Partida Rol por web

Con un fruncimiento de hombros - como quieras, pero no parece que podamos enterarnos de mucho mas que lo que quieran contarnos y eso nos ayuda poco, mientras estén en la nave son un riesgo que tendremos que asumir ¿no te parece?

- yo hablaria con el gato... desde mi punto de vista podemos hacer algo parecido, yo entro como un elefante en una cacharrería y tu me reprendes y te muestras amable... arriesgamos poco (o nada) y además no deja de ser divertido... venga, acompañame que me haces mucho bien. si luego el capi me hecha la bronca, asumo la responsabilidad... de todas formas ya me ha cogido gato. ¿he dicho gato? je je je

si artemis no pone inconveniete, nos dirigimos a los aposentos del gato misifu

La puerta de la sala se abre en medio de la inspirada imitación de Dex. Quien entra es, precisamente, Danille. No es posible saber si la cara de pocos amigos la traía ya de antemano o se la ha provocado el chiste, pero lo cierto es que habéis visto acechadores en los xoos destrozar la carne con más cariño que el que muestra Danille en este momento.

-Capitán- dice -¿puedo hablar con usted? En privado. Ahora.-

Viktor frunce los labios y abre mucho los ojos para responder. -¿Mmmm? Erm, si, claro, claro, señorita.. señora.. Vederech.-

Ipso facto, el capitán le abre la puerta del puente de mando. Antes de salir, lanza a Dante una mirada suplicante, como si esperase de él una mano amiga en este momento, pues se dirige a un lugar muy frío y hostil..

Vic se muerde el labio aguantándose la risa, se gira hacia Berenice, le hace un guiño y encogiéndose de hombros parece sumergirse en una intrincada operación informática en su terminal, que la absorbe por completo.

-¡Ups! - dice Dex cuando la compuerta se cierra, levantando ambas cejas y relajando la postura de "firmes" que adoptó de sopetón al ser interrumpido cuando hacía el payaso.

-Igual es una tontería lo que quiere, pero menuda cara... - le susurra a Dante sentándose junto a él. - Me están entrando unas ganas enormes de que se terminen las averiguaciones, las conspiraciones y todo ese rollo, meterme en el traje "de gala" y empezar a patearme el trozo de roca donde está el cerro con una enorme mochila que llenar de botín.

Con un dejo de cansancio en la voz- todo sea por esta aventura en la que nos hemos embarcado, por que si no fuese así este no seria un trabajo que me gustaria hacer... pero bueno, todo sea por la buena compañia- y le guiño un ojo de forma complice- ¿vamos?

El Aslan abre la puerta con aire cansado y al veros parece sorprendido. -¿Sí?-

Me levanto y cruzo la puerta que ha abierto Viktor. Cerrándola a mi espalda. Espero a que Viktor se siente y me pongo a su espalda.

Bien... Usted, dirá. Mi respuesta es fría y mi mirada es dura. Sé que ella no quiere que yo esté aquí, pero no le doy la posibilidad de echarme.

-¿Tendrían la amabilidad de explicarme por qué creen que alguien me está siguiendo? Es todo lo que he podido obtener de sus.. tripulantes y no me han dicho ni cómo ni de dónde han sacado esa suposición. Ya les he dejado claro a ellos que no tengo ni idea de por qué alguien querría seguirme. Pero estoy inquieta. Muy inquieta.-

Danille se ha sentado con als piernas cruzadas y los brazos sobre ellas, rígida y a la espectativa. Al cerrarse la puerta se le ha estremecido la espalda, como una leona enjaulada a la que se le golpeasen los barrotes de la celda.

Toda la información que podemos darle, con la que usted nos ha facilitado, es esa. No sabemos nada más. Pero ya que está aquí... le diremos que su viaje en nuestra nave se termina en el próximo planeta. Tenemos que cambiar nuestra ruta por problemas logísticos... Pero, tranquila, le ayudaremos a encontrar un nuevo transporte a su destino.

jared se muestra amable, pero seco. va al grano con rapidez...

- estimado pasajero, tenemos sospechas de que nuestros movimientos y repostajes están siendo sospechosamente atendidos... hemos valorado que es probable que su presencia en la nave tenga relación con este seguimiento. ¿sabe usted si alguien o alguna entidad podría estar interesada localizarle a su persona o sus movimientos?

deliberadamente, parece un funcionario que ha hecho la misma pregunta doswcientas mil veces...

La mujer aprieta los labios con fuerza y mir aal capitán. Este asiente con seriedad, remarcando así las palabras de su subordinado y mostrando su acuerdo con las mismas. Entonces ella se pone en pie.

-Muy bien- dice -imagino que tienen pensado compensarnos por las molestias.-

El capitán le asegura que así es y sin más, ella misma da por terminada la conversación marchándose.

Apenas dos minutos después, la puerta de la sala se abre de nuevo y Danille sale casi en estampida, con los puños blancos de cómo los aprieta, de camino hacia su camarote.

-¡Qué! ¿Por qué? ¿Quién? Eh.. quiero.. quiero.. quiero hablar con Vic. ¿Dónde está?- súbitamente, el Aslan se ha echado a temblar y se ha quedado tan tenso como la cuerda de un piano. Mira a todas partes con cierto tono de paranoia y retrocede un paso.

Cuando ha terminado de pasar, Vic se gira hacia Berenice y Dex, y silba prolongadamente, en tono bajo.

-Fiuuuuuu.... ¡Cómo va esa gatita...! No me gustaría estar en la línea de tiro de sus uñas ahora mismo... ¿qué le habrán dicho allá dentro...?

Se levanta y asoma la cabeza.

-¡¿Pero qué le habéis hecho a la pobre mujer...?!

-Bueno.. creo que está claro que tendremos que devolver parte del dinero.- Viktor tuerce el gesto de forma divertida. -Le hemos dicho que les dejaremos en el próximo planeta.-

-Sep. Creo que las especias son una tapadera mejor. Si las tirásemos por una exclusa no se quejarían. - bromea en voz baja. - Al final, ¿cual es la excusa oficial? La avería, ¿no?- se asegura para no meter la pata si le preguntan.

Problemas logísticos. Digo mientras observo como la mujer se va de la habitación.

No puede evitar sonreír de forma socarrona.

-En los marines se suele oír bastante eso cuando a un mando se le pregunta como es posible que una operación sin complicaciones haya fallado. - comenta - El alto mando da la orden de desembarcar en un planeta a toda una división armada hasta los dientes para enfrentarse a cuatro forajidos muertos de hambre, con armas sacadas de un museo. Organiza un bloqueo en órbita, prepara campamentos, talleres para los blindados y las naves de combate atmosférico... la hostia, vamos. Pero se olvida del medicamento para las fiebres que transmiten unos putos mosquitos verdes sobre los que ya avisaron los exploradores. La élite de las fuerzas armadas derrotada por unas cagaleras de la muerte. Eso no sale en los anuncios de "¡Enrólate muchacho!". - termina con su teatral forma de burlarse.