Partida Rol por web

Llegaron a la comisaría de Sanrs cerca de las 18.10 horas. 

Habían quedado con Harry Marvin para cenar en su casa a las 20.00, al menos Jones, porque Daeric pretendía estar a las 19.30 en la OFI, para entrevistarse con su colega informático Neil Pjakovsky. Si, no tenía vida y seguro que todavía estaba en su puesto de trabajo a esa hora. 

A las 22.00 tenían la cita con el extraño de la nota y luego estaba el asunto deaa prostitutas, al que acudirían a última hora del día o primera del día siguiente. No se estaban aburriendo, eso estaba más que claro.

No obstante, tenían que ir paso por paso y lo lrimeoyqie querían hacer era preguntar en el cuartel de la jefa Thako por algunas direcciones. Nada más entrar en la oficina de policía se toparon con un rostro conocido.

- Buenos tardes, agentes. - Saludó el agente que conocieron en la visita a la granja de Rivks. - La jefa ya no está. ¿Puedo ayudarles en algo? - Se ofreció.

- Buenas tardes. - Respondí con amabilidad a la mujer. - No se preocupe, no necesitamos hablar con la jefa. Solo necesitamos unas direcciones de unos amigos de Marie, los cuales seguramente conozcan... y que archiven esto como prueba recogida por su departamento y la guarden en un lugar seguro. Su jefa ya sabe de que va la cosa. - Dije sacando la bolsa con el membrete de la oficina local y el sobre con la carta dentro del mismo.

- Nadie puede tocarlo, abrirlo ni nada de nada, solo queda aquí en custodia y su jefa lo mandará a la OFI cuando consideremos oportuno. - Le dije al gente con amabilidad a la par que con gesto serio, como si aquello fuese lo más importante de su vida y su carrera.

- Y los nombres son... - O más bien era. Pero no sabía que me pasaba, me había quedado en blanco de golpe. A mi cabeza había vuelto la imagen de Jones con la toalla solamente y comiendo pizza y me había olvidado de todo lo demás. Comencé a buscar en mi chaqueta. - Creo que los apunté en la libreta... - Le dije al chico esperando que Jones se acordase mientras le daba vueltas a porqué se tuvo que venir esa imagen a mi cabeza en aquel momento.

Kharis parecía haberse quedado en blanco. No era habitual en él mostrarse dubitativo e inseguro.

La verdad es que desde nuestro "momento pizza", me había parecido algo más esquivo de lo habitual y creía saber el por qué. No pensaba que verme envuelta en una toalla fuese a crearle tanto problema pero estaba claro que sí que lo había hehco. Era un hombre que prefería separar las cosas, dejar sus sentimientos más profundos, aquellos que no emanaban de sus obsesiones y preocupaciones, sino de las emociones, a un lado, quizás para sentirse más seguro y eficiente.

Quizás.

En cualquier caso, saqué mi libreta y empecé a decirle todos los nombres que teníamos anotados.

-Los tengo aquí mismo. Los nombres son Johnny Maslowe, Christie Channing y Nancy Clark. Creo que no hay más, ¿verdad, agente Daeric?

Muchas direcciones que revisar, trabajo policial puro y duro que ya no solía hacerse pero que en aquel caso en particular, daba la sensación de serlo todo. Era como regresar al pasado, abandonar todo aquello de las pruebas forenses y los ordenadores, e ir puerta por puerta, preguntando, indagando en la vida de la gente, y en definitiva, destapando todo lo que se pudiera hasta dar con lo importante.

- Ehm... sí, así es. - Respondí enseguida a Jones. - Creo que la discursión con Caruso me ha afectado más de lo que pensaba. - Me disculpé así frente a mi compañera. ¿Qué otra cosa podía decir? ¿Lo que me vino a la mente sin más o saber lo que me esperaba en la OFI cuando llegase? Porque Caruso no se callaría nada de aquello. - Lo lamento.

Al menos luego estaríamos unas horas separados y podría volver a centrarme de nuevo en el caso, tragarme lo que ocurriese e la OFI y volver apaleado pero renovado, con cosas más importantes que pensar, como el no pisar la OFI nunca más o cosas parecidas. Lo habitual en estos casos donde todo se iba de tu control por completo y ya no estabas cómodo en ningún sitio y si ya era duro para mí aguantar algunas cosas, lo que sin duda estaba por venir...

- Las direcciones de esos chicos y la prueba. - Le repetí al agente, aún descentrado. Tenía que espabilarme o acabaría pareciendo el tonto del pueblo.

- Entiendo... - Dijo el agente. Miró la lista y asintió. - Buscaré en el registro. 

Tras un rato, la impresora que estaba junto al ordenador que estaba empleando el agente, comenzó a funcionar y sacó una serie de copias. Danil las recogió y se las entregó a los agentes. 

Nombre: Jonathan  Maslowe. Número de identificación: 6913409VV.  Fecha de nacimiento: 22 Yggan 228

Nombre de los padres: Norman y Gladis.  Lugar de nacimiento: Sarnis. Domicilio: C/ Regis Mills 12 PBJ.

Localidad: Sarns.

Nombre: Christine Channing. Número de identificación: 6923982VV.  Fecha de nacimiento: 11 Minan 231

Nombre de los padres: Steggpan y Aranniel.  Lugar de nacimiento: Sarnis. Domicilio: C/ Del Mar 58 P11 Pta. 1 

Localidad: Sarns.

Nombre:  Nancy Clark. Número de identificación: 6923148VV.  Fecha de nacimiento: 03 Mutuan 231

Nombre de los padres: Roger y Nancy.  Lugar de nacimiento: Sarnis. Domicilio: Av. De la Cala 7 PBJ.

Localidad: Herbs.

- ¿Necesitan algo más? - Les preguntó el agente. 

Cogí la hoja que me entregaba el agente y la miré. - Por ahora nada más. Muchas gracias. - Le respondí con amabilidad. - Recuerde guardar eso bien, luego llamaré a su jefa para que sepa que lo tiene aquí. - No quería que lo perdiesen ni que lo tocasen y si les metía algo de miedo pues... mejor. - Que tenga un buen día, agente.

Dicho esto, salí al exterior y me puse las gafas de sol, para mirar el listado de nombres y direcciones. - Creo que deberíamos empezar por el novio. Dudo que haya sido él, pero tampoco sería la primera vez que alguien mata a su ex... aunque violarla antes suele darse menos. - Le dije a Jones casi sin mirarla.

La situación del hotel, comer así con ella se me hizo más raro de lo que pensaba. No estaba incómodo con ella, para nada, pero lo que me había dejado tocado había sido que su imagen así volviese a mi cabeza de golpe. La apreciaba, necesitaba ayuda y apoyo, pero yo andaba en la página de "descatalogados" en aquel momento y nunca me había ni imaginado ni planteado nada con ella, porque solo la veía como lo que realmente era.

- Demasiado tiempo pasando hambre y ahora cualquier hueso se te antoja delicioso, Kharis. - Me dije a mí mismo mientras caminaba hacia el coche. - Espero que esté en casa, porque no tengo mucho tiempo si quiero llegar a la oficina antes de que se vaya el informático de la cueva... ya ves, no soy el único al que tienen metido en un agujero... lo peor es que es el mejor que tienen en plantilla. Debería estar encima de los demás, no aislado. - Le informé a Jones. - Quizás más adelante te lo presente. Antes tengo que hablarle de ti y que sepa que eres de confianza. No ayuda a desconocidos...

Dicho esto me subí al coche y lo arranqué, dándole el papel con los datos y direcciones a Jones para que los viese ella también. - Si prefieres que veamos a una de sus amigas, estás a tiempo...

Bueno, al final no había sido tan complicado. Lo difícil vendría después, cuando tuviésemos que entrevistar a todos aquellos muchachos delante de sus padres, que los protegerían muy a pesar nuestro, incluso aun sabiendo que hubieran tenido algo que ver con ello, si es que se daba el caso.

-Estoy de acuerdo, agente Daeric. En realidad, no creo que la matara, pero esperemos que nos diga más cosas sobre ella.

Aun seguía viendo a Kharis un poco extraño en su comportamiento, evitando mirarme durante demasiado tiempo y procurando hacer algo en todo momento. Al menos, demostró que seguíamos con aquella conexión. El hecho de decirme que era de confianza, hizo que me llenase de un inesperado orgullo.

-Bueno, entonces dígale que estoy deseando conocerle. Cualquier persona en quien confíe, agente Daeric, es también de confianza para mí.

Una vez en el coche, se permitió dudar, pero no estaba dispuesta a permitírselo.

-Ni hablar. Primero el novio; después, el resto. Así que cuando quiera, agente Daeric.

Cuando la agente Jones me respondió, me di cuenta de que la había estado tuteando. ¿Qué me estaba pasando? ¿De verdad podía influenciarme tanto verla como la vi? Por un momento creí que me iba a volver loco. Solo esperaba que no se hubiese dado cuenta de que mi contacto visual hacia ella había disminuído drásticamente y que de alguna manera inconsciente, la iba evitando. Era mi compañera y no quería cagarla con ella. Sin duda era la mejor que iba a tener hasta mi jubilación.

Inteligente, con buena memoria, analítica... Dios, sin duda se había dado cuenta ya de que algo me había pasado con ella. Tenía buena intuición para esas cosas. Además, era mujer y esos detalles no se les escapaban nunca.

- Lo haré. No lo dude. - Le dije con amabilidad, volviendo a recuperar el trato habitual hacia ella y dejando atrás las confianzas en la forma de hablar. - Ha sido un lapsus, Daeric. - Me dije a mí mismo tratando de calmarme con aquel tema que parecía querer quedarse más tiempo en mi cabeza.

- A casa de Jonathan Maslowe entonces. - Dije dibujando una sonrisa en mi rostro, sacando el coche del lugar estacionado y poniéndome en dirección hacia la casa del ex-novio de la fallecida.

Pusieron rumbo a la calle Regis Mills 12 PBJ de Sarns. La casa de Johnny se hallaba en un barrio acomodado de la ciudad, donde imperaban los pareados y los chalets con un amplio jardín delantero. Sin duda, aquel lugar era uno de aquellos sitios en los que nunca sucede nada. No obstante, en ocasiones aquella apariencia de normalidad solo era una fachada y en algún lugar de aquellos vecindarios llenos de gente perfecta, se escondía algo oscuro. Aunque no siempre era así.

Una vez frente a la puerta de aquella casa que ya querrían Daeric o Jones para ellos, tocaron al timbre. Del interior surgía un delicioso olor a asado y se escuchaba algo de música. Por ello quizás, quien estuviera en el interior no escuchó el timbre y tuvieron que insistir. Finalmente la música cesó y tocaron por tercer vez al timbre. Entonces escucharon pasos que se dirigían a la puerta. Al abrirse la puerta, una mujer de mediana edad y de raza negra les miró sorprendida.

- Bue... - Frunció un poco el ceño. No tenía ni idea de quien era esa pareja trajeada. - Buenos días... ¿En qué les puedo ayudar? - Preguntó finalmente.

Tratar con las familias siempre era complicado; si se trataba de víctimas, como en el caso de Marie, consistía en crear una conexión que permitiese abrir una brecha en la red de dolor y rabia que habían creado a su alrededor. Cuando en cambio había que hablar con sospechosos, entonces era diferente. Había que superar obstáculo tras obstáculo, porque ninguna madre y ningún padre podía aceptar, al menos de primera, que un hijo, hermano o familiar era un asesino.

Al tener tan reciente cómo había resultado todo en casa de Marie, me sentía más confiada, pero también llena de rabia que llegado el momento, debía utilizar en mi favor pero que en estos momentos, necesitaba mantener bajo control.

-Buenos días, señora Maslow. Somos agentes de la OFI, Agente Jones y Agente Daeric -le dije, mostrando mi credencial y señalando a Daeric cuando lo nombré -. Estamos investigando la muerte de Marie Penwater. ¿Podemos pasar?

Era mejor empezar poco a poco, y sobre todo, con cuidado. Se trataba de reunir información de la mejor manera posible, sin colocar a la defensiva, en este caso, a la madre de Jonathan.

La señora Maslowe frunció el ceño un instante confusa. Parecía que todo aquello le venía de nuevo. Realmente era bastante evidente que no sabían que hacían allí dos agentes de la OFI. Antes de responder, miró en todas direcciones hacia el exterior de su vivienda, como buscando algo que no estaba allí. Finalmente se centró y miró de nuevo a los agentes.

- Si, claro... - Dudó de nuevo. - Claro, pueden pasar.

Acabó de abrir la puerta y dejó entrar a los agentes. Se encontraban en un amplio recibidor con un perchero tras la puerta, un mueble aparador lleno de fotografías y coronado con un montón de marcos de fotografías, la mayoría mostraban a la señora Maslowe y a su hijo en en diferentes etapas de su vida, además de otra gente de color que sin duda podían corresponder con personas de su familia, un par de sillas completaban el mobiliario del recibidor.

- Ustedes dirán... - Les dio pie a los agentes para que desvelaran el motivo de la visita.

- Gracias señora Maslowe. Es usted muy amable. - Le dije con mi característica amabilidad tras guardar segundo plano durante la presentación. - Se que no viene a cuento, pero... tiene una casa muy hermosa.

Miré a Jones un momento antes de seguir hablando con la mujer. Esta vez no podía dejarme llevar por imágenes que no debía y quería mantener en mi cabeza la imagen de mi compañera como la conocía: vestida para salir a la calle. - Verá, con quien nos gustaría hablar es con su hijo Jonathan. Sabemos que fue amigo de Marie, muy amigo... - dejé caer sin dar más datos pues no sabía si la madre estaba o no al corriente de la relación que hubo entre ambos - ... y nos gustaría saber si la vio la noche de la fatídica muerte de la joven. Y no, antes de que diga nada, no necesita un abogado y puede estar presente cuando le preguntemos a su hijo. Pero debe ser él quien responda a las preguntas.

» No venimos a acusarle de nada, solamente a saber si la vio esa noche, hacerle unas preguntas más y nos marcharemos para seguir hablando con el resto de sus amigos. - Dos agentes blancos, aunque una de ellos fuese una elfa, una chica blanca muerta e íbamos en busca del único negro que había en su vida. Sin duda la frase de: "como mi hijo es negro y ella blanca tuvo que matarla él", no tardaría en salir, al igual que las acusaciones de racismo. - Es crucial no perder más tiempo, señora Maslowe, así pues esperamos la colaboración de todos los que la conocieron por si la vieron marcharse con alguien esa noche o si estaba más rara de lo habitual... creo que ya me entiende. Cuanto antes podamos hablar con él, antes nos marcharemos y les dejaremos en paz.

Esperaba que mis argumentos convenciesen a la mujer de que aquello no era un acto de racismo por el color de la piel y que la familia cooperase. Sino, nos tocaría pedir una orden por un lado y llevarnos al chico a las dependencias policiales para ser interrogado, dejando de lado la opción de informador o testigo, complicando más las cosas al meter abogados de por medio.

- Por supuesto, agentes. - Comentó la madre de Jonathan. - Iré a avisarle para que baje. Si quieren...

Abrió la puerta que daba acceso al salón. Un salón grande, con una mesa de comedor de caoba de esas que hacen temblar las billeteras a la hora de pagar. Varios sofás de piel oscuros y un enorme televisor destacaban entre el resto del mobiliario que nada tenía que envidiar al resto de la vivienda.

- Pueden sentarse. - Les dijo señalando aquella mesa y acto seguido al sofá. - Donde ustedes quieran...

Acto seguido la señora Maslowe abandonó la habitación y comenzó a subir las escaleras con cierta prisa. Se notaba que estaba nerviosa y aunque pretendía aparentar normalidad, era evidente que la llegada de dos agentes de la OFI a su casa, le había alterado. No obstante, era algo normal para una mujer de bien. ¿O es que escondía algo?

- ¡Johnny! - Llamó a su hijo, pero no hubo respuesta alguna.

Pasaron unos instantes. Todo estaba en silencio, demasiado silencio. Kharis miró a Chandrelle y ella le devolvió la mirada. Algo estaba a punto de suceder. 

- ¡Johnny! - Se escuchó un grito procedente del primer piso. Era la madre de Jonathan.

Momentos después de escuchar aquel grito, Jones se percató de un ruido a través de la ventana que daba al exterior. Algo acababa de caer desde el primer piso, o más bien, acababa de tirarse. ¿Johnny? Sólo lo vio unas décimas de segundo, pero parecía que el joven acababa de saltar del primer piso y se alejaba a la carrera de su domicilio.

Todo iba demasiado bien y estaba demasiado silencioso.

Siguiendo al grito, oí algo que podía ser el exterior y caí en lo que sin lugar a dudas, se trataba. El chico nos había debido ver llegando y sin pensárselo dos veces, se había lanzado a través de la ventana e iniciado la huída.

Maldita sea.

¡-Es el chico, está escapándose! ¡Ve por el coche, Kharis!

Ni siquiera me percaté de que acababa de llamar a Daeric por su nombre de pila, por primera vez en todo el tiempo que habíamos pasado juntos, porque en mi cabeza solo había una cosa: atrapar al chico. Me volví con rapidez hacia la puerta, la abrí y salí a toda velocidad para atraparlo. Ni siquiera en mis mejores tiempos era algo que me gustara hacer, pero no tardé en darme cuenta de que estaba muy lejos de estar recuperada. Me moví con tanta prisa que tropecé con una silla que había justo al lado y me caí al suelo, pero no tenía tiempo que perder. Me levanté y salí a toda velocidad.

-¡Mejor persíguele tú! ¡Yo iré por el coche! -logré decir, dolorida por el golpe y también por la humillación de haber tropezado, pero intentando ser lo más práctica posible. Si huía es que tenía algo que ocultar y como fuese un asesino, iba a saber quién era yo.

La mujer nos condujo a un lujoso salón. Espacioso, bien iluminado... mi casa era más pequeña que aquella sala. - Gracias - Le dije con amabilidad a la madre del ex-novio de Marie y pude oírla llamarle mientras se alejaba de nosotros. Permanecí de pie, mirando por aquellas ventanas, tratando de no mirar a Jones de nuevo y que aquella imagen no volviese a mi cabeza, cuando el eco de la voz de la señora Maslowe resonó en mi cabeza, para ser traído a la realidad por Jones.

No sabía que había pasado, pero corrí detrás de mi compañera hacia el exterior. Allí la vi tropezar y me detuve a su lado un segundo. - ¿Estás bien? - La tuteé al tiempo que me hacía correr en busca del chico y alcé la mirada y corrí unos metros sin rumbo fijo. No vi nada ni a nadie a quien seguir.

Era un adolescente, negro... iba a correr más rápido que yo sí o sí aunque yo tuviese su edad. Lo llevaba en los genes. - Olvídalo. Llamaré a la OFI y que emitan una orden de busca y captura para Jonathan Malowe por estar involucrado en el asesinato de Marie. La orden se enviará a todos los departamentos policiales de la zona. No tendrá donde esconderse. - Le dije a Jones tras frenar en seco mi carrera y ver como se levantaba.

No tardé demasiado en sacar mi móvil y darle a la marcación rápida para ponerme en contacto con nuestro superior para informarle de lo acontecido y que emitiese esa orden cuanto antes.

Mientras esperaba que me respondiese a la llamada, miré a Jones. - Debería ir a hablar con su madre, preguntarle que sitios suele frecuentar y quienes son sus amigos. Un chico rico buscará cobijo bajo techo, no en las calles de un pueblo. Yo me encargo de la orden.

Se escuchó como la señora Maslowe bajaba corriendo por las escaleras. Cuando llegó a la altura de los agentes, ni los miró, únicamente se dirigió al exterior de la casa y atravesó el césped, no sin dificultades y torciéndos el tobillo una o dos veces por culpa de sus tacones de aguja y comenzó a buscar debajo de la ventana de su hijo. Sólo cuando fue evidente que no estaba allí, pudo recomponerse y girarse hacia los dos agentes que llevaban un rato tratando de explicarle lo sucedido. 

- ¿Do... Dónde está? - Preguntó muy alterada. - ¡Dios! ¿Qué ha hecho? ¿Por qué ha huído? - Empezó a lanzar preguntas al aire. Estaba realmente confusa y sobre todo preocupada. - ¡Es un buen chico, no entiendo! ¡No entiendo que está pasando!