Partida Rol por web

Parmenion, el guerrero, el rey, el salvaje bárbaro que habia alcanzado su lugar en el trono a fuerza de mandobles, de cortar cabezas.
Agazapado en la entrada de la torre del sol, su capa cambió de color camuflandolo. Ni siquiera el brillo magico del grueso mazo a dos manos emitió un solo destello. El cazador, era ahora una sombra, una mancha más en la ya ensangrentada capital de los elfos.

Alguien estuvo aquí hace poco, hasta se siente el calor aun adherido a éstas huellas.
La nariz del guerrero se ensanchó aun más, olfateando la aun calida pisada.
Elfos, o quizas humanos...Ningun orco tendría un olor tan dulzón hahaha.

La sonrisa deformó el rostro del rey. La corona de oro, sin ninguna gema, sinó tan solo algunas runas, por las cuales, alguna vez Garchin habia cobrado una fortuna, se fundió en la sombra que el guerrero dibujaba sobre las huellas.

Si no son orcos, hay dos opciones...Aliados de Godmaster, o enemigos. Nadie más podria estár acá, vivo, después de la masacre que acaba de ocurrir acá.

Parmenión, se acercó en silencio, tratando de descubrir a los intrusos.

La voz fina provenía de una minúscula figura...un mediano, o gñomo, desde su posición Parmenion no podia ver bien...

Cita:

¿Un gñomo!? El unico gñomo al que me gustaría abrirle el cráneo, debe estar jugando con su dragon negro, o con alguno de sus juguetes, maldita escoria! NO!

El guerrero, reconoció al menos a dos elfos y confiado, salió de las sombras.

Y asi, con las manos abiertas en jarras, el Rey en el Sur, el rey ya sin reino, se acercó al extraño grupo de heroes.

¿Buscan algo? La voz, grabe, como de rayos bajo la tormenta, podría haber sido envidiada por el propio Zeus.
Ante ustedes, un enorme guerrero, cubierto con una lujosisima armadura de mithril, sin yelmo alguno, sino tan solo una pesada corona de oro, se acercaba con paso firme.
Su melena rubia, y ojos chispeantes, casi celestes, parecía delatarlo como uno de los enormes montañeses, que la cordillera al sur de Ginea, acostumbraba a escupir cada cierto tiempo sobre la gran capital.

Nekrhatag volaba por encima de todos dejando una estela azulada tras de si misma, miraba cada detalle de la torre ignorando a aquellos que eran sus compañeros, si es que ella podía llamar así a estos mortales.

Lo elfos siempre fueron grandiosos y prolijos en su arquitectura.

Una gota de sangre cayó de un de sus guantes de hierro la cual casi toca al Portavoz de los Soles.
Cuando el humano de la gran clava entró Nekrhatag giró rápidamente hacia allí para verlo con claridad.

Un enemigo?
No, un enemigo no podría ser tan estúpido como para presentarse así frente a nosotros.

Descendió fuertemente hacia el suelo haciendo bastante ruido al caer. Inmediatamente se incorporó mirando fijamente con sus órbitas vacías pero centellantes al recién llegado.
Dijo... No, no dijo, ordenó.

Quien eres humano y que quieres?

Ella se mantenía increíblemente alerta de alguna manera quería que el humano sea un enemigo tanto caminar para llegar a un lugar vacío donde no había nada la había puesto de muy mal humor y esperaba algo con que desquitar.

La dulce, candida y juvenil expresión de Ryo, se transformo en una dura e implacable mascara. Sus rasgados y estrechos ojos, que de costumbre eran de  color marrón oscuro, ahora se habían vuelto de un intenso color negro, y su pelo largo y liso, ahora se erizaba, amenazante. - ¿ Quien eres y que quieres ?.- Su voz sonaba dura y amenazante

Tal vez no lo recuerden del todo bien. Pero aquellos con muy buena memoria recuerdan la reunión previa a la batalla con los orcos en Qualinost.
Entre los notables que había allí de varios reinos recuerdan a este humano, El Rey Parmenión iba junto con un clérigo llamado Anomen.
Poco participó de aquella reunión en la que se definió como un hombre de acción. Alguno que otro hizo algún comentario acerca de la falta de modales del Rey, cuestiones de etiqueta entendibles para aquellos entrenados o de cuna noble.
En lo que respecta a la batalla, Parmenión y sus hombres se encargaron de defender la retirada al Sur de las fuerzas de Ginea por lo cual no estuvo en el frente junto con ustedes enfrentando al grueso del ejército. De todas maneras su misión era más que importante y se enfrentaron a varias fuerzas de avanzada que intentaron hacer un ataque por el flanco a la gran capital humana.

Para Shaguerrak, Parmenión es un gran amigo del reino, no sabes muy bien de donde ha nacido tan buena relación entre el Capitán y el Rey.
Aunque recuerdas alguna vaga historia del Rey que llegó al trono por fuerza de sus victorias en el campo de batalla.
El Rey bárbaro? Algo así le llamaban pero no recuerdas mucho más.

- Hola Parmenion, mi nombre es Akin Sabosanco, uno de los capitanes de Shaguerrak.

Estaba a punto de responderle a Ryo, cuando un extraño hombre se presentó ante nosotros..

Akin!?? La sombra de Shagui verdad!?? HaHAHAHAHA! El guerrero agita los rubios cabellos, mientras hace girar a gusto un pesado mazo. Al parecer, la descomunal arma de puro adamantita, es casi un junco entre sus dedos, y sin embargo la marca profunda que deja en el suelo elfico, denota un gran peso.

Estuve cerca de ustedes allá en Ginea, con mis tropas. El tono del rey se vuelve lúgubre de pronto. Muy pocos sobrevivieron ese...esa noche. El Encorvado...Shaka...Grorth...Deben estar vivos en alguna parte..

Parmenion parece hablar solo, como si hubiera estado esperando a éste momento, para rememorar al fin la terrible tragedia sufrida en Ginea.
Sin embargo, no solo nosotros sufrimos en esa batalla eh? El mugroso de Unglar tuvo que salir corriendo con sus lagartos Jajaja! Al menos, lo hice huir primero...aunque luego yo mismo tuve que retroceder con mis tropas cuando el Caos Oscuro llegó...

Peroo....que diablos los trae aqui ahora!

El clérigo se mantiene un tanto a la expectativa de las intenciones de aquel guerrero, aunque saber que se trata de un aliado y no de un enemigo es por si mismo un pequeño bálsamo para Akden. Poco podía contribuir el maduro hombre de fe a despejar las dudas del recién llegado, al menos, sin develar delicados detalles que no sabia si era prudente comentar con un desconocido, aún tratándose de un aliado...

- Sí, la sombra de Shagui... sobrevivimos, aunque nosotros y pocos más, mi jefe también así como Turión. Estamos buscando algo de gran poder que está aquí, aunque no sabemos muy bien donde buscar. Sabes qué pasó aquí? los orcos o parecen haber sido capaces de entrar...

Ryo se relajo al ver que no era un desconocido, su expresión volvió a ser jovial y alegre como de costumbre.

Tras las palabras de Akin, el enorme guerrero se acerca y, confianzudo, le apoya una pesada mano repleta de callos en la cabeza. El rey, con la sola intención de sacudirle un poco los cabellos al afilado mediano, genera sin quererlo una serie de reacciones y reflejos de los compañeros del explorador.

Sonriendo, como si todo fuera deleite en su vida, el rey en el sur retira la pesada mano y habla.

No te acuerdas de mi, verdad? Hahaha, Pero yo si Akin, Yo te vi, algunas pocas veces, custodiando las cortinas de Shagui mientras nosotros bebíamos hasta el hartazgo Jajaja!
En fin...Suspira, retrocediendo un paso, para calma de todos.

Cuando Godmaster creo el Caos Oscuro me retiré con Anomen y mis hombres al sur, a mi castillo. Allí pensaba poder repeler a estas criaturas, a la horda de muertos vivientes que se había alzado...Pero nada resultó como lo planeé.
Los muertos vivientes arrasaron con mi reino, y al final pocos quedaban con vida...
Por supuesto, Anomen y yo, eramos de los últimos supervivientes.

El rey, agita su enorme maza de adamantita, como si se tratara de un ligero junco. Al hacerlo, una estela azulina se dibuja en el aire frente al gran guerrero.
¿Ustedes buscan un objeto dices...enano? El viejo ebrio, me dijo algo sobre ese objeto y me explicó lo del Caos Oscuro también...
No se porque no vino conmigo. Habrá ido a buscar algun elixir etilico fermentado por la orina de Zeus, o algo asi...Jajaja!

Como sea, entrar a la ciudad no fue del todo difícil...pero antes de ir al Salon del Cielo a buscar una entrada secreta de la que también me habló Anomen, encontré sus huellas y me acerqué hasta aqui...

Pensais que el objeto puede estar en el salon del cielo ? - Las palabras de Ryo salieron de su boca como una alegre melodia

Ryo observaba a Parmenion con curiosidad

Había decidido mantenerme al margen de la conversación. Evidentemente era un aliado de la reciente batalla que habíamos librado. Todo brazo que hubiera sobrevivido es bienvenido. Sus atavíos eran claramente de la nobleza, y ciertos gestos como la mención de "mi reino" y cosas por el estilo, me hicieron suponer que habría de ser algún tipo de soberano. Fue solo cuando hizo mención al salón del cielo cuando decidí intervenir.

- El salón del cielo está a la salida de este lugar.. en otro.. espacio.. seguramente alguien de vuestro linaje ha oído hablar del plano etéreo. 

Tomo aire y sin esperar un asentimiento de su parte continúo.

- Justo antes de vuestra aparición estábamos eligiendo entre dos caminos.

Llevo la mirada hacia Ryo, dándole a conocer de que considero como posible su idea

- Uno es el bosque, ir a buscar al ent más anciano del lugar. Si él está vivo sería de gran ayuda.

Levanto mi brazo y señalo a través de una ventana hacia afuera

- El otro es el salón, pero como dije recién se encuentra en otro plano. Con la ayuda de mi amuleto puedo hacer que todos pasemos al plano etéreo, pero como comentaba, todos deben tener en cuenta que es un proceso muy difícil y delicado, y cualquier distracción que se me presente puede hacer que pierda la concentración y que terminemos en cualquier lado. Por otro lado puedo ir hacia el salón solo.. pero solo por 10 minutos.. luego tendré que esperar hasta mañana.

Me quedo esperando nuevamente a que se decida el paso a dar.

Hummm, El gran A me dijo que busque una entrada en el Salon del Cielo...no dijo nada del plano Etereo...

Mmm, lo habrá olvidado el ebrio?

Dominic se agitó de repente, y nada era como estaba hace un instante. Casi todos se habían movido, Nethirion estaba volando y un humano había aparecido junto a ellos. Además le sonaba su cara, era el Rey Parmenion, al que conocieron en la batalla previa a la caida de Qualinost.

De todas formas el haber recordado todo eso tal y como estaba su mente había sido un triunfo. Las cosas que había visto, las voces que había oido casi le habían vuelto loco. Alguién con una menor fortaleza mental habría sucumbido sin duda.

Trató de hablar pero sólo sonó un carraspeo, se apoyó en la persona que tenía más cercana, por el tamaño era Akden. Respiró profundamente y luego habló.

Este sitio esconde más cosas de las que parece. Y no hablo sólo de ese maldito plano etereo. Los orcos fueron derrotados, fueron obligados a retroceder para su asombro. Los elfos hicieron algo en la Torre del Sol. Algo referente a Ciria La Astral. ¿Os suena a alguno ese nombre? Ese es el precio que se pagó por la victoria.

Una vez lo hubo soltado todo Dominic se quedó más tranquilo. Se enderezó y observó a los demás mientras asimilaban sus palabras.

- Yo personalmente iría al bosquecillo, lo más probable es que ese Ent haya muerto, y volveremos hacia el salón del cielo. La diferencia es que no habremos dejado un nudo suelto.

Al bosque? Como piensas cruzar el abismo?...No. Yo creo que por ahora, iré allí. -señala el cercano Salon del Cielo- Anomen me dijo unas cuantas cosas, y quiero comprobarlas...
Espero al menos encontrar algo...bastante molesto fue cruzar el Sla Mori para llegar acá.

Sin decir más, el rey se dirige solo hacia el Salon del Cielo...
Espero que el gran A haya tenido razon...pero si no encuentro esa entrada secreta de los elfos, tendré que romper todo hasta hallar el pasaje. Hummm...van a confundirme con un orco jaja...