Partida Rol por web

El eco del Diablo

¿Donde está el Infierno?

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12/02/2018, 09:16
Albin Govier

 

De nuevo en la montañita, pero en la parte de abajo, tras la catarata que nutría la laguna, encontraron una puerta medio oxidada que daba a un precario cuartucho de mantenimiento en el que un ruidoso motor hacía funcionar una depuradora.

Allí encontraron el montacargas -que aparentemente estaba hecho para subir, no para bajar- y en él, disimulado en una puertecilla, encontraron la botonera para ponerlo en marcha.

Pulsaron los números que había mencionado Sophie y la puerta se cerró con un estruendo, bajando lo equivalente a cuatro o cinco pisos.

Notas de juego

3 de 4

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12/02/2018, 09:26
Stoa de Istro

Daniel caminó solo. Sus ojos parecían haberse acostumbrado a la oscuridad. Dio un rodeo para tratar de subir evitando las escaleras y encontró una de las columnas hoscas de la antigua mina de yeso que sobrevivía aislada entre las otras, de hormigón armado, que formaban el viaducto sobre el que circulaba el metro.

Un ruido mecánico venía del interior de la columna y una luz eléctrica dentro delató una puerta.

Notas de juego

1 de 2

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12/02/2018, 09:29
Stoa de Istro

La puerta del ascensor se abrió y Leah, Elliot, Albin y Gabriel salieron a una especie de inmensa cueva poblada de altísimas columnas de hormigón armado.

El suelo era abrupto, una especie de ladera de grandes rocas, casi como un acantilado escalonado. En la oscuridad escucharon la voz de Daniel, que se mostró con una señal de su linterna. Estaba sólo. Se habían reunido.

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12/02/2018, 16:28
Elliot

La explicación de Gabriel hizo que el vello de Elliot se erizara. Sophie se había convertido en una especie de artefacto mágico, un palacio con mil puertas a quién sabe qué reinos del sueño. No sólo los cultistas que la habían convertido en lo que era, sino otros que compartieran algunas de sus habilidades podrían querer aprovechar su nueva naturaleza, si es que llegaban a saber de su existencia. El secreto era fundamental, así como mantenerla protegida, tal como proponía el cazador. Había que darle paz y tiempo para que pudiera recuperar la razón si es que era capaz, algo en que Elliot confiaba dada la fortaleza que había demostrado. Leyó la pregunta de Mats en los ojos del periodista pero no pudo despegar los labios. En todo caso, ¿quién era él para matar a Sophie? En adelante ella misma podría hacerlo; lo que habría que procurar era ayudarla en todo para que esa no fuera su única opción.

Cuando Gabriel terminó de hablar con Mats, Elliot se acercó a él:

-Sophie sigue contando conmigo para cualquier cosa. Cualquiera - por un momento se atrevió a mirarla, echada como estaba, tomada todavía la mano de su amigo-. No voy a abandonarla a esta suerte; si hay alguien que conozca cómo cerrar todos esos caminos y liberarla de todas las presencias, si alguien puede enseñarle a hacerlo, lo encontraré. Mientras la ayudaré en lo que sea capaz -dio un breve y fuerte abrazo a Mats, casi precipitado, como cortando muchas más cosas que cabría decir. Antes de seguir a Albin y los demás, pasó cerca de Clementine. No sabiendo muy bien qué gesto realizar le tendió la mano: -cuídalos mucho- le susurró, y añadió refiriéndose a sí mismo-: por favor, no lo olvides.

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12/02/2018, 16:34
Elliot

Daniel estaba solo. ¿Qué había ocurrido? ¿Dónde estaban los demás? Un escalofrío y una sospecha hicieron que Elliot levantara su pistola y le apuntara:

-Detente, Daniel: no te muevas ni digas nada aún -. Sin dejar de mirar al detective, dijo a Leah: pregúntale algo que sólo él y tú sepáis; tenemos que asegurarnos que no lo están manejando.

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12/02/2018, 20:31
Mats Bergstrøm

Escucho todo lo que me dicen sin hacer otra cosa que asentir como un autómata. Según parece, lo que sea que le hayan estado haciendo a Sophie la ha convertido en una especie de portal viviente a otros lugares, reinos y dimensiones, tanto de entrada como de salida. Por ello, Cailletet sugiere la posibilidad de llevarla al bosque con los suyos, para cuidar de ella. Entiendo a medias todo lo que me comenta; lo único que necesito ahora mismo, y desesperadamente, es un lugar seguro en el que poder pensar.

Berisha se queda con Clémentine y conmigo cuando los demás se van, desapareciendo por el ascensor. Después de dejar sin sentido a nuestro prisionero y encerrarlo en una cámara frigorífica, Berisha recoge a Ellisif y nos acompaña al exterior. Clémentine y yo movemos la camilla que carga con Sophie. Una vez fuera, el sonido de unas aspas me dice que un helicóptero se aproxima. Me siento como desconectado, sin ser totalmente consciente de lo que sucede, ni siquiera de lo que hago, limitándome a seguir las indicaciones de mi protector, Berisha. Aún no me puedo creer todo lo que está pasando, no, todo lo que ha pasado y ya no es remediable de modo alguno. Mi mente quiere saltar atrás, a un momento anterior, para evitar todas estas desgracias. Pero ya es tarde.

Lo siguiente en que reparo es en la voz de Berisha, que nos explica que no vamos al hospital, como les habíamos dicho a los demás. Pestañeo un par de veces, como despertando de una pesadilla. Llevo en el helicóptero bastante rato, sin soltar la mano de Sophie ni un segundo. Clémentine también está aquí, atendiendo a mi amiga y asegurándose de que su estado no caiga. Después de un momento de confusión, la doctora Gibran nos habla por la radio, informándonos de que nuestro destino son las marismas de Clairmarais. Lanzo un suspiro.

¿Será seguro? —pregunto, con la voz ronca, al recordar el carácter de santuario de las marismas—. O sea, Cailletet ha dicho que… cosas… podían salir de Sophie a este mundo. ¿Es buena idea llevarla a Clairmarais?

Arthür. No puedo evitar acordarme de él. ¿Dónde estará ahora mismo? Necesitaría abrazarlo. No puedo ni imaginar lo mucho que sufrirá cuando sepa lo que le han hecho a Sophie, lo que le han hecho a toda su familia…

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12/02/2018, 21:37
Daniel Mallutz

Agotado por el envenenamiento de adrenalina el despunte de luz rectangular en la penumbra ya no se si es o no real.
Me siento descolocado sumergido en el súbito crujir de mecanismos.
Después de deambular y rastrear en el silencio y la oscuridad es como ser descargado a traspié del sueño que has estado teniendo.
Pero esto es realidad, cruda realidad. Con granadas y tiros. Por mucho que no le encajen los otros flecos.
Vale...la luz se desplaza vertical y hacia abajo. Debe ser un elevador o un montacargas y si conecta con el exterior bien es lo que necesito.
Solo hace falta un poco mas de paciencia. El trasto no debe funcionar solo.
Me situo apostado en un angulo de visión y cobertura posicionando la escopeta y su luz hacia el suelo para minimizarla sin perder posibilidad de apuntar, deslumbrar y disparar si resulta necesario.
El fusil lo dejo a mano cruzado con la empuñadura y el gatillo hacia mi zurda por si me quedo sin munición y hay que seguir el intercambio de fuego.
Figuras grises se trazaron bajo las lamparas detrás pero solo son informes un instante. El que hace de lapso entre un estado de perpetua negrura y el rasgón de la puerta al abrirse en la oscuridad.
Esta claro que necesito parpadear.
Esperaba gente en tensión y preparada para cualquier eventualidad.
No esperaba a mi gente. A mi Chialin.
Prudentemente, con voz calmada, conteniendo la alegría y pensando en la precaución apenas les espeto un susurro. Realmente a ella.
- Chialin. Soy yo. Soy Daniel...
El gesto de relajarme e ir hacia ellos se queda entrecortado entre el primer y el segundo paso. El cañon de un arma me apunta directo, en manos del chaval.
Lo escucho y me reconecto al modo 'poli frente a hombre armado'. La lastima es no poder ejercer ninguna de las prerrogativas necesarias: hablar y recular.
Entendiéndolo todo bien, lo justo que puede ser el resumen situacional de un segundo, mis instintos me colocan con las manos abiertas sujetando lentamente las armas en posición vertical e inofensiva.
Sobretodo por que no veo nada de antinatural en la paranoia.
Un pulsador enciende en la pizarra de cosas apuntadas la deducción de las han pasado putas.
Y que Leah esta aquí y camina y respira y aun en esta mierda de lugar y esta chingada de luz es la mejor visión del mundo.
Me quedo serio y espero. La verdad es que lo de la pregunta no se si va a resultar.
Yo ahora mismo no sabría que escoger.

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12/02/2018, 23:20
Anders Berisha

Geneviève -que hablaba desde la cabina del helicóptero, en el asiento del copiloto- contó que allí tenían a Édith y a Cléo, y Anders apuntó que, aunque en menor cantidad, ambas tenían tatuajes y no sólo líneas, también figuras geométricas, así que el riesgo ya estaba asumido.

Desde luego que al señor Berisha no le parecía buena opción llevarla a un hospital porque opinaba que era un sitio muy cercano al otro lado y si algo venía a través de Sophie en un sitio así muchos enfermos podían encontrar la muerte o algo peor. Si las marismas no le parecían bien a su protegido, quizá conocía un sitio más aislado.

Geneviève insistió que las marismas eran un lugar espiritualmente fuerte y protegido por algún tipo de presencia ligada al agua. Para ella era el mejor sitio que tenían para ayudar a Sophie a contener lo que fuera que podía venir a través de ella.

Anders abrió una botella de agua mineral y se la ofreció a Mats, preguntándole si se le ocurría un sitio mejor. Valoraba la intuición de su protegido por encima de cualquier otra opinión.

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14/02/2018, 03:12
Mats Bergstrøm

La pregunta de Anders me tiene un rato pensativo. Se me pasa por la cabeza la casa Gresta, pero sin duda alguna, las lagunas de Clairmarais me parecen un entorno mucho más resguardado y difícil de encontrar, alejado de la influencia de la secta. De todos modos, ¿cómo saberlo? ¿Cómo saber qué es lo correcto, cuando las cosas pueden salir desastrosamente mal aun teniendo las mejores intenciones?

No, tenéis razón —mascullo entre dientes antes de darle un trago a la botella de agua—. Clairmarais es la mejor opción. Allí estará más segura.

Eso espero, de todo corazón.

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14/02/2018, 23:24
Marismas de Clairmarais

El helicóptero tardó más de hora y media en llegar a la zona de las marismas. Por el camino se hizo de noche.

Aterrizaron en un claro de un cañaveral y a su encuentro, por un camino estrecho y angosto, acudió abriendo el paso una moto de trial seguida de un Land-Rover Discovery blanco y la furgoneta Cangoo amarilla de Arthür.

Tan pronto como bajaron la camilla de Sophie -que seguía quieta, como dormida- el helicóptero se elevó, doblando con sus ondas las cañas, que parecían silvar.

Notas de juego

1 de 5

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14/02/2018, 23:25
Estelle Isabey

Estelle -una mujer que ya había conocido Mats en su anterior visita, delgada de ojos claros y que debería tener cuarenta y pico años de edad- bajó del todo terreno y Arthür -el amigo de Mats y Sophie, un joven alto y algo desgarbado- de la pequeña furgoneta.

El conductor de la moto se quitó el casco mostrando un rostro fuerte pero amable, de cierto aire perruno que Mats identificó, por una intuición muy fuerte, con el Bulldog.

Notas de juego

2 de 5

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14/02/2018, 23:27
Arthür Guitry

Arthür saludó con la cabeza, como disculpándose por no presentarse, se abrazó a Mats y se inclinó sobre la camilla cogiendo con una de sus cálidas manos la de Sophie y con la otra la de su amigo.

Notas de juego

3 de 5

Arthür está siendo pnjotizado.

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14/02/2018, 23:29
Erik Giraud (Dani)

Tras unos segundos de silencio el hombre de la moto se acercó a Sophie y miró visiblemente turbado a los dos amigos de la chica, tragó saliva e hizo un gesto, como indicando que podían partir hacia el campamento.

Mientras se ponían en marcha Geneviève hizo una sucinta presentación -el nombre del “Bulldog” era Erik - y metieron la camilla en la furgoneta. Clementine subió en el todo terreno, con Estelle y Gibran. Mats, cuidaba de Sophie en la parte trasera de la Cangoo, conducida por Arthür.

Notas de juego

4 de 5

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14/02/2018, 23:33
Arthür Guitry

Arthür miró por el retrovisor a Mats con cara triste pero no sobrecogida y sentenció afirmando con la cabeza.

—Es Sophie. Nos volverá a sorprender.

Notas de juego

5 de 5. Ya puedes postear.

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14/02/2018, 23:35
Estelle Isabey

—Édith no hace más que hablar de usted, doctora. Está teniendo problemas para dormir —. Mientras hablaba conducía con soltura a pesar de la oscuridad y de lo estrecho y accidentado que era aquel camino—. Antes de todo esto trabajaba de terapeuta, como Geneviéve, pero mi especialidad era el estrés postraumático… Ahora todo me supera… La niña está nerviosa, ansiando ver a su padre… y a usted. Seguro que su visita le hace muy bien. No sabe nada.

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16/02/2018, 02:10
Mats Bergstrøm

Al fin hemos llegado.

Las marismas de Clairmarais son tan bellas como las recordaba, en ese halo atemporal que parece rodearlas, como si estuviesen sumidas en un perpetuo crepúsculo. Como cabía esperar, nos están esperando. Casi me atraganto cuando veo a Arthür; viejas heridas se reabren. Para cuando el helicóptero ha aterrizado y he bajado a tierra firme, ayudando a Clémentine a hacer lo propio con la camilla en la que transportamos a Sophie, mis ojos ya están llenos de lágrimas.

Arthür… —Exhausto, abrazo a mi amigo casi con desesperación. Mi voz suena transformada por el llanto—. Perdón… Lo siento, lo siento muchísimo. No sabía que iba a pasar esto. Y su familia… Su familia… —Emito un fuerte sonido similar al hipo—. Los han matado a casi todos. También han matado a mi… a mi prima… —Me agarro a Arthür como si fuese lo único que tengo, como si de ese modo pudiera ignorar indefinidamente todo lo que ha pasado.

Notas de juego

He cortado el último punto para ponerlo en un post aparte (esa conversación es en el coche en el que van Sophie, Arthür y Mats)

Al ser penejotizado, quito también a Arthür de los destinatarios.

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16/02/2018, 09:24
Mats Bergstrøm

Lo miro a los ojos, muy sorprendido, cuando mi amigo hace su extraña afirmación—. ¿Qué… qué quieres decir?

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16/02/2018, 09:25
Arthür Guitry

Artür había mantenido el abrazo de su amigo con una fuerza inusitada con un “lo siento”, apenas un susurro, cuándo éste le anunció la muerte de Ellisif.

Había arrancado el coche pensativo. Alternaba la mirada entre la del periodista -que en la parte trasera de la Cangoo, con los asientos reclinados para que cupiera Sophie, se sentaba pegado a un lado, incómodo-y el camino. Pensativo,  conducía despacio, con mimo, y aun así el coche se zarandeaba, sacudido por los baches.

Tardó unos segundos en responder.

—Vencerá.

Sus ojos brillaron humedecidos por unas lágrimas que no llegaban a manar.

—Vencerá al dolor. Vencerá a la muerte. Vencerá a todo.

Tragó saliva. Tras cruzar un enorme charco salieron a un camino principal, siguiendo al todo terreno blanco que parecía brillar en la noche iluminado por los faros de la furgoneta.

—Os quiero mucho, Mats.

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17/02/2018, 05:29
Mats Bergstrøm

La última frase de Arthür me hace acabar de romperme y, si es que había algo más que soltar, lo derramo en ese mismo instante. Me siento dolorido, exhausto, abatido y desgarrado, tanto que desearía salir de mí, o arrancarme lo que sea que tenga dentro que me esté causando tanto sufrimiento y lanzarlo bien lejos por la ventanilla del coche. Durante un buen rato, no puedo hacer otra cosa que llorar en silencio, anhelando que Arthür tenga razón. Me agarro a la posibilidad de que, con todas las cosas que han pasado, que hemos visto, todo sea posible. Quizá se pueda volver atrás en el tiempo, o traer de vuelta a los muertos. O tal vez la muerte sea tan solo otro umbral, no distinto del que separa el sueño de la vigilia, tras el cual se libren otras batallas. Sea lo que sea, necesito creer en ello para conservar la esperanza. Es más, tengo la profunda e inexplicable sensación de que lo necesito para no dejar de ser yo mismo, para no cambiar de algún modo imprevisible y que no deseo.

Gracias —musito, ronco, después de unos largos minutos. Quisiera responder a Arthür, pero se me hace realmente difícil ahora que sabe lo que siento por él. El silencio vuelve a apoderarse del interior del vehículo, hasta que consigo continuar hablando—. Me pregunto si estas marismas estarán hechas de lágrimas.

Ni siquiera yo logro saber si lo que acabo de decir pretendía ser alguna clase de broma improcedente, pero no podría ser más cierto. No se me olvida cómo fue mi última visita, nuestra última visita, a las marismas de Clairmarais.

¿Y tú cómo estás?

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18/02/2018, 00:19
Arthür Guitry (pnj)

En un grito callado que sonaba flojito pero lleno de rabia habló apretando los dientes.

—Estoy enfadado con el mundo, Mats. Y eso no me gusta. No me parece bueno. Ni bien...

Después de cada frase paraba como a tomar aliento, o a contenerse.

—Maldita sea, tenía que haber estado con vosotros. No habría cambiado nada, pero al menos habría estado allí.

Ahora iban por un camino recto que pasaba en medio del agua.

—No puedo evitar sentirme culpable... que le he fallado, pero en medio de de tanta desgracia sería egoísta sentirme desdichado. Así que me esfuerzo en dejar ese enfado a un lado para centrarme en los que sufren.