Partida Rol por web

Sonriendo con anticipación, Drabeorn agarró bien su espada con ambas manos y se quedó en silencio, escuchando con atención por si el brujillo intentaba moverse para esquivar el conjuro de detección.

-Silencio todos! No digais barbaridades! Es que no os habeis dado cuenta de que no tratamos con un goblin normal? Este magnífico goblin domina las Artes arcanas! Ha construido su propio constructo y ahora nos tiene en jaque a nosotros! ¿No veis el potencial que tendría como aliado? 

Sal, amigo. Abandona la invisibilidad y únete a nosotros. Nosotros no queremos hacer daño a una criatura tan magnífica como tú. Ayúdanos y te dejaremos ir tranquilamente para que sigas perfeccionando tu Arte. Nunca me perdonaría si se perdiera un talento así por culpa de mi pesada maza!

Alyssa no dice nada y sigue atenta a las casillas supuestamente vacías de su alrededor, por si ve algo moverse.

Mientras esperáis indicaciones del semiorco, que sigue concentrado en su conjuro, Dynah aprovecha para soltar una perorata con el fin de hacer salir al goblinoide. [color=#31B404](Diplomacia)[/color] Tras unos segundos, oís una voz proviniente de debajo de la mesa frente a Drabeorn: -Vosotros romper Ruidoso! Vosotros marchar! Este ser laboratorio de Skizzertz!! Akarthaar! Marchar antes que Skizzertz avise a Grulk!

Percibes una leve aura de conjuración bajo la mesa frente a Drabeorn.

-No te pongas así, Skizzertz! Ruidoso nos atacó! Por eso tuvimos que romperlo! De hecho fue un milagro que lo consiguiéramos! Era una verdadera obra maestra! Deberías estar orgulloso de él. 

Dynah bajó las armas.

-Vamos, Skizzertz, sal de ahí y anula tu conjuro. Si no avisas a Grulk y nos ayudas te conseguiremos nuevos ingredientes para que reconstruyas a Ruidoso...

Sutilmente, Druul mira a los ojos de Draeborn y cuando sus miradas se cruzan y capta su atención, hace un movimiento leve de cabeza en dirección a la parte inferior de la mesa que hay frente al bárbaro.

-Dos pataslargas vinieron hace unos días. ¿Donde están?- Dijo con la esperanza de obtener repuesta. -¿Estan muertos?-

Drabeorn seguía esperando por si el trasgo atinaba a contestar, aunque tanto a él como a Ethelwyn se les estaba acabando la paciencia. No tardaría mucho en descargar el golpe.

[color=#FF3333](Diplomacia)[/color] - Vosotros no muy listos, ah? - dice la voz bajo la mesa - Primero rompéis a Ruidoso y ahora queréis ayudar a Skizzertz... pfff... y encima no sabéis contar? Sois más de dos! Pffft... refunfuña el goblin, [color=#00AA00](Percepción)[/color] justo antes de ponerse a susurrar en su propio idioma: -Kaar't taan khruul muul A haar kel or Hoch.

Después de oír la conversación y prestar algo más de atención a lo que hay bajo la mesa, consigues distinguir la figura del trasgo, acurrucado tras varios sacos roídos.

Aquellos del grupo que estaban mirando a Drabeorn, vieron como el bárbaro parecía haber visto algo bajo la mesa: se le iluminaron los ojos y una sonrisa maléfica asomó a su rostro.

- Hmmpff, se acabó el tiempo.- gruñó.-¡Tú lo has querido, pequeño gusano!- Lanzó la hoja de Ethelwyn contra la mesa, pero con tan mala suerte que se clavó en una de las patas.

Tras incrustarse Ethelwyn en la madera, veis al trasgo aparecer por el lateral de la mesa. Lejos de parecer amedrentado, el goblin se gira hacia Drabeorn, sujetando con la zurda el sucio abalorio que cuelga de su cuello y desenvainando con la diestra su pequeño alfanje: - Dralkaal hec tec! No sabes usar espada de juguete y quieres enfrentar Skizzertz?! A'gh daan rhuun or daaraan koc! Duugekhaar or Lamastu! Primero rompes Ruidoso y ahora intentas romper mesa... MI mesa... 

El trasgo encadena a continuación una retahíla de vocablos místicos, que parecen afectar a Drabeorn de alguna forma, [color=#FF0000](Will DC 13)[/color] tornando pálido su semblante...

No dispuesto a que el combate vuelva a torcerse, Druul rompe su concentración en detectar magia, puesto que no hace falta ya que el goblin había estado visible en todo momento, y conjura para tratar de reducir momentáneamente al hechicero rival. Tras unas palabrás mágicas, un terrible grito, inaudible para todos excepto para su víctima, abandona su garganta!

[color=#FF0000](Fort DC 15)[/color] La cara de Skizzertz se contrae en una mueca de dolor, mientras intenta sin éxito proteger sus oídos de la oleada sónica del semiorco.

O intentaba engañarlos para evitar la pregunta o no sabía nada de los magos. ¿Donde se habrian metido? El goblin tomó la iniciativa, destapando así su escondrijo. Con la daga en la mano no se lo pensó dos veces. Se acercó en unos pasos a la mesa, al lado de Drabeorn, y asestó un tajo con su pequeña daga, para entorpecerle, no para causar daño. Aunque nada salió como lo había planeado.

Dynah avanzó con el escudo por delante y luego lo desplegó para arrearle un golpe al goblin en toda la cabeza. Sin embargo, por espectacular que pareciera el impacto, su gorro lo libró de lo peor.

-Es una pena, Skizzertz! Podríamos haber sido aliados!

La paladina avanza contra el trasgo, mientras le amenaza -Tú y los tuyos sois una plaga infecta, y la diosa a la que tan fervientemente adoras es una abominación. Tuviste suerte una vez, no la tendrás una segunda... - e intenta descargar su maza contra Skizzertz, pero al igual que el bárbaro, la buena suerte no le acompaña...

La suerte no parece acompañar al grupo, pues sólo la oráculo acierta a golpear a Skizzertz, que sigue hecho un ovillo entre las dos mesas, aún presa del aturdimiento. Aunque para Drabeorn poco importa, pues el bárbaro empieza a rascarse ferozmente los brazos, su rostro presa del pánico.

Oís el rebuzno lastimero de Bethany, temerosa tras quedarse sola en la oscuridad de las ruinas...