Partida Rol por web

Herbs resultó estar en la cosa. No era un lugar turístico ni mucho menos, pero si que se encontraba en primera línea de mar. El pueblo había sido construido alrededor de un viejo faro que en la actualidad ya no funcionaba. Ochenta años atrás, los hijos del farero, un tal Matthias Herbs, habían montado una granja y las fértiles tierras de la región, habían atraído a más gente formando un pequeño núcleo de población. Pero Alexander Crews no llegó hasta aquella pequeña aldea, sino que se desvió a la derecha a unos dos kilómetros de la población.

Avanzó por aquel camino durante casi cinco minutos más hasta que vislumbró luces rotativas azules de los vehículos de la policía local, resplandeciendo al fondo junto a una construcción. Se trataba de una construcción estilo saltbox de principios del siglo pasado. Dos vehículos policiales y un tercer coche estaban estacionados en la parte delantera del edificio. Un edificio antiguo y bastante denostado en el que se observaba fácilmente cómo las ventanas comenzaban a ceder. Su estructura contaba con lo que parecía una única planta, aunque arriba parecía tener un desván sin ventanas, típico de aquel tipo de construcciones.

El cielo cubierto de nubes grises que se movían hacia el sur como un amenazante y ondulado océano invertido arrebataba el color del paisaje, como una vieja foto en la que los tonos se habían reducido a la mínima expresión y el resultado era una sombra difusa a través del tiempo de lo que realmente fue. El terreno que rodeaba la casa estaba plagado de hierba y arbustos que habían crecido sin control hasta la altura de la rodilla y un nauseabundo olor que provenía de algún sitio le removió las tripas.

Desde la posición donde se encontraba pudo comprobar como la policía había acordonado la zona con cinta policial aunque no vio a un solo agente en aquella zona. Por ello estacionó el vehículo y descendió del mismo acercándose a la zona trasera del edificio. Allí se encontraban tres agentes de la policía local. La zona estaba acordonada y en el suelo había dos cuerpos.

Uno de ellos era el de una mujer y el otro el de un hombre. El hombre vestía ropas rasgadas y viejas, bastante sucias. Tenía un disparo en la cabeza. Se encontraba bastante cerca de una puerta trasera que daba acceso a la granja. La mujer en cambio, presentaba un estado bastante peor. Sus ropas estaban muy desgastadas, rodias y llenas de tierra. Además, se apreciaban gusanos y larvas de insectos a simple vista. Su piel había empezado a desaparecer y su cuerpo estaba en un avanzado estado de putrefacción. Al igual que el hombre, presentaba una herida de bala en la cabeza.

- ¡Disculpe! - Dijo entonces uno de los agentes. - No puede estar aquí. La zona está acordonada. ¿Entiende? - Se plantó frente a él y los otros dos agentes. Uno gordito y otro bajito, muy bajito, se pusieron junto al que hablaba de brazos cruzados y con cara de pocos amigos. - Por favor, regrese por donde ha venido...

- ¡Disculpe! - Dijo entonces uno de los agentes, creyeron reconocer la voz del que dijo llamarse Breit Vimont. - No puede estar aquí. La zona está acordonada. ¿Entiende? - Se produjo una breve pausa y volvió a hablar. - Por favor, regrese por donde ha venido...

La presencia de aquel símbolo, junto con aquellas velas, evidenciaba alguna clase de ritual, algo que en palabras de Sherlock Holmes, debía facilitarlo todo, puesto que lo extraordinario, lo anormal, siempre proporcionaba un hilo del cual tirar. Daeric parecía pensar que iba a empezar a hacer un análisis forense, aunque nada más lejos de la realidad. Lo miré, con seriedad.

-Desde luego, agente Daeric. Solo estaba haciendo unas comprobaciones sencillas antes de que viniese el forense. Nunca se mira lo suficiente -le dije, mientras me ponía en pie y seguía al grupo hacia el interior.

El lugar parecía haber concentrado toda la humedad y los olores propios de un sitio así y que no invitaba a entrar. Hacía tiempo que no estaba en el escenario de un crimen y en esos momentos era cuando me estaba dando cuenta. No estaba cerca de desmayarme ni mucho menos, pero sí que me sentía incómoda y eso me hacía más difícil poder centrar mi atención. Aún así, revisé el interior, viendo las huellas que había en el suelo,

Pero lo más impactante eran de nuevo los símbolos y rastros que parecían demostrar ocultismo y magia negra, símbolos grabados que parecían haberse hecho para que permaneciesen allí durante mucho tiempo, y además de eso, los restos de una vida abandonada y solitaria

Miré a Daeric y me acerqué de nuevo para examinar las cosas más de cerca.

-No quiero acelerar conclusiones, pero da la sensación de que aquí vivía alguien sin hogar, y que a lo mejor se encontró en el momento menos adecuado cuando alguien vino a hacer un ritual. Por las fotos y las estadísticas, debía tratarse de un hombre. Seguramente, el que tenemos ahí fuera. La mujer fue traída por sus asesinos. ¿Qué opina usted, agente Daeric?

En ese momento escuché una voz fuera, que al parecer intentaba echar de allí a un curioso. Miré a mi compañero y me puse en pie.

-Veamos quién tiene tanta curiosidad en saber qué es lo que hay aquí dentro.

Comencé a mirar fascinado los símbolos que adornaban el lugar, buscando en mi cabeza recuerdos de mitos y leyendas donde se mencionasen alguno de ellos, sobre todo aquella estrella de seis puntas grabada en el suelo, la cual parecía ser la más reciente. Me daba la sensación de que aquel lugar tenía una gran importancia espiritual y que se le había querido cargar con ella con todos esos símbolos distribuídos por todos lados.

- Opino... que vamos a tener que sacar muchas fotos. - Respondí mientras miraba embelesado una de aquellas marcas místicas. - Que el hombre fue un intruso en lo que parece un lugar de culto para alguien... - Miré el grupo de pisadas.

- Deberíamos conseguir aislarlas para saber cuantas personas distintas estuvieron aquí y encontar el lugar donde ejecutaron al hombre. Quizás fuese donde le encontraron o puede que aquí... pero debería haber restos de san...

En ese momento comencé a escuchar jaleo en el exterior y miré a Jones con gesto de sorpresa. Asentí con la cabeza y salí al exterior del edificio a ver quien era la causa de aquel escándalo. Si no hacía caso a la policía, tendría que hacérselo a los agentes de la OFI.

Daeric estuvo examinando, aunque no de forma muy minuciosa, los símbolos arcanos que se encontraban por todas partes y en especial alrededor de los marcos de las puertas y de las ventanas. No conocía los símbolos, aunque era evidente para él que se trataban de símbolos de protección. Posiblemente, el que los había tallado en las paredes pretendía hacer de aquella granja un refugio contra algo de naturaleza espiritual. Lo que también era evidente era que los símbolos de las paredes eran muy anteriores a los que habían grabado en el suelo.

Fue entonces cuando escucharon una conversación en el exterior y enseguida salieron. En efecto, el agente Vimont se había puesto a la cabeza de los otros dos y había impedido el paso a un hombre. Se trataba de una persona de color, calvo y con perilla, que vestía elegantemente con traje y corbata. Daeric le reconoció al instante, no así Chandrelle, aunque a ella le sonaba el rostro. No era otro que el médico forense Alexander Crews.

No llevaba demasiado tiempo en Sarnis trabajando en el departamento forense. De hecho tan solo hacía un par de meses que había llegado desde otra ciudad del país que Daeric no recordaba. Pero ya habían coincidido antes durante una investigación. Quien no le conocía era la agente Jones, aunque le sonaba el rostro por haber coincidido con él durante el acto de homenaje del agente jubilado al que estaba sustituyendo.

Antes de que pudiera responder, salieron del interior de la granja tres figuras. Una mujer que había visto por el departamento, otra mujer de raza negra y vestida con el uniforme de la policía local y un hombre al que ya conocía. Se trataba del agente Kharis Daeris, de la OFI, sin duda con su nueva compañera tras la jubilación del agente al que habían despedido esa misma mañana. Con Khaeris ya había coincidido antes y sin duda él, tenía que recordarle.

- ¿Quién es usted? - Preguntó la agente de Sarns. - Identifíquese por favor. - Le solicitó. - Está usted en una zona acordonada por una investigación criminal. ¿No ha visto el cordón policial?

Tenía claro que iba a tener que tomar muchas notas y fotos de aquel lugar, pero me seguí urgiendo más el exterior que el interior de la granja. Ya había llovido y habíamos perdido pruebas importantes, pero quizás aún se salvase alguna. Solo necesitábamos que llegase el forense.

Salí con Jones a ver que ocurría y sonreí abiertamente al encontrarme al curioso de frente. - No se preocupe. Yo respondo por él. Es nuestro forense. - Dije mientras me acercaba con paso ligero hacia ellos.

- ¿Qué hace aquí Crews? No se lo tome a mal, me sorprende verle en este caso... creí que enviarían a un forense local para esto. - Le indiqué tendiéndole la mano. - No se si se conocen, es la agente Jones y ella la jefa Thako. - Les presenté a todos con una amable sonrisa.

- Iré a por el maletín al coche si les parece. Vamos a tener mucho que revisar y recoger. Agente Jones, ¿podría llevarle hasta los cuerpos? Me reuniré con ustedes enseguida. - Dicho esto, me encaminé hacia el Ford que nos había dejado la OFI para el caso.

Al abrir el maletero comprobé que estuviese todo antes de moverme de nuevo. No quería dejarme nada y dar varios paseos. No solo haría falta la cámara de fotos, sino que necesitaríamos los marcadores para señalar las pruebas, el kit para recoger muestras, huellas... el luminol quizás nos fuese útil sobre la tierra, aunque lo dudaba después de la lluvia. Pero si el hombre murió allí, debería haber un buen charco de sangre...

Era el forense de nuestra oficina, algo inesperado, pero que le proporcionaba a aquel caso, aquel inesperado caso, un nivel que no esperaba. Ya era extraño de por sí la aparición de aquellos dos cuerpos, en un lugar en el que jamás sucedía nada, pero nuestra intervención, junto con la del forense, era lo que lo convertía en algo mucho más importante de lo que nadie había supuesto.

-Encantado, agente Crews. Sígame -le dije, mientras me volvía para conducirle hacia el interior.

Por el camino, no pude evitar preguntarle directamente sobre su presencia. Me molestaba mucho lo inesperado, sobre todo en aquellas circunstancias. Además, si ya era desconfiada por naturaleza, después de mi reincorporación aún me sentía más propensa a no confiar en nadie.

El agente Daeric era diferente. En muy poco tiempo, había sabido ganarse un lugar gracias a su honestidad en la cual se encontraba, marginado antes de conocerme, una rareza en sí mismo. Pero Crews... a él no lo conocía.

-¿Por qué está usted aquí, agente Crews? ¿Quién le ha dicho que podríamos necesitar a un forense de la oficina central?

Alexander apenas había podido pararse a hablar con la policía cuando salieron los agentes. Su saludo con Kharis constato a su vez de dos palabras.

— Hola Kharis...

Y rápidamente estaba en frente de otra agente. Sinceramente, no era el mejor recibimiento. Y después estaba Jones, que actuaba como si el fuera un sospechoso y aquella granja la sala de interrogatorios. Respondió con su enorme sonrisa.

— Encantado Agente Jones. Estoy tan sorprendido como usted, pero me llamó Thaallasvashj y me dijo que viniera pitando. Y yo nunca me pierdo la ocasión de que casi me disparen cerca de un cordón policial. Y me habrá llamado por los dos cadáveres. Aunque también soy buen cantante, algo que la gente se empeña en olvidar.

Llevaba agarrado a su maletín de forense, que en sus brazos de defensa de rugby casi parecía una cartera. Y, de reojo, echó un vistazo a la agente Jones. Parecía nerviosa, claro, era su primer caso en la OFI. Trató de rebajar un poco la tensión y levantó un poco el maletín.

— Estos maletines son pesadisimos, a veces pienso que hago deporte solo para poder levantarlo.

Después soltó una discreta carcajada.

Tras los saludos el forense se puso en marcha de inmediato. Lo primero que hizo fue fotografiarlo todo. En una forense, como en una investigación de cualquier tipo, era muy importante tener un reportaje fotográfico del lugar de los hechos, pues si en un primer examen se escapaba algún detalle, al tenerlo todo bien registrado se podía consultar de nuevo una y otra vez hasta dar, o no, con algún dato clave.

Crees fotografió los cuerpos, sus heridas, el entorno y todo lo que creyó relevante. Aquello le llevaría un tiempo, por lo que mientras tanto, Chandrelle y Kharis regresaron al interior de la vivienda para dejar hacer su trabajo al forense con tranquilidad. Al fin y al cabo, ellos ya habían tenido tiempo de examinar los cuerpos y poco más iban a sacar de ellos. El trabajo era ahora del experto.

Mientras tanto, el agente Erflog junto con el agente McDenis se marcharon del lugar en un vehículo oficial para realizar las pesquisas de averiguación que Daeric y Jones le habían mandado acerca de la identidad del fallecido. Thako y Vimont se quedaron para seguir acordonado la zona.

Mientras los agentes de la OFI se colaban de nuevo en el interior de la granja para proseguir con su investigación, Crews se puso manos a la obra para recoger los indicios que necesitaba de cara a la investigación y que no podía replicar en el laboratorio.

Se puso unos guantes de látex y se agachó junto a las víctimas. Con una pinzas introdujo algunas le las larvas de ambos cuerpos en bolsitas herméticas, acto seguido hizo lo mismo con un poco de la tierra bajo sus cuerpos y con sangre esparcida en el suelo. 

De buenas a primeras y tras aquella primera observación dedujo por el estado de descomposición del cuerpo de la mujer, que éstea llevaba muerta no menos de dos meses. Tenía restos de tierra por encima, por lo que también tomo una muestra de los mismos. El hombre en cambio parecía no haber muerto ni cuarentena y ocho horas atrás.

Acto seguido se fijó en las heridas. Sin duda de trataba de heridas de bala. La que presentaba el hombre era sin duda la que había provocado su muerte, en cambio, la de la mujer no. Parecía que la herida de bala había sido post mortem. Además, aunque habían sido dos disparos en la cabeza, no parecía que hubieran sido a bocajarro, pues no sé observaba quemazón alrededor de las heridas. Posiblemente hubieran sido efectuadas de dos a cinco metros de distancia.

Chandrelle y Khaeris se volvieron a Internar en la granja. Todavía no habían acabado su examen previo cuando llegó el forense y lo dejaron a medias. De nuevo en el interior de la construcción y con ayuda de una linterna, pues la luz escaseaba allí, comenzaron a buscar algo más. 

A parte de aquellos símbolos tenía que haber algo más. Huellas dactilares, algún objeto personal o orgánico. Cualquier cosa podía ser importante. Tenían polvos para detectar huellas, luminol y sus propios ojos. 

Fue entonces que gracias a la luz de la linterna cuando comenzaron a observar algo. Fue Daeric quien encontró el primer resto. De trataba de un trozo de carne ensangrentada en el suelo de la estancia. No sólo había uno, sino un montón de restos orgánicos esparcidos por todo. Era como si... Cómo si alguien o algún animalhubiera estallado..

Fue entonces cuando escucharon como llegaba un nuevo vehículo a la granja. Los agente de la OFI observaron a través de una ventana como se trataba de un vehículo de la funeraria municipal de Sarns. En el interior viajaban dos hombres sombríos. 

Se bajaron del coche y cruzaron unas palabras con con agentes de Sarns a quienes parecían conocer. Un hombre anciano, el que iba en el asiento del conductor agarró unas bolsas y pasó a la parte trasera de la granja, mientras el otro descargaba día féretros.

- ¿Hay que cargar ya? - Le preguntó al forense.

Regresé junto a Jones y el forense con el maletín y mi compañera y yo nos marchamos dejando trabajar a Crews con los cuerpos. Las preguntas tendrían que esperar hasta después de que los examinase y examinar la zona, si es que quedaba algo que buscar allí, no se podría hacer hasta que no levantasen los cuerpos y viésemos lo que había debajo. Así que optamos por regresar a la casa.

El lúgrube lugar ganó algo de luz cuando encendimos las linternas. Yo me había colgado la cámara del cuello. Me interesaban mucho aquellos grabados ritualistas en los marcos de paredes y puertas, incluido el del suelo, como para dejarlos ahí olvidados. Pero antes de ir pisando a lo loco tocaba examinar el lugar y mi linterna alumbró algo que no me esperaba.

Miré el pedazo de carne y coloqué un marcador en el suelo antes de sacarle una fotografía. Luego cogí una bolsa para muestras y con unas pinzas metí el pedazo de carne aquel en la bolsa de pruebas y la cerré. - Creo que vamos a tener que hacer venir al forense. - Indiqué a Jones alumbrando aquel segundo pedazo de carne ensangrentado que encontré.

Siguiendo las marcas de sangre en el suelo, busqué su punto de origen mientras iban apareciendo más cachitos por el suelo, paredes y adheridos a los muebles, los cuales fui marcando y fotografiando minuciosamente. - Con suerte llevará el kit para saber si la sangre es de animal o no. Me gustaría que lo viese antes de llenar todo esto de luminol...

Aquellos trozos de carne no eran más que eso. Podía haber sido de un pobre gato o un perro, o los restos de alguna comida sin cocinar, pero tuve que cerrar los ojos para no imaginarme que era algo más.

No necesité mucho tiempo, pero sí unos segundos para recuperarme y lograr volver a la realidad.

Daeric estaba sacando fotografías, haciendo lo que se esperaba de nosotros, mientras que yo continuaba absorta, mirando sin ver. Estaba allí... pero era como si me hubiese marchado muy lejos.

-Espere. Recogerá cuando hayamos terminado -le dije con brusquedad a aquel hombre, que de repente parecía tener mucha prisa por acabar allí.

Después, me volví hacia Daeric.

-¿Queda algo por mirar? Creo que lo que nos resta ahora es de investigación. Necesitamos conocer la identidad de la mujer y la del hombre con exactitud.

Mientras el forense hacía su trabajo en el exterior y el tipo de la funeraria metía prisa por meter a los fiambres en las bolsas, Kharis y Chandrelle siguieron buscando pistas en el interior de la granja. Poco a poco fueron encontrando más trozos de carne diseminados por la zona, además de algunas salpicaduras de sangre. Pronto entendieron que la dispersión de aquellos restos orgánicos seguía un patrón. 

Todo hacía indicar que se esparcían alrededor del círculo arcano dibujado en el suelo en forma de estrella. Era algo así como si... ¿Hubiera estallado algo en el centro de la estrella y los restos se hubieran diseminado por la estancia? Era tan solo una hipótesis que el forense quizás pudiera confirmar.

Que se llevasen los cuerpos nos venía bien, porque había llovido y todo se había perdido, pero no lo que hubiese debajo de ellos, si es que había algo que rescatar. Pero era trabajo de Crew y era él quien decidía si se los llevaban o no.

- Veo que está desentrenada, agente Jones. Podría buscar alguna pisada clara sobre el suelo para fotografiar y ver cuantos tipos de personas estuvieron aquí o buscar huellas en los pomos de las puertas. - La dije a la agente con una tranquila sonrisa. - Creo que en este lugar vamos a estar bastante entretenidos un rato más.

Siguiendo los rastros de aquellos pedazos de carne y salpicaduras llegué a lo que parecía ser el epicentro de todo aquello. Coloqué un nuevo marcador y fotografié la estrella que había dibujada en el suelo. Me llamó la atención que estuviese intacta, demasiado intacta como para que algo hubiese explotado encima suyo. - Habrá que buscar trazas de explosivo... - Dije en voz alta. - Y ahora sí, avisar a Crews.

Por curiosidad, alumbré el techo de la habitación, justamente sobre el dibujo arcano del suelo, como si buscase una pieza de cuerpo más grande empotrado en la parte superior de la estancia.

- Las identidades serán reveladas cuando el forense examine los cuerpos en la sala de autopsias. Aunque ya tenemos medio identificado al hombre, si eran mendigos, dudo que lleven documentación encima. En cambio sus huellas si podrían estar metidas en el sistema. - Pero para eso tendrían que llevarse los cuerpos.

En el techo, la linterna enfocó algunos restos orgánicos. Piel, sangre e incluso alguna astilla de hueso pegada en la parte superior del edificio. No obstante, no se observaba resto alguno de una explosión. No parecía haber zonas quemadas por la deflagración o zonas rotas o estropeadas por la fuerza del impacto.