Partida Rol por web

El camino de las agujas

Pasado

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26/08/2012, 15:52
Director

Lorelei que así se llamaba la madre de Lily se quedó sola con su hija pequeña cuando su marido tuvo que ir a una estúpida guerra, de la cual volvió tan enloquecido por lo vivido en aquel lugar que sólo podía beber para ahogar sus recuerdos.

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Hacía cinco años que había llegado, cuando Lily tenía 8 años, desde entonces violaba a su esposa cada noche. Y frutos de esas violaciones sufrió varios abortos y salieron adelante dos niños, hasta que el último se quedó atascado y murió madre e hijo.

Lorelei salía a buscar cada día frutas y hongos para vender en el mercado durante el día mientras su hija se quedaba en casa de una vecina. Pero ese día, su vecina tenía otros quehaceres. Y la pequeña Lily salió con Lorelei al bosque después del alba.

Lily contaba con cinco años cuando se perdió por primera en un inmenso bosque del que se decía que vivían seres de otros mundos, y no todos eran buenos.

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26/08/2012, 16:22
Pequeña Lily

-¡No quiero! ¡No quiero! -protestaba llorando mientras mi madre me arrastraba de la mano por el bosque.- ¡Quiero estar con Toby! ¡¡¡Mamaaaaaaá!!! -pataleaba y lloraba, sin que ella dejase de arrastrarme.

Soltó mi mano para coger unas manzanas. Y yo me di la vuelta para buscar el camino de vuelta y me eché a andar.

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26/08/2012, 20:50
La lechuza

La pequeña Lily se alejó lo suficiente de su mamá como para perderla de vista. Al poco tiempo escuchó cómo la llamaba:

¡Liiily, ven aquí ahora mismo! ¿Dónde te has metido?

Por su tono de voz Lily sabía que su mamá estaba muy enfadada. Seguro que si la encontraba la iba a castigar otra vez dentro del cuarto oscuro. Lily odiaba el cuarto oscuro. Además de estar completamente oscuro, se podían oír los pasos de los ratones y apestaba a vino fermentado.

Tengo que esconderme -pensó entonces la pequeña Lily- y en vez de seguir por el sendero de tierra que llevaba de vuelta a su casa, torció por otro camino mucho más estrecho y descuidado por el que nunca había ido. Lily anduvo y anduvo y cada vez escuchaba los gritos de su mamá más alejados hasta que dejó de escucharlos por completo.

Después de una hora larga caminando, Lily empezó a sentir cómo le dolían los pies, así que se sentó a la sombra de un roble muy viejo que tenía un enorme agujero en la corteza.

De repente, Lily se sobresaltó al escuchar una extraña voz que procedía de las ramas de aquel árbol que le decía:

- Huuuu, Hola niiiiña. ¿Qué haces por aquí? Las polluelas como tú no deberían andar solas por el bosque.

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26/08/2012, 22:24
Pequeña Lily

Tenia hambre. Estaba cansada y me dolian los pies. Empezaba a refrescar y a oscurecer. Ni siquiera me daba cuenta de la nocion del tiempo. Al escuchar la voz me sobresalte. Alce la cabeza y vi a la lechuza. Sonrei con el hueco de mis dientesd de ledche .
-Mi mama me obligo a venir y he decidido que quiero volver a casa-mire a los lados-pero no estoy segura de donde estoy -confese.

Las tripas me rugieron con fuerza. Me levante decidida a buscar alguna señal para volver a la aldea cuando en el suelo vi un caminito de migas de pan. Decidi seguirlas mientras, de paso, llenaba el estomago con las migas. Dejando atras el bosque, a mi mama y al mundo real.

Notas de juego

(Movil)

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26/08/2012, 23:16
La lechuza

A medida que la pequeña Lily se iba adentrando en el bosque, el aspecto de la vegetación se volvía más y más siniestro. La hierba, que antes crecía lozana, dejaba paso a las zarzas espinosas y a las venenosas ortigas, y los árboles hace poco recios se retorcían ahora de sufrimiento como torturados por una tierra maldita.

La noche caía y la pequeña Lily volvió a ver, subida encima de una gran roca, a la misma lechuza que le había hablado antes.

-Uhh, uhh. Polluela, tienes que volver a tu nido. Este lugar es peligroso. Las migas que te estás comiendo las ha dejado un niño muy malo que se llama Pulgarcito. Pulgarcito era tan malo que sus papás lo abandonaron en este bosque para que lo devoraran los lobos. Y la única forma que tiene de volver a su casa y vengarse de ellos es recorrer de vuelta el camino de las migas de pan que tú te estás comiendo.

 

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27/08/2012, 00:41
Pequeña Lily

Volvi la vista atras.
-Uy -exclame-ya no queda camino-musite.-Ahora ese niño estar perdido como yo-susurre. Olvidando la parte de los lobos. Como el mal ya estaba hecho y yo seguia teniendo hambre. Segui el caminito y llenando la barriga. Hasta que llegue frente a una gra casa de chocolate.-¡Jo! Ahora ya estoy llena -balbuci. Busque con la vista a lechuza, esperando su consejo.

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27/08/2012, 15:41
La lechuza

La casa de chocolate tenía un aspecto delicioso. Estaba iluminada por velas de caramelo, sus tejas eran de bizcocho y las paredes de muchas variedades de chocolate. De las repisas de las ventanas colgaban piruletas y de los bordes del tejado, sabrosos helados y apetitosos ovillos de algodón de azúcar.

La pequeña Lily la estaba mirando con la boca abierta cuando vio venir de nuevo volando a la lechuza parlanchina que, después de dar unas vueltas en círculo alrededor de su cabeza, descendió y se posó en su hombro.

Uhh, uhh, ya sé lo que estás pensando, glotona. Le susurró al oído. Pero ni se te ocurra acercarte. En esa casa vive una bruja malvada que se come a los niños. Hace unos días Hansel y Gretel entraron en ella y no han vuelto a salir. Así que sigue tu camino. Como sabía que tendrías hambre te he traído algo de comer.

La pequeña Lily pudo ver cómo la lechuza traía en su pico una lombriz muy gorda que en comparación con la casita de chocolate no parecía nada apetitosa.

 

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27/08/2012, 16:09
Pequeña Lily

-Gracias, amiga-dijo la pequeña mientras tomaba la lombriz entre sus manos. Lily no era una niña caprichosa, ni glotona ni tonta. Lily sabía lo que quería y cuando quería algo, lo conseguía. Y en ese momento, lo que quería era su mamá que sabía que estaría. Muerta dela preocupación, de todas formas, había venido comiendo las miguitas de pan por el caminno. Y sabía que no podría comer más o reventaría. Pero así como Lily no era glotona ni desagradecida ni caprichosa, había algo que le podía más que tener a su mamá tan preocupada. La curiosidad.

Su gran imaginación y creatividad, le llevaban a inventarse grandes historias por la noche que por el día se las contaba a su amigo Toby, donde ellos se convertían en los protagonistas de tan magníficas historias. Un día eran piratas surcando los mares, otro dos exploradores en peligrosas selvas, en otro viajeros del espacio,... No importaba a donde fueran, para Toby era real porque Lily así lo hacía.

Y la pequeño pensó que aunque portaba una gran imaginación, a veces no venía demás nuevas ideas. Así que se echó a andar hacía la casita, curioa. Apuntando cada detalle en su memoria, creando nuevos mundos en su cabeza para explorar. Llegó a la puerta y allamo

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28/08/2012, 00:49
La bruja de la casita de chocolate

Al poco tiempo de que la pequeña Lily hubiera llamado a la puerta, la ventana de caramelo del primer piso se abrió con violencia y por ella se asomó una mujer que a la niña no le pareció para nada una bruja. Ella se imaginaba a las brujas de los cuentos viejas, feas y con una berruga en la nariz, pero esta, en cambio, era joven y hermosa. Nada más asomarse gritó con una voz chillona y malhomorada:

-¡Quién demonios anda ahí!

Pero, inmediatamente, cuando vio la dulce carita de la pequña Lily, su expresión se ablandó con una sonrisa y su voz se volvió más suave y melosa:

- ¡Oh, pero si es una niñita! ¡Qué encanto! Entra, preciosa. Aquí tengo bombones y caramelos para ti. Espera un momentito que ahora bajo y te abro.

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28/08/2012, 01:07
Pequeña Lily

Lily se estremeció al escuchar la voz de aquella mujer. Y lejos de parecer una bruja mala de cuento, Lily quedó cautivada por su voz y su belleza.

No tenía hambre, quería ver la casa por dentro. Utilizarla en sus historia. Describir lo que allí vió, así que, simplemente esperó hasta que la puerta se abrió y por un instante pensó en el destino de Hansel y Gretel, en los niños que la lechuza le habían dicho que habían entrado pero no salido. Pero como toda niña pequeña, Lily no era consciente del peligro, ni si lo había.

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28/08/2012, 13:30
La bruja de la casita de chocolate

La puerta de casita de chocolate se abrió delante de la pequeña Lily, pero nada más entrar se dio cuenta de que su interior no se correspondía en nada con el exterior. Aquella habitación estaba toda a oscuras excepto por el fuego que justo en el centro de la estancia calentaba un enorme caldero humeante. 

Cuando sus ojillos empezaron a acostumbrarse a la oscuridad, pudo ver iluminadas por la tenue luz de aquel fuego los contornos de extrañas máquinas que nunca antes había visto en ninguna cocina. La mirada de un adulto hubiera identificado entre ellas un potro de tortura, un cepo oxidado, una doncella de acero y, ordenados concienzudamente sobre un banco de carpintero, alicates, sierras, bisturíes, látigos con puntas de acero y otros extrañas herramientas de tormento. Aunque la pequeña Lily no tenía ni idea de para qué valía todo aquello, la sala le recordó al odioso cuarto oscuro y, muerta de miedo, no pudo evitar hacerse pis por encima.

Al poco tiempo, un terrible gemido vino a sacarla de su estupor. La niña levantó la mirada y pudo ver aterrada cómo justo encima del enorme caldero colgaba una jaula sanguinolenta en la que agonizaban los cuerpos mutilados de dos niños pequeños. A aquellos niños les habían cortado las manos y los pies, y sus muñones, mal cauterizados, dejaban gotear la sangre que llenaba poco a poco el caldero. La niña de la jaula miró a Lily e intentó decirle algo, pero cuando abrió la boca, de ella no salían más que espantosos sonidos guturales, como si le hubieran arrancado la lengua.

La pequeña Lily pensó entonces en correr para escapar de aquella pesadilla, pero cuando se dio la vuelta pudo ver cómo la bruja que había visto por la ventana cerraba la puerta con un candado y mientras se reía con una risa infernal.

Jijijiji, ¡Pero qué niña más estúpida! ¿Es que tu mamá no te ha dicho nunca que no se deben aceptar los regalos de los desconocidos? Ahora eres mi prisionera.

Al mismo tiempo que decía esto, un horrible gato negro subió de un salto a la mesa de las herramientas de tortura y amenazó a Lily arqueando el lomo y profiriendo un maullido espeluznante.

Veo que no le gustas a Lucifer -volvió a decir la bruja- Tranquilo, querido. Vamos a necesitar a esta niña entrometida para acabar de preparar el elixir de la eterna juventud.

Dicho esto, la bruja agarró a la pequeña clavándole las uñas en la muñeca y tiró de ella con  violencia haciéndole mucho daño hasta una pequeña jaula para perros que tenía claveteada al suelo. La bruja cerró la puerta de la jaula con llave y, finalmente, subió por las escaleras riéndose a carcajadas mientras acariciaba el lomo de Lucifer.

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28/08/2012, 13:48
Pequeña Lily

Lily no lloró. Lo observaba todo con grandes ojos curiosos, tratando de buscar una salida. Siempre había una salida por muy descabellada que fuera. Miró arriba y vio a aquellos dos niños desangrándose, mutilados, jadeando,... Lily se estremeció dentro de su jaula y se echó atrás para abrazarse a sus piernas mientras se balanceaba de adelante a atrás. Cerró los ojos con fuerza mientras apoyaba la frente sobre las rodillas.

Tendría que haber hecho caso a la lechuza pero ya era demasiado tarde para volver atrás. Abrió la mano y se quedó mirando a la viscosa lombriz como se revolvía.

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29/08/2012, 13:32
Engel

Aquel lugar era frío, húmedo y aterrador. La pequeña Lily no tenía espacio para ponerse de pie ni para acostarse en aquella diminuta jaula y los gemidos de puro sufrimiento de Hansel y Gretel alimentaban su pavor.

Pasaron las horas, y cuando la pequeña Lily había empezado a quedarse adormilada, el ruido de los pasos de un animal que descendía corriendo por las escaleras y de un objeto metálico que tintineaba la despertaron. Al dirigir su mirada al hueco de las escaleras vio como unos ojos brillantes se acercaban hacia ella en medio de la oscuridad y, ya frente a la jaula, pudo distinguir la figura de Lucifer, el gato de la bruja, con un manojo de llaves en la boca. Lucifer se detuvo un momento a mirar a la pequeña Lily, dejó caer las llaves y empezó a susurrar:

Me gustas, pequeña. Eres valiente. Los otros niños que trae aquí mi ama se pasan el día llorando, pataleando y llamando a sus mamás. ¡Y así no hay quien pueda dormir! He venido a hacer un trato contigo. Estas que te he traído son las llaves de la jaula y del candado de la puerta que te van a permitir huir. ¿Sabes usar una llave, verdad? Pero a cambio tendrás que cumplir mis condiciones.

Verás... Mi ama la bruja está loca. Yo llevo años portándome como un gato malo porque es lo que a ella le gusta, pero ya no lo aguanto más. No quiero volver a erizar el pelo ni a asustar a más niños. Se acabó. Y quiero que tú seas mi nueva ama. Solo te pido tres cosas:

Primero: tendrás que cuidarme y darme placer. Me gusta que me hagan cosquillas en la barriga, que me acaricien el lomo y que me rasquen detrás de las orejas. ¡Ay, que gustito!

Segundo: nunca más me obligarás a volver a beber sangre. ¡Puaj! La detesto. Solo leche y galletas, pero nada de sangre.

Y tercero: me pondrás un nuevo nombre. Odio que me llamen Lucifer y, además, a partir de ahora voy a ser un gato bueno.

¿Qué me dices, te interesa el trato?

Antes de que la pequeña Lily pudiera responder, la luz de un quinqué procedente del piso superior bajó por las escaleras y la voz chillona de la bruja retumbó en la sala:

- ¡LUCIFER! ¿DÓNDE TE HAS METIDO? VUELVE AQUÍ AHORA MISMO.

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29/08/2012, 16:00
Pequeña Lily

-Trato hecho- respondió la niña en un susurro mientras metía la manita entre los barrotes para acerse con el juego de llaves. Las metió entre la ropa cuando la bruja empezó a bajar las escaleras. Lily sólo consiguió ver sus pies pues el gato ascendió los peldaños raudo hasta ponerse junto a sus pies y resoplar a los niños de las jaulas. La bruja conmovida por la maldad del animal hacia los hermanos mutilados sonrió con aire maternal y nuevamente volvió a su habitación.

El gato se recostó en lo alto de las escaleras haciendo guardia mientras la bruja se le quedó mirando complacida y lentamente cerró la puerta.

Sacó las llaves entré los barrotes. Probó con varias hasta dar con la acertada. Le temblaba el pulso, tenia hambre y frío. Y aunque no lo confesaría abiertamente algo de miedo.

Salió de la jaula con el cuerpecito entumecido. Y se quedó mirando a los niños que gemían con más fuerza observando como se liberaba. Se quedó unos instantes observándolos, esperando a que una gran idea se le ocurriese para sacarlos de allí pero el gato apareció a su lado.
-Ya es demasiado tarde para ellos-musitó. Se acercó a la puerta y le hizo una señal para que avanzase.

Lily los miraba apenada.
-Buscaré ayuda-les susurró, alimentando en vano sus esperanzas.
Llegó hasta la puerta. La cerradura estaba demasiada alta para ella. Arrastró un caldero y se subió en este. Metía y sacaba las llaves buscando la correcta. En uno de sus movimientos perdió el equilibrio y cayó al suelo, el calero hizo mucho ruido y la luz del piso de arriba se encendió.

Lily se levantó lo más rápido que pudo del suelo, y volviendo a colocar el caldero probó con la última llave. Se escuchaban pasos que se dirigían a la puerta y de esta a las escaleras. Antes de dar la vuelta a la llave Lily miró al gato.
-Te llamaré Engel-siseó nerviosa mientras las bruja bajaba las escaleras y la pillaba infraganti.

Notas de juego

*engel es angel en aleman.

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30/08/2012, 13:59
La bruja de la casita de chocolate

- Alto, mocosa, ¿adónde tes crees que vas? Bramó la bruja al tiempo que se lanzaba a la carrera hacia la pequeña Lily. Solo las separaban unos menos y la manita temblorosa de la niña no era capaz de acertar con la cerradura cuando un horrible maullido retumbó en la habitación y por un instante Lily pudo ver la silueta de Lucifer que de un gran salto se había lanzado contra la cara de la bruja y la arañaba sin piedad con sus grandes uñas. La lámpara que llevaba cayó al suelo, pero su ahora tenue resplandor aún permitía ver la cara arañada y sangrante de la bruja que profería alaridos y maldiciones. 

Al fin, la pequeña Lily consiguió hacer que el candado que la separaba de la libertad se abriera y sin volver la vista atrás corrió y corrió entre la espesura alejándose de aquel espantoso lugar. Cuando ya no pudo más, se sentó junto a un árbol a tomar aliento. Aún no lo había recobrado del todo cuando Lucifer salió de entre la maleza a la carrera, se acurrucó entre las piernas de la niña y lamió su mano con su lengua áspera.

- Me gusta Engel, es un nombre bonito. 

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30/08/2012, 16:27
Pequeña Lily

Cuando vió al gato a su lado, Lily se estremeció del susto pero pronto una radiante sonrisa iluminó su rostro. Cogió al gato entre sus brazos y lo estrechó contra su pecho con suavidad y mimo. Ya nunca más estaría sola. Ahora tenía a Engel.

-Debo encontrar la manera de volver a casacomentó nerviosa-Mamá estará muy preocupada.-dicho esto se levantó y notó como algo se movía en el bolsillo de su blusón, al meter la mano se topó con la viscosa lombriz que dejó en el suelo, sin perder la sonrisa-[b]€a eres libre, amiguita-musitó

Dejó a Engel en el suelo y comenzaron a recorrer aquel mundo siniestro a la par. Mientras Lily no olvidaba su promesa a los dos hermanos y el agradecimiento no sólo a su nuevo amigo sino a lla lechuza por sus advertencias

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31/08/2012, 22:26
La lechuza

Amaneció y los rayos del sol acariciaron la cara de la pequeña Lily invitándola a continuar con su viaje de vuelta a casa. La niña siguió al gato Engel hasta el camino de tierra que había abandonado la noche anterior y se alegró al ver que de día las figuras que formaban los árboles ya no resultaban tan amenazadoras y que el bosque espeso y tenebroso donde vivía la bruja dejaba paso a un hermoso prado.

Por el camino la pequeña Lily se entretenía tejiendo una corona de margaritas mientras que Engel trataba de cazar mariposas y los dos se sentían muy contentos en mitad de aquel lugar idílico por haberse encontrado el uno al otro.  

El camino que seguían acabó llegando a una bifurcación. Frente a ella se levantaba un alto poste de madera del que colgaban dos carteles que señalaban sendos caminos. Como la mamá de Lily ya había empezado a enseñarle a leer, la niña, muy orgullosa, le silabeó a Engel lo que allí ponía:

¡Mira! Este dice “A-CA-SA” y este otro “A-LA-CUE-VA-DE-LO-GRO”

El primer camino era ancho y bien adoquinado. Discurría a la sombra de un arco de almendros en flor y regalaba a los oídos el murmullo de una fuente de agua fresca.

El segundo, por el contrario, era apenas un sendero pedregoso que rodeaba una alta colina y que no ofrecía a las lagartijas protección alguna contra el radiante sol de la mañana.

La pequeña Lily volvió la vista a los carteles y entonces se dio cuenta de que en el segundo, debajo las letras escritas con pintura, alguien había escrito algo rascando la madera con un objeto punzante. Tardó algo más en distinguir aquellas letras grabadas con premura, pero al final pudo leer con bastante claridad: “A-YU-DA”

Justo en aquel momento, Engel maulló señalando con la pata lo que había descubierto. Al inicio del camino que llevaba a la cueva del ogro se podían distinguir las huellas de un zapatón enorme tan grande como él junto a las de un pie descalzo del tamaño aproximado del de Lily.

La niña no había decidido todavía qué hacer cuando escuchó sobre su cabeza el aleteo de la lechuza que fue a posarse en el poste.

¡Uuuh! No hubiera apostado una pluma porque siguieras con vida, polluela – fue su forma de presentarse- Pero aun así, deberías confiar menos en tu suerte y hacer más caso a los consejos de los mayores. Espero, por lo menos, que hayas aprendido algo anoche, aunque la verdad es que no sé si esa cabeza de chorlito que tienes es capaz de aprender nada.

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31/08/2012, 22:34
Pequeña Lily

-¡Mi cabeza no es de Chorlito! ¡Es mía! -protesté incomodada.- Es la cabeza de Liliana Schiel, de la aldea Choche. Y tengo estos años... -dijo estirando los cinco deditos de su pequeña mano. Torció la boca molesta durante un largo instante.

La pequeña volvió la vista hacia los carteles. Sentía una terrible angustia en su pequeño pecho que se propagaba a su estómago. Había alguien pidiendo ayuda y quizás ella podría darla. Frunció el ceño y decidida se echó a caminar hacia el camino pedregoso.

Volvió la vista a la lechuza con humildad.
-Hay dos niños atrapados, les dije que pediría ayuda, y tú eres a la primera que encuentro. Así que, te la pido a ti. ¿Puedes ayudarles? -le preguntó inocentemente.

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02/09/2012, 13:31
Pulgarcito

¿Acercarme a la casa de esa bruja para que me atrape y me diseque? Ja -Contestó la lechuza- Veo que no has aprendido nada, niña entromentida. Hansel y Gretel están muertos, como lo estarás tú si no dejas de meterte donde no te llaman.

Dicho esto, la lechuza levantó el vuelo y Lily y Engel se quedaron solos mirando aquel paisaje desolado que se extendía a ambos lados de la colina.

La caminata fue dura. Engel abría la marcha y la pequeña Lily hacía lo que podía para no quedar muy atrás. El camino desparecía por momentos oculto por las rocas y el sol radiante del mediodía se reflejaba en ellas cegando por momentos los ojos de la niña. Cuando Lily sorteaba una afilada roca tuvo la mala suerte de romper una de sus sandalias y se vio obligada a continuar con un pie descalzo sufriendo a cada paso las quemaduras de la piedra ardiente.

Lily y Engel estaban a punto de llegar a la cima de la colina con el ánimo consumido por aquel infierno de piedra, cuando un niño de ocho años de aspecto salvaje, vestido con harapos y con la cara ensangrentada salió de detrás de un gran roca y se plantó ante ellos. En su mano llevaba un tirachinas con una bala cargada que apuntaba a la cabeza de Lily.

Nada más verlo, Engel bufó y erizó los pelos con un gesto amenazante dispuesto a defender de nuevo a su amiga, pero justo en ese momento, el niño salvaje le disparó la piedra que tenía cargada con tanta puntería que fue a impactarle de lleno en el morro y el gato, con un maullido lastimero, corrió a esconderse detrás de una roca.

Entre tanto, el niño ya había cogido otra piedra del suelo y a tensar las gomas del tirachinas apuntando otra vez a Lily, mientras le decía con una voz aguda e infantil:

¿Quién eres tú, niña, y qué haces aquí?

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02/09/2012, 16:04
Pequeña Lily

Lily se quedó inmóvil cuando ese niño salido de la nada le apuntaba, se estremeció al oír el grito de su nuevo amigo. Apretó los dientes, frunció el ceño y cerró los puños.
-Y tú, ¿quien eres? ¿Por qué nos atacas sin venir a cuento? ¡NO HEMOS HECHO NADA!-protestó malhumorada, sin apartar la vista de él, sin importarle si le apuntaba a o no. Lily estaba enfadada, había atacado a Engel y lo iba a pagar.

Pero aún así, le respondió taciturna.
-Mi nombre es Lily, mi amigo, al que atacaste -le acusó- es Engel. -Respondía seria y tensa por la ira.-Hemos venido porque había un cartel que ponía ayuda en este dirección. Y vamos a ayudar a quien lo necesite.