Partida Rol por web

Miré a los compañeros aterrado, pues la situación en la que me encontraba no era demasiado buena para mi. Pero en el instante que el elemental me agarró, pude sentir su poder y al ver como el elemental de tierra atacaba, pude igualmente observar sus movimientos y poder estudiarlos durante un instante... - amigos.... - comenté mientras intentaba inspirar aire, pues me costaba trabajo respirar, estaba demasiado tocado por el combate, pero aún así debía de informar a los compis de las debilidades de nuestros enemigos. - aaiinnnssss... El elemental de tierra es el más robusto, pero también el más torpe y su debilidad son los golpes atronadores... buuuffff.... - tuve que volver a coger aire - y el elemental de aire es todo lo contrario, pero ojo, pues cuando no tiene a nadie junto a él, se vuelve etéreo y nos puede pillar desprevenidos.... -

Tras comentar lo averiguado, respiré varias veces sin poder recuperar el aliento del todo, pero bueno, por lo menos todavía seguía vivo...

Ilena se lanza a por el elemental de tierra. Blandiendo a su Violadora con gran destreza impacta con dos espadazos en el elemental, derribando a la criatura y haciendo que salten fragmentos de roca por todas partes.

Theren invoca a unos espíritus cuyas garras espectrales agarran al elemental y lo arrastran lejos del elfo. A continuación tensa una flecha y entona unas palabras en el lenguaje primordial. Afina bien su puntería y la flecha sale disparada hacia el encuentro con el elemental de tierra. El impacto genera un sonido retumbante y quiebra buena parte de la superficie del elemental, dejándolo vulnerable a un golpe final.

Dagor ve como el elemental de aire aferra a su compañero Zanros e intenta un alejar a la criatura del sacerdote. Tensa su arco y apunta con intención de impactar en su blanco, pero la flecha atraviesa el espacio hueco del elemental. 

Haciendo un sobre esfuerzo, Dagor vuelve a disparar una segunda vez, pero nuevamente erra el tiro y la flecha atraviesa el espacio del elemental y sigue su trayectoria sin producir ningún daño.

El elemental de tierra se incorpora nuevamente y descarga su furia sobre la bella Ilena en forma de puñetazo. Mas la elfa no va a dejarse atrapar por el torpe elemental y se echa a un lado cual gracil gacela, evitando el tremendo puño que se estrella contra el suelo y levanta la arena con el impacto.

El enano recurrió a su espíritu de líder y tramo una rápida estratégia para movilizar a sus compañeros. Todo parecía marchar según lo planeado hasta que Dagor fracasó repetidamente en su labor de alejar al elemental de aire y rescatar a Zanros. Aunque enfadado no lo estaba mas con su compañero arquero que con el sacerdote rúnico, quien debiendo ser el que socorriera a los heridos sería el primero en caer.

-Este tipo de cosas no ocurrían con los clérigos de Moradín... -gruñó para si entre dientes. Mientras avanzaba con el rostro congestionado hacia el elemental de aire, dispuesto a franquearlo, o lo que él creía que sería su espalda.

Runas brillantes flotaban al rededor de los tobillos y muñecas de Keldron, como lenguas de fuego. El mismo tipo de escritura alcanzó a su compañero rúnico. El primer golpe no fue ni de lejos mortal pero pretendía captar la atención de su enemigo y crear una oportunidad de escape para Zanros.

-Bien, ahora que por fin capto tu interés haz el favor de aceptar mi "regalito" con los brazos abiertos. -A lo que acompañó con un golpe mas contundente, el mismo que utilizaba durante sus años como guerrero.

Tras intercambiar golpes Keldron creó un radio de barios metros a su alrededor de runas brillantes que lo abarcó todo, protegiendo con las sagradas runas los cuerpos de sus compañeros.

-¡Aquí no muere nadie hasta que yo lo diga! ¿¡Te enteras Zanros!? ¡Demuestra de una jodida vez de que estamos hechos los rúnicos!

A pesar de los intentos de sus compañeros, entre el fuego bajo sus pies y las manos brumosas del elemental que se ciernen sobre él, Zanros cae al suelo moribundo sin poder hacer nada.

El fuego se empieza a extender, complicando las cosas en el campo de batalla, y la niebla sigue siendo una molestia para todos los contendientes. 

El cuerpo del elemental de aire sisea cuando las llamas lo lamen. Viendo como su anterior víctima se desvanece entre sus manos gira su atención hacia el enano y lo agarra con todas sus fuerzas con intención de llevárselo a la tumba.

el explorador levanta el arco y con premura suelta otra de las flechas a lo que para el es el centro de la bestia área, si sus cálculos eran correctos lo alejaría a las llamas, pero algo le inquietaba, se acerca a la roca de elemental.

*El elfo levanta la piedra haciendo gala de sus acrobacias elficas, tomando con la punta de la bota desde la arena con la intención de impulsar la roca hacia sus manos

La flecha de Dagor se incrusta en el etéreo cuerpo del elemental de aire y éste se desvanece en jirones de niebla, soltando la presa de Keldron. En el punto donde se encontraba el elemental cae una piedra irregular del tamaño de un puño, de color blanco con vetas grises y al contacto con el suelo se desata un viento bastante fuerte en toda la arena de combate.

Theren pone distancia entre su rival y él, tensa el arco y deja salir la flecha que se clava en la grieta del pecho del elemental...

La grieta del elemental de tierra se abre y expande por todo su cuerpo, formando una telaraña, hasta que finalmente el cuerpo se colapsa en un montón de piedras que caen inertes al suelo. Una de ellas, la más grande, del tamaño de un puño y de color marrón con vetas negras, al contacto con el suelo produce un intenso temblor en toda la arena de combate.

- Buen trabajo, aventureros! - Grita Tom-Tom desde el palco - Habéis vencido a los elementales... pero aún tenéis que poner fin al caos que han desatado los elementos. Daos prisa, antes de que sea demasiado tarde!

El enano hizo un gesto de aprobación y gratitud al ataque de Dagor. Al fin libre retrocedió cuanto pudo por aquel nuevo terreno rocoso en el que se había convertido la Arena, alejándose del fuego por temor a que se expandiera mas, sin embargo uno de sus camaradas seguía dentro.

No era un sacerdote rúnico completo, pero recurriría a sus pocas habilidades para rescatar a Zanros. Runas brillantes se dibujaron sobre el cuerpo de su compañero, restaurando parte de su vitalidad perdida.

-¿¡Que hacemos ahora!? ¿¡Destruir los altares!?- Gritó a sus compañeros, su trabajo no era resolver problemas de índole arcano, todo aquello que no implicara utilizar hachas y runas estaba fuera de sus habilidades. 

Ataqué ferozmente al elemental de fuego pagando la osadía con varias quemaduras de diversa consideración. Tras el fabuloso ataque, el elemental de aire me pilló en un descuido y me apresó fuertemente sin posibilidad de poder soltarme dejándome a merced de las llamas que el elemental de fuego había dejado tras su desaparición, las cuales, con la ayuda del fuerte aire que soplaba debido al poder utilizado por el ventoso, hicieron que las llamas consumieran prácticamente toda mi vida y no recordara más nada de lo sucedido.

Cuando abrí los ojos, estaba tumbado en un mar de brasas que no hacían nada más que consumir mis defensas y estaban comenzando a llegar a mi piel causándome un terrible dolor. Me incorporé lo más rápido posible, pero las brasas seguían consumiendo mi vida, pero no iba a perecer bajo el yugo de una criatura inferior. Haciendo un pequeño movimiento de manos, unas brillantes runas comenzaron a invadir mi cuerpo haciendo que algunas de las quemaduras sufridas se apaciguaran y revertir los efectos de las brasas, pero el efecto duró poco, pues tuve que salir de ahí lo más rápido posible, pero el terreno no era el más propicio, y para colmo el suelo no dejaba de menearse, pero eso no me impidió alejarme lo más posible de ese infierno - ¡¡quema quema quema quema......!! - pensé con una expresión de intenso dolor sobre mi rostro mientras atravesaba las ascuas que había bajo mis pies.

Finalmente, llegué junto al enano - Gracias a todos.... ¿que ha pasado? estaba luchando con el elemental de fuego y de repente noté un gran huracán tras de mi y ya no recuerdo nada más....... ¿que hacemos ahora? - comenté al enano agradeciendo todo lo que se ha hecho por mi.

El fuerte vendaval os arrastra a todos, salvo a Keldron que aguanta como si fuera una auténtica roca, mientras el fuego se sigue extendiendo. La visibilidad es reducida y el suelo no para de temblar, haciendo realmente complicado el moverse por la arena.

Dagor había recogido una de las piedras, la que soltó el elemental de agua. Pero las otras tres todavía estaban en el suelo, en el lugar donde habían caido los demás elementales. La piedra de fuego, la que había dado origen al incendio, se encontraba en el centro del mismo, mientras que la de aire ya estaba rodeada de llamas y la de tierra no tardaría mucho en seguir el mismo camino.

Ilena sintió el golpe del viento y no pudo evitar retroceder, existe una creencia falsa de los seres inteligentes de controlar sus vidas y sus entornos pero eso es una mera ilusión, la fuerza de la naturaleza jamás sería domada y la arena convertida en un caos elemental lo estaba demostrando.

Haciendo acopio de sus fuerzas y destreza Ilena entró en el fuego, las llamas la abrazaron completamente y la queja de dolor no tardó en escucharse, Idiota, se decía así misma, solo una idiota se lanzaría al fuego, como pudo tomó la piedra y cubierta con su capa se protegió de las llamas mientras encontraba una ruta para salir de ese cálido  y lacerante abrazo.

La semi-elfa, haciendo una demostración de auténtico sacrificio y sobre esfuerzo se introduce en las llamas para recoger la piedra roja con vetas naranjas que había soltado el elemental de fuego. Para sorpresa de Ilena, la piedra no quema, pero siente el dolor que le provocan las llamas del suelo conforme reptan por sus piernas hacia arriba.

el movimiento de la tierra se torna inesperado, luego esa maldita ventisca por poco y lo derriba, sin embargo Dagor aun apretaba la piedra con dureza, yo me encargo de esta, ustedes traten de controlar la del fuego a hora no estaremos en vergüenza mas rápido que mis flechas con gran velocidad clava sus pies en la arena y a pesar de las irregularidades del terreno el explorador se las arregla para acortar su distancia hasta el lago.

** frente al profundo estanque el explorador extiende su mano y devuelve la roca a su elemento.