Partida Rol por web

Nagredog disparo una flecha que impacto en el hombro de un trasgo, pero sin más consecuencias. Así que recargó un nuevo proyectil, y apuntó al mismo enemigo con la intención de abatirlo. Pero su flecha se desvió de su objetivo y fue a alcanzar a uno posterior, con la buena suerte que lo mato cuando el arma le perforo un pulmón.

En el conjunto de esos instantes de batalla, ambos bandos tuvieron bajas, que para los enanos fueron las primeras. Cuando en una andanada por parte de los adversarios, un enano que recargaba su ballesta fue herido por un segundo proyectil con fatal desenlace; y en otra cuando una flecha alcanzo en el cuello a un soldado de Belegost por apartar antes de tiempo su escudo.

La carga de los trasgos continuo inexorable hacia su destino, aun así todo estaba decantado hacia el lado de los enanos. Sin embargo, tras de ellos varias siluetas de casi 3 metros aparecieron, eran trolls, su piel grisácea les había permitido acercarse en la noche bastante sin haber sufrido herida alguna.

Nada más ver a tan poderosos adversarios la expresión de los confiados enanos se borró de su tez. Gritos de.- !Trolls, Trolls, tienen trolls!.- se propagaron por todo el campamento.

La primera respuesta de los enanos ante estos monstruos fue simple, los mercenarios-exploradores dispararon cada uno hacia su lado, alcanzando a dos de las criaturas, viendo una de ellas ralentizado su movimiento a causa del ataque.

La sangre le hervía de emoción al volver a combatir contra los orcos. Sus musculosos brazos y piernas fueron tensados ante el inminente contacto con el enemigo, mientras gritaba.- !Venid aquí fétidos orcos a probar el filo de mi hacha!-

Los comerciantes estaban en sus puestos, con una linterna bien cargada de aceite en su mano y una antorcha en la otra, esperando a que sus adversarios se acercaran lo suficiente como para alcanzarles.

También estaban esperando que Nagredog, al que se la había ocurrido la idea, les diera la orden de arrojarlas.

Ahora si se podia decir que estabamos completamente rodeados, solo teniamos una salida, la exterminacion total de los apestosos orcos.

Al ver acercarse mas retrasados a los enormes trolls, el corazon se me atenaza en un sentimiento de temor, esas criaturas son dificiles de matar y mas aun si vienen en grupo.

Con el rabillo del ojo, veo como los comerciantes se acercan a toda prisa, linterna en mano. Quizas fueran insuficientes, pero habia que intentarlo.

- ¡Ahora, lanzad las linternas, rapido! - insto a gritos a los comerciantes mientras agarro la tea en la mano.

Cuando el cristal de las linternas se rompe, y el deposito de aceite se desparrama sobre el enemigo, lanzo la tea hacia ellos. Espero que cause bastanes bajas, y de no ser asi, al menos cree la confusion entre los atacantes.

Segun la tea salga de mi mano, suelto el arco y cogiendo el escudo y mi hacha, me coloco delante de los ballesteros. He defenderlos mientras continuan disparando sin descanso. El hueco entre las carretas no sera tomado por la fuerza mientras o este alli. En esa posicion permanezco, con la esperanza de que solo puedan atarme de uno en uno.

Me encomiendo entre susurros a Tulkas, señor de la guerra, para que guie mi hacha hasta la yugular de mis enemigos, y de un solo golpe caigan sin vida a mis pies. Cuando termino de susurrar, un alarido sale de mi garganta, han de saber que estoy alli, sediento de sangre.

Las linternas y antorchas volaron por encima de la carretas, consiguiendo un carácter más eficaz en parar la carga de los trasgos por un momento a causa del miedo producido por el elemento que en el carácter destructivo que habían presupuesto algunos enanos. Pues, algunos lanzamientos de los objetos arrojadizos  se quedaron cortos dando tiempo a esquivarlos a los débiles pero ágiles trasgos, lo que le paso a Nafredog, y otros pasaron de largo a sus enemigos.

El miedo ocasionado por el fuego al ver como unos pocos de los suyos eran presa de las llamas hizo que los grupos de orcos de los extremos pensaran en una opción sin peligros para sobrepasar las defensas de los enanos, por lo que utilizando su habilidad natural comenzaron a escalar rápidamente por las laderas de las montañas. El resto de adversarios que aun quedaban vivos continuo la carga finalizando esta con saltos vertiginosos y movimientos extraños,  y que fue contrarrestada en gran parte por la defensa proporcionada por las carretas y por el cambio de posición entre los enanos con armas de mano y los de proyectiles.

Nagredog que estaba aun equipándose con el escudo pudo ver como algunos contrincantes se estaban colando cerca de su posición por debajo de una carreta. Mientras, Flin recibió al primer orco que se le acerco con un regalo mortal, cuando su gran hacha le rebanó la cabeza de un sólo golpe y sin esfuerzo.

Durante todo este tiempo las flechas continuaron surcando el aire hacia ambos sentidos, teniendo que hacer especial atención a una que ralentizó a otro troll cuando se clavo en su estómago.

A pesar de que las mulas habían estado inquietas y rebuznando desde que habían sentido a los trasgos. Ahora,  a la vez que daban coces, sus "chillidos" debidos al miedo por la ya cercanía de los orcos se hicieron más evidentes gracias a su alta sonoridad. Quizás el terror que sentían estos animales era el indicativo de que el final de la lucha sería funesto tanto para ellos como para los enanos.

Ahora con el enemigo tan cerca y ya preparado, era la hora de demostrar a esos trasgos, quien era el que mandaba.

Nos superaban en numero, tocabamos al menos a diez por barba si queriamos acabar con ellos, y eso sin contar los enormes trolls, era demasido. Para colmo los impunes trasgos comenzaban a subir las laderas, pronto nos rodearian.

-¡A los lados, que no nos rodeen!- grito a los ballesteros para que algunos de ellos hagan algo al respecto

Sin otra cosa que poder hacer salvo matar y matar, levanto mi hacha y la descargo contra el oponente que esta frente a mi. La lucha habia comenzado para mi, y solo una grave herida o quizas la muerte terminarian con mi sed de sangre.

Los proyectiles enanos salieron despedidos hacia los laterales con la intención de causar el mayor número de bajas antes de que los trasgos volvieran a alcanzar el suelo, donde estarían esperándolos los comerciantes con sus dagas.

Los combates se extendieron rápidamente por todo el perímetro exterior del campamento. Los enanos resistieron bien estos segundos de lucha, pero también era cierto que muchos de los orcos evadían el combate para colarse por debajo de las carretas para rodear más tarde a sus enemigos.

Antes de que uno de estos se pudiera incorporar, Nagredog lo mató con un fuerte hachazo ascendente en el pecho. Después, por suerte para él, el contraataque por parte de sus rivales fue detenido por su gruesa coraza.

Flin tambien consiguió acabar con su contrincante al provocarle una gran hemorragia debida a la pérdida de una de sus piernas. Los orcos rodeaban al khâzad, pero ninguna de sus armas llego a alcanzar al enano debido a su gran experiencia.

Un grito más fuerte que el de los orcos se propago por los alrededores, eran los trolls, que cargaban hacia las carretas con la intención de derribar algunas, llevándose sin importarles en su recorrido por delante a algunos trasgos.

Sin quitar ojo a la batalla grito en voz alto:

- !!Arqueros, disparar al orco mas alejado, alli a lo lejos¡¡ !!si le matamos todos huiran¡¡- gritaba a pleno pulmon para hacerme oir entre la multidud, esperaba que los exploradores mercenarios me oyeran, y que sus arcos intentaran alcanzar a un objetivo tan alejado.

Mientras yo continuaba esquivando ataques, y luchando sin tregua con todo aquel que se acercara, algo me produjo un acongojamiento casi rozando el terror. Uno de los trolls venia directamente hacia la carreta que estaba a mi lado, intentaba hacer brecha.

Con un rapido movimiento, intento esquivar al enorme ser, o al menos la carreta que esta tumbando. Cuando recobre mi poscion, ataco al gran troll, intentare por todos los medios acabar con el, aunque es tarea casi imposible.

Mi cabeza pensaba el por que de esa ingente cantidad de enemigos, tan solo para acabar con una caravana de mercancias; mi cuerpo entre tanto, tenso por la batalla, golpeaba y esquivaba casi por inercia, alla donde mirase, un nuevo objetivo para mi hacha aparecia, ¿es que aquello no iba a acabar nunca?, no, tan solo habia comenzado y ya deseaba el final.

En esos instantes de combate, la defensa otorgada por las carretas fue disuelta en algunos puntos por la carga brutal e imparable de los trolls. Las carretas salieron volando, arrojando por el aire todas sus mercancías. En el extremo norte, aunque dos enanos esquivaron una, fue muy tarde para ellos, puesto que aprovechando el desliz, el grupo de trasgos más cercanos se abalanzo sobre ellos, provocándoles rápidamente una muerte segura.

Una de esas carretas rodó en dirección a Nagredog, pero el enano, con una rapidez rara en esa raza, la esquivo sin problemas e incluso le dio tiempo después a afianzarse encima de la carreta y atacar al troll causante de todo el alboroto, aunque su hacha no abrió brecha en la dura piel del monstruo.

Sin embargo, Flin si que consiguió herir a un troll e incluso matarlo. Cuando preveyendo los movimientos de su enemigo, el khâzad adelanto su posición entre una formación de enemigos y descargo su gran hacha de doble filo al encuentro del ser, después de haber esquivado en una primera instancia el golpe del monstruo. El arma del naugrim abrió una profunda herida en el costado de su oponente, su impacto lleno de trozos de huesos los riñones y el hígado, acto que causo su muerte tras un minuto de agonía y de tambalearse por los alrededores.

A los arqueros no les dio tiempo de seguir la orden de Nagredog, por el contrario, descargaron sus flechas de nuevo contra los orcos de las rocosas paredes laterales. Pero esto no freno a los trasgos que rápidamente se habían enzarzado en una nueva lucha contra los comerciantes enanos, en la cual estaba claro que estos últimos no saldrían muy bien parados y además esto sucedería pronto.

Por último, los mercenarios con arco se giraron para más tarde hacer caso a Nagredog, pero una andanada por parte de los arqueros enemigos diezmo sus fuerzas antes de tiempo.

Después de acabar con el troll, la esperanza de acabar bien toda la lucha aumento para Flin, pero su prudencia ganada con la experencia le decía que aun no podía confiarse, que nada estaba decidido. Así pues, el enano retrocedió hasta su antigua posición en la defensa, y se preparo ante la siguiente acometida del enemigo.

Estaban haciendo mella, su gran numero y tambien su potencial troll acabarian por destruir nuestra devil defensa, una serie de carretas no bastaria.

No logre dañar al troll, aunque al menos no acabe apalstado por la carreta. Encarado aun a el, le intento asestar otro golpe, procurando por todos los medios no quedar entre este y los trasgos.

Levantando mi hacha lo descarco con toda la fuerza de la que dispongo contra el enorme ser. No sere menos que Flin y este orco caera antes o despues. Ya sin ocuparme de los arqueros, me concentro en el troll, antes de que destroze aun mas cosas.

En esos momentos un grito gutural sonó desde atrás de las líneas orcas, como se pudo deducir al final se trataba de una orden para que sus arqueros no dispararán hasta nuevo aviso. Sin embargo, el único explorador que quedaba en pie si que disparo y lo hizo hacia uno de aquellos orco que parecían dirigir el ataque, aunque la flecha únicamente llego a toparse con el escudo del enemigo.

Exceptuando las posiciones de Flin, que como ya era habitual durante toda la lucha acabo con otro enemigo de un sólo ataque, esta vez fue un trasgo; y de Nagredog que mantuvo a raya aun troll con un fuerte golpe en el brazo del monstruo, acción que más tarde la valió para no salir peor parado en el contraataque con el garrote de su oponente. Las líneas de defensa volvieron a ser rotas por varios puntos de la formación enana, incluyendo toda un grupo de trasgos y un troll que ya estaban dentro del campamento.

En su intento de huir, el troll al que había herido mortalmente antes Flin, se llevó por delante a dos trasgos e hizo que tuvieran que apartarse de su camino otros tantos. Y otro de sus congéneres también creo el caos entre sus aliados cuando un enano esquivo mazazo y por consiguiente fue a parar a un desafortunado trasgo.

-El combate no pinta bien, si continuamos en las posiciones actuales los malditos trasgos nos rodearan.- pensó Flin, y prosiguió con un grito con carácter de orden.- !Retroceder , retroceder hasta el centro del campamento!-

Mientras el enano cumplía sus propias ordenes, iba dando otras.- !En circulo, colocaros en circulo!...¡Los arqueros en el centro¡...!Irlos conteniendo hasta acabar la formación!- y a la vez asestaba golpes con su gran hacha.

Al fin habian roto nuestra linea defensiva, teniamos que replegarnos como fuese. Mientras pensaba en ello, Flin a grito limpio dio la orden.

Junto al troll, justo despues de que este lograra alcanzarme, tenia que retirarme hasta el centro. Escudo en mano, y mientras voy hacia mi posicion, asesto un ultimo golpe al troll, ya casi en carrera.

Tras lanzar un hachazo al enorme ser, continuo corriendo, asi de lado, parapetandome en el escudo y asestando otro golpe a un trasgo que se me cruza en el camino. Asi, abriendome paso como mejor sabia, a golpe de hacha, me dirigia hasta la formacion que ahora empezaba a crearse.

Una vez colocado junto al resto de compañeros, cierro bien el circulo. De ahora en adelante tendre que atacar por encima del escudo, o quizas bajarlo un poco para que mi hacha tenga mas recorrido, pero se ira viendo segun el enemigo vaya acercansose.

El repliegue enano fue ordenado, y se realizó sin sufrir bajas, esto se debía a la buena disposición de los enanos para las tácticas defensivas. El enemigo más peligroso, los trolls, fueron neutralizados.

El primero, cuando Nagredog propinó un golpe increíble en el hombro que hizo tropezara una de estas criaturas, no pudiéndole contraatacar. El enano, también acabo de un sólo golpe con un trasgo que pasaba a su lado al encuentro de los comerciantes.

El siguiente, el explorador detuvo el ataque de un monstruo cuando la flecha lanzada por su arco corto fue a clavarse en su barriga, teniendo como consecuencia beneficiosa la salvación de un soldado de Belegost.

Y el último y de más importancia, se produjo cuando Flin lanzó una hacha arrojadiza a un troll, causando la exposición de sus puntos débiles. Momento que aprovechó un ballestero para dispararle a bocajarro una saeta en la garganta del temible contrincante, hecho que le causo la muerte instantánea.

Definitiva y oficialmente, estabamos enun gran aprieto. Quedabamos demasiado pocos e intentar sobrevivir a ese numero de enemigos era algo imposible. Hariamos lo que estubiese en nuestra mano para sobrevivir, dado que la defensa de la caravana era ya una mision perdida.

Alli, dispuestos en circulo, tan solo con nuestros escudos separandonos de los trasgos, intentando acabar con todo aquel enemigo lo suficientemente valiente para acercarse a un grupo de enanos acorralado. Como animales nos defenderiamos de todo.

Mirando alrededor intento hacer un balance de nuestra situacion, cuantos somos, cuantos son ellos y sobre todo el terreno, debiamos alejarnos de las paredes para eviatar que saltasen dentro del circulo.

- Malditos- digo en susurros maldiciendo a los apestosos trasgos y sus trolls.

- Esos símbolos que llevan pintados. No serán...!Sí¡, no puede haber otra razón para la ferocidad del ataque.- Pensó mientras acababan de rodearles los enemigos.

Hacia todo los enanos.- Son de la tribu Aplastacráneos.-

- Nagredog, cuando carguen, encargate de uno de los trolls. Y vosotros de otro.- dijo hacia los enanos con armas de largo alcance, y prosiguió.- Yo me encargaré del último. Hay que detenerlos a toda costa si no nuestra formación será rota rápidamente.-

- !Manteneos firmes. Que no se diga que un enano tiene miedo a morir!- Intento levantar la moral de los aliados, mientras apretaba con fuerza la empuñadura de su arma.

Sin mediar palabra, me concentro en el troll. Sin dejar de mirarle fijamente a los ojos, intentando adivinar la trayectoria que seguiria cuando cargase contra nosotros. En ese momento, tendira algun punto debil, y yo lo buscaria. Despues cuando estubiese cerca, lanzaria un hachazo hacia ese punto, con todas mis fuerzas.

Al grito de Flinn: "- !Manteneos firmes. Que no se diga que un enano tiene miedo a morir!-" contesto con un gran grito, mientras golpeo el hacha contra el interior de mi escudo, espero que todos me sigan y asi amedrentemos un poco a esos Aplastacraneos, mientras nosotros nos valentonamos.

- Oh Tulkas, el luchador, el valiente, dame fuerzas y dirige con acierto el filo de mi hacha. Danos la fuerza para sobrevivir y acabar con nuestros enemigos- susurro, casi hablando para mis adentros una vez el griterio haya cesado. Se que los Valar no siempre nos escuchan, pero por lo menos me inspiro y me doy animos a mi mismo

Cuando el troll comienza su carrera, y esta cerca, lanzo mi ataque hacia alguna parte debil que tenga desprotegida. el cuello, el abdomen el interior de la pierna...

parece que no iba a resultar...