Partida Rol por web

Volvéis a la sala semi-circular de descanso donde una bella elfa, vestida con fina túnica de seda blanca, os aguarda junto a otras tres mujeres de baja estatura con idénticos atavíos y que cubren sus rostros con velos.

- Bien hallados, aventureros. Permitid que me presente. Soy Marié, sacerdotisa de Selûne, y estas son mis tres gracias. Flora, Fauna y Primavera - la elfa señala a las otras tres mujeres que van haciendo una reverencia conforme las nombra, aunque no sabríais decir si son realmente mujeres, niñas o medianas. Ellas no dicen nada y tampoco dejan ver sus rostros - Atenderemos vuestras heridas. Veo que muchos tenéis graves quemaduras y cortes profundos. Tomad asiento y descansad mientras os vamos atendiendo uno por uno.

Uno por uno, la sacerdotisa os va llamando y va realizando el ritual de purificación. Ella y las tres gracias forman un círculo a vuestro alrededor. La elfa entona plegarias a Selûne y las demás entretejen símbolos en el aire con sus manos, encienden inciensos y embadurnan vuestras heridas con aceites y lociones. Cuando termina el ritual, notáis cómo la mayoría de vuestras heridas han sanado.

Tras el duro y cruento combate, volvemos, algunos arrastrando, otros andando, otros todavía humeantes....., a la sala semicircular.

Mi estado de salud era deplorable, todavía no llegaba a entender como había conseguido salir vivo de esa masacre a la que nos habían sometido. Al entrar, una bella y esbelta figura se dirigió a nosotros presentándose como Marié. No pude casi menear ni un músculo para intentar hacer una reverencia o algún gesto de afirmación y agradecimiento a lo que nos había comentado.

Tras un ritual que jamás había visto ni conocía, comencé a encontrarme mejor. Tras haber recuperado las fuerzas, gracias a las tres gracias y la bella elfa, conseguí agradecer sus cuidados - Les agradezco los cuidados que nos han facilitado, es un verdadero placer tener frente a nosotros a tan bellas damas y más ofreciendo sus servicios sanitarios - comenté haciendo una espléndida reverencia.

Tras eso, me situé junto a los demás compañeros ventosos para comentar un poco el tema de la estrategia a seguir de aquí en adelante, a sabiendas de lo que nos hemos encontrado y de lo que nos podremos encontrar.

el elfo agradece con un ademan, y con voz solenme: que corelon premie tu servicios, muchas gracias por las sanaciones dice el elfo mientras se acomoda a un costado de la sala sobre una silla, el joven elfo aun siente escozor allí donde las ráfagas del elemental de aire, le habían causado cortes, sentir no estaba del todo mal, nos recordaba que aun la vida fluía en nosotros para la siguiente batalla, sin embargo las dudas le asaltaban.

mi estimadas sanadoras, quizá podrían decirnos un poco sobre el desafió que nos aguarda, me pregunto ¿si debemos retomar la sala del trono, o si por el contrario al superar una sala se nos dará la opción de elegir un desafió en otra de las mágicas arenas del coliseo? pregunto con un tono amable sin parecer nervioso por el desafió, si bien la primera batalla había sido interesante, en mas de una ocasión sus compañeros y el mismo habían estado bailando en el filo del cuchillo.

Keldron comprobó que todos sus compañeros fueran debidamente atendidos antes de acomodarse y dejar que remendaran sus heridas. Los rituales de purificación y regeneración eran de agradecer, pero no perfectas. A pesar de todo le quitó mucho trabajo de tener que curar personalmente todas sus heridas.

-¡Lo habéis hecho bien muchachos! El valor de un hombre se mide por su acero, y el temple de este después de luchar codo con codo. A partir de ahora tendremos que utilizar con astucia nuestras habilidades e ir con pies de plomo.- Su tono era una entremezcla de autoridad y protector. -Zanros, si puedes evitarlo nunca luches tu solo. Si eres el primero en caer poco hay que pueda hacer para curar al resto, dependemos de tus runas para avanzar.

La semielfa agradeció los cuidados prestados y se concentró en recuperar sus energías orando a la Reina para que el próximo encuentro la acompañe.

Escuchó al enano con atención y estuvo de acuerdo con él, no temía la muerte pero no quería una estúpida y sabía que tenía que confiar en las habilidades de sanación y dirección de sus improvisados compañeros. 

 Suspiró un poco y cerró sus ojos, estaba atenta a lo que pudiera pasar en la sala pero se mantendría al margen de la conversación hasta que fuera necesario. 

El elfo se dejó tratar por aquellas bellas señoritas estaba absorto en todo el combate analizando cada movimiento realizado, cierto que habían salido de aquel encuentro sin bajas, pero apunto estuvo de haber una, habían luchado bien y con determinación, pero quizá pudieran haberlo hecho mejor, cada segundo que seguía pensando notaba como su vitalidad y energías se restauraban, incluso el cansancio que pudiera tener se reducía considerablemente...

Agradeció a las féminas su labor y cuando acabaron se levantó y se apoyó de espaldas en la pared, sacó su preciada pipa y se la encendió, y empezó a jugar con el humo que sacaba de de su orificios haciendo formas mientras escuchaba las palabras de aquel enano que pareció haber tenido un peso importante en el combate señalando en momentos que hacer...

- Tienes razón mease enano, las cosas serán aún más complicadas si caben en la siguiente prueba, deberemos tener una estrategia bien definida y utilizar las habilidades de cada uno a conjunción con el grupo...

- Creo que yo podré responder a esa pregunta, maese Dagor - Loken aparece de pronto, con su sonrisa zalamera. Marié y sus gracias se despiden de vosotros con una reverencia y salen por la puerta por la que acababa de entrar el tiflin - Si bien lo que está por venir es todo un secreto que vosotros mismos debéis descubrir, mi trabajo aún no ha terminado y he de seguir guiándoos. Aunque primero dejad que os felicite por haber superado la primera sala. Apuesto a que habréis sacado experiencia personal de esa batalla, un grato recuerdo que ya nadie os podrá quitar, a parte de este primer premio - Loken pone en una mesa una bolsa de cuero que tintinea con sonido metálico - 125 piezas de oro en total, 25 para cada uno. Y ahora ha llegado el momento de la primera decisión importante para Viento Rúnico... - Loken hace una pausa para dar algo de dramatismo a la conversación, sin perder en ningún momento su sonrisa - Podéis recoger este dinero, repartirlo entre vosotros y abandonar la competición... o podéis seguir demostrando vuestra valía por un premio mayor. Por vuestra aptitud, creo saber la respuesta, pero sois vosotros quién tenéis que darla.

El enano se atusó la barba en gesto pensativo, ni que decir tenia que estaba dispuesto a seguir, pero su respuesta no era unánime si alguno de sus compañeros aprovechaba la ocasión para retirarse.

-Mientras haya un compañero que quiera seguir luchando mi deber es estar con él, sin importar que nos aguarda en la siguiente sala. -El grupo le había causado una fuerte impresión y sentía que estaba obligado a protegerlos, aunque todo terminase en desastre.

no puedo negarme a tan interesante propuesta, cuenten con mi arco para enfrentar lo que venga el elfo sonríe mientras juguetea con la moneda de bronce en sus dedos, habíamos salido con vida de la primera sala era hora de probar que no era casualidad.

El elfo escuchó lo que dijo el tifling mientras observaba los rostros de sus compañeros, era obvio lo que pensaban y que era unánime la decisión de continuar con las pruebas por muy duras que pudieran llegar a ser...

El elfo con la pipa en la boca, se incorporó y cogió el arco, y empezó a comprobar la tensión de la cuerda...

- Aún me faltan muchas flechas por disparar antes de partir de este lugar, así que venga lo venga, combatiremos y lo superaremos...

Miró al enano para hacerle saber con un gesto que confiaba en su hacer, había tomado el papel de líder y lo ejecutaba francamente bien para ser de raza enana, aunque ese pensamiento se lo guardaría y nunca lo sabría el enano...

Habiendo descansado lo justo para volver a estar casi al 100%, vi como Loken, el que nos había dado la bienvenida al coliseo, entró en la estancia en la que nos encontrábamos.

Su sonrisa había cambiado un poco desde que lo conocí - Esta vez viene con otro tipo de sonrisa.... seguro que no trae buenas noticias, veremos a ver que dice - pensé mientras Marié y sus gracias se retiraron haciendo una cortés reverencia, a lo cual les respondí de la misma manera.

Tras eso, escuché las palabras de Loken pero sin prestarle demasiada atención, pues habíamos venido a lo que habíamos venido - Mi señor, ya ha escuchado a los compañeros ventosos, dele el dinero a Marié y sus gracias para que se compren algo bonito, porque nosotros estamos aquí para medir nuestras habilidades... - comenté en tono displicente y moviendo una mano en señal de que guardara el oro. Conforme hablaba, una pequeña y luminosa runa comenzaba a brillar en mi pecho - ¡Estoy listo para lo que nos depare este desafio...! -

- Viento Rúnico ha hablado. Seguid pues... - comenta Loken con su sonrisa pícara, recoge la bolsa de cuero y señala a las dos puertas centrales de la habitación - Vuestros compañeros del Gremio siguen ocupando la Sala Carmesí, por lo que vuestras alternativas son la Sala del Tesoro o la Sala de los Huesos.

Al escuchar a Loken dar las dos opciones que teníamos, pensé y respondí - No me hacen gracia las salas de los tesoros, seguro que hay algún dragón custodiándolo o algo por el estilo... voto por "La sala de los Huesos" -

Y esperé pacientemente a que los demás también decidieran.

La Sala de los Huesos parecía hacer referencia a un desafío de no-muertos y nigromantes, pero quizás solo significaba que muchos habían muerto en aquella sala y sus restos formaban ahora parte del escenario.

-No se hasta que punto los nombres de las salas hacen justicia al desafío, pero si nos enfrentamos a muertos vivientes tendremos que utilizar poderes de naturaleza radiante. Mi formación como sacerdote rúnico es incompleta pero tengo la runa con la que fue investido como Yunque de Moradín.- El enano señaló con el pulgar a la runa de su frente, Fuego Eterno. -No dudaré en usarla si es eso lo que nos aguarda, id pensando en encantamientos que puedan sernos de utilidad.

El arquero levanta los hombros en un gesto de no deducirse por ninguna en particular, sin duda esos flacuchos serán huesos duros de roer, pero acepto el desafío.

Mas en ese momento mira al tiflin y pregunta con prudencia, además de que cada desafío sea diferente al ya superado y seguramente sea igual de puerta a puerta, me pregunto si la recompensa de cada sala tambien variara? En ese momento la astuta mirada del elfo se clava en las puertas como si en ella existiesen alguna marca que permitiese darse una pista de que encontrar.

Theren se mantuvo en silencio, fuera cual fuese la puerta que el grupo de bía elegir era una prueba complicada y seguramente que les llevarían al límite, así que que mas daba una que otra...

Miraba a sus compañero mientras hablaban de elegir una u otra, si alguno lo observaba para saber su opinión simplemente se encogía de hombros, dando a entender que acataría lo que eligieran...

- La recompensa aumenta en función del número de salas que consigáis finalizar - responde el tiflin a Dagor sin dejar de sonreir - La elección parece unánime. Sea entonces la Sala de los Huesos. Buena suerte, aventureros.

Volvéis a la sala semi-circular de descanso donde una bella elfa, vestida con fina túnica de seda blanca, os aguarda junto a otras tres mujeres de baja estatura con idénticos atavíos y que cubren sus rostros con velos.

- Bien hallados, aventureros. Permitid que me presente. Soy Marié, sacerdotisa de Selûne, y estas son mis tres gracias. Flora, Fauna y Primavera - la elfa señala a las otras tres mujeres que van haciendo una reverencia conforme las nombra, aunque no sabríais decir si son realmente mujeres, niñas o medianas. Ellas no dicen nada y tampoco dejan ver sus rostros - Antes que nada, deseo transmitiros mis más profundas condolencias por la pérdida de vuestros compañeros. Ha sido una auténtica tragedia lo que ha sucedido ahí dentro - la elfa habla realmente afligida por los sucesos de la Sala Carmesí y a punto está derramar unas lágrimas - Mis gracias y yo atenderemos vuestras heridas. Tomad asiento y descansad mientras os vamos atendiendo uno por uno.

Primero con uno y después con el otro, la sacerdotisa os va llamando y va realizando el ritual de purificación. Ella y las tres gracias forman un círculo a vuestro alrededor. La elfa entona plegarias a Selûne y las demás entretejen símbolos en el aire con sus manos, encienden inciensos y embadurnan vuestras heridas con aceites y lociones. Cuando termina el ritual, notáis cómo la mayoría de vuestras heridas han sanado.

Una vez que habéis recibido atención sanitaria, Loken aparece de nuevo. Aunque esta vez la expresión del tiflin dista mucho de la pícara sonrisa con la que lo conocisteis.

- Puño y Espada... tan solo dos de vosotros habéis logrado, no superar, sino salir con vida de la primera prueba - el tiflin suspira - No me imagino qué debe estar pasando por vuestras cabezas en este momento. Quizá haya sido una experiencia traumática, pero tanto vuestros compañeros como vosotros sabíais a lo que veníais y, para ser más concretos, sabíais a qué estabais renunciando cuando os ofrecí las monedas - Loken deja sobre una mesa un pequeño y abultado saco de cuero que resuena con un tintineo metálico - Y ahora ha llegado el momento de la primera decisión importante para Puño y Espada... Podéis recoger este dinero, repartirlo entre vosotros dos y abandonar la competición... o podéis seguir demostrando vuestra valía por un premio mayor. Tras lo sucedido en la Sala Carmesí, creo saber la respuesta, pero sois vosotros quién tenéis que darla.

El enano miro al humano y luego al tielflin.
Mi tía Petunia no crió a cobardes.... Pero tampoco a estúpidos. Con todo el dolor de mi corazón, creó que seria mejor dar sepultura a los muchachos, beber por ellos hasta perder la conciencia y recordarlos hasta el fin de nuestras existencias.