Partida Rol por web

La compasión hunde sus garras en mí. Por un momento, la frustración y la impotencia de Arthür me hacen asomar la cabeza de mi miseria.

—No, tío, no digas eso. —Secándome las lágrimas, me inclino hacia adelante en mi asiento para sujetar con firmeza el hombro de Arthür—. Después de todo lo que has hecho, de todo lo que nos has ayudado, no es justo que digas eso. ¿Quién si no habría ayudado a Cléo y a Édith? Has sido muy generoso y valiente al hacer lo que tenías que hacer, aun sabiendo que podías no volver a vernos… Además, claro que has estado. —Las palabras se me atraviesan—. Claro que has estado conmigo. ¿Quién crees que me ha acompañado cuando he estado solo ante ellos, en los lugares más horribles? Si… Si tú no existieras, yo… No habría podido. —Hago una pausa—. Tú no tienes la culpa. Sabemos muy bien quién la tiene, y no somos ni tú ni yo.

Lanzo un suspiro, intranquilo.

—¿Hay noticias de los otros? ¿De Gobier, Leah, Daniel…? ¿Habéis sabido algo más de ellos?

Arthür afirmó las palabras de Mats.

—Hace una hora César perdió contacto con Albin. En la estación de Danube están habieno fallos en la línea eléctrica. Por ahora no sabemos más.

Salieron a una carretera secundaria. Ese camino ya lo conocía Mats.

—Yo fuí uno de esos niños, no me marcaron pero creo que me utilizaron para buscar. Tienen un vaso decorado con una esfinge con el que dan a beber el líquido que trae el olvido. Tengo la sensación de que fuí yo quien se lo conseguí. No puedo estar seguro y de todas formas no me culpo de nada, Mats, no te preocupes por eso.

Cambió de tema rápido.

—He estado en contacto con Émile Corbière, la eminencia de mi departamento de la que te hablé. Conoce un autor que publicó dos brillantes obras en su juventud en las que llegó a especular acerca de las prácticas chamánicas de los iatromantes y adivina cuál es su nombre: ¡Engel Döbeln! ¡Debe ser el abuelo de ella! Desde hace treinta años no se sabe nada de él y de estar vivo debería tener casi cien.

Mientras el helicóptero se eleva me sumo en mis pensamientos, necesito tomar distancia de toda esta atrocidad que ha tenido lugar hoy. Lo peor de todo es que mientras más nos adentramos en el agujero de conejo peor es, más sube la escalada... El mal está apostando fuerte, quizás porque tenemos un as y aún no lo sabemos -giro la cabeza hacia Sophie- ¿O sí?

Siento cómo la rabia por lo que le han hecho a la muchacha se disipa en un odio frío como el acero; ahora no solo quiero que los cultistas sufran, quiero destruirlos, quiero echar por tierra toda su inmunda organización. Continúo con la vista clavada en Sophie, lo que queda de ella, y no puedo evitar pensar que Mats y Elliot debieron cortar el hilo cuando tuvieron oportunidad, como médico no puedo evitar ponderar la calidad de vida antes que la supervivencia, ¿Qué clase de vida le esperaba? ¿Lograría sobrevivir a los recuerdos, sobreponerse al temor, aceptar la realidad que ahora la afectaba? Había perdido todo, hasta a sí misma. Sentí una profunda compasión por ella y también, por qué mentir, una certeza: si su presencia amenazaba nuestra dimensión espiritual y llegaba el momento de sacarla de la ecuación lo haría. No solo por nosotros, por ella.

Y luego siento un terrible pesar por la muerte de Ellisif, tan joven, tan guerrera que parecía. No me extrañaría que Mats estuviera enojado conmigo como lo estuvo Leah cuando no pude salvarla... La vida es maravillosamente frágil y la muerte lo desconocido, aparentemente relativa según lo que había estado observando.

La noche se cerró en torno a nosotros dándome un espectáculo de estrellas y oscuridad total que reparó un poco mi corazón. Estaba lejos de casa, ¿pero cuál era mi hogar en esta tierra? ¿Mi departamento nuevo? ¿La casa de unos padres sin amor? ¿el hospital en el que trabajo? Quizás junto a Max... Pero no todavía. Estaba feliz de haberlo alejado de todo esto, es como una enfermedad que mata lo que te rodea pero no a ti.

No me agrada en lo absoluto que nos separen aunque entiendo que es necesario, estoy quizás demasiado paranoica, aunque con estos sectarios ningún reparo es suficiente. Saludo con un asentimiento similar al famoso Arthür y lo veo a Mats irse con él, el pobre está agotado, devastado. No te preocupes amigo, yo nos cuido.

Saludo a los nuevos cortésmente y doy una sonrisa suave a Geneviève. -Yo también no veo la hora de verla -contesto vagamente cuando nombran a Édith, voy mirando todo, memorizando todo a mi alrededor -Será una agradable sorpresa.

Creo saber por qué mi niña no puede dormir... Es que ella ha estado en el pozo, debe temer que traten de usarla para ir allí. Sentí una punzada en el corazón, me dije a mí misma que ya tendríamos tiempo para hablar juntas y tratar de resolver esto.

Al entrar a la cueva aun asimilo todo lo que ha pasado. El daño sufrido por Sophie, la muerte de la joven y el dolor de Mats solo se veria reconfortado con el exito de nuestra empresa y aunque trato de mantenerme enfocada no dejo de pensar con rabia e impotencia todo el daño que esos seres han hecho a su paso. 

La cueva se abre ante nosotros y me quedo helada mirando a un Daniel que nos observaba con las mismas ansias que aceleran mi corazon. Doy un par de pasos para abrazarle pero la voz de Elliot frenan mi impitu desbocado.

Es Daniel, no puede estar poseido, no puede ser otro, no mi Daniel....

Con el corazon en la boca corrí los pocos pasos que nos separaban para lanzarme a sus brazos y besarle con una niña desesperada, como una princesa llena de ilusiones y anhelos, mas sin embargo no deja de ser un beso un corto para lo que estamos acostumbrado cuando liberamos nuestras pasiones.

No me importa tener un brazo vendado, no me importa tener la cara llena de pequeños cortes y rasguños, no me importa tener la ropa salpicada, estoy con Daniel y esta vivo, estoy viva y ahora vamos por esos canallas. Mis manos recorren su rostro al separarme solo para verificar lo que mi lengua ya confirmo.

- Si Elliot, es Daniel, estoy segura. Dije algo apenada por mi sistema de verificación de identidad.

Casi podia sonreir si no supiese que nuestras vidas aun estaban en juego.

- Que paso Dani? donde estan todos? Porque estas solo?

Decir, que no estar preparado para el ímpetu del beso, no evita que pueda disfrutarlo.
Tan paradójico es, que pueda recibirla sin dejar caer lo que tengo en las manos y no controlar las respuestas de alguno de mis órganos. Seguramente al final es cierta la simplicidad del macho humano.

Pero me importa un carajo, durante unos segundos, la ominosidad del mundo.

Puesta contra mi piel, quiero que la atraviese y Leah lo hace con su beso, que penetra la muralla del espacio individual y que acepto y le devuelvo.

Es un contacto magro, intenso, pero acarreado de nuevos y viejos aspectos como la premura, tristeza, algo de desesperación y en conjunto y sin detalle, esta dos pasos mas abajo de la felicidad y el disfrute completo que debía tener.

Entiendo con mas profundidad el matiz que sospechaba. Ese que la actitud de Elliot y todas las demas caras, incluida ahora que hemos separado los rostros, la de mo Geard, silenciosa y sutilmente anunciaban.
Algo ha pasado y no bueno.

Ese pensamiento revelatorio me mantiene sereno y serio y enfocado para contestar.
-Agustín esta con Anjum mas abajo. Anjum esta herida de gravedad. Necesita asistencia urgente. No nos atrevimos a moverla. Llamad a quien sea mas rápido. No se cuanto tiempo ha transcurrido desde que les deje. Esta oscuridad es desconcertante y mi móvil no sobrevivió a una granada.
Tendiéndole el fusil a mo Cheile añado detalle a la explicación - nos tendieron una emboscada y Anjum se llevo la peor parte. Fue una mujer. Llevaba esto y estaba esperándonos en las escalinatas. Hay que tener cuidado. Puede haber mas.
-Khalil se retiro en el otro extremo - los miro cansado - apenas salimos de otro encuentro. Al pobre hombre casi le da un infarto - y con ello yo me pregunto que aspecto debo ofrecer a los demás. No me siento herido pero seguro que mi facha esta acorde a haber pasado por un huracán de garras, huesos y colmillos.
Sin embargo les interrogo sobre lo que me preocupa.
-¿Y los demas?¿Y Clementine?¿Y Mats? ¿Donde están? Sabia que os habían herido a ti y a Ellisif... - inspirando para tomar fuerzas con un pausa añado - ¿Que ha ocurrido, chicos...?

No les presiono mas consciente de que hablar puede ser lo que menos les apetece. Mi única reacción activa es poner mi mano libre en la mano de Leah y absorber el calor de sus dedos y la tersura de su piel y la aspereza de sus callos y dar gracias por la oportunidad de sentir el palpito de su corazón y el milagro de volvernos a encontrar, a tocar, de estar con vida.

Elliot no esperaba la respuesta de Leah. Ésta se lanzó sin pensarlo más a los brazos de Daniel y ambos se enzarzaron en un cálido beso. Imposible tener un blanco limpio si debía disparar, pero este pensamiento dio paso enseguida a lo que no creía un momento antes que fuera capaz dadas las circunstancias: cuando Leah confirmó que Daniel era Daniel, segura tras el beso, Elliot sonrió divertido, riendo bajito pero suelto ante la temeridad e impulsividad de la detective; era con diferencia lo más bonito que había visto en muchas horas. Ahora había que conseguir que ambos salieran vivos de allí, que todos lo hicieran si es que eso era posible.

Daniel explicó el porqué de su soledad y Elliot miró a Albin cuando habló de las heridas en Anjun. Clementine ya no podía asistirle y el tema de la ayuda podría ser de lo más complicado si como confirmaba Daniel, allí abajo había también un pequeño ejército armado con fusiles y granadas. Ante las preguntas del policía, contestó lo más preciso y breve que fue capaz:

-Sophie está a salvo y su vida no corre peligro. Mats y Clementine se la han llevado de aquí. Ambos están ilesos. Ellisif... le disparó un francotirador y no pudo conseguirlo. El resto, hasta donde sabemos, están bien. Me alegro mucho de verte, Daniel- añadió sincero y con tono más relajado.

Miró a Albin y Gabriel esperando atento al siguiente movimiento.

Tras ponernos al corriente con Daniel no puedo mas que asentir despues de escuchar las noticias de Elliot.

- Debemos sacar a Anjum...

Tras mirar a Albin y Gabriel apuro el paso con Daniel para que nos lleve a donde esta la mujer herida. Algo dentro de mi pedia a gritos no ver mas muertes y si podiamos salvarle aun me daba por servida.

Mientras avanzabamos cubria nuestro avance apuntando con mi arma esperando cualquier cosa. No esperaba trampas, despues de todo era un tunel recorrido por Daniel pero enemigos siempre podian aparecer en cualquier momento. Tal vez Albin y Gabriel podrian sacar a la mujer a sabiendas que solo nosotros tres tendriamos que lidear con lo que estaba esperandonos pero no senti temor, tal vez solo un poco de ansiedad por poner una bala en la cabeza de cada uno de ellos.