responde a los estímulos.

Simultáneamente, y después de las últimas protestas del Hacker, el tecleo de Frederick se lanza en un último y redoblado esfuerzo, mientras el técnico aprieta las mandíbulas. 

Sin embargo, por un instante algo de hace dar un respingo junto a la pantalla y sus manos vacilan.

La imagen en su pantalla, la acumulación casi orgánica de datos que estaba analizando, se está desvaneciendo.