Partida Rol por web

Junto a la especie de himno que suena en todo el teatro, aparecen distintos hombres uniformados hasta que aparece la presencia de un hombre con capa y enmascarado, no sabia quien era pero parecia infundir bastante respeto, en cuanto a McCoy y sus compañeros parece ser una sorpresa inesperada y no muy bien vista que parece alterarles tambien

Sin duda un tipo d elo mas peculiar, seguro de si mismo se sentaba en aquel sillon que tenia prepardo en el palco, estaba claro que era un tipo al que no le podias decir nada ni parecia conveniente hacerlo, pero no para Jason, su bocaza se abre y empieza a burlarse de aquel hombre sin importarle los hombres uniformados que han aparecido junto a el

-Enhora buena genio...-mi tono es desganado dirigiendome a Jason -...ya que estas tirare una zapatilla o el movil ¿Quieres meternos en problemas?- le dije en un tono lo suficiente alto para uqe me escucharan mis compañeros y no el resto de la sala -Seguramente si le cabreas mandara a todos esos tipos disfrazados de soldadito-

Está bastante claro que la presencia del ocupante del palco presidencial no es del agrado en absoluto de Henry Pym... y al oír la pregunta de Simon, informa al resto de asistentes...

Ése es Victor von Doom, monarca absoluto de Latveria, un pequeño reino de los Balcanes, en Europa... Para gran parte de su pueblo es un héroe, pero para otros y gran parte de la opinión internacional, es un tirano... La clase de persona que no es bueno tener como amigo, y mucho menos como enemigo...

Janet van Dyne deja escapar un suspiro ante las palabras de su esposo... Bueno, lo cierto es que tanto los Vengadores, como los 4 Fantásticos y los X Men nos hemos enfrentado a él en múltiples ocasiones. Muchos han intentado acabar con él por diversos métodos, no siempre ortodoxos... y ahí lo tenéis, vivito y coleando... Pese a todo, en las palabras de La Avispa hay un cierto deje de admiración...

La verdad es que tampoco podríamos calificarlo de supervillano sin más, a secas... más de una vez a aunado fuerzas con algún grupo de superhéroes para enfrentarse a una amenaza común...

Jack asiente a las palabras de Haruka, y más tras oír las explicaciones del matrimonio Pym... Pone su mano sobre la de la chica, en tono protector, y su mirada se cruza con la de Miles, que hasta hacía un momento estaba más preocupado por la reacción un tanto sorpresiva de Valary que por otra cosa...

Iba a decir algo, cuando el grito de Valary le hace dar un respingo, casi saltando en la propia butaca, y entonces ve a Doom...

Coño, Jack, ese tipo son malas noticias de verdad, si está de malas pulgas... lo conozco por los informes de SHIELD... susurra a la otra pareja con voz obviamente preocupada, y al escuchar la risita de Valary, no puede evitar reprenderla...

¿Qué te ocurre, Val? ¿Tienes ganas de hacerle los coros a ese descerebrado de Jason? Porque te juro que Victor von Doom es de los que no olvida un desplante así... Y clavando sus ojos en los de ella, añade, ahora ya plenamente enfadado Te creía un poco más inteligente...

La llegada del Dr Doom hace que, por unos instantes, Hank pierda de vista a Jason, y cuando se da cuenta de lo que hace, ya es demasiado tarde...

¿Pero qué...? Me cago en tu estampa, Jason, ¿no puedes tener esa bocaza cerrada? dice, el X Men conteniendo el aliento, porque acaba de darse cuenta de que Victor von Doom ha oído perfectamente las palabras de Jason.

Su mano se cierra con una presa férrea sobre el brazo del chico, e intenta llevárselo de allí Venga, tontolculo, voy a sacarte de aquí ahora mismo!

Está claro que Hank ha decidido dejar los buenos modos para mejor ocasión, pero al instante, se da cuenta de que es demasiado tarde...

El monarca de Latveria acababa de acomodarse en su sillón, dispuesto a disfrutar del estreno del musical, cuando una voz insultante rasgó el aire del teatro...

Al instante se hizo el silencio... parecía que podía oírse el vuelo de una mosca, y por unos momentos pareció que Doom había ignorado las palabras de Jason... Sin embargo, antes de que Hank McCoy pudiera llevárselo del palco y ponerlo a salvo, el Doctor Doom se limitó a hacer un gesto con su mano derecha...

La palma metálica se iluminó por un instante, y al segundo, al mismo tiempo que Doom empezaba a cerrar su mano de forma ostensible sobre el vacío, Jason empezó a notar una invisible zarpa de acero alrededor de su cuello, que empezaba a apretar más y más, cortándole la respiración...

Un momento después, Victor levantó la mano en alto, y Jason se vio forzado a ponerse de puntillas, sus manos intentado liberar su cuello de aquella presa invisible que le estaba estrangulando...

Hank McCoy se levantó también, con su vista clavada en el monarca de Latveria, y mientras sus fuertes manos intentaban ayudar a Jason, gritó desafiante, listo para saltar a través de la platea y cargar contra Victor...  

Doom, maldito seas, métete con alguien de tu tamaño, no con un chaval!!! ¿Ése es tu sentido del honor, lata ambulante?

En la otra punta del palco, Henry Pym también se había puesto en pie, y parecía dispuesto a actuar, mientras parte del público, que se había dado cuenta de lo que ocurría, empezaba a abuchear al Latveriano...

Sin embargo, antes de que La Bestia o el Hombre Hormiga pudieran actuar, una voz femenina, autoritaria, los frenó en seco...

Quietos los dos! Quieto todo el mundo! Esto lo soluciono yo sin crear una maldita batalla campal!!! ordena la Avispa, que al mismo tiempo que habla se transforma en una criatura diminuta y cruza el teatro zumbando a máxima velocidad, directa hacia Victor von Doom!

Su esposo, pese a todo, parece dispuesto a saltar y seguirla, pero se para en seco al ver que Janet se detiene justo delante de Doom y, por sus gestos, parece estar riñéndole, o algo similar!!!

Mientras a Jason cada vez le falta más el aire, y le parece que su cuello va a romperse como una rama seca, Doom escucha la diatriba de la superheroína y, para vuestra sorpresa, hace un gesto con su mano derecha, y Jason se derrumba sobre su asiento, sus pulmones volviendo a recibir el preciado oxígeno del que el ataque de Doom le había privado...

Las sorpresas continúan, ya que veis que Janet y Victor von Doom siguen hablando, con ella apuntando a vuestro palco... La reacción de Doom es inescrutable a tanta distancia, pero un momento después veis que Doom vuelve a mover las manos, esta vez como haría un prestidigitador, mientras su voz murmura unas palabras ininteligibles...

Por encima de la cabeza de Jason empieza a formarse una especie de pequeña nube, que comienza a derramar sobre él pétalos de rosa... !!!

Tanto Hank como Henry Pym están atónitos, y más cuando ven que Jason empieza a bostezar, y parece como si intentara evitar dormirse... Apenas treinta segundos después, el muchacho descansa en su asiento, profundamente dormido...

El chico no sufrirá daño alguno, palabra de Victor von Doom! Solamente lo he puesto a dormir, a fin de que nos permita disfrutar de la representación en paz! resuena la voz de Doom en toda la sala, cuando éste se levanta para informar al público que, unos instantes antes le abucheaba, y ahora aplaude contento y sorprendido...

Al mismo tiempo que Doom habla, Janet regresa al palco, recuperando su tamaño normal... Bueno, asunto solucionado... Victor me ha prometido que dormirá plácidamente hasta el final de la obra y que, cuando despierte, no recordará nada de lo ocurrido... dice alisándose la ropa, como si lo que había hecho fuera algo trivial... Lo que más me fastidia de cambiar a Avispa de esta forma tan repentina es que se me acaba estropeando el peinado...

¿A dormir? ¿Doom ha puesto a Jason a dormir, sin más? No sé lo que le habrás dicho, Janet, pero más de un diplomático de carrera se sacaría el sombrero ante ti... dice Hank divertido... No, si aún tendremos que darle las gracias a Doom por hacer que tengamos la velada en paz...

Mientras Hank todavía está riendo ante la ocurrencia de Doom, oís que llaman a la puerta del palco, y aparece uno de los soldados que acompañan al monarca de Latveria...

¿Un doombot? Caramba, los diseños de Víctor son cada vez más sofisticados... dice Henry Pym, aguardando a ver qué quiere el robot, que acaba de cuadrarse en plan militar...

Mi Amo y Señor, Víctor von Doom, monarca de Latveria, desea disculparse ante ustedes por su reacción extemporánea, y ruega que Miss van Dyne y las otras dos señoritas acepten este pequeño detalle... El robot habla con una voz casi humana, y vuelve a hacer entrechocar sus botas, mientras os ofrece a cada una una caja con una hermosa orquídea...

¿Flores? Oye, pedazo de lata, dile a Doom que solamente yo le regalo flores a mi mujer!!! empieza a decir enfadado Henry Pym, pero su esposa se limita a ponerle una mano sobre la suya, y a sonreírle cálidamente, primero a él, luego al resto de vosotros, y para terminar al Doombot

Cariño, la educación es lo último que se pierde, y si Víctor von Doom nos regala flores, las aceptaremos como corresponde, con agradecimiento, ¿de acuerdo? tercia Janet, haciendo un gesto con la cabeza a Haruka y a Valary para que la imitaran...

Henry Pym se limita a murmurar algo inaudible, pero acaba asintiendo, mientras Hank no sabe si reir o enfadarse ante la reacción de Doom...

Una vez se ha ido el robot, Janet van Dyne se coloca la orquidea con estilo, y tras hacer un gesto amable con su cabeza hacia Doom, se ofrece a ayudaros con las flores...

Bueno, a ver si ya podemos ver la representación en paz... bromea, mientras la orquesta empieza a desgranar los primeros compases de la obra...

Mi padre siempre dice que si no puedes mejorar el silencio, lo mejor es que no digas nada. Viendo lo ocurrido y que todos parecian contentos con el resultado, opte por permanecer en silencio. La verdad es que Jason se lo habia buscado a pulso, lo que no significa que me pareciese razonable la reaccion del encapuchado.

Me quede sentado, observando el escenario, como si nada hubiese ocurrido mientras pensaba que todo esto me venia muy grande, demasiado.

Y encima el traje me pica.

Parece que el silencio se pueda cortar. Hay dos clases de silencio cuando te metes con alguien con quién no debes: uno (y el que más me gusta), el de "dónde te has metido", que por norma general se suele saldar con varios hematomas en cara y cuerpo y con uno de los dos en el suelo; el otro (que no me gusta tanto), el de "dónde nos has metido", que suele terminar con alguien corriendo por patas o muerto.

Bien. Pues digamos que éste es ésa clase de silencio que tan poco me gusta. Aunque claro, la idea de Dorian de tirarle una zapatilla resultaba la mar de interesante (me lo apunto), pero ya está el opresor de los cojones alejándome del palco cuando...

¡Eh! Éso no vale. Me pongo de puntillas, gruñendo por el dolor y la falta de aire, con la clara intención de intentar usar mi poder con ése tío. Si se descontrola, no importará. Pero... ya no me duele la cabeza. ¡Me duele el cuello! Cuando ya comenzaba a pensar que debería haber mordido la butaca y callarme, todo acaba. Cojo aire como puedo.

- Io... puta...

Y entonces, comienzo a tener sueño. Mucho. Bostezo. Hmmm... Bah. Me duermo inmediatamente.

"Un Monarca? Europeo? Sabía que un nombre así no podía traer nada bueno..." es lo primero que pienso cuando oigo la explicación del Sr. Pym, que parece muy versado en el tema. Pero no puedo apartar la mirada de aquel hombre amurallado tras la armadura de metal, mi respiración y mi pulso se alteran, acelerándose un poco. Es claustrofóbico.

"Como... como alguien puede vivir enterrado en metal? No, no puede ser...", no dejo de pensar, perpleja y algo aterrada. Noto la mano de Jack sobre la mía, no la aparto, me hace sentir menos congelada ante ese hombre de metal. Me da miedo lo que alguien así pueda hacer si se ofende... Apenas escucho las palabras que intercambian Miles y Jack, casi les oigo como una voz en off, lo oigo todo pero no reacciono, sólo lo hago cuando éste primero reprende de forma muy Cod a Valary. Es.. demasiado agresivo por su parte, no me lo esperaba de Miles, no me parecío que fuera ese tipo de persona. Parpadeo levemente cuando McCoy intenta parar el tema sacando bruscamente a Jason del palco pero su acción es tardía y el aire, algo, el puño invisible del hombre de la armadura empieza a asfixiar a Jason y me quedo petrificada, aterrorizada, por unos segundos, agarrando con fuerza la mano de Jack, para no salir volando (literalmente) del sitio. Hago el intento de acercarme a ayudar a McCoy con el estrangulamiento invisible de Jason, abalanzándome subida de rodillas en mi silla, para acercarme a ayudar a Jason que está sentado justo detrás, pero ni siquiera sé por donde empezar, sólo puedo mirar horrorizada como se está quedando sin aire, a punto de morir. Giro mi rostro para mirar de nuevo al hombre enterrado en metal, Doom, con el pulso totalmente acelerado, aterrada. Finalmente me calmo un poco cuando Miss Janet consigue que deje de hacer lo que sea que estuviera haciendo a Jason y vuelve a respirar. Respiro aliviada al ver que está algo mejor y le acaricio el hombro, a modo de apoyo aunque dudo que sea consciente de ello.

-Miss Janet es realmente la mujer más increible del mundo...- murmuro, realmente admirada por todo lo que es capaz de hacer, y sin perder nunca la elegancia. Me recuerda un poco a Madre.

"Qué clase de monstruo es ese Doom?! Es como el dueño del circo, que se creía que todos debíamos bailar a su compás y si nos negabamos se libraba de nosotros, como si fueramos muñecos de su propiedad!", me siento airada, algo que no es propio en mí.

-Ese hombre tiene el aura más oscura que haya visto jamás, es más negra que un pozo sin fondo... -murmuro muy bajo, sintiendo algo de compasión y pena por alguien así, enterrado en metal, aislado del mundo y de las personas, " que más se puede ser si no un monstruo?". Entonces caen esos pétalos extraños sobre Jason, me quedo alucinada, dudando en si interponerme por si es otro ataque violento o no hacer nada por si hago el ridiculo, quiero decir, son pétalos, eso no suele provocar daño no?

-Jas...- pero no me da tiempo de llamarle para decir que se aparte que el tipo cae fulminado, dormido. Vuelvo a acercarme a Jason, esta vez más cerca y pongo un dedo debajo de su nariz para notar su respiración. Respira. Eso es bueno. Luego le levanto un párpado y le miro el ojo por un momento.

-Vale, está dormido...- sonrío muy aliviada. Suelto su párpado y cojo mi chaqueta y se la pongo encima, sobre los hombros, para que no se enfríe mientras duerma. Levanto la cabeza cuando el soldadito de plomo aparece en el palco trayendo flores.

-Meese...- susurro por lo bajo, alucinada con el tema. Afirmo con la cabeza ante la petición velada de Miss Janet, comprendo su intento de solucionarlo todo pacíficamente y en eso estoy completamente de acuerdo así que no me niego a que me ponga la dichosa orquidea. Me pongo de pie y hago una inclinación respetuosa hacia el soldado robótico y luego me giro y realizo la misma acción hacia el palco presidencial, dirigida a Von Doom. Madre me enseñó que no hay que ser maldeducada. Tras eso, me dirijo hacia la salida del palco. Necesito salir de aquí dentro, me siento agobiada, encerrada, claustrofóbica e incómoda conmigo misma. Siento que mis chakras se han desequilibrado por completo.

-Necesito ir al baño, Miss Janet, volveré en seguida...- le informo, educadamente, antes de salir. Necesito aire fresco, no más gente rara de la ciudad ni monarcas locos. Trato de mantener la compostura para que no noten mi agitación y ansiedad, disimulo milimétricamente sólo para que me dejen salir e ir al baño.

Jack se levanta de forma educada, en cuanto mencionas lo de ir al baño, y te pregunta, con tono sinceramente preocupado...

¿Te encuentras bien, Haruka? ¿Quieres que te acompañe? Entonces, como dándose cuenta del patinazo que ha podido cometer, intenta rectificar de forma graciosa...

Bueno... no quería decir eso... que si querías que fuera contigo y me quedara en la puerta... no vayas a pensar mal de mí... Ése no es mi estilo en absoluto!

Me giro hacia Jack y le sonrío levemente. Habría preferido ir sola, más que nada porque no estoy acostumbrada a ir en compañía al baño (cualquiera que haya visto los retretes estrechos que hay en un circo entendería el motivo) pero necesito tanto salir de aquí ahora mismo que me da igual, sólo quiero alejarme de tanto mal karma y negatividad reconcentrada (hay demasiada agresividad en el ambiente). Me siento totalmente desarmonizada interiormente, las malas vibraciones que hay en el aire no me dejan respirar, todos emiten mal rollo, especialmente Von Doom, que es un enorme agujero negro de mal karma. Y eso se transmite a mi estómago, que parece estar bailando la Rumba de la Muerte.

-Claro- contesto brevemente tanto a su pregunta acerca de estar bien como a su petición de acompañarme y quedarse afuera en la puerta. No soy nada clara en mi respuesta pero tengo prisa por salir del palco. Me dirijo hacia la puerta y salgo al pasillo. Miro hacia los lados hasta localizar un cartel direccional señalando la ubicación de los baños. En cuanto encuentro el bueno, camino con paso decidido hacia la dirección indicada hasta localizar el lugar, abro la puerta y me meto dentro con prisa. Me meto en el primer cubiculo que encuentro libre y nada más cerrar la puerta me agacho sobre la taza del báter y vomito hasta la primera papilla. Apenas es gran cosa, más bilis que otra cosa pero es el único modo de expulsar tanto mal rollo: desde lo pasado con Miles (la "bofetada" que me había llevado con lo de Valary, por partida doble) hasta el ataque a Jason por parte de ese hombre.

"Como alguien puede vivir cubierto de metal todo el tiempo? No lo entiendo, no lo entiendo, no entiendo a esta gente, a ninguno! Son todos unos Meshigeners!*". Vuelvo a vomitar tras sentir la segunda oleada de ansiedad. "A la única que comprendo es a Miss Janet, es tan amable...". Al recordar a la mujer una oleada de gratitud y adoración me invade, es la mejor persona con la que me he cruzado, junto con Ojo de Halcón. Sólo por eso estoy muy agradecida al mundo. Eso consigue tranquilizarme un poco y mi estómago parece calmarse algo más. Me siento un momento en el suelo, encogida, como un ovillo. Respiro hondo, me paso un trozo de papel de bater por la comisura de la boca, tiro de la cadena y salgo del cubículo. Me acerco a una de las pilas y abro el grifo, me enjuago la boca repetidas veces y me recoloco el pelo y me aliso el vestido mega-corto, para que no parezca que he hecho algo distinto a lo que se suele hacer en un báter, y salgo afuera.

-¿Esa lata es rey de algo que no es un museo?-susurré con los dientes muy apretados al señor Pym al oírle. Más aún, ¿existe Latveria? A mi se me antojaba una pobre excusa para todo el numerito de la entrada épica. 

Ñam, ñam. Hacía tiempo que no comía un pastel como el de hoy. No sé a qué habrá venido, pero he visto una mesa. Un pastel. Nadie cerca. ¿Por qué no? Un buen pastel de nata y chocolate, un batido de cacao caliente y un buen porro de marihuana para después. PlayStation (creo que en la ciudad venden ya la 3), ver la tele y acabar con una película porno.

La casa de John, vacía, tiene sus cosas buenas. Reconozco que es un verdadero alivio tener un día "normal" después de una puta mierda de vida como la de levantarme a las 6 de la mañana, trabajar en el campo hasta las 9, ducharme y estudiar hasta la hora de comer, para volver a estudiar hasta el anochecer y aprovechar las últimas horas de luz solar para volver a trabajar en el campo. Tengo un don para hacer que una palabra normal como "campo" suene a palabrota.

Me dispongo a fumarme el segundo porro cuando la puerta se abre de golpe, de una patada. Me cago en la puta... Me remuevo incómodo en el asiento, viendo que la persona que entra en la casa no es John, sino mi padre. Vestido con el uniforme naranja de presidiario a la fuga y una cara de mala leche. No menciona nada de sobre haber estado nueve años en la cárcel. Lo único que grita es "Tú, aberración humana". Me levanto como un resorte, sé lo que viene a continuación. Pero sé cómo reaccionar, ya he aprendido la lección. Corro por la izquierda de la casa, hacia las escaleras del segundo piso, 10 escalones y dos puertas a la izquierda. Cierro usando mi espalda como contrapeso y corro el pestillo, jadeando por la súbita carrera después del pedazo de día que llevaba. Mierda.

¿Pero qué coño hago? Coño, ¿por qué he salido corriendo? Intentando recuperar el aliento, me pregunto en murmuros por qué coño no ir y dar una paliza a mi padre. Él se lo merece. Ahora puedo. De hecho, éso voy a hacer, abro la puerta de golpe y salgo al pasillo para encontrarme con mi padre. Le voy a partir la cara. Le voy a dar tal paliza que no se va a reconocer ni él. Ven aquí, viejo de mierda. Pienso quemarle el cerebro y después destrozarle la cara. O al revés. O las dos cosas juntas!

¿Pero dónde se ha metido? La casa vuelve a estar vacía y, en el piso de abajo, no hay nada. Salgo a fuera y lo único que encuentro es la camioneta de John, con las llaves en el contacto. ¿Por qué es todo ésto tan raro? Me giro a tiempo de ver cómo la casa y el granero caen solos, por su propio peso, al suelo.

- ...Feo...

Jack está aguardándote pacientemente a la salida de los aseos de señoras (que, por cierto, son enormes y muy lujosos), y rebuscando en sus bolsillos, saca un caramelo de menta, que te ofrece con una sonrisa comprensiva...

Esto va de perlas para el mal sabor de boca... y, encogiéndose de hombros a forma de disculpa, te explica Lo siento, no he fisgado, lo que ocurre es que tengo el oído muy fino...

Mientras os dirigís de vuelta al palco, a él se le ocurre una idea...

Oye, Haruka... yo soy el primero en entender que la presencia de un tío así, tan siniestro, asusta al más pintado... A mí también me ha dado cosa, te lo juro, pero yo a lo mejor es que soy más duro... me he tenido que abrir paso a golpes por la vida, a veces literalmente, y eso te curte... o eso dicen... Jack va hablando en un tono tranquilizador, medio en serio y medio en broma, y te hace gesto de si quieres regresar al palco ya...

Tú, bueno, es lógico... eres una artista, toda sensibilidad y apariciones así, por sorpresa y con lo que ha ocurrido, es normal que se te haya revuelto el estómago... Pero ahora ya no hay nada que temer... el Dr McCoy y el matrimonio Pym no dejarán que nada malo nos ocurra... Por un instante, sus ojos dicen ni yo tampoco dejaría que te pasara nada malo, pero Jack se calla esas palabras, por temor al rechazo de la chica... Al fin y al cabo, ¿quién es él? Hace dos días dormía al raso en Central Park...

Mira, hacemos una cosa... te propone, mientras llama al ujier más cercano Vamos a pedir algo para relajarnos, una Cola, un zumo... y nos lo tomamos tranquilamente en el antepalco, sentados en ese sofá tan cómodo que hay... Así podremos escuchar la representación y, cuando te sientas ya bien del todo, volvemos a ver la obra, ¿ok? Y guiñándote un ojo de forma simpática, añade Además... ¿cómo lo decís en tu gremio? El espectáculo debe continuar... ¿no?

El ujier se acerca servicial, y cuando Jack le dice lo de la bebida, mientras busca los dólares que le dio el Padre Landry, el empleado del teatro le informa de que no debe pagar nada

El servicio de bar y cattering va incluído en el palco, así que los señores pueden pedir lo que quieran... Podemos subirles un zumo tropical recién hecho, y algo para picar, si les parece bien...

Al salir de los lujosos aseos, Jack sigue ahí, esperándome. Es buena persona, está claro, es como Jason, duros por fuera pero con un enorme corazón de oro por dentro. Le sonrío delicadamente, con cierta timidez, no quería que nadie se enterase de que había vomitado pero bueno, supongo que era inevitable si alguien me acompañaba. Mi intención inicial era haber abierto la ventana del cottage y salir volando, aunque eso supusiese tener luego problemas para aterrizar y volver a entrar en el cuarto, pero con vigilancia no era posible. Y Jack se estaba portando realmente muy bien conmigo, tampoco se merece ese desplante por mi parte. Dejando atrás el baño, con el bater se ha ido parte de las energías negativas que me estaban asfixiando. Acepto su caramelo de menta y no digo nada, sólo le escucho. Parece haber tenido una historia muy dura por detrás. Acerco mi mano a la suya y se la estrecho con cariño, para aportarle energías positivas. Tras eso, le suelto la mano y vuelvo a colgarme de su brazo.

-Si, claro...- respondo con una voz suave, pero lo cierto es que el problema no había estado ahí. Por desgracia cuando formas parte de una feria de Fenómenos, la violencia siempre acaba apareciendo (y normalmente contra los que somos diferentes o bien fruto de la propia convivencia), no es una novedad para mí, aunque no la apruebo en general. Así que cómo explicar a alguien, que no sabe nada de mí, que, en realidad, lo que me ha puesto enferma era mi propio miedo a acabar enterrada viva en metal, como ese hombre del palco presidencial, por culpa de mis poderes? Cómo decir que lo que había hecho ese hombre es lo mismo que había hecho el dueño del circo con todos nosotros, los que estabamos bajo su "ala"?

"Sí, es irónico que alguien como yo, que supuestamente es "dueña" del metal (aunque más bien parece que él me domina a mi, pero bueno) tenga miedo justamente de eso... entre otras cosas".

-No estoy acostumbrada a las cosas de la ciudad... supongo- respondo en el mismo tono suave, con una leve sonrisa en los labios. Le miro mientras continua hablando -Aquí todo es... siempre más complicado- añado. Mi mundo se me antoja más sencillo que todo esto.

-Me... parece bien, lo del zumo y la comida, en seguida estaré bien- le aseguro, con una sonrisa todo dulzura.

-Si, el show debe continuar, es cierto...

Acompaño a Jack hasta la entrada del palco donde uno de los trabajadores nos dice que puede traernos lo que queramos. Yo pido un zumo de mango y cualquier cosa de picar que no implique carne animal, me da igual lo que sea, lo que les parezca bien y les dé menos trabajo. Tras agradecer el servicio al ujier, entro de nuevo en el palco con Jack y me acomodo en el sofacito señalado.