Partida Rol por web

Poco a poco, todos llegáis al salón comedor de la casa. Con vuestras criadas.

El lugar es tan espléndido como el resto de la casa, adornado con cuadros de excelente gusto, muebles más caros que vuestra casa, pero de aspecto tremendamente cómodos. Armaduras colocadas en los lugares precisos junto a los modernos minibares y equipo de música o televisión le dan al lugar un aire entre antiguo y futurista muy peculiar, pero sin duda magnífico.

El mayordomo aún no está allí.

Las seis criadas se alinean en una de las paredes, para dejar intimidad a sus amos, pero atentas por si las llaman.

Habeis llegado todos prácticamente a la vez.

Llevaba ya bastante rato dando vueltas por la casa, tratando de encontrar algo entretenido que hacer hasta la hora de la cena, pero no es que hubiera tenido demasiado éxito. Las horas habían pasado bastante lentas y más si ni siquiera tenías a alguien con quien hablar. Tan sólo esperaba que al conocer al resto de los participantes la cosa cambiara porque sino iba a resultarme una estancia muy muy tediosa.

Me arregle para reunirme con todos, aunque tampoco excesivamente, nunca había sido una persona de esas que tenía que llevar el maquillaje siempre inmaculado y un vestido sin arrugar para ir a cualquier parte y lógicamente no iba a empezar a serlo ahora.

Me quedé observando como todas las sirvientas, claramente identificables por sus collares se colocaban sobre una pared, lo que hizo que de mis labios brotara una sonrisa, aunque no dije nada en aquel momento. El mayordomo aún no había llegado y era el que tendría que ponernos al corriente sobre cómo funcionaba todo aquí y cómo y cuándo debíamos empezar, así que fui yo misma quien se presentó a toda aquella gente.

- Soy Jeniffer Ross, pero podéis llamarme Jen. Espero que nos lo pasemos bien en este concurso.. - Dije con una sonrisa sabiendo que las cosas en algún momento se pondrían interesantes con cualquiera de los participantes. Tras mi ridícula presentación busqué asiento, aunque me dediqué a estudiar al resto de participantes.

James, imitando a su nueva compañera tambien se levantó de su asiento.

- Bueno, mi nombre es Martin, James Martin, jejeje - Dijo en un tono parecido al que James Bond utiliza en sus películas. - Aquella de allí es Francesca, mi acompañante.

Señalo a la chica pelirroja a la vez que le dedicaba una agradable sonrisa.

- Espero que venga pronto el Mayordomo, para que pueda ponernos al tanto de todo lo que tenemos que tener en cuenta..aunque de momento podemos ir conociendonos poco a poco entre nosotros...a decir verdad, vamos a tener que pasar un tiempecillo juntos, no?

James volteó un par de veces el cigarrilo que tenía en la mano antes de llevarselo a la boca, cogió el mechero con la intención de encenderlo, pero antes de hacerlo se paró en seco mirando a los presentes.

- Les importa que fume?

A Esther le costo desprenderse de Andrea , pero dejo que se fuera sin ninguna resistencia. Esther vestia un Jersey dado de si, que dejaba al descubierto uno de sus lechosos hombros, las mangas eran grandes y ocultaban las manos, Esther cerraba sus puños alrededor de la lana. Era tan grande que le llegaba casi a las alturas de las rodillas, cubriendo parte de unos pantalones vaqueros algo desgastados.

Solia vestir asi para no llamar la atencion, junto a eso casi siempre escondia su cara, blanca tras su cabellera leonada de color caramelo.

Iba sin maquillar, sencilla.

-E.. encantada -Musito con un hilo de voz, mirando a Jennifer Ross, y a James Martin- Yo... me llamo Esther Virgen Santos...-Se ruborizo al decir el nombre, quedaba un poco fuera de lugar, y era casi vergonzoso- Pero por favor llamadme Esther.

Escondio sus ojos color caramelo detras de la mata de pelo, timida.

-No pasa nada si fuma... -En verdad si pasaba, odiaba el olor a tabaco, era algo que le recordaba a su padre.

Sonrio timidamente.

Al menos parecía que mi presentación no había quedado tan fuera de lugar, que es como me había sentido al ser la primera en abrir la boca.

El hombre se mostró bastante agradable, aunque quizás con un poco de exceso de confianza y por la conrisa que acababa de echarle a Francesca, no costaba mucho adivinar que ya se la había pasado por la piedra, aunque con los atributos que mostraba la mujer tampoco era algo de extrañar..

- No tranquilo, no me molesta. Por mi parte tienes libertad absoluta para fumar cuanto desees..

Con la siguiente mujer que se presentó la verdad es que no pude cuanto menos sonreir. Cuando se ruborizó quedaba claro por qué había sido, pero bueno, todos teníamos algo que no nos gustaba, así que no le di mayor importancia a sus apellidos.

- Un placer Esther. - Dije observando lo tímida que parecía, pero bueno, suponía que no lo sería para todo, sino no estaría aquí dentro, eso seguro..

Despues de esperar un rato vi a todos mis compañeros. Las esclavas incluida Shirley se fue al muro con el resto.

Escuche a mis compañeros presentarse, algunos cinicamente otros de manera mas "pudorosa".

-Yo soy Scott, encantado.-Les dije con un tono tranquilo y suave.

- Un placer también conocerte a ti Scott. - Dije con una sonrisa.

Al menos parecía que quitando las rarezas de cada uno la cosa podría ponerse bastante entretenida. Desde luego, lo de las " esclavas " había causado furor. Seguramente aquello cumplía con las fantasías sexuales de muchos hombres que había conocido. Resultaba algo divertido observar las miradas que recibían, pero yo por el paseo que me había dado, no había visto de momento a ninguno de esta casa que no estuviera como para llevárselo a la cama..

Miré a Nik con una sonrisa divertida. Resultaba bastante chocante verla tan sumisa apoyada en una pared después de haber conocido su caracter.

- Ella es Nik. - Señalé a la muchacha de cabellos morados y maquillaje extravagante.

 Entre en el salón, ¿Era de las ultimas? no podia ser ... ya habia mucha gente - Lo siento - me disculpo nada mas llegar y espero que terminen de hablar - Mi nombre es Tanya, siento la demora - me disculpo con educación - Ella es Eva, mi compañera - sonrio con dulzura mirando a mi rubia compañera 

Vaya, parece que no soy el único con una esclava preciosa. Ella,la rubia de alli, es Shirley.

Por cierto, ¿alguien sabe donde se puede tomar algo aqui?La verdad es que tengo algo de sed y no me importaria conoceros mas a todos mientras bebemos algo.

No se nos tardaba en unir otra mujer, a la que saludé también con una sonrisa y luego, como no, volví a echar un vistazo a las esclavas..

- Pues no tengo ni idea pero eso de tomar un trago suena bien, aunque me parece que tenemos que esperar a que venga el Mayordomo para ver cómo funciona la fiesta ¿ no? - Pregunté encogiéndome de hombros, sin saber cuánto tiempo íbamos a tener que estar ahí como pasmarotes sin enterarnos de nada.

- ¿ Sabéis cuántos participantes somos o por dónde vamos a tener que empezar a jugar? - Ya sentía curiosidad por toda la fiesta que habían montado y ver que esa gente no me resultaba desagradable hacía que esa misma fiesta tuviera algo más de atractivo.

 ¿Exclava? ¿ese hombre habia dicho exclava? arrugue la nariz, era trabajo de ellas pero la palabra exclava no me gustaba nada, aunque preferi no decir nada y montar polemica el primer dia - yo no se nada de donde buscar comida - dije con un tono quizas algo seco, mire a Eva, ¿le abria molestado la palabra?

bueno, entonces espero que el Jefe nos diga que podemos ir haciendo y donde esta el mueble bar-bromeo.
Observo a todos mis compañeros, sobretodo a mis compañeras. Parece que esto no va estar mal, nada mal...

Parecía que lo único que podíamos hacer era esperar y a mí las esperas siempre me habían matado.. no soportaba estar quieta en ningún sitio y mucho menos tener que esperar en una sala llena de gente, en silencio. Era superior a mis fuerzas, además sentía curiosidad hacia aquellas personas, pero, viendo el ojo que estaba teniendo ese día, opté por hablar sin rodeos, total, con todo lo que me contaron sobre lo que podía pasar aquí dentro, había cosas demasiado obvias.

- Como supongo que a todos os metieron la misma chapa que a mí, y que os hicieron firmar esos papeles.. perdonad si mi pregunta os molesta, pero voy a suponer que tendré que acabar enrollándome con alguno de vosotros por lo menos.. ¿ Sois todos heteros?

Suponía que no, ya que sino un programa así no tendría gracia, pero era mejor saber a qué atenerse.

 Levanto la mano - Homo - digo con una gran sonrisa en la cara, contenta con mi condición

Yo si soy heterosexual...y espero que tu tambien-la digo sonriendo.

La verdad es que me hizo gracia la reacción de Tanya y me eché a reir por la pose que puso. Esto se me empezaba a poner más interesante de lo que esperaba.

La respuesta del hombre me hizo girar la cara hacia él y monstré una de mis mejores sonrisas antes de responder: - No te preocupes, yo no discrimino a nadie.. - A lo que le guiñé un ojo divertida. - Me gusta tanto la carne como el pescado..

Volví a echarme a reir encontrando divertida la situación.

- Uh al gran macho le llego la competencia - sonrei mirando al chico y luego a la joven - haces bien - sonrei divertida - yo antes era de carne pero me di cuenta que ... bueno, ningun tio ha sabido satisfacerme nunca  cosa que una mujer si asi que - me encoji de hombros 

Con gran macho te refieres a mi?? Bueno gracias, aunque yo no diria tanto. En realidad creo que la competicion va mas allá de ligarse a esta preciosidad-digo señalando a Jen- pero he de decirte que discrepo en eso de que los tios no podemos dar tanto placer, al menos en mi caso.-Termino guiñandola un ojo con una sonrisa de complicidad.

- Yo me declaro oficialmente heterosexual...será cosas de las hormonas, pero nunca nada me ha hecho cambiar de opinión...jejeje - Se ríe divertido al ver la cosa se animaba.

Bueno, al fin y al cabo este concurso no va a estar nada mal, aunque no estaría de más que el mayordomo apareciese y nos explicara que es lo que tenemos que hacer...todo en esta vida necesita un sacrificio...

- Bueno, viendo que nadie se opone, y tal cual estan las cosas esperando por el "Mayordomo" será mejor que me encienda un pequeño purito. ¿Alguien quiere? - Dice mientras ofrece esos pequeños cigarros marrones al resto de compañeros.

 - Bueno no se yo te digo que a mis años ningun tio nunca me hizo sentir un orgasmo en cambio una chica buff - sonrio picaramente - Los tios teneis lo vuestro para que nos vamos a mentir, pero despues de haber pasado años con un chico y nunca sentir nada, me cambie de bando y hasta ahora, es lo mejor que he echo en mi vida