Partida Rol por web

- Bueno, bueno, entonces iniciemos la búsqueda sin esa antitoxina. Simplemente, evitemos que nos muerdan.

Druul se rasca inconscientemente el brazo mientras habla.

- En fin, recogemos y partimos?

Acabáis vuestros desayunos y recogéis los bártulos. Apenas ha salido el sol y aunque no nieva, sigue haciendo frío. La nieve del día anterior cubre parte del pavimento, ahora encharcado.

Os llama la atención un pequeño grupo de carpinteros trabajando en una de las zonas amplias del mercado, construyen alguna especie de tarima. Varios Caballeros Infernales parecen impartirles órdenes y apremiarlos. 

Tal como os indica Druul, tomáis la vía Juliver en dirección a la casa de Royst, junto a la puerta sur. No hay muchos más transeúntes aparte de vosotros y los armigeres que hacen su ronda.

Cargas tus pertrechos y todas las raciones en las sacas de Bethany. La mula te mira impasible mientras aseguras los cintos. Tomas la vía Juliver en dirección a la posada. Parece una mañana tranquila. Los Caballeros Infernales que hacen su ronda te saludan con un gesto.

Cuando llegas a la Fuente de la Victoria, notas el tirón de Bethany. La mula se acerca a la fuente y esperas con paciencia mientras bebe, lo que te permite contemplar la estatua que corona el pilar de piedra que se alza en el centro de la fuente: una elfa con porte regio.

Al llegar a una gran fuente en medio de la ciudad, observáis a una mujer de cabellos cortos y rubios contemplando la estatua que corona el pilar de piedra en el centro de la fuente. Una mula bebe de la fuente a su lado.

Un grupo de 4 personas se acerca desde el lado norte de la calle. Exceptuando a uno de ellos, marcado por feas cicatrices en la cara, no recuerdas haber visto al resto en la ciudad antes. Por su aspecto, está claro que no son ni campesinos ni artesandos... quizá...

La mujer de cabellos rubios está contemplando la estatua de la heroina Tarwynna, líder del ejército que aplastó el imperio goblin Zog. La Fuente de la Victoria y su estatua datan de antes que las Cruzadas Mendevian trajeran la plaga de bandidos que arrasaron Bosquesur, el pequeño pueblo que más tarde se convertiría en Fuerte Inevitable.

Dynah esperaba pacientemente a que la mula saciara su sed cuando vio pasar a un grupo que no pasaba inadvertido. No habia duda de que se trataba de los aventureros de los que le habia hablado la Alta Madre.

-EH! AMIGOS!! -Dynah intento avanzar hacia ellos pero no se dio cuenta de que Bethany seguia bebiendo y el tiron de las riendas casi la hace caerse de culo. Sus botas resbalaron en la piedra helada pero Dunah se las arreglo para no acabar en el suelo, a coste de su dignidad.

-Ehhh...! Tranquilos! No ha pasado nada! Soy Dynah y me envian del Templo de la Llave Dorada para ayudaros en vuestra mision! 

Por alguna extraña razon las riendas habian pasado por debajo de sus piernas con la maniobria que habia hecho para evitar la caida y ahora estaba con las manos entre las rodillas. Quizas no era la mejor forma de presentarse.

Drabeorn se plantó ante la chica, frunciendo el ceño mientras la evaluaba con la mirada.

- ¿Ah, sí, de verdad? ¿Y qué misión es esa, señorita?- no podía fiarse de cualquiera que viniera sin dar pruebas de su identidad.

Dynah miró a un lado y a otro para asegurarse de que nadie estuviera escuchándoles y dijo en una voz muy baja:

-Sé que os dirigís al Bosque de los Ecos para investigar lo que sucede en las ruinas azlanti. Se han visto extrañas criaturas provenientes de allí. Creemos que algo está habitando las ruinas. Algo malo.

Pese a su corta estatura, Dynah le hablaba al bábaro con una cierta irreverencia, como si le estuviera explicando algo a un niño.

- Uhm, caramba, que casualidad... así que el Templo está interesado en nuestra misión? Cómo se ha enterado la Alta Madre de la misma...? Bueno no sé...

Druul se encoge de hombros, sabedor que tras los designios de los Caballeros Infernales, los siguientes más inescrutables en la ciudad son los del Templo de la Llave Dorada y su Alta Madre Sarise. Dirigiéndose a sus compañeros, añade:

- Sea como fuere, parece que tenemos una nueva aliada. No creo que podamos evitar que venga si la Alta Madre así lo ha designado... no digo que queramos evitarlo, claro - puntualiza mirando a la rubia-. El Templo es un lugar conocido, y podemos fiarnos de ella. Sus creencias incluyen la Ley y el Comercio. Imagino que las criaturas de las que hablas perturban las rutas comerciales. Por mi parte podemos seguir hacia la casa de Royst, y de camino, estaría bien que nos explicaras lo que sepas de esas criaturas, o de las ruinas. Toda información es valiosa.

Se dirigían a la casa del mago cuando se encontraron con una extravagante humana. Las calles estaban poco transitadas y la presencia de la joven con su mulo no pasaban nada inadveritidas.

Abroshtor miraba divertido mientras se trababa entre las riendas del mulo e intentaba explicarse. Si lo que decía era cierto sería un nuevo miembro para la búsqueda.

Permaneció en silencio mientras Drabeorn y Drull hablaban. Conocían el lugar, sin duda, a diferencia del Gnomo que no era más que un viajero más al que poco le importaban los dioses. Sabía que el Templo del que hablaban era el más grande y el más importante de la zona, pero poco más. Sin duda ellos sabrían valorar sus credenciales. Abroshtor simplemente se alegraba de la nueva ayuda y de la imformación que parecía poseer sobre las ruinas.

-¡¡Pues bienvenida a bordo!!- dijo Alyssa con su amplia sonrisa. Avanzo hacia la joven cuando la mula que estaba detrás suya capto su atención y se dirigió hacia el animal ignorándola.

-Alaaaa… bonito… ¿es tuyo? ¿Cómo se llama?- Con tranquilidad y tiento intento tocar al animal para acariciarlo, no lo conocía y no quería recibir un mordisco o algo peor.

Dynah asintio ante las palabras de la otra femina del grupo.

-Si. Se llama Bethany y, no te preocupes, si no eres una zanahoria, no te muerde. Sobre lo que la Alta Madre o yo sepamos sobre la mision, os lo ire contando a medida que nos vayamos conociendo. No os lo tomeis a mal pero no se que clase de personas sois. 

Dynah consiguio deshacer el follon de riendas y sacar a Beth de la fuente.

-Bueno. A donde vamos?

- Hmmm... está bien, parece que puedes venir.- dijo Drabeorn, al ver la reacción de sus compañeros. No es que no se fiara de la recién llegada, pero las circunstancias eran algo extrañas.- Ven, vamos a consultar a un experto.

Con los nuevos miembros recién incorporados, el grupo sigue las indicaciones de Druul hasta llegar junto a la puerta sur de la ciudad. Os plantáis ante una casa de dos pisos y tras llamar a la puerta, os recibe un hombre mayor, bien adentrado en los 50, pero aún conservando una larga cabellera, blanca, eso sí. "Vaya, vaya. Qué tenemos aquí? No esperaba visita tan temprano..." el hombre os contempla tras una humeante pipa.

Druul se adelanta, consciente de que sus compañeros han venido aquí siguiendo sus indicaciones.

- Estimado señor Royst, disculpe que le molestemos a estas horas. Pero la ocasión lo merece, puesto que creo que mis compañeros y yo podremos prepararnos mejor para lo que nos encontremos en nuestro periplo si contamos con vuestra experiencia y conocimiento. Verá, se nos ha encargado ir al rescate de dos magos -el semiorco confía en que la mención a las dotes arcanas de los desaparecidos ayude a despertar el interés de Royst-, desaparecidos recientemente en las viejas ruinas azlante al noreste de Fuerte Inevitable. Según tengo entendido, vos disponéis de información sobre ese lugar. ¿Seriáis tan amable de compartirla con nosotros? No quisiéramos quitarle mucho tiempo, pero si lo prefiere podemos ir a la taberna más cercana y le invitamos a desayunar...

"Espera, espera..." dice entrecortando un bostezo. "Es aún demasiado temprano para tanta información... Por favor, hablemos dentro. Quién decís que ha desaparecido?".

Seguís al hombre hasta un pequeño salón, las paredes cubiertas de estanterías repletas de libros. En el centro, una mesa y sobre ella, una humeante taza de café. Abernard alcanza la taza y le da un sorbo. "Mmmh, esté café de Qadira es delicioso. Os sirvo una taza?"  

"Quién os ha dicho que dispongo de información de las ruinas? En todo caso, es al revés, soy yo quien busca gente que explore el lugar..."