Partida Rol por web

Bien...Corro de vuelta al interior de casa, cruzando en un parpadeo el salón para evitarme la escena y el hedor de la sangre hasta que logro encerrarme en mi habitación y deslizarme por la pared hasta sentarme en el suelo, encogida.
Tengo que gatear hasta mi mesilla de noche para poder coger los comprimidos de lamotrigina y el botellín de agua. Tras pasar la pastilla me quedo aún sentada en el suelo, intentando ocupar la cabeza en empacar mentalmente lo que creo que me quiero llevar en una maleta pequeña. Como no tengo realmente dónde ir prefiero viajar ligera.

Me toma realmente más tiempo calmarme que meter lo básico en la maleta y mi bolso, y cuando estoy bajo para asegurar la maleta en el asiento del copiloto con el cinturón de seguridad. Alegaré paranoia por cosas frágiles que llevo, pero es por no abrir el maletero.
Antes de salir de casa, sin embargo, paro frente al mueble de la entrada para coger una foto de mi tío y yo. La última vez que tuve que irme de casa no pude llevarme ningún recuerdo.

El subjefe Hale se comporta en todo momento con exquisita corrección, y cuando montas en el coche, te dice Señorita, yo iré delante hasta el motel. Si durante el trayecyo le ocurre cualquier cosa, o se encuentra mal, hágame luces o toque el claxon, ¿ok?

El trayecto hasta el motel es completamente tranquilo. El edificio queda a las afueras justo de Charming, y en cuanto llegáis, el policía desciende el primero.

Quédese aquí un instante, hasta que compruebe que la habitación está en orden. Cuando entre, cierre con llave por dentro. Yo le daré un vistazo a la parte de atrás y llamaré a Gino's para encargar la comida, así no tendré que dejarla sola más que unos minutos, 10 a lo máximo, ¿de acuerdo?

El agente comprueba la habitación y los alrededores, y da su visto bueno a que entres ¿Hay algo que le venga más de gusto, señorita? Lo digo por encargar una comida que sea de su agrado...

Una vez ha hecho la llamada pidiendo la cena, te insiste en lo que ha dicho antes. Ahora sea buena chica y cierre por dentro. Yo volveré en unos 10 minutos con su cena, y luego me quedaré de guardia en el exterior.

Tardaré lo menos posible! añade, mientras sube a su coche de policía para acercarse hasta Gino's

Le dije al subjefe que no tenía especial hambre por mi ánimo, pero que me comería cualquier cosa que estuviera caliente para asentar mi estómago. Así, al fin, me quedo sola otra vez con mis pensamientos y algo mejor: la caja. La había sacado del maletero al llegar al hotel, envuelta en la manta que también había en el maletero (a estas alturas, el pobre Hale debe pensar que estoy totalmente paranoica como para llevar mi propia manta), así que sencillamente entro en la habitación, dejo la maleta al lado de la cama y la manta con la caja encima, y cierro con llave la puerta. 

Así, más segura, me enfrento a la caja y le pongo las manos encima, abriéndola.

Una vez se ha ido el agente Hale, abres por fin la caja que te dijo Fingers...

Encuentras los siguiente:

- Una pistola automática Glock de 9mm de baquelita (lo que permite pasarla por la mayoría de escáners sin ser detectada) y una caja de munición.

- 2 botes de tu medicación, que por lo visto Fingers guardaba para emergencias.

- Un sobre que contiene unos 500 dólares en billetes de 20 y 50

- Un par de juegos de documentación (obviamente falsos) para ti, uno canadiense y otro español. Incluyen pasaporte, carnet de conducir y, en el caso español, tarjeta de la Seguridad Social. También hay otro juego que es de Fingers

- Tu pasaporte auténtico, que Fingers guardaba pot seguridad

- Una pequeña libreta de notas, llena de anotaciones obviamente en clave, que no entiendes en absoluto

- Media docena de fotos "familiares", de hace bastantes años. En una de ellas estás tú con tu madre, que te sostiene en brazos, y en otra están tus padres y Fingers. Él está entre los dos, los brazos sobre los hombros de la pareja, y tu madre está obviamente embarazada. Aunque la que más te llama la atención es una en la que están Fingers y tu padre, ambos muy jóvenes, y llevando un uniforme militar de un camuflaje marronoso. Ves que ambos se están estrechando la mano, con grandes sonrisas, y en el pecho de cada uno hay una medalla (diferente en cada caso)

- Un teléfono móvil de prepago, que parece sin estrenar

- Y por último, un sobre que contiene una carta de Fingers para ti

Obviamente la escribió por si le pasaba algo, ya que empieza diciendo

"Querida princesa. Cuando estés leyendo esto, yo ya no estaré para seguir cuidando de ti..."

Continúa en un tono muy cariñoso, y tras darte varios consejos, sobre todo para que sigas siempre tomando la medicación y te conviertas en una persona "de bien", te insiste en que llames cuanto antes al Dr. Wyler, sea la hora que sea, del día o de la noche 

"...él cuidará de ti mucho mejor que yo. Es un buen hombre y sabe perfectamente qué es lo mejor para ti, así que obedécele en todo lo que te diga, aunque te suene raro o no estés de acuerdo. Yo ya hablé del tema con él y me explicó sus ideas, y estoy de acuerdo con ellas. Así que sé una buena chica y haz lo que él te diga, y no olvides seguir entrenándote, princesa!"

Apenas has terminado de leer la carta cuando llaman a la puerta. Es el subjefe Hale, que trae la cena. te da todo el tiempo que quieras para que le abras la puerta, y cuando lo haces, el agente está allí delante con una sonrisa reconfortante

Señorita, le he traído el especial de Gino´s, una hamburguesa con de todo, una ración de tarta de manzana casera y un helado de chocolate con avellanas, y un par de CocaColas. Ah... y me he pasado por el kiosco y le he traído unas revistas... Aquí su sonrisa cambia a una más vergonzosa, e incluso se pone algo colorado. Está claro que no domina este tipo de situaciones... No sé si le gustarán, hay un par esas de de chismes y un especial del National Geographic sobre castillos y catedrales de Europa... Más que nada por si lo que den por la tele no es de su agrado...

Tras esto, te da las buenas noches y te repite que estará fuera para lo que necesites...

Debo decir que todo lo del interior de la caja me maravilla, aunque no tanto como la pistola, que casi parece de juguete y nadie tomaría en serio (de hecho me quedo mirándola un ratito antes de seguir cotilleando el resto de cosas para asegurarme de que es real). Luego está el asunto de los pasaportes, y la libreta...y las fotos, que no puedo evitar quedarme mirando; no sabía que mi padre y tío Fingers habían sido militares. Me había quedado absorta con esa foto de ellos, mirando las medallas, aunque mi limitado conocimiento no me permitía saber a qué se debía ninguna de ellas, así que el subjefe me pilló en otro mundo cuando llamó a la puerta. Me pareció que sólo había tardado tres minutos en ir a Gino's.

Volví a guardarlo todo, sin poder quitarme de la cabeza la idea de que mi tío sabía que esto le iba a pasar. ¿Desde cuando? Esto debe llevar preparado un buen tiempo; el haber hablado con el doctor Wyler, conseguir la documentación falsa...Tenía que saberlo esta mañana, cuando me mandó al pueblo sola; estaba limpiando su arma, y parecía además estarse preparando para algo...Ese pensamiento me estremeció, y así me quedé sin hambre cuando abrí a Hale.

Como estaba más tranquila, me permití sonreirle bien para calmarle al verle tan nervioso con el asunto de las revistas.

-Qué detalle; gracias.-le dije, aunque ya sabía de antemano que no iba a mirarlas, al menos esta noche.

Me obligué al menos a comerme el helado para que no se derritiera, y tal vez más adelante sintiera hambre para mordisquear la hamburguesa, y mientras lo hacía seguía repasando el contenido de la caja, en especial la libreta con esas notas tan extrañas, que por mucho que miraba no tenían sentido en mi cabeza.

Terminado el helado con esfuerzo, descuelgo el teléfono y me lo pongo entre la oreja y el hombro para marcar el número de mi médico. Quizá algo de esto cobre sentido tras hablar con él.

Cuando marcas el número del Dr Wyler, él te contesta al segundo timbrazo, como si estuviera frente al teléfono esperando tu llamada

Valary? Querida, ¿estás bien? He visto lo de tu tío en las noticias locales, y suponía que me llamarías en cuanto pudieras. Ante todo, estate tranquila y dime dónde estás, que salgo a buscarte ya mismo!!!

En cuanto se lo explicas, te dice que no te preocupes

Voy a llamar al Jefe Usher ahora, nos conocemos de hace tiempo y sé que no pondrá pega alguna a que te vengas conmigo a Stockton. Tardaré el tiempo justo de hacer esa llamada y coger el coche

Al poco, el Subjefe Hale llama a la puerta con delicadeza

¿Señorita? Me acaba de llamar el Jefe Usher para decirme que viene a buscarla su médico, el Dr Wyler. No creo que tarde mucho, porque apenas son 30 millas (50 km) lo que hay hasta allí...

Unos 40 minutos después, oyes llegar un coche y, mirando por la ventana ves la figura familiar del Dr Wyler, un hombre regordete y de rostro simpático, que rondará los 70, aunque se mantiene sorprendentemente bien para su edad

Al verte, se acerca con una sonrisa cálida y te abraza familiarmente Bueno, bueno, cariño, ya estoy aquí y a partir de ahora todo irá bien ¿Tienes tu equipaje preparado? En cuanto lo tengas lo metemos en mi coche y nos vamos a casa.

Y como si se anticipara a una de tus dudas te dice Tranquila, no te preocupes por tu coche. Llamaré a un taller mecánico del pueblo que lo guardarán tan bien como si fuera suyo

Y girándose hacia el agente Hale casi casi le ordena, mientras coje el móvil para llamar al taller David, los de Teller-Morrow vendrán a buscarlo, quédate hasta que lleguen, ¿de acuerdo?

El policía se limita a asentir, y a ofrecer su ayuda si la necesitas con el equipaje. El doctor sonríe amablemente y, cuando os habéis alejado un poco de él, te cuchichea Es un buen chico, un poco envarado, pero bueno hasta la médula. Como lo era su padre... lamentablemente, su hermano mayor es un mal bicho de cuidado: un especulador de terrenos de esos que es capaz de vender a su madre...

La verdad es que la presencia del Dr. Wyler me deja mucho más tranquila, y llevada por las palabras de mi tío (tanto las que me dijo como las que dejó en la carta de la caja), puedo confiar en que estaré a salvo con él. La idea de que mi tío supiera que iban a por él no me ha ayudado demasiado; me ha tenido pensando en si también estoy en peligro para que mi tío tomara todas estas precauciones...
Por suerte, mi médico actúa sobre mí como lo hacen mis estabilizadores del ánimo.

Stockton...bueno, una mudanza más a estas alturas ya no me hará daño. Vuelvo a coger las cosas de la habitación y esta vez las meto todas en el maletero del coche del Dr. Wyler, además de llevarme también la comida y las revistas. Antes de subirme al coche me despido del subjefe Hale, agradeciéndole su atención.

Ya en el coche, suspiro hondamente y apoyo la cabeza contra la luna tras abrocharme el cinturón de seguridad. El alivio de saber dónde voy y con quién exactamente permite que mi preocupación se relaje y me deje ver lo agotada que me siento.

-Muchas gracias, doctor...-susurro, sonriendo un poco.

De nada, cariño te contesta amablemente el anciano doctor, que también se despide cordialmente del agente Hale

Al poco, estáis saliendo del pueblo. Dejáis atrás el típico cartel que hay a la entrada y salida de los pueblos Está usted dejando atrás Charming. "Nuestro nombre lo dice todo". POP 14679

Justo al mirar por el retrovisor el cartel que queda atrás, ves un par de moteros que circulan detrás vuestro, sin prisa, como si os estuvieran siguiendo

El Dr. Wyler sonríe divertido cuando se lo comentas...

Debería habértelo dicho. "Chibs" y Bobby Elvis son, podríamos decir, nuestra escolta. Los miembros de su club eran amigos de Fingers desde hace una eternidad. No sé si en la actualidad tenía negocios con ellos, pero son gente legal, a su manera... Nos acompañarán hasta la entrada de Stockton...

El viaje transcurre sin incidente alguno, y justo cuando se ve el letrero que indica el comienzo del término municipal de Stockton, los moteros se dan media vuelta, tras saludar haciendo sonar sus bocinas

La casa del Dr Wyler es un lugar agradable, en un tranquilo barrio residencial de la ciudad. Él te ayuda con el equipaje y, una vez todo dentro y el coche en el garaje, te invita a sentarte en uno de los sillones que hay junto a la chimenea, y él lo hace en otro.

Te fijas que la casa está decorada con gusto, sin lujos excesivos, pero confortable. la pared de encima de la chimenea está llena de fotografías viejas, en las que ves a un joven Dr Wyler como estudiante, abrazando a una chica con la que después se casa, y también otra en la que está de uniforme, recibiendo una condecoración de un militar con un montón de galones...

El doctor te dice si quieres algo, leche, cacao, unas galletas... y te dice que si quieres hacerle alguna pregunta antes de irte a descansar un rato, estará encantado de contestártelas.

Mañana hablaremos de tu futuro, de lo que acordamos con tu tío, pero ahora no quiero cansarte con todo eso...

Niego con la cabeza cuando me ofrece tomar algo; de todas formas me había traído lo de Gino's por si eventualmente me volvía el hambre.

¿Preguntas? Un montón, pero al ser casi todas sobre lo que va a ser de mi, decido dejarlas para cuando mañana el doctor me cuente qué habían preparado ambos. Sólo tengo una muy grande en la cabeza.

-Por casualidad...¿estuvo con mi tío en el ejército, doctor?-le pregunto, mirando la fotografía de él de uniforme. Lo pregunto bajo, como si me diera vergüenza, pero me parece al menos curioso; todavía tengo grabada la imagen de mi padre y mi tío también de uniforme. De algo tendría que tener mi tío esa extrema confianza en el doctor.

¿Juntos en el ejército? No, cariño, yo serví a mi país muchos años antes de que lo hiciera tu tío... y tu padre también. De hecho fue allí donde se conocieron y se hicieron amigos inseparables explica el Doctor Wyler, y continúa diciendo Me parece que es una de las etapas de sus vidas de la que no te explicaron demasiado, ¿no?

Bueno, vamos a ver. Ellos lucharon en la llamada Primera Guerra del Golfo, allá por 1990 o 1991. Se habían alistado en los Marines, y lo hicieron lo suficientemente bien para ganarse una medalla cada uno de las que no se conceden cada día, la Estrella de Plata Fingers, y la Estrella de Bronce tu tío, durante lo que se llamó Operación Sable del Desierto. Aunque, por lo que yo sé, no solamente hicieron eso...

El anciano ríe, algo divertido, y prosigue su explicación Por lo que tengo entendido, allí fue donde ambos también colaboraron para obtener beneficios de... podríamos decir... riqueza ajena. Por lo visto se toparon con un camión cargado de objetos de arte, oro, joyas y dólares que los iraquíes habían "requisado" durante la invasión de Kuwait y... ejem, ejem... su contenido se esfumó misteriosamente... ¿no hace falta que te diga que los hombres del sargento Fingers y del cabo Wishter volvieron bastante más ricos a casa de lo normal, no? Y ellos, bueno, ni te cuento...

El doctor se gira entonces hacia la foto suya que te ha hecho hacerle esa pregunta y dice Lo mío fue en Corea, allá a principios de los años 50, una guerra muy sucia y desagradable...

Por un instante suelta un suspiro nostálgico, y se para como si recordara momentos tristes y duros de su existencia...

Fue en Pork Chop Hill, justo antes de que se negociara el fin de la guerra. Mientras los diplomáticos occidentales intentaban convencer a los coreanos y chinos, estos lanzaron oleadas de hombres sobre una colina sin valor aparente... Nosotros fuimos los encargados de defenderla, y de toda una compañía de más de 150 hombres, apenas quedabamos una docena aptos para seguir combatiendo cuando llegaron los nuestros...

Si no llega a ser por el Capitán América y Arma X, nos hubieran aplastado sin dar tiempo a que llegaran nuestros refuerzos...

El doctor ve tu mirada inquisitiva, y encogiéndose de hombros, contesta tu muda pregunta

Claro, claro... yo también ayudé un poco, aunque era simplemente un sanitario más del batallón,. poco más que un camillero, mis poderes hicieron lo suyo. Realmente fue la primera vez que los utilicé en público y... bueno, esos pobres chinos era lo último que se esperaban ver.... un chaval de apenas 18 con brazal de la Cruz Roja soltándoles estallidos de luz delante de sus morros... un chiquillo bastante raro que acabó ganándose la Medalla de Honor del Congreso...

Ajá cariño, yo también soy un mutante... de los primeros oficialmente reconocidos, Bengala era mi alias y nombre en clave. Durante mi época conocí a muy buena gente, como el Capitán, y gente más rara y... peculiar, como por ejemplo Namor, el príncipe de Atlantis, la primera Antorcha Humana, o el tipo al que llamaban Arma X, uno de esos que mejor no tener como enemigo... y no sé si tampoco como amigo. Era una de esas personas que ponía la piel de gallina, pero en el combate era el mejor aliado que podías tener, eso es verdad...

Y ahora, mírame... cuando llegó lo de Vietnam decidí dejarlo y centrarme en mi carrera de Profesor de medicina. Estaba harto de guerras y quería ayudar a formar gente que curara ante todo. Luego me retiré de la docencia, y volví a mi tierra natal, para ser un simple médico, sin más problemas o ambiciones...

Como verás, me mantengo bastante bien para tener más de 75 años, pero de mis poderes lumínicos apenas queda nada, supongo que por dejadez y falta de voluntad para entrenarlos....

Mientras dice eso, levanta la mano y ves cómo un tenue fulgor la rodea, y al mismo tiempo la luz de la sala donde estáis sube y baja de intensidad un par de veces...

El doctor ríe divertido por un momento, y termina añadiendo Como ves, puede que haya más bichos raros de lo que parece, y no todos son peligrosos para la sociedad... Anda, cariño, tómate tu medicación si no lo has hecho hoy y vete a dormir, y mañana te hablaré de uno de mis mejores discípulos, al que quiero que conozcas. Él y sus amigos te ayudarán, ya lo verás, aunque tendrás que ir a Nueva York para ello...

Por la cara que debí poner en todo momento debió de quedarle claro al doctor que no, yo no tenía ni zorra de todo esto. Suficiente chocante había sido ver a mi padre y a mi tío de uniforme, y desde luego tampoco me encajaba en la cabeza que mi doctor hubiera estado en ninguna guerra. Peor aún para mi cabeza; ¡también era un mutante! Y conoció a otros supers.

Si ya estaba alucinando con todo eso como para no moverme ni un milímetro en mi asiento, la noticia de enviarme a la Gran Manzana es suficiente para fundir mi culo con el sillón.

Intento decir algo, pero sólo consigo balbucear inútilmente hasta que me veo capaz de levantarme y rascarme la cabeza.

-Eh, si...Ya me tomé las pastillas antes; será mejor que me acueste...-murmuro al fin, con la cabeza cargada de demasiadas imágenes e información que algo de sueño pondrá en su correcto sitio.

El doctor asiente amablemente y te acompaña hasta la habitación

Te entiendo, cariño, demasiadas cosas en apenas 24 horas... Intenta dormir un rato, y mañana lo verás todo mejor, créeme...

La noche transcurre sin incidente alguno, y cuando te despiertas, oyes que ya el doctor está levantado, obviamente preparando un desayuno continental, por el olor que llega de la cocina. En un viejo tocadiscos da vueltas un disco de color amarillo, y por los altavoces suena a un volumen moderado el LP de los Beatles "Sergent Peppers Lonely Hearts Club Band", todo un clásico...

El anciano te saluda en cuanto estás arreglada y sales de la habitación Como no sé qué te vendría más de gusto para desayunar, he preparado un poco de todo... desde huevos con bacon a tortitas con mermelada... y guiñandote un ojo, añade debes comer para hacerte grande y fuerte, consejo del doctor!

Una vez sentados a la mesa, él continúa hablando, mientras desayunáis.

Mira, cariño, sé que todo esto supone un cambio muy radical para ti, pero es algo que hablamos tu tío y yo hace tiempo, para que te lo comunicáramos tras tu 18 cumpleaños... iba a ser una especie de regalo especial... y lo és, créeme. La idea era, y es, enviarte a Nueva York, donde te formarás académicamente como corresponde a una chica de tu edad, y donde además te enseñarán a controlar y a potenciar tus poderes, y a utilizarlos para iuna buena causa.

¿Recuerdas que te hablé de que te iba a poner en contacto con uno de mis mejores discípulos? Se trata del Dr McCoy... aquí se para un instante, y se pone a reir, como si presintiera tu reacción...

No, no se trata de "Bones" McCoy, el de Star Trek, sino del Dr Hank McCoy, uno de los más afamados médicos expertos en genética de todo el mundo. Es un mutante, y eso salta a la vista en cuanto le pongas la vista encima, pero pese a su aspecto, es la persona más amable y simpatica que conozco, después de un servidor, claro está. Él te pondrá en contacto con el centro donde estudió, la Escuela Charles Xavier para jóvenes superdotados, y donde sigue impartiendo clases, además de ejercer como parte de algunos grupos de superhéroes...

En un principio, si no te parece mal y te gusta el sitio, te alojarás en una mansión propiedad de la Fundación María Stark, junto a Central Park, hasta que los de la escuela contacten contigo, y hayas visto si te gusta o no la idea... Que conste, cariño, que nadie te obliga a nada, si aquello no te gusta siempre tendrás un sitio aquí, en mi casa, como lo tienes en mi corazón, pero pienso que se trata de una oportunidad única que no puedes dejar pasar...

Además, quién sabe? El Dr McCoy tiene otros grandes amigos, médicos y científicos, que tal vez puedan ayudar a que controles mejor tu enfermedad, es algo que él me insinuó cuando le conté tu caqso, y está deseando recibirte y poder hablar contigo...

¿Qué te parece la idea, cariño? Si quieres probar, tenemos un vuelo que sale del aeropuerto de Oakland a mediodía, o sea, hay tiempo de sobras de preparar las maletas y llevarte allí para que lo cojas...

Y guiñándote de nuevo un ojo, dice, alegre Además, todo será a gastos pagados, viajarás en primera clase, y un chofer con limusina estará esperándote a la salida del aeropuerto para llevarte a la mansión que te he dicho y así no te pierdas o tengas problema alguno...

Créeme, todos a quienes verás allí son muy buena gente, gente de absoluta confianza... Ah, y si por casualidad ves al Capitán, dale recuerdos del viejo Bengala, seguro que se alegrará de saber que vas de parte mía!!!

Una oportunidad única que no podía dejar pasar...El doctor no tenía que decirme más, porque ya había empezado a excitarme sólo con la idea de ir a Nueva York, ¡y a estudiar! Por algún motivo, quizá por la tremenda cantidad de tiempo que hace que no estudio propiamente, me hace muchísima ilusión volver a estudiar y estar con gente joven...¡y, maldita sea, me enseñarán a potenciar mi poder! Gastos pagados, una maldita mansión, primera clase...¡Mi madre!

Me excité hasta el punto de necesitar una dosis temprana de mi medicación cuando pude acabar de desayunar, pero aún así me faltó tiempo para correr a meterlo todo de nuevo en la maleta tras darle un beso en la mejilla de agradecimiento al doctor Wyler. Luego, en el coche de camino al aeropuerto, me sentí mal por haberme puesto tan contenta cuando mi tío había sido asesinado no haría ni 24h. Eso, y la perspectiva del mundo que se me abría delante (demasiado grande, habiéndome acostumbrado a la sencillez de ser sólo tío Fingers y yo), me mantuvieron callada todo el viaje hasta que llegamos al aeropuerto.