Partida Rol por web

El eco del Diablo

¿Donde está el Infierno?

Cargando editor
02/02/2018, 16:27
Mats Bergstrøm

Muy despacio, me aproximo a la extraña criatura de piel azul y plumaje aviar, mostrando mis manos en todo momento, para que Sophie vea que no tengo intención de hacerle daño. ¿Por qué debería? Sin embargo, no tengo ni idea de a qué tormentos deben de haberla sometido, si confía en mí. Ni siquiera sé si me reconoce, o si es capaz de hablar…

Sophie… Soy yo, Mats. ¿Te acuerdas de mí? —le digo con la voz más tranquila de que soy capaz, observando sus extraños, casi chocantes movimientos—. Sabía que te encontraríamos. Ahora todo va a salir bien. Vamos a casa, ¿eh? ¿Te siguen gustando los pasteles de limón? —Al oírme preguntar eso, mi cara se congestiona; estoy a punto de romper a llorar, pero de algún modo consigo reprimirme—. Todo va a salir bien…

Lentamente, continúo acercándome a Sophie, con la intención de abrazarla.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pues eso, si se deja, le doy un abrazo del oso. :3

Cargando editor
02/02/2018, 16:44
Elliot

Sophie había cruzado la frontera del sueño a la vigilia y lo había hecho adoptando una forma onírica. Se la veía tan confusa como cabría esperar, pues hace sólo unos minutos su mente había podido estar muy, muy lejos, inmersa en lo que fuera que los cultistas estuvieran obligándole a hacer. Parecía que la piedra con el mensaje de Mats había funcionado y la había traido hasta ellos, aunque Elliot no estaba seguro de que ella misma supiera que ya no estaba en un sueño. Tal vez ni siquiera redcordara quién era en este momento. Sólo esperaba que su mente pudiera llegar a comprender lo que pasaba después de tantos tormentos; estaba seguro que su cuerpo real era el que habían visto bajo el agua, cubierto de tatuajes y con dos piedras ocupando el lugar de sus ojos.

A pesar de su extraño aspecto, su confusión, su rostro humano y su figura inquieta bajo la lluvia conmovieron a Elliot. Sus sentimientos hacía ella, desde que Mats la describió para iniciar su búsqueda, habían sido como los que sentiría hacia una verdadera amiga y pudo comprobar que nada había cambiado. Cómo deseaba poder devolverla con los suyos para quienes el hechizo de olvido también se había roto. Cómo anhelarían abrazarla.

Elliot se acercó hasta su chaqueta, recuperando asimismo la pistola, pasando a estar atento a su alrededor por si veía algún movimiento o a algún nuevo tirador.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago una tirada de percepción para estar atento a lo que pueda surgir de los alrededores.
 

Cargando editor
03/02/2018, 00:43
Leah Beth Tautou

Segui a Mats a cierta distancia. Era él quien tenia mas cercania con ella, era él quien debía acercarse a ella pero podia salir todo mal, podia ponerse violenta o aun estar bajo algun influencia, asi que avance con cautela llevando el arma en la mano hasta que vi su rostro.

Mi mano y guarde el arma con las ganas de tambien acercarme para asegurarme que estaba bien, que era ella y regocigarme por haber logrado salvarla y sacarla de alli aunque la prima de Mats, Ellisif, habia llevado la peor parte.

Mire a Elliot notando como cubría el perimetro y me alegre de no estar sola. Tambien necesitaria que Clem volviera a hacerme un cariño en el brazo pero ya habria tiempo. Rasgé un pedazo de tela para vendarme el brazo y olvidarme por ahora de la sangre.

Cargando editor
04/02/2018, 23:28
Sophie Taylor

Sophie cayó golpeando el suelo del puente como un fruto maduro cae de su árbol, dejando la imagen del pájaro muerta como una cáscara o como la piel de un reptil después de la muda. Fina como el papel de fumar la vaina del pájaro con cabeza humana se desintegró como una lámina de ceniza.

Dejó de llover de pronto y bajo los nubarrones asomó la luz rojiza del atardecer.

Mats se lanzó sobre Sophie y la abrazó quedando ambos de rodillas. En sus brazos la chica sin ojos y con la piel abarrotada de tatuajes que habían visto sumergida se reveló como su amiga sin el ropaje de ningún sueño. Había despertado y durante su cautiverio era evidente que la habían torturado sacándole los ojos y metiéndole alambres al rojo por dentro de la piel.

Sophie palpó el rostro de su amigo, agarró su pelo con fuerza y tirando levemente acercó la oreja del periodista a su oído. Un hilo de voz salió de la boca de la chica pero en el silencio que se había hecho en ese momento todos pudieron oír sus palabras.

—He fallado… Otra vez... No, no,no … No puedo encontar el pozo… Mats… Mats... Ella… cada vez que fallo… ¡No! ¡Jacqueline! ¡Pobre Zac! Pobre Zac… Perdóname…

Cargando editor
05/02/2018, 00:13
Mats Bergstrøm

Abrazo a Sophie con todas mis fuerzas, rodeando su cabeza con mis manos y colmando su rostro mutilado de besos húmedos de lágrimas.

Sophie, no te preocupes por eso. Te quiero… Te quiero —balbuceo sin apenas aire en los pulmones—. Ya estás a salvo. Te hemos encontrado, y nunca más volveremos a perderte, ¿me oyes? Estás a salvo, bonita. —Entre mis besos, acaricio su cara con ternura, como si intentara limpiar en vano el sufrimiento que ha quedado grabado de forma indeleble en sus bellas facciones. Con un movimiento abrupto, me quito la chaqueta y se la pongo a ella, cubriendo su cuerpo. La estrecho contra mí en un abrazo reconfortante, meciéndola suavemente mientras entono una suave melodía con los labios cerrados.

Me siento desgarrado por dentro. Sophie va a tardar mucho tiempo en superar lo que le han hecho, si es que lo supera algún día, y nunca volverá a ser la misma. Pero al mismo tiempo, me siento tremendamente aliviado por haberla encontrado. Saldremos adelante, de un modo u otro. Cueste lo que cueste. Mis ojos contemplan a mis compañeros interrogativamente. ¿Qué debemos hacer ahora?

¿Ahora qué? —pregunto quedamente—. No vamos a dejarla sola.

Además, ¿de qué habla? ¿Por qué menciona a su hermano Zac? ¿Y Jacqueline? ¿Podría referirse a su abuela, o a su sobrina? Un escalofrío me recorre la espina dorsal. ¿Quizá hay más personas perdidas, de su propia familia, y ella ha estado intentando encontrarlas todo este tiempo?

Zac... —murmuro, para que todos los demás sean conscientes de la posibilidad que ronda mi cabeza—. Zac es su hermano. Y Jacqueline su sobrina. Quizá...

No termino la frase. Seguro que con lo que acabo de decir bastará para que mis amigos se hagan a la idea de lo que puede estar pasando.

Cargando editor
05/02/2018, 02:58
Leah Beth Tautou

Viendo el estado de la mujer me fui acercando a Mats horrorizada. Habia visto la muerte de muchas maneras y otras cosas sorprendentes pero la tortura era maldad sin sentido, maldad pura y eso me hacia hervir la sangre.

Sabia que su vida nunca seria la misma pero tambien sabia que Mats podria ayudarle a conseguir paz aunque tomara tiempo. Me acerque hasta ponerme a su lado notando que no parecia tener heridas urgentes, solo cicatrices. No me atreví a preguntar por informacion, el pozo y ni mucho menos sus captores. 

Si habia algo en el agua que pudiese servir tal vez Elliot daria con ello a traves de su conocimientos de los sueños, para mi, llevar a Sophie al hospital era una prioridad aunque no dejariamos al resto del grupo solos. 

Daniel.... ten cuidado.

- Mats, podemos sacarla del puente y Albin puede llevarle al hospital, estoy segura que se estan ocupando de Ellisif tambien. Vamos...

Coloque mi cuerpo del otro lado de Sophie para ayudarle a caminar o cargarla si era necesario. Con señas trate de preguntarle a Mats si veia conveniente preguntarle a Sophie acerca de la entrada.

 

Cargando editor
05/02/2018, 16:05
Elliot

A Elliot le costó mirar a Sophie cuando la forma de pájaro desapareció en el viento. Era terrible ver su piel e imaginar lo que había tenido que pasar, el dolor que estaría sintiendo ahora mismo, en todo momento, pues era imposible que aquellas heridas no dolieran. La tinta teñía horribles cicatrices, no eran meros tatuajes.

El chico apartó la vista con los ojos ardiendo por el esfuerzo de contener las lágrimas, tratando de seguir vigilando alrededor. Pero entonces Sophie habló. Oírle articular palabras, contestar a Mats, significaba que a pesar de todo estaba lúcida y seguía luchando, pero el alivio fue sólo momentáneo.

Mats aclaró quienes eran las personas que nombraba y le hizo recordar el momento de la búsqueda en el sueño en que había presenciado una comida familiar en casa de Sophie. Pensar en ella de vuelta con los suyos, que incluso durante un tiempo la habían olvidado, había movido a Elliot en todo momento, llevándole a tomar cualquier riesgo sin preocuparse de sí mismo. En la historia de aquella chica estaba el final luminoso que anhelaba su corazón, en ella y en Édith, quien debía volver con su padre cuando todo hubiera acabado. Pero las palabras que pronunció su boca le atravesaron, sonando terribles y familiares, temidas, aunque hasta ahora no se hubiera permitido pensar en esa posibilidad conscientemente.

Leah se había aproximado a las dos figuras abrazadas. Tenía toda la razón: había que sacar a Sophie y salir todos del puente cuanto antes, pues seguían expuestos a un nuevo tiroteo. Pero Elliot, momentáneamente petrificado, terminó la frase que Mats había dejado en el aire:

-En cada intento fallido de encontrar ese pozo uno de los suyos muere... ¿Verdad? -preguntó a todos y a ninguno, con la miarada perdida. Reaccionó rápidamente sin embargo, metió la mano en el bolsillo de la chaqueta y sacó su teléfono:

-Mats, ¡vamos!, dime dónde está la casa de la familia de Sophie: ¡hay que detenerlos! -. Volviéndose hacia a Albin añadió mientras marcaba- Si alguien es capaz de enviar a quien sea necesario lo más rápido posible, es el inspector Pascal Réjane. Es a los suyos a quien llamo.

 

Notas de juego

Dire, como al inicio de la partida para Elliot éste habló con él el inspector Réjane, asumo que puedo contar con él como un contacto.

 

Cargando editor
05/02/2018, 22:20
Daniel Mallutz
Sólo para el director

La acción de un tiroteo siempre acaba en pocos segundos. Para ser mi segunda vez no va mal. Eso empeorara mis probabilidades para el siguiente.
Con la rapidez del intercambio lo sorprendente es lo largo que se sostiene el eco en tus oidos.
Pero vamos hemos hecho un montón de ruido. Y un buen agujero.
La oposición ha caído al suelo inerme pero aun así no me lo pienso. en una mínima cantidad de pasos me pongo a su altura vigilando los ángulos de emboscada y pisándole la mano.
El cañón de la escopeta descansa sobre el nacimiento de su garganta mientras espero la comprensión de los detalles alrededor tanto aquí como mas abajo en nuestro bando.
Escucho los sonidos del trajín de Agustín con Anjum y maldigo por lo bajo nuestra mala suerte.
Me sacudo la cabeza para alejar de momento la tensión y pensar.
Con la mano fuera del gatillo rastreo los bolsillos del cuerpo abatido alerta por que aun con la herida con un cariz bastante mortal no se que sorpresa natural o sobrenatural nos podemos encontrar.
Hinco la rodilla en su pecho. Así me aseguro de inmovilizarla y de obtener una posición de ventaja. Y si esta aun viva algún tipo de reacción.
Con rapidez la despojo de documentación, planos, objetos extraños y armas y munición. Si me agencio alguna granada de esas que ha usado subiré un poco, un poquito la estima a la situación.
Le tomo el pulso y ausculto su respiración con el cristal de la linterna.
Si encuentro una radio o un teléfono también lo hago mio.
Por ultimo hago mio su fusil chequeando su estado y su disposición. Un medio de atacar silencioso puede sernos útiles.
Espero las palabras de Belanger y a falta de información con un susurro como un trueno een medio del silencio que retorna le pregunto por Anjum.
-¿Agustín, como esta Anjum? Bajo enseguida. - desde mi posición no parece tener buena pinta. Joder.
- Un segundo que termine de comprobar que esta pelleja guei esta KO.
En mi pecho empieza, realmente en la boca del estomago, empieza a concentrase el mal cuerpo. Lo mismo que en mi cabeza se agolpa el dilema de si va a ser posible continuar o voy a decidir abortar. O al final me voy a meter en el abismo en solitario.
Al menos en algún momento recuerdo que la estación del metro esta en lo alto y que casi es mejor opción para encontrar una salida que desandar lo recorrido.
Esto va fatal pero en realidad no me sorprendo.
Es el sino de los territorios desesperados.

Cargando editor
06/02/2018, 01:01
Mats Bergstrøm

Las palabras de Elliot me conmocionan. Lo que yo estaba sugiriendo no era algo tan terrible, pero el soñador parece muy convencido de lo que está diciendo. Además, ¿por qué no? La secta ya ha demostrado que no tiene ningún escrúpulo a la hora de matar, o de hacer cosas aún peores. De hecho, tiene todo el sentido que pretendieran utilizar a Sophie para buscar algo, esa supuesta puerta al Hades o lo que sea, recurriendo a la forma de coacción más cruel. Esto da a la situación un giro imprevisto y espantoso. Pero al mismo tiempo, tener una idea de lo que se proponen nos da la posibilidad de detenerlos.

Viven en Gambais —respondo, antes de darle a Elliot la dirección completa de la vivienda, así como todos los datos necesarios para localizarla y reconocerla—. Aún tenemos tiempo, ¿verdad?

Notas de juego

¡Unamos nuestros poderes! ¡Capitán Elliot! XDDDDD

Cargando editor
06/02/2018, 10:14
Albin Govier

Albin asintió a la sugerencia del soñador y sonrió a Leah negando con la cabeza cuando la policía sugirió que fuera él quien se llevara a Sophie al Hospital. Luego echó mano de la radio para intentar ponerse en contacto con Daniel, sin éxito.

Mientras Elliot hacía su llamada sacaron a Sophie del puente y la entraron en el edificio del Restaurante Francés, que disponía de un puesto para pequeñas incidencias médicas, con una camilla y un botiquín básico. También se llevaron con ellos el cadáver de Ellisif.

Allí, a cubierto, la médica pudo volver a coser, limpiar y desinfectar la herida de Leah. Y examinar a Sophie, poniéndole un gotero con solución salina y poco más pues su condición médica era extraña y, sorprendentemente, su hospitalización no era urgente.

Sus heridas -y eso era evidente en las cavidades que antes ocupaban sus ojos- habían cicatrizado de forma anormalmente rápida. De hecho los tatuajes entraban en las cuencas, como tratando de penetrar por el nervio óptico al cerebro.

A la luz blanca del neón que había sobre la camilla, en la que Sophie se puso en posición fetal, su piel tenía tantos tatuajes que le daban una tez oscura, sensación acrecentada por su ausencia total de pelo o vello. Las líneas negras, todavía un poco inflamadas, entraban también en su sexo y ano, así como por los oídos y en la boca. Le habían taladrado varias muelas y le faltaba un trozo de oreja. Tenía tatuadas multitud de formas geométricas que Gabriel observó con precaución. A Leah el chamán le recordó a un especialista en desactivación de explosivos frente a una bomba.

Sophie no soltaba la mano de Mats balbuceando entre frases inconexas, la mayoría de ellas pidiendo perdón a sus padres y a sus hermanos Antoine y Zac cuyo nombre repetía como el quejido de un animal. Habló de un ascensor en el que la bajaban cada vez que salía de su sueño, repitió una secuencia de diez números asociados a éste, mencionó a Vendela y dijo algo de un templo subterráneo.

A los veinte minutos de la llamada de Elliot sonó su teléfono. El soñador reconoció una voz conocida, la de un tal Gillbert que le informó sucintamente pero con precisión lo que había encontrado el contacto del Comisario Rejáne en la zona de Gambais: un chico joven -Zac, el hermano de Sophie- había matado con un cuchillo a seis personas -en un primer vistazo, parecían de su propia familia- y le habían cogido tratando de ahogar a una niña pequeña -su propia hija- en una bañera. Para detenerle, le habían tenido que disparar dos veces pero parecía que Zac saldría de esta, probablemente a su pesar, pues sus padres y hermano -y por lo tanto los de Sophie- y su propia mujer estaban entre sus víctimas. La niña estaba en shock pero su vida estaba salvada. Jacqueline era la única superviviente de los Taylor a parte de Sophie y del propio asesino, Zac.

Cuándo Elliot les informó -por supuesto, evitando ser oído por Sophie- Albin miró a sus compañeros y con serenidad preguntó quién bajaría con él en ese ascensor y quién se quedaría a cuidar de Sophie.

- Tiradas (2)
Cargando editor
06/02/2018, 22:07
Agustín Bélanger

La mujer abatida por el policía parecía muerta y no tenía ninguna identificación, ni granada. Bélanger manipulaba el cuerpo de Anjum cambiándolo de posición para minimizar el sangrado y la chica apenas se quejaba, mirando a su alrededor un tanto desorientada.

—Tengo que quedarme con ella, Daniel. Ni siquiera puedo moverla sin matarla.

- Tiradas (1)
Cargando editor
07/02/2018, 04:31
Leah Beth Tautou

Nunca imagine que aquello podia empeorar hasta que Elliot comentara el fatidico destino de la familia de Sophie. Era demasiado cruento, sordido e inhumano, pero debia ser verdad y me alegre de estar alli para acabar con todo eso.

Agradeci nuevamente que me cosieran el brazo. Sentia cansancio, dolor en varias partes de mi cuerpo incluyendo los rasguños de la madera en mi cara pero no me detendrian. Mientras Elliot y Albin organizaban el siguiente paso acompañe a Mats a consolar a Sophie. No dije nada, no habia nada que decir, pero mi mirada daba todo el apoyo del que era capaz.

Mientras observaba a Gabriel le pregunte con la mirada si habia descubierto algo en los tatuajes, era mas que obvio que el intrincado diseño debia tener sentido, algun tipo de mapa o codigo pero deje que el dijera algo si es que tenia algo que decir aunque con discrecion hacia Sophie.

Bese a la mujer en la cabeza antes de irnos para que sintiera algo mas de calor humano, despues de todo me sentia unida a ella de alguna manera que no podia describir, solo sentir... asi que queria que sintiera que no estaba sola, no mas. 

Habia aprovechado para beber alguna taza caliente que habria por alli mientras asimilaba la historia de Elliot hasta que Albin dijo que descenderiamos por el ascensor. Tome mi rifle y verifique los cargadores del mismo y de mi pistola, tome la linterna y verifique que encendiera, tome un cuchillo y lo asegure en mi pierna. 

- Estoy lista, acabemos con esos malditos! Dije con determinacion.

Solo esperaba que Daniel estuviese bien.

Cargando editor
08/02/2018, 20:14
Daniel Mallutz
Sólo para el director

Me agacho hasta su altura y le hecho un vistazo rápido y asiento.
Contemplo el arma de la tipa que nos embosco y tuerzo el gesto. Es mal asunto.
- Voy a ascender todo lo que pueda. La estación del metro esta arriba. Quizás pueda pedir ayuda.
Me acerco al móvil usado como cebo y lo recojo. Después compruebo los cargadores de reserva de mi arma y vuelvo a Agustín para dárselo.
- Ten esto por si los de antes vuelven. No se si mi móvil funciona pero intentare buscar cobertura.
Le doy la mano a el y aprieto el hombro de ella. Intento concentrar confianza en esos gestos. Mas por que me escama el recuerdo de la aseveración de la voz al otro lado de la radio. El otro lado.
Empuño el arma de la asesina de la Oposición. Tiene un tacto pesado. Quizás me gusta mas la escopeta y así al final me cuelgo el fusil del hombro y vuelvo a usarla.
Con premura pero paciencia asciendo los siguientes rellanos de la escalera escuchando la oscuridad y empleando las luces de forma indirecta con el fin de no perder la adaptación a la oscuridad.
¿Donde estamos?¿Que hay ahí adelante?¿Que demonios son esta gente?

- Tiradas (2)

Notas de juego

Per + Cont = 5 escuchar.
Per + Reac = 4 alerta.

Cargando editor
09/02/2018, 19:31
Elliot

Mientras Clementine atendía a la chica y Mats se mantenía a su lado, sosteniendo en todo momento su mano, Elliot se mantuvo en silencio, sin atreverse a acercarse demasiado a Sophie, temiendo perturbarla de un modo casi irracional, sintiéndose como el extraño que era para ella en realidad y sin embargo asistiendo al drama terrible en que se había convertido su vida. Tratando de no mirarla, angustiado al escucharla hablar -aunque memorizó de inmediato la secuencia de números que les confió-, se debatía nervioso entre vigilar por las ventanas del restaurante y mirar el teléfono esperando una respuesta. Deseaba con todo su ánimo haberse equivocado en su sospecha pero todo encajaba de tal modo que sentía la certeza como un peso en el pecho que apenas le dejaba respirar.

Trató de no imaginar las escenas que describió Gillbert. Zac debía haber sido manejado por los cultistas; sólo deseaba que no hubiera sido consciente en absoluto ni pudiera albergar recuerdos de lo que habían hecho a través de él o más le valdría que le hubieran abatido. Recordaba el rostro de la pequeña Jacqueline del sueño y se centró en ella, en que ahora estaba a salvo por fin, rogando porque hubiera estado encerrada en algún lugar y no hubiese podido presenciar toda aquella matanza.

Tras exponer a los demás lo que le habían confiado, Albin, con la serenidad que jamás parecía abandonarle, preguntó quién seguiría adelante y quién se quedaría con Sophie. Leah se puso de inmediato en marcha y Elliot la imitó: tomó el arma de Ellisif y se la colgó del hombro, se aseguró que los cargadores y la pistola seguían en su posesión y pidió a Gabriel que le dejara quedarse por ahora con el cuchillo:

-Albin, alguien tiene que venir a buscar a Sophie y quienes se queden con ella, no podemos dejarlos solos y permitir que la recuperen. ¿Y Berisha?, ¿puedes comunicarte con él?

Notas de juego

Elliot le vendaría los ojos al matón que llevan con ellos y tampoco contaría lo que le han dicho por teléfono o ninguna otra información sensible de modo que pudiera escuchar nada.

Cargando editor
10/02/2018, 15:36
Clementine Ouvrard

Al ver salir a Sophie del agua transformada en arpía la visión se me borró por las lágrimas, gracias a dios estaba lloviendo y nadie podía verme. Odiaba que me vieran llorar.

La visión de sus alas me alertó, temí que le pasara lo mismo que a la criatura que Gabriel había traído a nuestra dimensión desde el ensueño, observé inmóvil cómo Mats trataba de acercarse a ella y cómo se revelaba su cuerpo verdadero finalmente al caer al suelo del puente. Me llevé instintivamente la mano a la boca pero aún así no logré ocultar el horror que me producía la visión de su cuerpo; en un acto de total egoísmo agradecí que sus ojos no pudieran verme.

Me pregunté por qué habría decidido tomar esa forma. Las arpías eran el brazo ejecutor de Zeus, ellas debían hacer cumplir el castigo que el dios le impuso al profeta Fineo después de que este revelara secretos de algunos de los dioses. Zeus había enviado a Fineo a una isla llena de manjares: las arpías, gracias a su habilidad de vuelo, se encargaban de quitarle la comida de las manos a Fineo cada vez que se disponía a comer. Deseé en lo más profundo de mi ser que Sophie fuera la arpía encargada de arrebatarles el pozo a los cultistas cada vez que estos pensaban que lo estaban acariciando con los dedos.

Inmediatamente aparté la mano de mi boca y me llené de una ira tan grande que temblaba ligeramente al ver cómo la habían torturado, al pensar en todas las otras personas a las que les estarían haciendo lo mismo. El corazón me dolió de alivio al pensar que Édith había podido zafarse de ese destino por poco.

Asentí ante la sugerencia de llevarla al hospital y atendí sus heridas lo mejor que pude recordando el informe que hubiera leído en el hospital sobre las que había tenido la niña, sin duda hechas con el mismo método. Al rato pude sentir que la rabia estaba allí pero fría y peligrosa, mejor que yo no fuera con ellos hacia abajo porque era capaz de dinamitar todo y dejar a los cultistas encerrados abajo de los escombros.

-Creo que es necesario que yo me quede junto a ella para estabilizarla y tratar sus heridas, aunque me encantaría bajar con ustedes -dije mientras los observaba a todos y acercaba mi mano a Sophie instintivamente para acariciarla aunque la detuve a medio camino, lo más sensato era que solo tuviera contacto con Mats, estaba en shock, era claro.

Me dirigí a Gabriel al ver su expresión mientras analizaba los tatuajes de la muchacha -¿Hay algo que debamos saber?

Cargando editor
10/02/2018, 23:25
Mats Bergstrøm

La desolación hace presa de mí a medida que escucho las noticias acerca de la familia de Sophie. ¿Es realmente posible? Las imágenes de la velada que Arthür, Sophie y yo compartimos con ellos parecen quemadas en mi retina. Eran tan dulces, tan felices… Extrañamente, y por absurdo que parezca, casi me sentí como si formase parte de aquella familia amable y hermosa.

Ahora están casi todos muertos. Destruidos.

Miro a Sophie, tendida sobre la camilla, y no puedo dejar de tener la espantosa sensación de que mi amiga ha sido profanada, violada, en todos los sentidos en los que una persona puede serlo. Mis ojos caen entonces sobre Elliot, y el horror es diáfanamente legible en ellos. Una pregunta silenciosa flota en el aire: ¿Hicimos lo correcto? ¿Habríamos evitado esta masacre poniéndole fin a esto cuando pudimos, cortando el hilo cuando pudimos hacerlo? ¿Ha merecido la pena? ¿Merecerá la pena para ella, si es que alguna vez recobra la razón?

Yo me quedo con ella —murmuro con los ojos brillantes y húmedos, apretando la mano de Sophie, como si así pudiese hacer que sintiese mi presencia. Asiento al escuchar a Clémentine, que también se quedará para atenderla, y lo agradezco en silencio—. Tened mucho cuidado, por favor. No… Por favor, no os muráis…

Parezco nuevamente al borde del llanto.

Cargando editor
12/02/2018, 08:58
Gabriel Cailletet

Gabriel les explicó lo mejor que pudo cosas que sabía por los que custodiaban personas como Sophie. Él mismo había sido enviado -por los chamanes que Daniel y Leah habían conocido en los bosques, los que custodiaban a Arene Lioret, una sectaria fugada- para encargarse de la secta de soñadores y tratar de enmendar sus tropelías.

Con voz baja contó que la magia que habían hecho sobre ella había convertido la mente de Sophie en un territorio onírico que servía de camino y de paso para adentrarse en una multitud de sitios espirituales. Cualquiera que durmiera con ella y conociera los ritos adecuados podría visitar la geografía marcada en sus tatuajes -tenía muchos más que Édith o Cléo- y a través de ella visitar cientos de reinos, muchos de los cuales deberían estar cerrados o protegidos de visitantes inapropiados. Es más, la mente de Sophie estaba poblada por otros seres, decenas y decenas, atados a ella por las marcas poligonales que se veían entre las líneas.

Le puso la mano en el hombro a Mats y le habló con cierta autoridad.

—Debes andarte con cuidado. Sophie es la entrada, pero también la salida a lugares y a seres que no deberían llegar a la mente de los no iniciados, menos a nuestro mundo. Si salgo con vida te ayudaré a cuidarla, si no debes hacer que Leah, Daniel o el comisario Pillet te pongan en contacto con una tal Camille Achard. Leah ya la conoce. Ella puede llevaros con los míos. Ellos querrán quedársela en el bosque. A ti te corresponde tomar la decisión sobre qué hacer. No la matarán pero quizá encuentres un lugar mejor para ella. Un sitio en el campo, que los míos puedan proteger.

Notas de juego

1 de 4

Cargando editor
12/02/2018, 09:03
Anders Berisha

Cuándo llegó el señor Berisha escuchó las explicaciones de lo ocurrido tomando la mano del cadáver de Ellisif.

Decidió quedarse con Mats. Esa era su misión, así como había sido la misión de la prima del periodista. Le bastó un gesto para explicarse.

Se despidieron y Leah, Elliot, Albin y Gabriel partieron hacia el ascensor.

Anders explicó que a Clementine y a Mats los recogería Geneviève para llevarlos al hospital. Del prisionero y del cadáver se encargaría él.

Notas de juego

2 de 4

Cargando editor
12/02/2018, 09:09
Anders Berisha

Berisha no hizo lo dicho delante de todos. Luego explicaría que prefirió que su destino fuera un secreto por si los capturaban.

Recibió un mensaje de texto en el teléfono, pidió silencio, noqueó a René -que tenía los ojos vendados y estaba atado con las manos a la espalda- de un fuerte golpe con su pistola y lo encerró en una cámara frigorífica tras comprobar que estaba desconectada.

Después se echó a la espalda el cadáver de Ellisif. Y pidió a la doctora y a Mats que sacaron a Sophie en la camilla.

Una vez fuera, junto al lago, escucharon el ruido de un helicóptero de la policía. Dio varias vueltas alrededor del parque y aterrizó junto a ellos provocando con el aire que movía multitud de pequeñas olas en el lago.

Cuando todos subieron y el helicóptero, Geneviéve les puso los auriculares y ofreció a Anders el rifle de francotirador. En un minuto ya sobrevolaban los barrios de París. Sólo entonces Berisha habló.

—El hospital no es un lugar seguro. Vamos a las marismas.

Notas de juego

3 de 4

Cargando editor
12/02/2018, 09:13
Geneviève Gibran

Luego sonó la voz de Geneviève, un poco distorsionada por la estática.

—Allí cuidamos de Cléo y de Édith. Es un lugar protegido y bien equipado.

El atardecer bajo los nubarrones brillaba en el horizonte, en una franja de color anaranjado fulgurante.

Notas de juego

4 de 4

Ya podéis postear.