Partida Rol por web

Atravesaron el puente colgante a toda velocidad. Albin les conminó sin alzar la voz a no detenerse en el puente por nada del mundo.

El policía disparó contra la barca sin detenerse, volándole la cabeza a uno de sus ocupantes en un disparo que Leah reconoció como “imposible”. El otro de la barca se movió abruptamente y ésta volcó quedando el superviviente flotando en la laguna.

Elliot pudo ver en lo alto del cielo una bandada de estorninos volando muy juntos, caóticamente, como un banco de peces asustados por un tiburón. Bajo ellos, en la laguna, cerca de la barca, a unos tres metros de profundidad, el soñador vio algo luminoso, como una burbuja de oro dentro del agua. Y supo que era Sophie.

No habrían recorrido ni veinte metros pendiente arriba -en dirección al templete- cuando de nuevo estaban cubiertos por la maleza.

En un giro abrupto -el camino circulaba entre dos muros de piedra- se toparon de frente con un hombre grande y se podría decir que atractivo, con aspecto de matón aficionado a las drogas, que se apresuró a tirar su rifle y tirarse al suelo de rodillas con los brazos en alto en señal de rendición incondicional.

Albin le ató por las muñecas con una brida, ordenando a Leah que buscara una posición para darle cobertura y la policía desapareció en la maleza, trepando pendiente arriba perpendicular al camino. Luego, con la radio, ordenó a Ellisif cruzar el puente rápido y con cuidado. El hombre que se había rendido miraba al suelo.

Clementine intuyó que ese hombre tenía serios problemas con el sueño. Probablemente tenía insomnio o incluso tomaba pastillas para dormir.
 

A Leah sólo hizo falta subir por unas rocas y encaramarse en un árbol para tener una buena perspectiva del puente. Ellisif lo empezaba a cruzar pero detuvo para disparar al superviviente de la barca, que trataba de llegar a la orilla a nado. Era un disparo facil con ese subfusil pero de pronto Ellisif se desplomó en un charco de su propia sangre. Algo le había reventado una pantorrilla y la prima de Mats quedó tirada en medio del puente. Gritó tratando de arrastrarse para recuperar su arma.

Leah entendió que a Ellisif le había disparado un francotirador que probablemente estaba ubicado -como había hecho el señor Berisha- en alguno de los edificios cercanos al parque, más altos que la montañita en la que se encontraban.

En lugar de matarla la había herido en medio del puente para forzar que alguien tratara de rescatarla y así dispararle.

Todos escucharon los gritos de Ellisif. Se oían desde el puente. Sólo Leah, en su posición más elevada, podía ver lo que estaba pasando.

Anjum había dejado caer una moneda en el corredor, como todos los demás. Pero ella estaba asustada y en guardia, parecía tener miedo a que el suyo fuera el lugar de la serpiente en la mano de Bes.

Daniel intuía que la relación de la chica con los vampiros iba más allá del trabajo o el servicio. Algo de la sangre de Ophelia corría por las venas de Anjum y ella temía que ese vínculo convirtiera su presencia en algo non grato para el dios guardián.

El fantasma no la alteró, se echó a un lado para no quitar protagonismo a Daniel.

Cuando Daniel nombró al “hombre razonable” el poeta esbozó una sonrisa siniestra.

—Tengo entendido que tu novia se lo comió en una cuneta.

Carraspeó.

—No se lo tenga en cuenta, muchacho, ese desdichado ya no hará daño a nadie más.

Hacía cada vez más frío. Agustín miraba atento la escena, con gravedad en su rostro, pero no parecía escandalizado. Gad parecía asustado.

El poeta hablaba mostrándose colaborador.

—A Camilo, el guía, lo estranguló uno de ellos allí abajo. Iréne sigue allí, haciéndoles el trabajo de tatuar a sus víctimas.

Últimamente hay mucho movimiento por aquí. Más que nunca. No sé mucho de lo que pasa ahí abajo pero tengan cuidado o acabarán... haciéndome compañía ¿Me espero un poco por si alguien se viene?

Miró al suelo, contento.

—Perdonen, es una broma de muerto. Sabía, amigo Daniel que tarde o temprano nos veríamos aquí, que sólo era cuestión de tiempo. A mi edad, el tiempo no importa. Pero usted está vivo.

Por eso déjeme regalarle un poema de despedida y ahorrarle los ocho o nueve euros del libro o una búsqueda en Internet. Es lo mejor que le puedo ofrecer. No le haré perder más de veinte segundos y es el aprendizaje de toda mi vida.

Sin dar tiempo a que Daniel aceptara el regalo empezó a declamar.

—Cuando él tuvo veinte años, alzó la mirada, vio el cielo, vio nuevamente la tierra, con   suma atención ¡Era  cierto  entonces! Dios no había hecho  más  que  un  bosquejo del mundo.

Se iba difuminando como si su última energía se fuera difuminando con las palabras.

—No dejó nada sino ruinas. Ruinas  este  roble,  aun  siendo  tan  bello.  Ruinas  el  agua  que  viene  a  romper  suavemente  en  la  orilla.  Ruinas  el  sol  mismo. Ruinas  todos estos  signos  de la  belleza, como bien lo prueban las nubes, aun más bellas.

Sólo  la  luz  poseyó  vida  plena,  se  dijo. Y  por eso pareciera simple  e increada.  Desde entonces, los bosquejos es lo único que le gusta de la obra de los pintores.  El trazo que se cierra sobre sí le parece que traiciona la causa de este dios que ha  preferido la angustia de la búsqueda a la alegría de la obra concluida.

Gad habló con voz temblorosa.

—Me encargaré de que recojan el cadáver y de que tenga un entierro digno...

Respiró hondo, se encendió un cigarro. Temblaba y Belánger le tuvo que ayudar.

—Pero yo no sigo. Lo siento.

Miró al suelo trató de respirar hondo pero estaba demasiado nervioso.

—Mis piernas no me responden. Disculpenme.

Me adelanto para hablar con el hombre con apariencia de matón en el suelo y saco mi linterna médica para examinarle las pupilas -Vaya forma de rendirse. Quédese quieto, por su bien - le conminé mientras me agachaba junto a él -¿Hace cuánto que no duerme? -pregunté con total intención.

Luego los gritos de Ellisif llegaron, se me erizó la piel porque no sabía si eran de advertencia o producto de algo malo que le estuviera pasando.

Mientras cruzaban el puente siguiendo las indicaciones de Albin, éste disparó a uno de los ocupantes de la barca, derribándolo con una puntería asombrosa. Elliot vio caer también al otro tripulante y muy cerca de ellos, en el cielo sobre la laguna, una bandada de estorninos se movía volando como una sola criatura formando un intrincado dibujo. Y bajo los pájaros, a escasa distancia de la barca volcada, en el agua, distinguió algo que parecía una esfera luminosa, como una burbuja de oro sumergida.

Lo supo de inmediato. Nada más pusieron un pie al otro lado del puente anunció a todos sin levantar la voz pero notablemente emocionado:

-Sophie está allí -señaló la dirección-, sumergida en la laguna, a pocos metros de profundidad. Los pájaros muestran su posición.

Nadie se detuvo ni podían hacerlo en aquel momento pero las corazonadas de todos se revelaban ciertas. "Aguanta, hermana, aguanta", pensó mientras Albin esposaba y Clementine revisaba a aquel individuo. Entonces se oyeron los gritos de Ellisif. Algo grave estaba sucediendo.

Todo iba bien, todos estabamos bien. Oculta en mi posición alta me sentia en mi elemento hasta que escuche el disparo y los gritos Ellisif.

- Elli, no!!! Susurré.

Con la mirada ubiqué a Albin y le hice señas con las manos de que debia haber un francotirador en direccion al ruido. 

- Cubranse... hable a los demas pero sin gritar. 

No podiamos avanzar si no eliminabamos la amenaza y no podias ayudar a Elli, no era la primera vez que me encontraba en esa situacion y la rabia me hizo arder al darme cuenta de nuestra desventaja. Mire a Mats y rogué porque no hiciera una estupidez.

Tras un arbol comence a repasar el horizonte buscando al francotirado desde la mira de mi rifle. Seria mas dificil para mi matarle asi que necesitaba la sorpresa y algo de suerte. Si lo conseguía tendria que dispararle rafagas para que Albin y Mats tuviesen chance de sacar a Elli del puente y poder atender su pierna. 

- Donde estas maldito.......

Avanzo por el terreno cubierto de maleza, sin acabar de asumir la situación en la que estoy. No sé qué esperaba, la verdad. Tal vez pensaba que no nos toparíamos con nadie, que lograríamos encontrar a Sophie sin la necesidad de enfrentarnos a ningún enemigo, y que todos estaríamos a salvo antes de ser del todo conscientes del peligro en el que habíamos estado.

Por desgracia, eso no ocurre.

En el momento en que empieza a haber disparos reales y empiezan a morir personas reales, siento como si me estuviese desorientando por momentos. Me obligo a mí mismo a recordar lo peligrosa que es la situación, pero no puedo evitar tener esa sensación de que nada es real, de que todo es un juego, y que en cualquier momento podremos decir «bueno, ya basta», y los muertos se levantarán del suelo, se sacudirán el polvo y todos nos daremos la mano y nos iremos a casa. Como algunas veces, en sueños que he tenido. Pero esto no es igual. Está muriendo gente, y nosotros también podemos morir. Yo también puedo morir.

Es entonces cuando oigo los gritos de mi prima Ellisif, que se había quedado rezagada en el puente que acabamos de cruzar. Me doy la vuelta, dispuesto a salir corriendo para ayudarla, pero Leah nos hace a todos una serie de señas y nos indica que nos cubramos. No entiendo totalmente lo que quiere decirnos, pero el hecho de que empiece a mirar a su alrededor a través de la mira de su arma me hace comprender que está buscando a un tirador escondido.

«Joder. ¡Joder! —Agacho la cabeza y busco algún árbol tras el que cubrirme, moviéndome con torpeza. Espero que Ellisif esté bien, y que Leah encuentre rápido a ese cabrón—. Ellisif, aguanta. Enseguida voy a por ti…».

Para poder observar Leah había tenido que salir del cobijo de los muros de piedra y la espesa vegetación

Desde detrás de un árbol, la policía se dió cuenta de que habían muchos edificios cercanos al parque suficientemente altos como para resultar un buen emplazamiento para un francotirador. Demasiado lejos para su arma, con demasiados vecinos como para disparar a ráfaga.

Al igual que ellos habían emplazado al señor Berisha en una posición ventajosa desde la que le había sido fácil abatir al tirador del templete ahora resultaba evidente para la policía que los sectarios tenían otro tirador, en otro edificio. Podría estar en una terraza pero también en una habitación con una ventana al parque.

Concentrada en lo que veía a través de la mira de su rifle le sorprendió el crujido de la madera al astillarse y sintió como su cuerpo volaba despedido hacia atrás.

Leah rodó por el terraplén unos cuatro o cinco metros en dirección hacia donde estaban los demás, entre matorrales y piedras. Sentía presión en el pecho, una quemazón en el brazo derecho y como agujas clavadas en un lado de la cara. En esos primeros instantes no tenía ni idea de cuán grave podía ser su herida. Aturdida por el shock, le costó darse cuenta de que el francotirador la había alcanzado.

Los demás escucharon el impacto como un ruido seco, como un hachazo y la vieron caer rodando desde su posición. Había quedado tumbada boca arriba en un sitio cubierto por vegetación y aparentemente poco expuesto al tirador. Pero su enemigo había demostrado tener una puntería excepcional.

Si alguien salía a ayudar a Ellisif estaba muerto. Si nadie iba a ayudarla y la trampa del francotirador se revelaba inútil podría darle el tiro de gracia al haber quedado expuesta. Elliot vio a Mats parapetarse y Clementine estaba agachada mientras revisaba al tipo que se había rendido. Ahora Leah se exponía al peligro tratando de localizar al tirador desde una posición más elevada. Había que acabar cuanto antes con todo ello o todos podrían morir o ser apresados si quedaban atrapados en aquella posición.

Elliot se acuclilló y tocó el hombro de la doctora: -No te incorpores, pero sepárate de él- pidió. Posicionándose frente al matón apoyó el cañón de la pistola contra su frente y preguntó con el tono más frío y calmo que pudo entonar:

-Dinos: ¿dónde está el francotirador?- En aquel momento Leah rodó ladera abajo, herida o tal vez muerta. Elliot empujó el arma bruscamente obligando al cultista a echar la cabeza hacia atrás -¡Ahora! Si la detective no había muerto podía haber quedado totalmente expuesta a un nuevo disparo.

Los arboles lo tapaban todo, no tenia claridad ni angulo. Era mierda pero tenia que estar alli, frente a mi, y sabia que mientras mas tiempo pasaba mas peligro habria pero quien mas podria encontrarle. Confiaba al menos en mi cobertura aunque sabia que tendria que moverme para localizar y fue cuando escuche un zumbido que se acercaba.

La sacudida no fue normal...

Mi primera reaccion fue cerrar los ojos sin apenas asimilar lo que pasaba. Un cuarto de segundo despues estaba en el aire mientras mi brazo ardía y mi cara se contraía sin entender bien porque. Era una fracción de segundo que una no veia pasar. El cielo azul se me otorgo acariciante mientras continuaba mi viaje flotando hacia el suelo por mi propio peso.

No me dolio aterrizar. 

Mi cuerpo era un amasijo de dolor tan contraido que no podia darme cuenta de que parte me dolia o siquiera donde estaba. Ahogada como estaba apenas podia respirar mientras me daba cuenta de la realidad. Me habian dado. No era mi primera vez, pero si era la primera vez con rifle. 

Estoy viva?

Un fugaz recuerdo de Daniel hizo que se formara un lagrima en mi ojo derecho mientras miraba el cielo azul. Era mi momento, iba a morir, contraida como estaba aceptaba mi destino. Donde estaba? porque estaba alli? por qué mi cara me dolía tanto? 

Entonces tosí y el dolor fue mas agudo aunque ahora podía respirar. 

- Salaud... gemí con rabia.

Aun sin levantarme o moverme siquiera asimile lo que habia pasado. Moví un brazo para indicar que estaba viva y con la misma esperaba que nadie viniera por mi. Luego el brazo que no me dolía lo meti bajo el chaleco para saber si tenia sangre y ver si tenia esperanzas, luego trataria de arrastrarme aunque al parecer habia volado desde donde estaba asi que seguramente estaba fuera de alcance pero de momento solo podia especular. 

Mi mano sintio algo humedo asi que tenia sangre en algun sitio.

- Merde!

El hombre arrodillado respondió rápido, demasiado rápido para Elliot. El prisionero, con las manos atadas a la espalda y mirando al suelo explicó que el tirador estaba emplazado en la terraza de un edificio adyacente, cercano a la entrada del parque.

El lugar parecía perfecto pero Elliot intuyó que el tirador no estaría allí y que el hombre mentía. También Albin. Tras intercambiar una mirada cómplice con Elliot ell policía le puso el arma en la nuca y acercándose a su oído le habló en un susurro.

—No deberías habernos mentido.

El hombre metió la cabeza entre los hombros y se puso a resolplar, sollozante. Parecía que temía más a los soñadores de la secta que a una bala en su nuca.

Para Leah cada respiración era más fácil que la anterior y pudo ver que la sangre manaba de una gran astilla -del tamaño de un cuchillo de mesa- que se le había clavado en el brazo derecho. Aunque con gran dolor podía moverse. No se mareaba y no tenía sangre en el vientre, lo que era buena señal. El árbol, ahora  encima de ella -cinco metros cuesta arriba- crujió y su copa se venció hacia abajo sin llegar a caer al suelo. La bala del francotirador había atravesado el tronco del árbol y después había golpeado un lado de su chaleco perdiendo fuerza y desviándose lo suficiente para no llegar a penetrar en su cuerpo.

Me sale una mueca de tristeza con la referencia a las circunstancias que ha sufrido Leah.
Aun cuando la noticia de la posibilidad de que la oposición tenga un efectivo menos sea prometedora.
Mi gesto es de constatación que desde que la volví a tener de vuelta he obviado la incomoda naturaleza de los detalles. Sobretodo no de los que cuentas, si no de los que quien los ha experimentado intenta olvidar.
Asiento ecuánime a darle la razón al ajado poeta.
- Vaya haciendo su camino, buen hombre - le sonrío ácido - si nos toca ir con usted ya habrá tiempo de alcanzarle.
Durante un breve instante le dedico a Khalil un ademan de condolencia. Con bastante disimulo de refilon le dedico la breve atención que el momento me permite sobre su reacción a la noticia y sus sentimientos.
De todos los miembros de la expedición es el único que a ciencia cierta estuvo bajo el influjo de los Otros. Aunque su espíritu de reparación parece genuino. Pero no se como era antes de esta noche. Menos aun después de dormir.
Toda observación no es intrascendente. Y también me puede decir como se conduce bajo presión. Igual que Agustin o Anjum.
El pobre ex-policia de las alcantarillas esta absorbiendo demasiado para una primera vez.
Estoy reflexionando sobre ello cuando el anciano Yves me obsequia con una sabiduría que el sabe importante y que yo entiendo que debo macerar.
Sobre todo a la referencia de quien las palabras tratan de reflejar y cual es de ellas mi comprensión.
Quien es Él. Cual es la verdad detrás de la lírica.

Suspiro en silencio cuando el colega irredento de Darkchild se escapa del mundo físico a Dios quiera el mundo detrás que nos toca. Aun pensando que es innecesario después de lo hecho le dedico aun pequeña plegaria al señor. ¿Que daño puede hacer?
- Señor despejale el camino a tu gloria y si ha merecido obstáculos, que estos le sean lo mas llevaderos.
Después recuerdo la ultima vez que pronuncie palabras parecidas y reflexiono si de verdad en esta ocasión no causaran daño. Frunciendo el ceño y frotándome el puente de la nariz pienso en añadir lo mas sensato en un susurro - Por favor, si lo que pido es equivocado en algún aspecto no me hagas caso, y que sea tu voluntad.

Oigo la voz asustada del señor Gad diciendo que no va a poder ir mas allá y me dirijo a el benevolente.
- Es comprensible, señor Gad - le digo apoyándole la mano sobre el hombro - No hay necesidad de disculpa.
- Lo cierto es que ya estaba pensando en que usted quedara aquí. Lo lógico es que alguien se quede en la retaguardia y nos guarde las espaldas. No sabemos quien podría venir por el mismo camino. Ya lo hemos oído todos - me detengo un segundo a valorar si lo que digo es cierto y lo han oído - este lugar últimamente esta muy transitado.
- Señor Gad contacte con sus colegas de la brigada y pida refuerzos de inmediato. Supongo que tendrán alguna unidad de intervención rápida. Que vengan, levanten el cadáver y que detengan a cualquiera que se acerque al perímetro. Hasta nueva información sera sospechoso. Y no llame a un par. Movilice a todo quisque. Nos podemos enfrentar a un grupo numeroso y bien pertrechado de armas.
Lo observo para cerciorarme que la tensión lo centra y para ver que no hay nada que se queda detrás o que salta desde detrás.
- Mientras, manténgase a resguardo. Si viene alguien que no es de la Gendarmeria o del grupo de inspector Albin escondase y salga cuando este despejado. Contacte con Govier entonces o si no hemos dado señales de vida en unas seis horas. Y si Govier no esta accesible llame a Chana Zhychuk del CSB - le digo dándole el teléfono y la frecuencia de emergencia.- Que le transmita a Gavalda donde nos vio por ultima vez.
Le apretó la mano - cuando acabe esto le debo una botella de lo que beba.
- Ahora proteja nuestro culo, no se arriesgue y saque al señor Darkchild de esta cloaca infecta - no se como las arreglo para que suene como una charla de un colega de comisaria y no una arenga vacía de un desconocido.
- Nosotros vamos a abajo. Si lo que hemos oído es correcto que me la juego a que si al menos Irene Caron esta en estos túneles. Y siempre queda que ante la presión del otro grupo intenten replegarse hacia nosotros - digo buscando confirmación o sugerencias.
- Esperemos que en ese caso un pelotón de la Gendarmeria los distraiga y nos de tiempo a entrar y salir.
Khlalil usted ira delante. Es el experto en estos lugares, aunque no los haya visitado tendrá referencias que nos servirán de guía. Sera nuestra brújula.
Yo le cubriré. Anjum tu cubre a Agustín. Él ira detrás de mi.
- Demonos aire. Si nos hemos equivocado Sophie puede estar ahí dentro esperándonos débil y maltratada.
Y con un Dragón o si el pensamiento que se viene a mi mente encaja correctamente El Dragon. En el mas amplio y mas concreto de sus significados..
Pero esto no lo comento por que bastante acojonados ya estamos todos.
Pongo en marcha la linterna de la escopeta y me la cuelgo paralela al cuerpo accesible a ser agarrada con un simple cambio en las posición de las manos.
Miro a los tres otros miembros del pelotón y los estudio.
- Bien, cuando todos estemos listos.
Después miro la efigie de Bes y mentalmente le prometo doble ración de celebración con Leah si tiende una mano en ese agujero y triple si ella también se salva.
No creo que cuando se lo explique mi chialin se lo tome a mal.

Khalil parecía resignado. Anjum observaba en silencio, contemplativa pero centrada. Agustín se mostraba sorprendido, Daniel no supo si estaba asustado pero desde luego que si tenía miedo su voluntad era mucho más fuerte que éste.

Bajaron el pozo. Contra lo que cabía suponer, la escalera de hierro estaba fuertemente anclada a la pared. Era más nueva de lo que parecía.

En el fondo no había nada más que un suelo de cemento. Parecía cegado, cumpliéndose lo dicho Gad: en teoría esa zona había sido cubierta por hormigón y escombros.

Pero dando golpecitos en la pared Daniel descubrió un ladrillo hueco que resultó ser la tapadera del panel de una cerradura electrónica.

Anjum probó con algunas combinaciones sin lograr que se abriera. Tampco tuvo éxito Khalil utilizando un programa con su móvil.

Carajo - Si no fuera poco el estar metidos en un agujero los cabrones tienen la puerta cerrada.
Anjum y Khalil prueban un par de trucos pero el sistema de combinación no se deja seducir.

Diciéndole a la ayudante de Ophelia que no trastee mucho y tomando referencia visual del teclado me paro a pensar y dándole unos guantes de latex de toma de pruebas para sus intentos.

La ventaja en tener una cerradura electrónica en contraposición con una mecánica es que el tablero es solo el ejecutor del comando de apertura. Se puede cortocircuitar.
Si nos hubieran puesto un cerrojo de caja fuerte me hubiera tenido que resignar a tener que buscar explosivos.

La otra ventaja es que se puede estudiar.

Las claves no suelen ser muy largas (entra en juego, el entorpecimiento de la necesidad de memorizar) y si no han usado mas que unos pocos dígitos podría sacar un patrón y probar.

Por ultimo afortunadamente conozco un reventador de cerraduras de primera, pero desafortunadamente aun debe estar en el hospital.

Me decido a que primero voy a ser sutil e intentarlo por el medio mas civilizado.
Pero no solo contemplo el cerrojo. Me fijo también en lo que puede ser la puerta.
Primero en los muros y luego también en el suelo y al final me centro en el dilema.

Con polvo de huellas seria mas sencillo pero con un poco de polvo fino puedo buscar una alternativa.
A no ser que hayan usado guantes la grasa de los dedos adherirá los números mas usados.

Mientras lo hago pienso en quien ha instalado todo este dispositivo.
O una de dos. O han tenido todo el tiempo y el dinero del mundo y mucha suerte o alguna de las tres variables o casi todas (el dinero no creo que haya sido un problema) no haya sido optima.

Eso me saca una sonrisa. A lo mejor las prisas o la fortuna nos dan una oportunidad.
Seré un cínico pero no hay que ocultar que desde algún tiempo acá me gusta ser optimista.

A veces hasta la ayuda del mas allá esta ahí presente.
Espero verla o ser merecedor de su ayuda. Aunque sea invisible.

Hay una mujer secuestrada al otro lado. Si es que esta viva. O sigue siendo una rehén.
Aparto las dudas y me concentro.