Partida Rol por web

Elladen bostezó, no como insulto hacia la pregunta del hobbit sino por cansancio. Pues durante todo el día habían estado cabalgando a un ritmo muy rápido, lo que había hecho que sus posaderas por el movimiento alternativo de la carrera del caballo, y sus brazos y piernas por la fuerza ejercida para mantenerse encima de la grupa.

Además ya habían pasado varias horas desde la medianoche.- Si nos disculpas, si eso te lo contaremos mañana. Hoy hemos tenido un día largo, y lo mejor sería que fueramos a descansar.- Después miró hacia Taurnil, que era el que seguramente tenía la solución de donde poder hacerlo.

Seguro que mi familia nos acogerá encantada, no se esperaran que haya regresado tan pronto. Dijo Taurnil empezando ya el camino hasta su casa.

Mejorate Jilokasin. Nos veremos pronto.

- Yo me quedaré aquí junto a Fingod.- Miró un breve instante hacia la cama.

Despidiéndose- Gracias. Hasta pronto.-

Taurnil guió al grupo por el laberinto que formaban las galerías de Menegroth. En el trayecto no se encontraron con nadie salvo por algunos guardias, que si no se hubieran encontrado en una ciudad subterránea les hubieran dado el alto para saber qué hacían a esas horas.

Alguien llamó a la puerta, pero no se imaginaba quién podía hacerlo a tales horas de la noche. Aun así, por ser una ciudad tan segura, Thalos no se lo pensó dos veces para abrir la puerta sin preguntar de quién se trataba.

Cuan fue su grata sorpresa cuando vio que se trataba de su hijo.- Taurnil, ¿pero qué haces aquí?-

Hola padre. Saludó con respeto. Estamos aquí por una historia muy larga, necesitamos comida y cama para esta noche.

Miró el rostro de sorpresa de su padre. Os contaremos todo, pero no en el umbral de la puerta y con el estomago vacío. Sonrió.

Thalos se echo a un lado para que pasará su hijo, y al ver a sus compañeros añadió- Bien, pasad. Los amigos de mi hijo siempre son bien recibidos-

Y una conversación cuyo contenido no era de mucha importancia se sucedió.

- ¿Quién es?, cariño- Pregunto al oír que su marido llevaba una conversación más duradera de lo normal para esas horas.

- Es Taurnil, que ha vuelto.- Respondió.

Serindë  se levantó del lecho, y una vez se reencontró con su hijo le dio una abrazo seguido de un beso en la frente. También saludó al resto, en especial a Elwyn, ya que sus palabras fueron más sinceras respecto la bienvenida a pesar de que a Elladen y Leorn ya los había conocido en otra ocasión.

Luego, comenzó a preparar una cena sencilla, sin uso del hogar debido a la hora que era, basada en frutos secos, frutas del bosque y flores y plantas comestibles. Durante la tardía cena, una pregunta anterior que se había quedado en el aire volvió a salir.- ¿Y cómo es que estáis aquí de vuelta tan pronto?-

Vereis. Comenzó a explicar Taurnil. En nuestro anterior viaje conseguimos salvar a la dama Elwyn y encontramos un objeto bastante peligroso. Un diario donde se relataban los planes del Enemigo. Tuvimos audiencia con el rey Caranthir. El cual por cierto es más engreido y egocentrico de lo que narran las canciones. Comentó para sacar una sonrisa en el rostro de su madre que al escuchar lo del diario se había turbado con una sombra de preocupación. Ahora debemos pedir ayuda y advertir a todos los aliados que podamos encontrarnos. De ahí la naturaleza de nuestra vuelta. Deseamos pedir audiencia con nuestro Rey. Y esperamos que nos atienda mejor que lo hizo Caranthir.

- ¿Y donde esta ese diario?- Pregunto con curiosidad Thalos.

Elladen notó el matiz que daba a sus palabras el padre de Taurnil por lo que les respondió de mala manera, a pesar de que odiaba hacerlo.- Esta a buen recaudo, y con que sepa eso basta.-

Seguramente se había excedido en su contestación, pero desde que había salido de la ciudad de Caranthir, el medioelfo había sido el principal encargado de proteger el diario.- Disculpad mi forma de expresarme, pero es que hoy ha sido un día largo.-

Thalos se sorprendió ante la forma de responder el medioelfo. Sin embargo, sin perder la calma dijo hacia este - No te preocupes, comprendo que tal carga pueda alterar a cualquiera.-

Y continuó.- Es por eso que os intentaré quitar algo de trabajo, y yo mismo pediré  audiencia por vosotros. Además a mi me escucharan más, por algo soy miembro del consejo.- Habló sobre lo último de forma orgullosa, ya que era una de las máximas tareas a las que se podía aspirar en Menegroth. Aunque esta la llevaba desempeñando desde hace poco tiempo, como representante del pueblo.- Ahora, lo mejor es que vayáis a descansad.-

- Disculpad, pero solo tenemos un lecho libre.- Serindë se refería al de su hija, que hace poco se había ido a vivir con otro elfo de la ciudad.

- Creo que Elwyn debería dormir en la cama, ya que vosotros como aventureros ya estaréis acostumbrados a dormir en sitios más incómodos que este suelo.-

- ¿Si a los demás no les importa?- Miró a Leorn y Elladen.

No hay ningún problema dijo Leorn después de la cena que le habían ofrecido Seguro que dormiremos mejor que fuera de la ciudad. Leorn intentó ser lo más educado posible con la familia de Taurnil.

- A mi no me importa, como ha dicho ya estamos acostumbrados.- Además en su mente, aun recordaba que Elwyn hace no muchos días se había desmayado al tocar el diario, por lo que no le vendría mal descansar en un buen lecho.

A la mañana siguiente, Thalos, que se había levantado mucho antes que los demás para acudir a trabajar a las herrerías, les informó tras tomarse una pausa en su trabajo.- Ya he pedido una audiencia con Thingol, esta tarde os atenderá en la Gran Estancia.- Así era como se denominaba al salón del trono en Menegroth.

- Yo ahora me marcho que tengo que volver a la forja. Nos veremos en la corte.-

Leorn agradeció la hospitalidad a los padres de Taurnil y mientras desayunaban propuso que podrían dar una vuelta tranquila por la ciudad para relajarse un poco y conocer un poco más Menegroth.