Partida Rol por web

Espero intranquila hasta que Alex también entra en el despacho. Mi mirada lo sigue mientras trata de relajar el ambiente con sus bromas y una pizca de tristeza quema un poco más mi espíritu al ver lo que está haciendo. Incluso después de ser tocado en lo más doloroso, Alex sigue intentando suavizarnos. ¿No es eso lo que debería estar haciendo yo en lugar de rumiar mi Rabia en silencio? 

Miro a Tyler cuando habla y probablemente mis ojos sean puro hielo en estos momentos. Empiezo a abrir la boca cuando termina con su pregunta, pero la cierro de nuevo al ver alzarse la mano de Alex. Se merece hablar primero, después de lo que le han hecho...

Y sin embargo, no me gusta lo que dice. Ni un poco. Ver cómo se culpa a sí mismo por lo que le han hecho otros enciende de nuevo esa Rabia en mis venas y mis ojos brillan con dureza. Aprieto las manos en dos puños y me clavo las uñas en las palmas para obligarme a controlarme. Cuando termina, apoyo las manos sobre la mesa, con los dedos crispados, tomando la palabra.

- Lo que ha pasado es que no hemos sido una manada en todo el puto día. - Después de tanto rato en silencio mi voz suena un poco más ronca de lo habitual. - Mientras estabas de paseo con Eve - pronuncio cada una de esas palabras con rencor en el fondo de la voz, pues ahí fue donde siento que comenzó todo. Inclinada sobre la mesa levanto la mirada para mirar a Tyler sin ocultar que me siento decepcionada por esa ausencia-, Riley adoptó su forma de guerra y amenazó a Alex. Lo amenazó y le insultó. Y si no me hubiera interpuesto entre ellos quizá le habría atacado.

Hago una pequeña pausa, dejando que la magnitud de ese hecho cale hondo en cada uno. Si no por el hecho en sí, que quede claro al menos que para mí no es algo banal, ni una chiquillada. Que no me importan los atenuantes, ni la situación de esas mujeres. De ninguna de las cuatro. Que alguien amenazó a mi hermano y no voy a perdonarlo tan fácilmente. 

- También insultó a Jane. En muchas ocasiones y sin motivos. - Continúo, sin detenerme en el hecho de que también me amenazó e insultó a mí. Me enfrentaría a ella y le partiría la cara por sus ofensas a mis hermanos. A mi manada. Lo que me dijera a mí, me resbala. Vuelvo a mirar a Tyler. - Mientras tú no estabas dejó de ser una adolescente conflictiva pero mona para ser una zorra despiadada dispuesta a arrancarle la cabeza a tu hermano. - Miro a Alex con ojos sombríos para después pasar a Will. - Y no sé lo que pasó entre ella y Will, pero desde luego no le veo la gracia a que le hiciera volar por los aires. 

Mi tono es cortante cuando vuelvo a mirar a Tyler, decepcionada. - Pero al volver, en lugar de apoyar y defender a tu manada, ¡increpaste a Jane por ponerla en su lugar! Y eso que ella sólo había hecho una insinuación velada, que no llegaba ni a hacer sombra a la sombra de las ofensas que Riley había estado profiriendo por ese pozo de inmundicia que tiene como boca. 

Entonces me incorporo de nuevo y los miro a todos. Sigo rabiosa, pero tras soltar todo eso un punto de alivio empieza a liberarse en mi pecho, contraído desde hace demasiado rato. - Desde que los espíritus nos esquivaron en ese rito de mierda no hemos sido una manada. Y lo que ha pasado hoy sólo ha sido una muestra de eso. Cada uno ha estado por su cuenta. - Miro a Will. - Con amores místicos que nacen de la nada. - No puedo evitar que esas palabras vayan cargadas de sarcasmo. Miro a Tyler, incluyéndolo en esa frase y alzo ambas manos con las palmas hacia delante. - Eh, que me parece maravilloso que os liguéis a dos ángeles de Victoria Secret's. Pero se supone que somos una familia y que eso está por encima de todo. - Miro a Alex y Jane antes de continuar. - Guardando información en lugar de ponerla en común para toda la manada. - Finalmente hago una pausa y miro hacia abajo antes de añadir algo más, dirigido a mí misma. - Y mirándonos el propio ombligo en lugar de pensar en todos.

Me cruzo de brazos y miro a Tyler. - Eso es lo que ha pasado. 

Mantengo su mirada mientras empiezo a sentirme extraña. Una mezcla entre alivio y desazón se van mezclando en mi interior a medida que la Rabia se va disolviendo tras soltar todo lo que me estaba dando vueltas y carcomiéndome. Siento el estómago revuelto y frío en los brazos, pero mantengo la barbilla alta y los ojos clavados en Tyler.

Alex, cómo no, es el primero en tomar la palabra. Sin embargo, mis ojos se entrecierran casi imperceptiblemente, al percatarme del modo en que sus palabras tratan de esquivar una explicación clara al asunto. Vaguedades de sobra conocidas acerca de nuestro estado de ánimo, hasta que desvela algo de verdad. Algo que, quizás, deberíamos haber sospechado desde un principio. Dos garou sin manada, una de ellas Fostern. Dos Cliath podrían haber estado sin manada desde su rito de iniciación, como hicimos Jane y yo, pero una Fostern... Claro, era algo evidente, aunque nadie estaba de humor para atender a los detalles, todos teníamos demasiadas cosas en la cabeza. Han perdido a su manada.

En combate.

Siento cómo se me revuelve el estómago al pensar en ello, en esa idea que me da vueltas en la cabeza, en las palabras de Adrien. Alguien podría morir en ese Concilio. Morir. Alguno de ellos.

No, eso no puede pasar, a ellos no, no por esa causa, es preferible...

El discurso de Alex continúa, pero se me antoja sólo eso, un discurso. Elevar las palabras que se espera que diga, en base a lo que se debe hacer, no la verdad de su corazón. Nada de lo que dice tiene que ver con lo que me encontré al llegar. Pero en cuanto termina es Amber quien toma la palabra, y como buena Galliard, vaya si la toma.

Con un klaive en las manos no podría causarme más dolor.

Pero, más aún que sus palabras, es el rencor que destilan, el fuego de sus ojos, lo que me destroza. Lo lleva dentro desde hace tiempo, como si algo se hubiera roto entre nosotros. "No tienen que ser tus amigos", me dijeron una vez, acerca de las responsabilidades del alfa, "no tenéis por qué llevaros bien". Puede que Jason tuviera razón en eso, también. Puede que creer que se puede tener todo sea otra cabezonería mía, de esas que aprendo a desechar sólo por las malas. Una manada no es una familia, ni un grupo de amigos. Una manada es una manada.

Y nosotros... puede que no lo seamos.

Amber me echa en cara el tiempo pasado con Eve, un puñal que me hace apretar la mandíbula con fuerza. Aún con los brazos cruzados, cierro los puños hasta que me duelen los nudillos, mientras relata cómo Riley amenazó a Alex, y le insultó tanto a él como a Jane. Cómo Amber tuvo que interponerse para evitar que llegase aún más lejos. La respuesta correcta, en mi opinión, lo que yo mismo hubiera hecho de estar presente. Lo que espero de cada uno de ellos.

No puede aclarar el asunto de la pelea con Will, al que lanzo una mirada señalando su libreta. Escribe, hermano, tengo que saber eso también.

Pero, acto seguido, desvela el verdadero problema. Sí, ahora todo encaja, es mi toque de atención a Jane lo que realmente la ha molestado, lo que la ha puesto así conmigo. Un toque del que en absoluto me arrepiento, por otra parte. Diferente es, que ella no pueda entender mis motivos.

Y mi culpa, no haberme explicado. Aunque, en realidad, para eso era esta reunión. En un principio, al menos.

Por supuesto, no hemos sido una manada. No hoy, desde hace mucho. Señala el rito fallido como inicio de nuestros problemas, pero no es cierto. Nunca hemos sido una manada. Hemos tenido nuestros momentos, hemos luchado juntos, hemos derrotado a nuestros enemigos, hemos cazado... Pero no hemos sido manada.

Y yo no he sido un alfa.

No uno de verdad.

Habla de ligar, incluyéndome, lo cual me sorprende. ¿Tan evidente es? ¿Realmente comprende, comprenden todos, lo que...? Aparte de Will, por supuesto. El comprende. No sabe, pero comprende.

Mirarnos el ombligo, ocultarnos información... Sí, en eso debe llevar razón. No somos una manada, y ahora no nos comportamos como una familia. Ni siquiera parecemos amigos ya.

Gracias, Amber...

Inspiro profundamente tras agradecer, abatido pero sincero, la franqueza de nuestra Galliard. Siempre es de agradecer que el ataque llegue de frente, y no como un puñal traicionero por la espalda. Y nunca dudaría de la honestidad de Amber, se que todo lo que dice le sale del corazón, con la mejor intención del mundo. Incluso cuando duele. Sobre todo cuando duele.

No somos una manada. -Sentencio, con gran dolor oprimiendo mi corazón, aún sin saber si me lo creo realmente o trato de engañarme para hacerlo más sencillo- Pero tampoco somos Colmillos Plateados. No nos hemos comportado como tales, al menos. -Ajusto mis brazos sobre el pecho, incómodo, haciendo que mi cabeza se hunda entre mis hombros, con la vista en el suelo- No hemos estado a la altura. Ninguno de nosotros. -Elevo la mirada de nuevo hacia Amber, con firmeza- Las veladas insinuaciones no ponen a nadie en su sitio. Las medias tintas son para otros, para gente sin honor, no para los líderes de la Nación. Hay dos formas de hacer las cosas: por las buenas, calmando la situación y dejando que el agua vuelva a su cauce; y por las malas, desafiando a quien toca los cojones y haciendo que se retire a donde le corresponde. Por eso llamé la atención a Jane. Por eso convoqué esta reunión... No me importa lo que haya hecho Riley, espero que seáis mejores, se supone que somos mejores. -Aparto mi rostro a un lado, a la mesa del fondo de la sala, cubierta de libros descatalogados y viejos. Pero no los veo a ellos, ni el mobiliario, ni la misma sala. Veo el rostro de un hombre ciego. Veo mi propia vergüenza. Veo la mirada desaprobatoria de quienes ne han precedido en la tribu- Se supone... que... deberíamos serlo. -Vuelvo a mirar en dirección a mis amigos, o más bien a la mesa donde reposan algunos de ellos- No hemos sido dignos de los valores que hacen grande a nuestra tribu, de la posición prevalente que los Colmillos Plateados asumen tener como líderes de la Nación. No lo hemos sido. Ninguno. Yo el primero, menos que nadie. Y... por eso... os pido perdón por mi comportamiento ahí fuera, con Adrien Ojos-de-plata. Os he... avergonzado. He humillado a la manada a la que represento. -Agacho la vista al suelo, lleno de vergüenza por mis actos, pero más allá por mi incapacidad para hacerles ver lo grandes que podrían ser.

Permanezco unos instantes en silencio, apretando mis labios con fuerza mientras me decido a decir lo que realmente siento.

Tengo algo de información acerca del asunto de Helen. -Miro a Will, forzando una triste sonrisa que se desvanece al instante- No es mucho... Pero es algo. Algo parecido a... un plan, una estrategia, algo. -Miro a los demás, entre el dolor y la vergüenza, sin detenerme apenas en ninguno de ellos, hasta quedarme mirando el suelo- Pero antes... tengo algo... que confesar. -Suspiro. Ni siquiera se si "confesar" es la palabra adecuada- Acompañar y proteger a esas dos parientes de nuestra tribu hasta el norte es una misión de honor hacia la Nación para esta manada. Sin embargo... acudir a ese concilio, cumplir con lo que ha solicitado Adrien... es algo personal. -Miro a Will- Will lo necesita, y yo iría con él de todos modos, pero... no puedo pediros lo mismo a los demás. -Y no voy a hacerlo. Todo lo contrario- Porque... también... es un asunto personal para... mí. -Me revuelvo, incómodo, encogiéndome de hombros y desviando mi rostro a un costado- Lo que... lo que sintieron Will y Helen al encontrarse... sea lo que sea... es lo mismo... creo... que hemos sentido Eve y yo. Que sentimos. -Vuelvo a inspirar profundamente, cerrando los ojos y llenando mis pulmones de un aire que me falta, como me faltan tantas y tantas cosas- Y... ya oísteis a Adrien, en ese concilio puede esperarnos la muerte. Nada os obliga a venir, no somos una manada ni nos debemos a un espíritu guía en común, el que prefiera regresar aquí será bien recibido por Ben e Isaac. Gaia y Selene saben que este túmulo necesita toda la ayuda posible. No os juzgaré por ello, todo lo contrario... casi... casi lo prefiero. -Digo con dureza, tanta como la tristeza que me fuerzo a reprimir, abriendo los ojos y agarrándome los brazos con fuerza- Lo último que querría es que ninguno sufriera daño por mi... -Culpa. Otra vez- ...causa.

Amber dice que no hemos sido una manada. Alex se pone críptico. Lo cierto es que ambos tienen bastante razón. No quiero añadir más leña al fuego hablando de mis propias tribulaciones, de cómo me destroza el alma la cercanía de Eve, o de mi última visión, en la que una Furia Negra se sacrificaba sonriendo. Miro muy agradecida a mis dos hermanos por no hacer mención al hecho de que haya salido escopetada y haya vuelto justo a tiempo para la refriega.

- Ha pasado que han entrado sin anunciarse, ergo sin respetar la Letanía, sin mostrar la más mínima pizca de respeto en nuestro territorio y poniéndose muy chulas - digo con calma -. Y no contenta con eso, pelolila ha decidido presionar a Alex hasta que han llegado a las manos en nuestro túmulo, en suelo sagrado. Te caerá bien, Ty, pero esa chica es la vergüenza de su Tribu y de todo lo que su Tribu es

Y la tregua que le he ofrecido es sólo por esta misión. Después le ajustaré las cuentas y me llevaré un mechón de pelo morado para ofrecérselo a las Musas, sólo por resarcir el honor de este túmulo.

- Que hayas intentado sacudir a Ojos-de-plata es lo de menos, Ty - le respondo -. Él también ha aparecido sin anunciarse y sin hacer nada más que decir medias verdades y tocar las narices - tampoco voy a entrar en lo muchísimo que me han dolido sus palabras. Soy plata. En eso soy plata - el problema es que no has estado cuando tenías que estar y te has callado cosas que nos tenías que decir, y me da igual lo de la información delicada en los delicados oídos de nadie. Entiendo que una Pariente como Eve turbe tu mente, pero eres el alfa, y se supone que tienes que dar ejemplo y liderar. Y esa es otra: en ningún caso una Pariente debe marcar el ritmo de una situación como esta, y menos una que haya vivido entre algodones toda la vida. Mañana cuando le duelan los pies, tendrá que seguir andando, por mucho que chasquee la lengua

Es una metáfora, pero se entiende. Hará lo que se le diga o dejará de contar con mi protección. No voy a arriesgar a mi gente a los caprichos de una princesita. De Helen, todavía, porque está con Will, pero de su pomposa majestad ni de puta coña. Luego, ante su "plan", llamémoslo plan, hago un esfuerzo por no poner los ojos en blanco. Bueno, es lo que toca.

- Por donde tu vayas y pases yo paso y por donde tu brinques también yo brincaré - recito con una sonrisa cansada -. Aunque si vas a conocer a tu Rey tendrás que aprender etiqueta, y eso será más difícil que hacer todo el camino al Norte esquivando Danzantes - luego sí que pongo los ojos en blanco, cuando habla de que suframos por su culpa y demás -. No nos traicionas cuando luchamos en un combate y nos hieren, Ty; nos traicionas cuando nos ocultas por qué estamos sangrando

Jane trata de explicar lo sucedido, expresándose de un modo que no me esperaba. La miro con el ceño fruncido, sin entender cómo puedo estar sintiendo en ella, precisamente en ella, el orgullo desmedido de nuestra tribu del que tantas veces hemos renegado. Y no porque no tenga su parte de razón, que la tiene, sino por la parte en que la razón está muy lejos de ella.

No es "nuestro" territorio, Jane... -Digo con calma, de forma ausente, pies no es ese detalle el que me preocupa, ni el que me parte el alma- No Lideramos este clan, sólo ayudamos a cuidarlo. No perdamos la perspectiva de cuál es nuestro lugar. -El último puesto de la escala- Benjamin e Isaac, es a ellos a quienes debían presentarse. ¿No entraron acompañadas de Isaac? Respetaron la Letanía, al menos eso sí. -Sólo es una puntualización, nada más que eso. Si se han puesto chulas con mi gente... yo tengo varios máster en chulería que impartirlas- Cómo me caiga o me deje de caer Riley es indiferente, Jane. Mi responsabilidad es para con vosotros, ¿o crees que yo no me habría interpuesto igual que Amber? ¿Qué crees que no habría hecho si esa Furia no se hubiera detenido cuando llegué pegando gritos?

Y Jane es, de todos, quien creía que ne conocía mejor...

Le quita importancia al incidente con Adrien, pero yo no puedo hacerlo. Es un Adren. No se presentó, esa es su culpa, pero yo no puedo desentenderme de la mía. Perdí los papeles, no me comporté como debía hacerlo.

Pero lo siguiente hace que libere del brazos de mi pecho, me aparte del mueble y la mire con expresión desconcertada. No puedo creer lo que oigo. Boquiabierto, siento un nudo en la garganta al no reconocer a la persona que tengo delante. Tenía que estar y no he estado, como si yo supiera que eso iba a pasar, como si tuviera que estar en todas partes a todas horas. Me he... ¿callado cosas? ¿En serio?

Todos nos guardamos cosas... -Todos. Incluso tú. No me pasa desapercibido el modo en que te marchaste cuando traté de calmarme al dirigirte a Eve, y esa reacción no tiene nada que ver con lo que me habéis contado hasta ahora. Hay algo más, algo que no quieres contar. Porque no quieras hacerlo delante de ellos, porque no quieras decírmelo a mí, o porque no quieras compartirlo con nadie- Y elegimos cuándo y con quién compartirlas, del modo que creemos más adecuado. -Hablo sin emoción alguna, consternado por lo que he tenido que oír- Lo mío con Eve es personal, privado, y no quería compartirlo con nadie más aparte de vosotros. Además... -Molesto, aparto la mirada con vergüenza y rabia- ...tenía que aclararme yo mismo, antes de decir nada. Estar convencido. He tratado de luchar contra ello... -Vuelvo a mirar a Jane, con ojos brillantes y los labios apretados en una mueca de indignación- El resto de lo que aún no os he contado, lo he averiguado justo antes de bajar ahora. No os he ocultado nada. -La referencia a Eve, esa despectiva forma de hablar de ella sin conocerla, habiendo visto de ella tan sólo la fachada que muestra a los desconocidos a los que no permite acercarse, me molesta. Pero lo entiendo, hasta cierto punto. A mí mismo me desconcierta la dualidad de esa chica- Yo me encargaré de la sobrina del rey. -Respondo de forma seca, dejando claro su estatus- Sabrá comportarse. Y yo seguiré tratando de estar a la altura, "dar ejemplo y liderar". -Sin éxito, seguramente- Y por lo que se del Rey Albretch, la etiqueta no será un problema en mi caso. -No tras saber cómo se comporta y expresa, incluso lo que piensa de determinados temas- ¿Lo será en el vuestro? ¿Lo será en el tuyo, Jane? ¿Le acusarás también de vender a sus parientes al peso?

Y a pesar de todo ello, me muestra su lealtad ofreciéndose con decisión a acompañarme a donde yo vaya. Una tormenta estalla en mi interior, una lucha, un torbellino que caldea mi pecho y enciende mus ojos impotentes al no saber ya ni lo que siento en realidad.

Nunca os he traicionado. Y nunca lo haría. -Me llevo las manos a la cabeza, cerrando los ojos con fuerza e introduciendo los dedos entre mi pelo. Si tuviera garras, me desgarraría la cabeza ahora mismo, sólo para que el dolor físico reemplazará al que llevo dentro- No quiero que sangréis... -Me doy la vuelta, dándole la espalda a ella y al resto, mirando hacia la ventana sin siquiera ver el exterior mientras mis manos descienden hasta unirse apoyadas en mi rostro, con los ojos cerrados- ...porque yo... ame... a alguien a quien, posiblemente... no pueda tener.

Y es que, aunque cada palabra que ha surgido de los labios de Eve me decía que era posible, sigo pensando que ella es quien es.

Y yo... no soy nadie.

Me quedo durante unos instantes perdido, viendo las palabras danzar en forma de colores delante de mis ojos, agacho la mirada hacia la libreta, pero lo único que veo son luces, joder, así no hay manera de escribir...voy a tener que volver a los tapones ahora, a estas alturas.

Apenas consigo enterarme de lo que dice Alex cuando se explica con Ty, y le miro extrañado, ¿por qué se anda con evasivas?, pues es lo que parece, como si temiese hacer daño con sus palabras, pero no es momento de andarse con remilgos y miramientos, debemos ser directos, si no podemos hacer frente a la verdad, caemos en la mentira, y una vez clava esta sus dientes en tu cuello y en tu lomo...ya puedes retorcerte, que no te suelta.

Alzo la vista y me encuentro con la mirada de Ty, y su breve gesto hacia la libreta, si, perdona, agarro el boli con fuerza y comienzo a escribir

Pero Amber no es así, y Jane tampoco, amores místicos, consigo escuchar entre tanta palabra escrita, y miro entonces a Amber, sin reproche en mi mirada, pero si algo dolido... la verdad es lo que necesitamos, los eslabones del Círculo deben estar ahora mas fuertes y apretados que nunca, le mentira solo nos hace débiles, y un Hijo de Halcón nunca es débil. A pesar de mi sentimiento, la comparación con los ángeles me arranca una melancólica sonrisa, y me obliga a volver la vista atrás, hacia la sala donde quedo Helen, siento entonces de nuevo ese tirón, casi como si me faltase el aire, y de nuevo llevo mi mano hacia detrás de la oreja.

Vuelvo de nuevo a la libreta al escuchar que Ty comienza a hablar otra vez, hasta que le escucho... información sobre Helen,y mi corazón queda en vilo un instante, me tiembla el boligrafo en las manos... hay que ir al norte, aclarar la situación...Ty y Eve sienten lo mismo... debo hacer algo, por nosotros, y por ellos...

Apenas termina de hablar Ty, Jane nos recuerda las obligaciones de un alfa, y aunque calla, creo que a todos nos sirve de recordatorio, cada uno tenemos nuestras obligaciones, es curioso que una luna llena tenga que recordarnos esto.

Termino de escribir, y deslizo la libreta sobre la mesa de modo que pueda alcanzarla Ty, leyendo lo que hay escrito: 

El incidente con Riley fue por mi culpa, cuando baje con Helen, Alex nos comentó que habían venido con una de sus primas, Eve, Helen dijo que no tenía ninguna prima llamada Eve, y me asusté, pensé que quien ataco a su familia, quien la buscaba para...*

...arrancarle la cara, le dijo, y decorar con ella su pared... dejo de escribir un instante y mis manos se crispan partiendo el boligrafo y machando mis manos de tinta. Abro las manos mirando mis palmas, joder.

Tardo unos segundos en retomar de nuevo la escritura, a pesar de que mi respiración continúa aún agitada.

...el dijo que le arrancaría su cara, que con ella adornaría su pared. Pensé que erran ellas, me asusté y actué sin pensar, cambié de forma, justo cuando Alex grito llamando a la manada, subí a Helen sobre mi lomo y corrí hacia la puerta tratando de ponerla a salvo, se que no es excusa, luego Riley me golpeo, y, creí que la perdía... no fui capaz de defenderla, nada pude hacer y si hubiesen sido ellos, ahora Helen estaría muerta.

Juro que encontraré al hijo de puta que hizo aquello, y clavaré mis dientes en sus garganta, hasta que dejé de moverse, aunque me cueste la vida, pero no le hará daño, a ella no.

Miro a Ty con determinación, se que cometí un error, y estoy dispuesto a asumirlo. Para después mirar a todos, como Jane a dicho, se que todos vendrán, a pesar de las palabras de Amber, somos una manada, eso no lo cambia nada.

- Somos parte del Clan, Ty. Así que es nuestro territorio - digo -. Mostrar respeto a Isaac y Ben no las exime de mostrárnoslo a nosotros - es típico de una Tribu como las Furias, que se creen en posesión de la verdad, sentirse por encima del bien y del mal y hacer lo mínimo para no violar la Letanía. Pero no es suficiente -. Si quieres saber cómo es alguien no te fijes en cómo trata a sus superiores, sino en cómo mira a sus inferiores

Me recuesto. No puedo estar más de acuerdo con lo que ha dicho Amber. No hemos sido una manada en todo el puto día. Mal Tótem el que nos quiera, la verdad.

- Todos nos guardamos cosas, si - asiento -. Y en cuanto tenga un poco más claro qué me ha ocurrido y por qué he tenido tres visiones estando despierta en un solo día os lo contaré - afirmo, categórica, intentando hacerle entender que lo que me pasa es grave, pero no crucial -. Pero entiende que no es lo mismo eso a una información que puede comprometernos a todos

No es lo mismo cómo me sienta a cómo se sienta Ty respecto a Eve. Yo soy y siempre seré un residuo, un arma mal concebida para una guerra en la que me metieron sin preguntar. Eve es el éxito o el fracaso de la misión, y cualquier cosa que pase a su alrededor es inteligencia militar, joder. Cuando me pregunta sobre etiqueta, me encojo de hombros.

- No le debo nada al Rey de Wyrmfoe - digo -. Le mostraré el debido respeto, pero no mi pleitesía - en cuanto a lo de vender a Eve al peso... -. No lo hará con su sobrina, seguramente, espero. Pero es un Rey, Ty, un alfa de alfas, como tú, pero con otros cincuenta Garou más, todos ellos con sus intereses, sus secretos, sus intenciones ocultas y sus manadas leales. Está rodeado de enemigos a los que tiene que gobernar. En esa situación, todo es ajedrez y matemáticas, no hay sitio para nada más; el cariño es una debilidad, y los lobos atacamos al débil

No es que me guste. No es que lo apruebe. Cada noche veo las consecuencias de esa naturaleza despiadada. Pero es lo que hay, y no pienso decorarlo. Son mis hermanos y los paños calientes no les salvarán; sólo saber a qué se enfrentan.

Will escribe palabras muy preocupantes en su libreta. Arqueo una ceja. Gaia...¿Y si Eve...? No. No puede ser. Lo sabríamos a estas alturas. Pero...¿Y si si? Otro motivo más para no quitarle ojo. Vaya. Eso pasó cuando yo ya me había marchado a estar a solas. Antes de que la llamada de Alex me hiciera volver. Ahora ya sé por qué todo escaló tan rápido.

- Estaba justificado - digo -, Will hizo lo que cualquiera que conozca la Rabia habría hecho

Y seguramente, nuestro vidente ya se sienta bastante culpable por haber perdido los nervios. Una regañina sólo le haría sentirse más desgraciado.

Un bufido se escapa por mis fosas nasales. Lucho por no reír con ironía, pues oigo sin ver a Jane a mi espalda ignorar o no comprender mis palabras. Espero que sea alguien más autorizado que yo, Alex quizás, quien, ahora o en el futuro, le muestre su error. La Letanía exige presentarse y pedir permiso para entrar. Ellas ya estaban dentro cuando llegamos, y es de suponer que si estaban con Isaac en tan buenos términos es porque hicieron las cosas bien. El respeto no tiene nada que ver con eso, es mezclar cosas. Que hayan sido irrespetuosas es otro tema, uno que habrá que cortar en el futuro. Uno que quizás exija de sacrificio... y desafío.

Si nuestra mejor guerrera sufre visiones estando despierta, nos compromete a todos. -Sentencio sin girarme, de forma seca, concediéndole la importancia que tiene en nuestra línea de batalla. Ella lucha incluso mejor que yo, es un hecho, no me avergüenza admitirlo. Si combatiéramos, y yo ganara, sería por simple fuerza bruta o fortuna.

Cuando habla del rey, siento un ácido regusto en la garganta, por el cinismo que siempre muestra en estos temas. Pero ¿para qué decir nada? Ya ha dejado claro lo que piensa de mí, no soy quien pueda hacerle cambiar su opinión sobre nuestros líderes, si es que ese alguien existe.

De repente, dice algo que no comprendo, que no me encaja. Me giro y veo cómo está leyendo la libreta de Will, justificando sus acciones. Me acerco y leo también, comprendiendo inmediatamente lo sucedido.

Alex... -Nombro a nuestro Philodox sin levantar la vista del papel- Eres un bocazas. -Le digo sin inmutarme, sin rencor ni mayor reproche. No es que él pudiera saber lo que podía suceder. Ni siquiera yo sabía que Helen no conocía la existencia de Eve, tan sólo que no se conocían en persona. Con lo que él sabía, tan sólo fue un simple desliz. Pero mis manos aprietan la libreta con fuerza cuando continúo con la narración, analizando de pronto la situación que encontré al llegar, hacia donde se movía cada contendiente. Un error. Pero también la culpa que subyace tras el texto, la elección de las palabras, el sentimiento que se esconde tras ellas. Dejo la libreta de nuevo en la mesa, frente a Will, dejando una mano sobre ella con la punta de las yemas apoyada sobre el papel- La próxima vez, corre hacia nosotros, no hacia el enemigo. -Digo con seriedad, fijando mis ojos en los de nuestro Theurge. Tan sólo un consejo estratégico. Saco un paquete de pañuelos de papel del bolsillo trasero de mi pantalón, y lo dejo caer sobre la libreta, frente a sus manos manchadas de tinta- Estará a salvo en el norte. Hasta entonces, si alguien intenta algo... Se llevará la paliza de su vida, será desollado vivo, rotos todos los huesos de su cuerpo y, cuando le falte poco para el suspiro final, serás tú quien arranque su cara de su cuerpo. -Me llevo la mano a los labios, besando mi puño cerrado a modo de promesa, aguantando la mirada de Will, con quien ahora siento que tengo tanto en común, mientras espero por si alguien más tiene algo más que añadir.

Las palabras... No, los gestos de Tyler evidencian que esta reunión no va bien... "¿O si?" Uno a uno, mis hermanos de manada van vomitando su bilis, su miedo, su resentimiento, su frustración.

Sacan todos de dentro, de muy dentro de si mismos, dejándolo todo sobre los hombros de Tyler... El alfa que se cree indigno de ser el alfa de esta Manada sin tótem, de esta Manada de retales, de retazos. Una oleada de furia enciende mi pecho y hace que mis musculos se tensen y mis manos se tornen puños.

Me obligo a respirar con normalidad. Me fuerzo a mi mismo a relajarme. Es mi obligación. Debo escuchar a todas las partes, atender a lo que dicen y a lo que callan, estudiar sus palabras, sus gestos, sus gritos y sus silencios.

Y, llegado el momento, hablar. 

Emitir un juicio, un veredicto.

"Culpable... Culpable de orgullo... Culpable de miedo.... Culpable de ira... Culpable de intransigencia... Culpable de amar... Culpable de ser culpable."

A su modo, las palabras de William, en boca de Tyler adquieren un eco especial, una resonancia de plata pura... Que, al tacharme de bocazas, señala el momento en que debo intervenir de nuevo.

- Damas y caballeros del jurado...- Tomo un sorbo de café caliente, chasqueando la lengua, disgustado por la calidad del producto.-...este café apesta. Dejó el vaso, todavía humeante sobre uno de los pañuelos de papel que Tyler le ha acercado a Will, para evitar dejar un cerco sobre la superficie de la mesa.

- Con un par de cervezas en el cuerpo me sentido mejor, Jefe.- Suelto el comentario casi sin pensar y, apenas abandona mis labios, me arrepiento de haberlo pronunciado en voz alta. "En fin... Ya no hay remedio..."

- Vale... Creo que queda claro que hoy no tendríamos que habernos levantado de la cama, en vista de lo que la

hemos estado cagando a lo largo y ancho de toda la mañana.- Suspiro, pausa dramática, inspiración, expiración y vuelta a la carga.- Pensaba que estaba... Que formaba parte de una Manada de renovadores, de Colmillos P,atea dos que habían comprendido que algunas de os mas rancias tradiciones y maneras de nuestra Tribu no sólo estaba "pasadas de moda" si no que, directamente nos alejaban de los demás Garou y de todas las demás  criaturas de Gaia.

Bajo de la silla. Si midiese dos metros, el resto hubiese quedado impresionante, pero ser bajito tiene sus ventajas.

- Había olvidado que lo primero y principal que tienen que renovar los Colmillos Plateados, lo primero que tenemos que cambiar es nuestra propia forma de pensar, nuestro propio interior.- Cierro los ojos, porque no quiero culpar a nadie.- Porque si no lo hacemos así, el cambio no perdurará y saltará hacia los conocidos caminos de la intolerancia y la intransigencia.

- Soy un bocazas. Lo admito y lo reconozco con vergüenza, porque de haber mantenido el tipo, quizás no estaríamos teniendo es charla... Lo cual me lleva a pensar que tampoco ha sido tan grave.- Sonrio duramente y reprimió un carcajada sarcástica. "No te engañes, chato. Esta reunión debía celebrarse."- Divago...

- Eve y Helen son primas. La familia Rothchild y la familiar Harcourt llevan tiempo formando parte de nuestra Parentela, aunque la primera lleva bastante mas tiempo siendo, junto a la ffamilia Albretch, en ser de los mas antiguos linajes que se han unido a nosotros, los Garou.- Les doy tiempo para que se hagan a la idea de quienesnos esperan al NNorte, la importancia de las dos primas y lo realmente peligroso que es meterse en este rollo.- Por alguna razón, que no alcanzo a comprender, los varones Garou sienten una incuestionable atracción hacia estas familias y, parece ser, enervan y molestan a las chicas lobo...

Antes de que se me tiren al cuello, alzo las manos, para apaciguarlos un poco.

- No creo que ninguno podamos negar las emociones, los sentimientos y todas esas cosas que se han revolucionado en cuanto han aparecido en nuestras vidas. Pensado bien...

"A salvo, de momento."

- Conste que no insinuo que lo que sentís vosotros dos no sea real. Simplemente digo que me parece que tantos años de... Uniones entre esas familias de Parientes y nuestras propias familias y Casas han dado como fruto a dos preciosas mujeres muy sintonizadas con nuestro identidad espiritual.- Tengo que parar. No puedo seguir tratándolas como si fuesen el resultado de una cuidadosa selección y crianza... Que es, precisamente, lo que parecen ser. "Mierda"- Por si eso fuera poco, el difunto padre de Helen dirigía la peor pesadilla de empresas como Monsanto, trabajando para crear cultivos biosaludables, programas de investigación la recuperar técnicas de consumo sostenible, medicina natural... En fin... El tipo de persona y de negocio que el Wyrm y sus esbirros se esfuerzan en destruir o... En corromper.

Ahora si que me giro para mirarles a todos. "Golpea el hierro mientras aun esta caliente. Calienta el hierro frío a golpes."

- El Concilio donde debemos llevar a Helen se celebrara en tres días, en la zona del Parque Nacional de Yellowstone. Aletheia y Riley tienen un compromiso similar con Eve, hasta donde yo he entendido. La prudencia sugiere unir fuerzas con ellas... Siempre y cuando respondamos a la siguiente pregunta : ¿Que queremos?

- Ha quedado claro que todos estábamos fuera de nosotros mismos. Todos. Los aquí presentes, las Furias y me atreveria a sugerir que nuestros mayores también.- Lo que acabo de decir es una barbaridad, pero un barbaridad factible.- Lo que significa, en mi opinión, que podemos asumir nuestras culpas, y dejar las cosas como están. No creo que Riley se disculpe por algo por lo que yo creo que no tiene motivos para disculparse, ni pienso permitir que exija una disculpa por algo por lo que no tenemos culpa. Noblessa Obligue y Status  Quo.

"A la mierda mi argumentación."

-  Helen posee un colgante. Una especie de reliquia familiar que puede ser un fwtiche menor

- Helen posee un colgante; una especie de reliquia familiar que puede ser un fetiche menor y, ahora que lo pienso, el objeto responsable de las pasiones que todos estábamos sintiendo hace un rato.- Para mi propio asombro, esa posibilidad gana peso por segundos.- Desconozco si Eve lleva encima algo similar.

Barrunto un poco el asunto, antes de concluir.

- Adrien ha comentado que en Concilio podremos hallar o encontrar un fetiche que necesita; una especie de orbe que puede contener sus recuerdos o la forma de recuperarlos.

Suspiro con fuerza.  Me notó agotado. Tanto que no dudo en terminar con el café templado que reposaba sobre la mesa.

- En fin... Solo quedan un par de cosas mas.... William, Aletheia esta física y mentalmente herida. Si pudieras acercarte, cuando concluyamos el tema, y echarle un vistazo, te quedaría agradecido.- Le guiño un ojo, sin saber muy bien como estará encajando todo lo que acabo de soltar.- Tyler... Gracias por preguntar. Dudo que ninguno de nosotros se niegue a acompañarte al Norte. Hay demasiadas cosas en juego y demasiadas preguntas sin respuesta. Pero quiero que te quede clara una cosa. Eres un buen tipo y un mejor alfa. Asumelo y aceptarlo de una puta vez, con todas sus putas consecuencias.

Levanto el pulgar, extiendo el índice y le disparo. A continuación soplo la punta de mi dedos y hago un molinilll imaginario para enfundar mi imaginario pistolon.

Hecho eso, anadeo por la sala hasta llegar cerca de las dos chicas. Amber y Jane. Cara y cruz de una misma moneda, unidas ahora por quilos y quilos de resentimientos y frustraciones.

- Parte de lo que ha pasado es culpa mía. Por ello, presento mis mas humildes disculpas y os ruego que las aceptéis.- Vacilo un momento, no sabiendo hasta que punto puedo tensar mas la cuerda.- Y, en el colmo de mi impertinencia, me gustaría pediros dos favores, uno a cada una. Amber, habla con Sol-de-la-mañana. Sus amigos han caído y creo que contar su historia puede hacerle mucho bien. Jane, un cursillo rápido de defensa personal no ,es haría ningún mal a Helen y a Eve.

Agachó la cabeza frente a ellas, antes de volver a mi sitio para dirigirme a todos ellos a la vez

- Os lo pido como favor personal, como penitencia o como castigo... Como lo que queráis, pero siaceptais, creo que servirá como bálsamo para curar algunas de las heridas que tenenemos infectadas, abiertas y supurando.- Me muerdo el labio y sorbo por la nariz, tratando de evitar emocionarme y echarme a llorar.- Pero todo esto será tan pronto como hallamos terminado de tratar los temas que nos ocupan.

- Tyler, tienes la palabra.

En cuanto termino mi promesa, las palabras menos vacías e inútiles que he pronunciado en esta reunión, aquellas de las que sí puedo sentirme orgulloso y yo mismo, pues nacen de esa parte de mi alma que alimenta la luna llena de mi nacimiento, Alex toma la palabra. Por alusiones, supongo. Su peculiar sentido del humor puede ayudar a rebajar un poco la tensión, aunque no alivie mi alma. La mía no.

Frunzo el ceño cuando nombra esas cervezas, recordando el lamentable estado en que amaneció William esta mañana, hace ya una eternidad. Más aún cuando comienza a divagar acerca de la renovación de la tribu, de nuestras costumbres y forma de pensar, sin que me quede claro a qué se refiere, o a donde pretende llegar. Si es que quiere llegar a alguna parte, cosa que no hace, ya que cambia de tema de nuevo y empieza a exponer hechos más concretos acerca de Helen y Eve, tras admitir el fallo de su lengua desatada.

La importancia del linaje de las dos mujeres era algo evidente, aunque oírlo de forma concreta y con datos ayuda a hacerse idea de la situación. Apretar la mandíbula mientras me aparto, impotente, al oírlo, no ayuda en absoluto, pero es inevitable, como masajear mis manos entre sí, observando mis dedos, recordando la eléctrica sensación que los recorrió cuando tomé la mano de Eve por primera vez. Pese a que mi rabia se enerve, no puedo sino dar en parte la razón a Alex, ambas chicas despiertan algo, tienen algo especial, y es lógico que afecten a los garou que estén en su presencia. Incluso la posibilidad de que ese fetiche tenga algo que ver parece relativamente factible. Mas no lo explica todo, realmente. Porque si fuera así de sencillo, yo habría sentido por Helen lo mismo que Will al tenerla entre mis brazos, lo mismo que sentí al tocar a Eve. Pero eso... esa sensación... se ha dado sólo en uno de nosotros con cada una de ellas. Y aún por encima de eso, eso sólo explicaría lo que yo siento, aquello contra lo que he tratado de luchar. No explica que ese sentimiento, ese torrente de sensaciones, sea mutuo.

Will... -Digo con aire pensativo, pero también cansado- Cuando te sea posible, trata de averiguar la naturaleza de ese fetiche. -Quizás haya que esperar a que recupere el libre uso de su voz, no es algo urgente en realidad- Yo comprobaré si Eve tiene otro, de ese modo descartamos opciones. -Descartar, pues tengo pleno convencimiento de que no puede tratarse de eso. La mera idea de que todo esto sea simplemente el efecto del poder de un fetiche sobre nosotros, que se trate de algo tan "artificial", me repugna.

Camino varios pasos hasta la mesa del fondo, mientras Alex habla acerca de Aletheia y Riley, y sobre ese concilio. Cojo una silla por el respaldo y la levanto sin esfuerzo, cargándola a mi espalda. Regreso junto a los demás cuando Alex está pidiendo a las chicas favores con mayor o menor tino. Que Amber hable con Riley me parece una buena... y arriesgada idea. Hay demasiada tensión, pero ambas son Galliard, y más parecidas de lo que ninguna querría admitir. Si tan sólo llegaran a conectar mínimamente...

Diferente es lo de las clases de "defensa personal". Ni Helen ni Eve se enfrentan a un peligro del que puedan protegerse con unas lecciones de autodefensa. Les persigue gente que es rival para un garou, lo que deben hacer, llegado el caso, es correr y esconderse. Sin embargo, no digo nada al respecto, pues tengo la impresión de que se trata tan sólo de una excusa. Una forma de propiciar un acercamiento... Y eso sí es una buena idea. Si no me sintiera tan mal, la idea de que Eve y Jane se llevaran bien me arrancaría una sonrisa de sincera felicidad.

Porque, a pesar de lo que Jane piense de mí, la sigo queriendo.

Helen y Eve no van al Concilio. -Corrijo a Alex, dejando la silla sonoramente ante mí, mirándome con el respaldo de espaldas a la mesa- Las llevamos al norte, con su familia. Y cuando estén a salvo bajo la protección del rey y hayamos resuelto algunos asuntos allí, solicitaremos un puente lunar hasta Yellostone. -Tomo asiento, apoyando los brazos sobre el respaldo con la vista pérdida en la mesa- De modo que olvidad el coche, la moto, y todo lo que Will no pueda dedicarnos...

Que, por cierto, si las clases de geografía no me fallan, ese lugar está como a más de medio país de distancia. A tomar por culo, vamos. O nos abren ese puente o no llegamos a tiempo ni de coña.

Bueno... esto es lo que se sobre el tema. -Miro principalmente a Will, aunque la información sea para todos- Según Eve, hay diferentes tipos de acuerdos entre la parentela de la tribu y la misma tribu. Los datos concretos del dichoso acuerdo que nos preocupa siguen siendo un misterio, pero se trata sin duda de un pacto nupcial, es decir que está basado en ese matrimonio... -Una mala noticia, porque significa que esa boda no era un efecto residual, colateral al verdadero pacto, sino el pacto en sí. De hecho, parece que ese colgante sí podría ser algo colateral al acuerdo- Lo bueno, entre comillas, es que es un pacto familiar. Sólo incumbe a las dos familias, los Batell y la familia de Helen. -Y no a toda la puta tribu, lo que sí sería un problema de proporciones muy chungas. Esto es chungo, pero a una escala algo menor- Pero tienes una ventaja, Will. -Trato de animarle- No eres un cualquiera que Helen se haya encontrado. Ni siquiera un pariente. Eres un garou, y por encima de eso, un Colmillo Plateado. -Mi gesto se vuelve serio y orgulloso- Así que, por lo menos, a los Batell les va a costar un poco desacreditarte como pareja digna de ella... -Al menos, es una pequeña ventaja- Aunque... No conocer tu árbol genealógico garou va a ser un problema. Se valora mucho. Así que hay dos opciones para ti. -Al menos para ti. Una de ellas no es posible en mi caso- La madre de Eve forma parte de la... Sociedad... -Me detengo un instante, rebuscando en mi memoria las palabras exactas- Sociedad genealógica árbol de plata... creo. Se dedican a guardar registro de nacimientos, defunciones, matrimonios... todas esas cosas, dentro de la tribu. Con lo que sepas de tu familia, quizás podría ayudarte a saber más sobre tu árbol genealógico, de donde vienes dentro de la tribu. -Si eso fuera posible... si Will pudiera solucionar su problema directamente en el norte, sin tener que exponerse a poner su vida en peligro en ese concilio... ¿Podría yo...?- De lo contrario, habrá que conseguir esa mierda que ha pedido Adrien. Por cierto, ¿os ha contado algo acerca de cómo conseguir ese orbe? -No me detengo en los detalles aún. Me queda algo más que decir al respecto- Cuando lleguemos al norte, Eve va a tratar de lograrnos una audiencia con el rey Jonas Albretch. No se si a todos, o sólo a Will y a mí. Confío en que logremos convencerle para que, al menos, medie con los Batell y nos permita ganar tiempo. -Eso como mínimo, aún a riesgo de pecar de optimista. Se que Jane no estará de acuerdo con ello, pero yo sí confío. Confío en la opinión que Ben tiene de ese hombre, confío en las esperanzadas palabras de Eve, confío en que quede algo de aquello que hizo grande a nuestra tribu en alguno de nuestros líderes, y que ese sea Jonas Albretch- Por lo que Eve me ha contado de él, debe ser alguien muy particular, que creo simpatizará con nuestra causa. -Y sí, será difícil. Por muy honorable y buena persona que pueda ser, Jane lleva razón en algo. Ostenta un cargo muy exigente y peligroso. Por eso precisamente debemos movernos con cuidado y calcular, una vez allí, nuestras opciones. Seguimos necesitando contar con algo que ofrecer...

Parece que Ty ha leído mis pensamientos cuando me promete que seré yo quien arranque la vida del bastardo. Y durante un instante, me regodeo en ese pensamiento, el momento en que por fin, seremos realmente libres.

Comienzo a escuchar a Alex, algo distraído, aún con las palabras de Ty en la cabeza, soy un autentico imbécil. Y aunque pienso disculpar a Alex, cuando Ty le llama bocazas, no lo hago, cada uno tenemos que afrontar nuestra parte de culpa, yo deberé disculparme mas tarde con Riley, aunque esta desdeñe mi disculpa, tengo que hacer lo que debo hacer.

Hasta que empieza a hablar de Helen, de su familia, de Eve... y habla en unos términos que me molestan bastante, me levanto de la silla como impulsado por un resorte, ten cuidado con lo que dices, Philodox, pienso escupiendo casi su Auspicio, sin dejar de mirar a mi hermano, que en ese momento, con mi juicio nublado, ha dejado de serlo. Como te atreves siquiera a insinuar... que si hubiese sido cualquier otro y no yo quien hubiese llegado allí... mis puños se aprietan hasta llegar a emitir un suave chasquido.

Una fugaz mirada a Ty es la que consigue contenerme, vuelvo a sentarme, enfadado, y no me molesto en ocultarlo. La camaradería que sentí hace un rato con Alex, ha desaparecido.

El fetiche, si tendría que examinarlo, ver que hace, pero ahora... es algo que no me preocupa ahora mismo, solo pienso en Helen, si el fetiche es valioso para alguien, que se lo quede, ella y yo nos tenemos el uno al otro. Marion le dijo que lo llevase al norte, eso haremos, que lo guarden allí, y ella y yo ya no tendremos que preocuparnos.

Sumido en mis pensamientos la voz de Alex vuelve a alcanzarme, esta vez, con una petición, Paso-gris, Ben podría ayudarla mejor que yo, es mas Sabio, tiene mas Rango que yo, pero no puedo negarme a las obligaciones de mi Auspicio, sonrío algo cansado, Jane ya nos recordó que todos tenemos obligaciones. Asiento con la cabeza.

Alzo la vista al escuchar mi nombre de boca de Ty, ya mas sosegado, y con cierto reflejo de tristeza en el rostro, que se ha ido acentuando, según han estado calando algunas palabras en mi espíritu. Si, el fetiche, lo haré, miro la libreta, pero no es necesario escribir ahora nada, un sutil movimiento de cabeza, indica que lo haré, en cuanto pueda, pero nada tiene que ver el fetiche con esto, nada...

Veo como camina en busca de una silla, mientras continua explicando... Helen y Eve al Norte, si eso crei que estaba claro, el Concilio solo a nosotros atañe, ellas no son Garou. Gaia, espero que pueda solucionarse todo en el Norte, sino... qué nos queda, por qué luchamos entonces.

El Puente Lunar, si igual debo dedicar algunas cosas antes, agarro la libreta, garabateando rápido: si alguno necesita que le dedique algo, será buena idea que me lo diga cuanto antes.

Tras dejar la libreta a la vista de todos, vuelvo a centrarme en Ty, y abro la boca intentando tomar mas aire al escuchar hablar de los malditos acuerdos, los Batell... busco en mi memoria, pero jamás escuché ese nombre, el peso de mi linaje, se me antoja una losa difícil de mover, ¡Ojos-de-plata!, me vuelvo hacia el salón, el sabe, lo insinuó... llevo mis manos a la cabeza pensativo, apoyando los codos sobre la mesa, ¿quien soy?... y una tímida respuesta trata de alcanzar la superficie, Will, solo eso, hasta que la verdadera respuesta llega con la fuerza del Halcón, NO, soy Voz-de-la-Umbra, Cliath, Theurge del Círculo de Plata, de los Colmillos Plateados, ese soy yo. Apoyo los brazos sobre la mesa y la determinación puede leerse en mis ojos. Los Batell van a ahogarse tratando de engullir una "presa", y descubrirán demasiado tarde, que la presa son ellos. Escucho las siguientes palabras de Ty, confiado, no necesito saber de donde vengo, solo adonde me llevaran mis pasos. Muevo los hombros, como si en cierto modo me hubiese liberado de una carga.

Pero si me vendrá bien saber quien me trajo hasta aquí, toda ayuda será bien recibida, y si la familia de Eve puede ayudarme, sería de necios desdeñarla.

Sonrío confiado, Si, me escuchará el rey, y sabrá que hay verdad en mis palabras.

Me siento mejor después de haber soltado todo lo que estaba guardándome desde hace tanto rato. Nunca he sido buena para guardarme las cosas o quedarme callada y hoy lo he hecho demasiado. - Deberías estar orgullosa de mí, mamá. - Le dedico un pensamiento lleno de sarcasmo a esa voz interior que me recrimina cuando hago cosas que sé que a mi madre no le gustarían. 

Ver lo que mis palabras han provocado en Tyler, sin embargo, hace que me sienta peor. La verdad es que preferiría que me gritase, que llegásemos a las manos, incluso, si fuese necesario. Cualquier cosa antes que sentir su tristeza y su vergüenza. Su voz, repitiendo lo que he dicho yo misma -No somos una manada-, me revuelve el estómago y provoca una punzada en mi pecho. Bajo los ojos, conteniendo el aliento, todavía con los brazos cruzados. Niego levemente ante su disculpa por lo del ciego, que considero innecesaria. 

Continúo con la mirada baja, escuchando ese intento de plan, sin terminar de entender la relación entre algunas cosas y otras, y levanto la mirada cuando habla Jane. La escucho en silencio, con un batiburrillo de emociones revolviéndose en mi interior y cuando termina con esa cita de una canción de Disney, no lo puedo evitar y una sonrisa asoma a mis labios. La miro con ternura. ¿Quién más sería capaz de citar a Disney en una reunión seria? Es tan única y especial que siento cómo se me erizan todos los poros de los brazos. Todos lo son, a su manera. 

- Matar por ellos es sencillo pero... ¿Morirías por ellos? - Ni siquiera sé de dónde me viene ese pensamiento, pero tengo la respuesta tan clara, latiendo en cada gota de sangre que circula por mis venas, que tengo que tomar aire despacio para no gritarla. 

Las palabras de Tyler me apartan de esas ideas, aunque niego de nuevo con la cabeza ante algunas de ellas. No puedo estar de acuerdo. Puede ser cierto que se me hincha rápidamente la vena si alguien se mete con los míos, quizá demasiado, pero en cuanto a guardar información... No. Ahí no se me puede incluir porque para empezar, debo ser la única que no sabe nada y por lo tanto, nada puede guardarse. 

- No. No todos nos guardamos cosas -musito en voz baja, tanto que ni siquiera creo que me hayan oído-.

No alzo la voz, ni lo repito, pues ni siquiera es realmente relevante. En cambio, mi mirada se dirige hacia Jane cuando habla de sus visiones y frunzo el ceño. Eso sí que puede serlo. Y me preocupa. Arrugo la nariz, molesta de una forma inconsciente con esos espíritus que no dejan a nuestra jovencita en paz. 

Y luego llega el discurso de Alex y lo escucho con atención pues dudo que nunca haya dicho nada irrelevante. Me cuesta seguir todos sus giros y vueltas. Algunas cosas me llegan, otras me hacen fruncir el ceño. Sin embargo, es su petición la que me hace abrir los ojos con sorpresa. A punto estoy de negarme directamente y ya estoy abriendo la boca para ello. Pero el respeto que siento hacia nuestro pequeño gran hombre me hace, como mínimo, pensármelo y la cierro de nuevo. 

Tomo aire despacio, antes de mirar a los ojos a Alex y responder con una leve protesta en inicio. - Ella es casi una Fostern, no creo que necesite ayuda de una Cliath para cantar sus batallas. - Hago una pequeña pausa y bajo la mirada antes de capitular. - Si crees que es lo que debo hacer, hablaré con ella. Pero cuando me sienta preparada para hacerlo sin arrancarle la cabeza. 

Me giro entonces hacia Tyler para dirigirme a él, con un tono mucho más suave que el de hace unos minutos. - Yo voy. Sois mis hermanos y eso no va a cambiar tan fácilmente. Pero sí que quiero pediros... -Muevo los ojos incluyendo a los demás en esto. - a todos que nos dejemos de secretos y de tonterías. Estamos juntos en esto y en lo que tenga que venir, pero para que eso funcione, tenemos que estar juntos de verdad. Si queréis iros a retozar con los ángeles, que no sea cuando los demás os estamos esperando sentados en la mesa, o cuando tengamos asuntos de manada que solucionar. - Termino, mirando especialmente a Tyler. 

Me siento aliviada al ver que por fin, después de tantas horas de incertidumbre, secretos, silencio y recriminaciones, estamos hablando con normalidad, haciendo planes y organizando lo que viene. Será difícil. Será duro. Pero yo sé que si estamos juntos podemos enfrentarnos a cualquier cosa. Si estamos juntos. 

Entonces me giro hacia Alex. - A mí Helen y Eve no me enervan ni molestan en absoluto. De hecho, yo le daba a cualquiera de ellas. O a las dos a la vez. - Confieso con naturalidad. Me permito el lujo de esbozar una pequeña sonrisa antes de señalar con la cabeza hacia los dos Romeos de la sala. - Si no estuvieran ya pilladas, claro. Así que no creo que vayan por ahí los tiros. - ¿De verdad te cuesta tanto entender que lo que me hace hervir la sangre es que hayan intentado atacarte a ti, pequeño?

Miro a Will y Tyler. - Hay algo que no entiendo. ¿Qué coño tiene que ver el viaje al Protectorado del Norte con el orbe del ciego? ¿Por qué necesitamos el orbe? ¿Sólo para que Ojos-de-Plata nos aclare sobre vuestros linajes? - Después niego. - No nos ha dicho nada sobre cómo conseguirlo. Tan sólo ha dicho que él no puede acercarse personalmente a buscarlo porque siempre que lo intenta cae desmayado. - Hago una mueca con la boca. - No entiendo cómo espera entonces que se lo demos sin desmayarse, pero eso es su problema, supongo. 

Finalmente busco a Jane y mi ceño se frunce un poco. - Tus visiones podrían ser algo importante, Jane. Deberíamos tratar de averiguar más sobre ellas. ¿Cómo podemos ayudarte?

Si nuestra mejor guerrera sufre visiones estando despierta, nos compromete a todos. 

Cierro los puños y me tenso un poco. Golpe bajo, Tyler Jackson, aunque con toda la razón del mundo. Seguramente no me lo diría si supiera lo que me pasa por la cabeza desde que he visto a Eve, pero no puede saberlo. No es momento de autocompasión, ni de nada que no sea lo mejor de mí. Llevas un mal día, Kaku-dai, arreglalo. No contesto, sólo bajo la mirada. No quiero parecer dolida ni vencida, simplemente, que quede claro que acepto la réplica, aunque mi instintiva tensión hace que me brillen un poco los ojos. Ahora no, superestrella.

Lex hace un resumen bastante bueno de la sitación. Aún con la cabeza baja y las manos juntas sobre las piernas, sentada como una buena chica, contesto rápidamente:

- A juzgar por lo que he visto hoy, el efecto de los Parientes desencadena una reacción hormonal, quizá espiritual, o relacionada con la Rabia...puede... - puede que eso haya desencadenado mis visiones. Al fin y al cabo, estoy en presencia del legado vivo de la historia de mi Tribu, y a mi cabecita le encanta hacerme exámenes alucinógenos de historia.

Luego comenta un par de cosas más. Paso-gris parece que está bien jodida. Vaya, eso podría disculpar lo gilipollas que estaba Riley, si es que lo sabía. Y lo del fetiche. Rastrear poder espiritual es una buena forma de localizar gente. Para bien o para mal. Si el Enemigo conoce el colgante (cosa improbable, pero posible) podrían dar con nosotros gracias a él. Finalmente me pide que imparta algo de defensa personal a Ashley y Ashley. Sonrío cansada.

- Mira, Lex, me has alegrado la noche con esa idea - digo con una alegría bastante gris

Veo a Will muy pensativo. Seguramente no le gustará que estemos tratando a Helen como un objetivo militar. Lo entiendo, de verdad, pero es lo que hay. Ya tendré tiempo de disculparme con la feliz pareja cuando estén a salvo. De momento, mi regalo de bienvenida es llevarla viva y tan entera como pueda al Norte, y allí asegurarme de que no la ponen a cuatro patas para criar como una yegua. Aparecen mentados ciertos acuerdos previos. No entiendo mucho de eso, pero me parecen descartables. Si Albretch quiere a Eve, tendrá que pagarla con Helen. Pensar así me horroriza, pero tengo que pensar como un cínico tirano Monárquico si quiero adelantarme a sus movimientos.

Asiento con la cabeza cuando Will habla de dedicarnos cosas. Igual una muda sería bueno tener. Ropa gruesa y flexible, como una sudadera y unos pantalones, lo imprescindible. Ya se lo pediré cuando entremos en temas menos acuciantes.

Amber vuelve a tomar la palabra. No puedo evitar asentir ante cada cosa que dice. Esto es tener una hermana, desde luego. ¿Será que estoy totalmente de acuerdo o será que me miro tanto en ella que quiero estarlo? No, no creo. Mi función en esta manada es gritarles a todos. Soy la Ragabash en Luna Llena, y siempre estoy lista para corregir a todo el mundo. Lo que ha dicho Amber suena bien, como lo que han dicho todos. Parece que volvemos a bajar la guardia los unos ante los otros. Como debe ser, no somos enemigos. No obstante, cuando habla de...darles a Helen y a Eve, alzo la cabeza rápidamente. Intento que se de cuenta de mi gesto. Necesito hablar con ella de esas cosas. No es que me quiera guardar nada. Es que es la única chica, por Gaia.

Luego vuelve a los temas importantes, y yo sacudo la cabeza para centrarme. Me ha hecho una pregunta.

- Se han desatado cuando Eve y la chica de Will estaban cerca - recuerdo que la primera, en casa, ha sido activada, posiblemente, por Helen, así que... -, probablemente a causa de la misma reacción que he comentado antes. La tercera ha sido...extraña. No ha sido una visión de Australia, ni de la Guerra, podría ser...que hubiera entrado en sintonía con un Ancestro, pero no lo sé

No tengo Ancestros, porque no tengo padre. Me encojo de hombros.

- En el Norte tendrán algún experto en bastardas como yo - intento sonar alegre, pero cuando digo bastarda, mi voz me traiciona un poco, pues oigo "residuo", "sobra", "monstruo", "arma", "niña soldado", "desperdicio", "criatura", "engendro"...

Eres un buen tipo y un mejor alfa.

Las palabras de Alex resuenan en mi cabeza, aferrado al respaldo de la silla con mis brazos, mientras callo tras explicar todo lo que se, lo poco que se, lo escasamente poco que tengo. Esperanzas y preguntas sin respuesta, la determinación de enfrentarme a ello, enfrentado al temor de enfrentarles a ellos.

Will apunta algo, la oferta de dedicar lo que necesitemos. Echando cálculos, supongo que un juego de ropa extra. Es decir, la que llevemos puesta, además de la maleta de repuesto del coche. Creo que la propia maleta estaba también dedicada, por si acaso, así que podemos llevárnosla sin más.

Eres un buen tipo y un mejor alfa...

Esa idea revolotea a mi alrededor, posándose sobre mis hombros como una carga que me oprime hasta bajar mi cabeza y apoyarla entre mis brazos, mientras oigo el murmullo de Amber sin saber qué dice, para más tarde oírla claramente aceptar a regañadientes la propuesta de Alex, una vez se haya tomado su tiempo. También habla de nosotros, de la... del Círculo. Para mi desconsuelo, insiste en venir. Sin condiciones, con firme determinación. De verdad que me siento orgulloso de ella, pero... En esta ocasión, preferiría que dejase al menos la puerta abierta. Que todos lo hicieran. No a ir al norte, eso es nuestro deber. Pero lo de ese concilio... Si Will depende también de él, no puedo decir nada. Pero si en el norte solventamos lo de William... No puedo dejar que se enfrenten a eso sólo por mí.

Ya hay demasiada sangre en mis manos...

Eres un buen tipo... y un mejor alfa...

¿Y por qué no me siento así?

Menos aún cuando oigo a Amber quejarse de mi actitud, insistir en que he guardado secretos. ¿Qué pretende, que debería haber entrado en la sala principal gritando "¡amo a esta chica! ¡No se cómo es posible, porque la acabo de conocer! ¡Y no se si voy a poder estar con ella, porque es demasiado para mí, pero la amo!"? Era algo para contar en privado, y no nos hemos reunido en privado hasta ahora...

No he guardado ningún secreto, si es lo que crees. -Puntualizo aún con la vista perdida en la mesa, para girarme hacia Amber con una triste mirada, viéndome incapaz de hacerme entender- Os lo he contado en cuanto he podido. -Vuelvo a apartar la mirada, ahora más molesto, por su elección de palabras- Y no he estado "retozando" con Eve. Hemos estado hablando. -A excepción de ese último instante, de lo que podría considerarse nuestra despedida- La poca información que tengo de lo que nos espera en el norte la he conseguido de ella. -Lo que incluye detalles acerca del rey, de cómo es, y de cómo podríamos tratar de obtener su ayuda- El viaje al norte y la misión en ese concilio no tienen nada que ver. Acudimos al norte para salvaguardar a unas parientes de la tribu, una de las cuales está amenazada de muerte. La otra es sobrina del rey, de tan noble linaje que incluso su familia... -Mis manos se aferran con fuerza al respaldo, al cruzar esa idea mi cabeza- ...quiso casarla con él. Fue el propio Jonas Albretch quien se negó a que ella fuera desposada contra su voluntad, ni con él ni con nadie. Ese es mi rey... -Es la primera vez que le llamo así, a pesar de las veces que Jane, a quien me niego a mirar hora tratando este tema, le ha definido de esa manera- ...y por eso creo que podría prestarnos su ayuda.

La otra misión, en cambio...

Lo de ese concilio es punto y aparte. Adrien "sólo" ofrece información acerca de nuestro linaje... Pero el linaje es importantísimo dentro de la tribu. Podréis estar de acuerdo o no, pero es así, los Colmillos Plateados se muestran orgullosos de su historia, de aquellos que les precedieron en la nobleza de su sangre. Incluso los parientes, Eve puede nombrar su árbol genealógico hasta tiempos anteriores a la llegada de la tribu a estas costas... -Y yo no puedo ni nombrar a mis padres- Ojos-de-plata... incluso insinuó que nuestro problema con el tótem viene de ahí... creo. -Apoyo de nuevo mi barbilla sobre los brazos, hundido entre mis hombros, recordando las palabras del ciego- La maldita pregunta de Halcón... "Si sois mis hijos, ¿quiénes sois?" No podemos ser Hijos de Halcón sin conocer nuestros orígenes, y si él... si el tótem de nuestra tribu no nos acepta, ¿cómo iba a hacerlo ningún otro tótem? -Inspiro profundamente, lanzando al final un profundo suspiro de cansancio- No se, puede que todo eso esté solamente en mi cabeza... Pero Will y yo vamos a necesitarlo igualmente. Y si en la sociedad esa no pueden ofrecerle algo, habrá que ir a por ese orbe. -Si le pueden ofrecer su linaje ahí, en cambio... Ninguno de ellos morirá por mí, por mí no- No se por qué no puede acercarse, puede que sea algún tipo de medida de seguridad espiritual, o que sea por el lugar en que se encuentra. Pero ya le he dicho que no vamos a deshonrarnos robando a su legítimo propietario, de modo que si sigue insistiendo sólo se me ocurre que nos crea capaces de lograr que se nos entregue voluntariamente. Puede que haya algún tipo de competición y ese orbe sea el premio, o que se pueda negociar con su poseedor... No se, supongo que no se sabrá hasta llegar.

Suspiro de nuevo, realmente cansado, abatido, con demasiados frentes abiertos en la cabeza, demasiadas preocupaciones. Pero decidido a terminar con todos los temas pendientes.

No se si alguien tiene más que decir, pero os recuerdo que esta noche se hará guardia, en lupus. -Con gesto neutro, voy mirando a cada uno de los presentes- Hablaré con Riley por si ella y Aletheia quieren participar. Más vigías, menos tiempo de guardia, más descanso. Mañana será un día muy largo... -Me aparto del respaldo, apoyando las manos, nervioso, en mis muslos- Espero que no os importe... pero no cenaré con vosotros esta noche. -Miro al suelo, avergonzado- Eve y yo... queremos cenar a solas... -Y hablar, eso dijo, conocernos... Aún no se casi nada de ella, en realidad. Sólo lo que me hace sentir.

Apenas termino de escribir Amber comienza a hablar, mientras la escucho, saco el móvil y miro la hora... joder, lo que me queda aún para poder hablar. Vuelvo a guardar el móvil y apoyando el codo sobre la mesa, alzo la mano para descansar sobre esta la barbilla. Ya mas calmado soy capaz de abstraerme de las lucecitas y atender lo que estamos hablando. Me estiro alzando la cabeza cuando dice algo que no soy capaz de escuchar completamente, ¿guardar qué?, pero acto seguido vuelvo a relajar la postura.

Sonrío mirándola cuando dice que viene al norte, estoy contento de que me acompañe, nos acompañe, suponía que lo haría, pero agradezco escuchárselo decir. Y cuando vuelve a nombrar a los ángeles, y habla de retozar con ellas, el borde superior de mis orejas se enrojece, y el recuerdo de lo sucedido antes invade mi mente, alejando todo lo demás... noto de nuevo esa sensación, como si me faltase el aire, y mi corazón comienza a latir con el vigor que regala el deseo. El resto de lo que dice, me entra por un oído y me sale por el otro, sin llegar a ser yo consciente.

Hasta que vuelvo al despacho cuando escucho de nuevo hablar a Jane, antes de llegar a escucharla, veo danzar unas luces ambarinas, y solo después es cuando cala en mi el significado de sus palabras... ¡la chica de Will!, entonces sin perder la sonrisa me reclino sobre la silla, suena bien, y yo... el chico de Helen...

Pero las últimas palabras de Jane, fulminan mi sonrisa, bastarda... es como dice Ben. Miro a Alex entonces, me pide que ayude a Paso-gris, pero debería ayudar primero a mi manada, pero yo no soy tan sabio como Ben, ni mis Dones alcanzan tan lejos.

Cuando de nuevo habla Ty, tardo unos segundos en conectar de nuevo, y como si de un imán se tratase, lo hago justo cuando pronuncia la palabra retozando, y ya es mas de lo que puedo resistir, si antes el rubor solo hizo su aparición en mis orejas, ahora es todo mi rostro el que aparece colorado. Amenazada de muerte, ¿por que, por la empresa de su padre?...mientras cavilo sobre la amenaza que pesa sobre Helen, llega la pregunta de Halcón, si sois mis hijos, ¿quiénes sois?, me muevo en la silla algo molesto e indignado, y qué hay del primer Colmillo, no tenía un linaje sobre el que alzarse, y lo hizo... trato de calmarme.

Recupero la libreta para escribir y mostrarle a Ty lo que tanto me preocupa: No tengo problemas en hacer mi guardia Ty, pero no puedo hablar, tendría que poner cerca algo que pudiese tirar de modo que hiciese bastante ruido y despertase a todos si algo sucede.

Tranquilo, todo esta bien.

Sonrío afable cuando veo que termina de leer.

- Un momentito, chicos y chicas...- Levanto la mano, como me han enseñado, para pedir la palabra. Hice un gesto con el cuello, tensandolo hasta lograr que las vertebras crujiesen, liberando esa misma tensión.

"No me gusta que la gente me tenga mania... No me gusta discutir con nadie... No quiero sentirme desplazado... Mi Manada es mas que una simple manada de hombres lobo... Son más que mi familia... Son mi mundo... Mi todo... Quizas halla sido por eso por lo que no he podido abrazar a Aletheia..."

Parpadeo con lentitud, notando las frias miradas de Tyler y de William, molestos por todas las insinuaciones que he hecho sobre sus chicas. Ligerisimamente más calidas son las miradas de Jane y Amber.

"Todos parecen dispuestos a hacer lo que les he pedido, aunque no creo que se esfuercen realmente en entender mis motivos o a las otras personas... A las dos  Garou queson nuestras aliadas en la tarea de proteger el Túmulo de la Creación Infinita..."

- Antes de que salgamos de este Túmulo... Antes de que abandonemos esta sala...  tener que escudriñaros.- No se me ocurre otra cosa mejor, ni otra manera más adecuada de expresarme. El hecho de que tenga la boca seca, con un repugnante regusto a café en el aliento no me ayuda en absoluto.- Y, os guste o no, voy a hacer lo mismo con Eve, con Helen, con Riley, con Aletheia y con cualquiera que asome por esa maldita puerta.- Lanzo el pulgar hacia mi espalda, serio.

- He fallado como Philodox al no haberlo hecho desde el primer momento...- Me levanto y empiezo a arremangarme, lenta y cuidadosamente.- No se volverá a repetir.

Trato de situarme en el centro de la sala, lo más equidistante posible de mis compañeros. Respiro lentamente, vaciando poco a poco mi cabeza de nebulosidades, de pensamientos sin sentido, abrazando a los espiritus de Gaia que me ayudaran a sentir la presencia del Wyrm en la habitación, sin importar donde se esconda ni lo fuerte o debil de su influencia.

- Una última cosa.- Abro los ojos y miro directamente a los dos enamorados.- Necesitaré algo de Eve y de Helen... Un mechón de pelo, un anillo, un colgante ... Cualquier cosa. Creo que puedo establecer un vinculo mistico con ellas, para tenerlas localizadas en caso de vernos obligados a separarnos antes de tiempo.- Frunzo el ceño, desafiandoles a protestar.- Como deferencia a vosotros, les explicaré para que és...- Una punzada de vergüenza hace que cierre la boca, recordando que no he tenido esa deferencia con alguien de la Manada...- Cosa que no he hecho con Amber y el pequeño fetiche que tiene dentro de su mochila.

Giro la cabeza y musito un "Lo siento" entre dientes, antes de añadir...- Sin secretos.

- Bien... Empezamos... Un poquito de silencio y de paciencia.

Las palabras de Tyler despiertan de nuevo las dudas que había conseguido adormecer después de que el ciego las provocase. - Si sois mis hijos, ¿quiénes sois? - Bajo la mirada de nuevo, mientras mis pensamientos se enredan en esa pregunta, tan sencilla y al mismo tiempo tan complicada. Nunca me había importado demasiado no conocer mi linaje. Hasta hace un rato ni siquiera me había planteado que mi madre podría correr peligro simplemente por ser Pariente. Pero ahora, la voz insidiosa que el ciego hizo brotar en mi mente vuelve de nuevo a la carga tras la insistencia de Tyler en el asunto. - Da igual que te intentes reafirmar repitiendo tu nombre una y mil veces. Si no sabes quién eres, no eres nadie.

No puedo evitar hacer una mueca con los labios, asqueada con mis propios pensamientos, con esas dudas nuevas y molestas que aguijonean mi cabeza. La muevo, negando con suavidad, intentando desprenderlas antes de que claven sus uñas en mi cráneo y se hagan demasiado presentes. 

Y entonces llega la petición de Alex, a la cual asiento sin protestar. Sus labores como Philodox requieren este tipo de comprobaciones y confío ciegamente en su capacidad para realizar ese tipo de tareas. Me coloco donde me diga y permanezco todavía con la mirada baja, aún en esa batalla conmigo misma.

Hasta que su confesión me hace levantar la mirada, con una expresión sencillamente estupefacta. Lo miro, con el ceño fruncido por la incomprensión. Entiendo lo que dice. Que me había metido un fetiche a escondidas en la mochila. Un pequeño GPS místico. Lo que no comprendo es por qué querría hacer algo así conmigo. ¿Para tenerme controlada? ¿Pero por qué? ¿Una extraña necesidad de protegerme? ¿O porque... no se fía de mí? Tardo un par de segundos en darme cuenta de que la clave está en su disculpa. Si se disculpa es que no fue por nada bueno, o no habría tenido que ocultármelo y no tendría que disculparse ahora. 

Mis mejillas se encienden y me muerdo el interior de la mejilla para contener todas esas preguntas cuya respuesta no estoy segura de querer escuchar. No puedo evitar sentirme avergonzada, aunque no tengo ni idea de por qué. Pero si Alex ha dudado de mí... Es que debe haber algo realmente mal conmigo, ¿no? Bajo la mirada una vez más, esquivando la suya, y noto perfectamente cómo me pican los ojos. Pestañeo varias veces, obligándome a respirar despacio. Ni siquiera me siento enfadada, sólo triste. 

Cuando creo que la reunión ha terminado y ya pienso levantarme, retoma la palabra Alex. Antes de escucharle, me obligo a respirar profundamente, tratando de recordar lo que nos une, lo que nos hace una manada, no soy quien para juzgar a mis hermanos, y si antes hablo así, de ese modo tan crudo... muevo la mano tratando de alejar de nuevo esos pensamientos.

Ladeo la cabeza sorprendido al mirarle, ¿en serio?, y en mi cara se refleja el estupor que siento. Miro a Ty antes de recuperar la libreta, asegurándome de que ha terminado de leer todo lo que tenía que decir. Cuando la tomo, vuelvo a observar mis manos manchadas de tinta, que asco de boli, joder, necesito lavarme...

Afianzo la libreta antes de comenzar a escribir, ... otro boli, miro alrededor, por el despacho, buscando alguna otra cosa con la que poder escribir, a la mierda...

Alex te estas equivocando, las cosas no son así... no. Yo también podría hacerlo, pero no lo haré, y sobre todo, jamás se me ocurriría usarlo con vosotros... Entiendo tus preocupaciones, pero sabes lo que vas a conseguir, lo único que vas a conseguir así, sembrar la duda, si no nos fiamos de nosotros mismos, ¿qué nos queda? No te lo digo enfadado, no tengo nada que... paro un momento mirando al techo, mientras trato de pensar la palabra mas adecuada, joder, igual da, ... ocultar. Pero Helen, ¿qué crees que verás?, piensa los horrores que ha visto, el miedo que ha sentido, la soledad... estuvo varios días sola, hasta que yo llegue a ella. Eve no se que habrá vivido...

Hago ademan de pasarle la libreta, pero me decido a seguir escribiendo. Es el momento de comenzar a sanar nuestras  propias heridas.

No has fallado como Philodox, Alex, aquí nadie lo piensa, nadie te juzga. Todos, nos hemos visto, algo sobrepasados, nada mas... no te castigues, nadie lo hace.

Me levanto entonces, dispuesto a darle la libreta a Alex... pero tuerzo la boca al escucharle una petición "inusual", joder, no sabía que tú, eso es estupendo... tiene que enseñármelo, no se cuando.

Tomo la libreta antes de dársela, yo le explicaré a Helen. Aunque de momento no pienso separarme de ella.

Tras entregarle la libreta y aguardar a que lea, miro a los demás para saber si hemos terminado... ¿algo mas?

Noto entonces mis tripas rugir y llevo la mano al estómago, ya tengo hambre, espero que los demás también.

Me vuelvo entonces sin poder ocultar mis ganas de regresar con Helen.

Tomo la libreta comprobando lo que Will piensa sobre las guardias. En efecto, es algo de lo que no me había preocupado. Will puede ser un buen vigía, pero sí no puede avisar... Pero él mismo me da la respuesta, ideando una forma de avisar sin hablar. Le miro y asiento con una sonrisa amable, comedida. No parezco feliz, no me siento feliz, pero confío en la capacidad de William para solventar obstáculos como estos.

Alex toma la palabra como si temiera que huyeramos de la sala antes de escucharle. Se disculpa, habla de fallar a su auspicio, y frunzo el ceño sin entender a qué se refiere. Hasta que lo dice, habla de escudriñarnos, de comprobar cualquier posibilidad del roce corruptor en nosotros. Una gilipollez, en mi opinión, pero una muy lógica. Tratamos asuntos de gran calado en que peligran nuestras vidas, ¿por qué no tomar precauciones? Pienso en la reacción de los demás, viendo que Will coge apresuradamente su libreta para escribir algo más.

Mis ojos se mueven aprisa, de un lado a otro, pensando. Si a alguien le sienta mal todo esto, será otra brecha abierta en el Círculo. Y yo ya la estoy cagando demasiado, esto no puedo permitirlo.

No necesitas nuestro permiso para cumplir con tu deber, Lex-talionis. -Anuncio en voz alta, con seriedad, tratando de dar todo el apoyo posible a su decisión. Tanto si estoy de acuerdo o no con la necesidad de hacerlo, eso es función suya, su decisión- Ni siquiera necesitamos estar informados. Eres juez, tu deber es vigilar, investigar y juzgar, y yo cuento con que lo hagas. -Me pongo en pie, girando la silla para presentarla de frente al Philodox, sentándome en ella con las piernas abiertas y los brazos cruzados, esperando su escrutinio- En cuanto a ese vínculo para localizarlas, me parece una gran idea. Simplemente por si acaso. -Echo un vistazo a Will de reojo, pues parece que ha terminado de escribir- Hablaré con Eve, no habrá problema.

Lo cual me recuerda algo, algo que podría también ser importante.

Will... -Echo un vistazo a la libreta, torciendo el gesto al leer lo escrito pero sin decir nada al respecto. Ya he dejado claro lo que pienso- ...Eve desea verte en tu forma de batalla. No corre prisa, pero... Va a hablar en nuestro nombre ante el rey, así que... Antes de llegar al norte, ¿de acuerdo? -No termino de entender muy bien lo que pretende ver, tanto en él como en mí, en esa forma. Supongo que ella entiende mejor que yo el modo en que la raza se refleja en el porte, en el pelaje, en todo eso que nuestra forma homínida no muestra. Y si va a defender nuestra postura ante Albretch, necesitará algo que decir.

En cuanto Will responda, presumiblemente aceptando la petición, vuelvo a girarme hacia Alex, esperando a que termine.

Levanto brevemente la mirada al escuchar el bolígrafo de Will sobre el papel y a Tyler después, hablando sobre los deberes de Alex... Los miro un instante mientras una idea surge en mi mente. Estiro un poco el cuello para intentar captar algo de lo que ha escrito Will. No intento leerlo todo, tan sólo averiguar si dice algo sobre mí, sobre esa piedra en mi mochila... Y juraría que no. Tyler tampoco dice nada al respecto. - Y si... ¿Y si ellos ya lo sabían?

Bajo de nuevo la mirada, sintiendo cómo mis mejillas arden al adoptar el mismo color que mis cabellos y me cruzo de brazos, apretando las mandíbulas. Que lo supieran explica que no digan nada, sin duda. Y esa idea me hace sentir frío bajo la piel. Me siento sola con tan solo pensarlo. Es curioso que así sea cuando están tan cerca, pero sucede. En este momento me siento más sola de lo que me he sentido desde que los encontré. Echo un rápido vistazo a Jane, tratando de percibir su reacción para averiguar si ella también lo sabía. Tomo aire despacio y en silencio, esperando que llegue mi turno para ser escudriñada, como dijo Alex, sin sentirme capaz de mirarlo a los ojos en este momento.