Partida Rol por web

El grupo regresó a la misma entrada por la que habían accedido la primera vez. Alder extendió el mapa que habían conseguido en la biblioteca.

​​​​​Era bastante evidente para Alder que en aquel plano tan solo salían los principales pasadizos, pues tras aquella primera exploración, estaba prácticamente seguro de que faltaban muchos de los conductos por los que habían pasado. 

Regresar tras sus pasos era sin duda la mejor opción que tenían, pues habían encontrado aquella extraña sustancia verde, que de seguir allí, podía ser una muy buena pista para dar con el goblin de tres patas. Armándose de valor, aquellos cinco exploradores, se dispusieron a acceder al subsuelo otra vez.

Gunther volvió a poner los pies en las sucias baldosas de la entrada, y contra toda previsión e idea sana aspiró profundamente el aire que emanaba de la puerta abierta antes incluso de preparar la máscara... y contra toda previsión sonrió y prendió una antorcha antes de entrar. 

La máscara colgaba de su cuello, las sustancias tintineaban en un bolsillo de su nueva ropa de explorador, si Gunther había decidido probar si podía resistir, o si se había olvidado completamente de usar la máscara que había comprado no quedaba claro.

Regresar a las alcantarillas después del opíparo almuerzo resulta ser la peor idea que nadie ha tenido en toda la historia de la humanidad. Me alegro de que no haya sido mía, pero aún así soy yo quien paga las consecuencias. Ni con mascarilla ni sin ella soy capaz de contener las arcadas en cuanto nos asomamos a la entrada de las cloacas y, tras ensayar unos pocos pasos tambaleantes, termino cayendo de rodillas para vomitar todo lo ingerido en la abadía.

Con lágrimas en los ojos, miro acusadoramente a mis compañeros que se empeñan en arrastrarme a situaciones tan desagradables. ¡Con lo bien que estaría yo en la posada!

—Si ese asqueroso goblin saltara de entre las sombras y me apuñalase en las tripas no me sentiría peor... —me lamento con actitud de infantil pataleta, mientras utilizo mi bastón para ayudarme a recuperar la verticalidad.

- Vamos, Chester. No seas tan quejica. Seguro que esta vez encontramos el rastro de ese goblin y podremos llevarlo ante las autoridades y reclamar una justa recompensa. - Trataba de animar al mago del grupo, que parecía no encontrarse muy bien del todo.

Mientras todo el grupo se preparada e iban bajando de uno en uno a los subterráneos, de los que emanaba la misma peste infernal del día anterior, Gemme sopesó que dirección seguir, mirando el mapa con Alder. y señalando las posibles ubicaciones, si es que se orientaba.

- Veamos, estamos aquí... Los ladrones estaban aquí y tiramos por esta bifurcación.... Aquí fue donde encontramos el limo verde ese extraño... Creo que deberíamos volver e investigar. Después, seguiremos por ese camino. - Iba diciendo.

Alder se movía alegremente por las alcantarillas. Se había puesto aquella máscara más por curiosidad que por necesidad, puesto que su precaria infancia le había llevado más de una vez a escabullirse por alcantarillas semejantes a aquellas y ya tenía el olfato habituado a aquellas pestes nauseabundas.

Una palmada de ánimo resonó en la espalda del mago-¡Venga, Ches! ¡Te estás curtiendo y mejoras con el paso del tiempo, como el buen vino!

En cuanto Lady Gemme quiso observar el mapa, el pícaro le ofreció toda su atención, dividida entre el pergamino y la propia muchacha, adopando este una pose seria mientras sacaba de un bolsillo el pedazo de carboncillo.

-Recomiendo cautela a la hora de dar veracidad a este mapa, puesto que está incompleto. Por ejemplo justo aquí o aquí-Marcó dos nuevas líneas bifurcándose de uno de los caminos-Habían senderos que no aparecen dibujados...- Se pinzó el mentón mientras seguía observando el mapa.

-Pero coincido con lo que dices, pelirroja. Yo también creo que esa es nuestra mejor opción

- Hay puntos en el mapa que parecen emplazamientos fijos, quizás una buena forma de conocer las alcantarillas sería visitar uno por uno cada emplazamiento... ¿qué opináis? Comentó Adso que otra vez en cuanto entró en aquellas putrefactas y malolientes alcantarillas se le descompuso el estómago empezando a vomitar parte de la agradable comida que le habían ofrecido en la catedral.

El grupo avanzó en línea a través de las cloacas siguiendo el mismo sendero que la primera vez que se adentraron allí. Alder iba a la cabeza seguido muy de cerca por Gemme. Tras el Adso y Chester, los cuales no podían hacer otra cosa que únicamente caminar tratando de mantener la bilis dentro de su organismos, pues la comida ya estaba alimentando a las ratas del canal. En última posición y cerrando la marcha avanzaba Gunther atento a cualquier peligro en la retaguardia. 

Llegados a cierto punto en el que alguno de los miembros de aquel grupo expedicionario cayó al lodo, todos se tomaron con calma el hecho de pasar por aquel terreno resbaladizo. Con sumo cuidado cruzaron aquella zona sin más percances y finalmente accedieron a la zona donde vieron a Giles, el miembro del gremio de ladrones. 

Alder hizo memoria para seguir la senda que les condujo en primera instancia hasta el rastro de la sustancia verdosa. 

Fue entonces cuando superada ya la puerta del gremio de ladrones que daba acceso a ese apestoso lugar, cuando se percataron de algo. Uno de los canales estaba parcialmente obstruido por un objeto enorme atacado en la boca del canal, el nivel del lodo había subido bastante y los pasillos laterales estaban inundados cubriendo sus botas hasta la altura de los tobillos. 

Cuando se acercaron lo suficiente a dicho bulto, la luz de las antorchas se reflejó en dos pequeños ojos amarillos. Una rata albina enorme estaba subida sobre aquella cosa y su morro estaba coloreado de rojo. Al ver que no estaba sola lanzó un estridente chillido y de lanzó al canal desapareciendo momentos después guiada por la corriente. 

Una vez junto a aquel objeto, se dieron cuenta de que no era cualquier cosa. ¡Se trataba de un enano! Evidentemente estaba muerto y terriblemente mutilado. El cuerpo sin vida de aquel enano, presentaba numerosos cortes, posiblemente puñaladas y le faltaba un brazo. 

Chester recordó haber visto a aquel enano en la superficie durante la feria. Quizá estuviera presente cuando el goblin de tres patas trató de morderle la primera vez que se escapó de sus dueños. Por supuesto, estaba vivo cuando le vio en las calles de Bögenhafen.

Al final el grupo siguió el rastro de al comienzo... parecía ser que las bocas de ventilación y por donde caía el líquido verdoso era el punto por donde guiarse. El grupo siguió por ahí para guiarse y a partir de ahí indagar... Superaron el acceso del gremio de ladrones que daba a la superficie, y avanzaron percatándose que uno de los canales estaba obstruido. Se acercaron para ver que una rata estaba sobre un bulto que parecía que era lo que impedía atravesarlo viendo el bulto con más detalle vieron que era un enano. - ¡Un enano!, ¡qué asco de ratas!, Adso acostumbrado a ver cuerpo muertos de todos los colores debido a ser un fiel seguidor de Morr, fue el que cogió el cuerpo para ponerlo en un lugar que lo pudieran examinar y a la vez quitarlo de allí. Dejando al descubierto si podían avanzar por allí, y quitarlo de las nauseabundas ratas. Una vez quitado lo puso donde lo pudieran examinar con precaución, viendo qué había podido ocasionar que le faltara un brazo. 

Gunther venía controlando que nadie les siguiera, confiando en que sus compañeros lo guiaran por el buen camino, y comenzando a murmurar cosas obscenas cuando el agua comenzó a lamer sus botas, y luego a cubrirlas... menos mal que eran botas nuevas y que estaban bien impermeabilizadas, aunque sabía que sacarle el olor a mierda sería difícil.

Siguió avanzando mientras miraba el río de mierda esbordad, y casi se da de bruces con Chester - Vamos rubiales, mover mas rápi... - entonces lo vió, una bestia de ojos brillantes nacida del caos mismo, era Callum resucitado, tan destrozado como lo dejara al borde del camino, y había regresado para tomar venganza. - Callum no llevar al infiero, - dijo al tiempo que desenvainaba su alfanje e intentaba llegar al enano - Tu morir hace años, yo matar bien muerto...

Si nadie lo detenía sajaría el cuerpo donde lo hubieran dejado, no permitiría que su primer caido lo arastrara a los infiernos, no era tiempo aún.

Tengo el estómago tan vacío y me siento tan enfermo a causa de los nocivos vapores que aquí abajo se respiran que el descubrimiento de un enano muerto solo es una gota dentro de un océano de desgracias. Me resulta imposible empatizar con él en mis actuales circunstancias y creo que esto es algo que es destino me hace a mí. Como si al pobrecillo lo hubieran matado y colocado ahí solo para hacerme todavía más desagradable la estancia en las cloacas.

—Yo juraría que he visto antes a este enano... Y no, no es racismo, no me parecen todos los enanos iguales... Bueno, a lo mejor un poco, yo que sé... Con esa cara comida por las ratas, cualquiera sabe quién demonios era... No me miréis así.

Por suerte o por desgracia, no tengo que preocuparme demasiado por el enano a medio devorar porque a Gunther se le termina de ir la cabeza y la emprende a machetazos con el cadáver. Estupendo. Adios a cualquier oportunidad de identificarlo y de devolverle los restos mortales a su familia...

- Cálmate Gunther. - Comentó Gemme a su compañero grandullón, que parecía estar bastante afectado por la visión del cadáver del enano.

De nuevo, la sacerdotisa había conseguido aguantar las náuseas y el olor de las cloacas, más aún las ganas de vomitar que podrían haberle dado al ver el cadáver que tenía delante. Pese a todo, mantuvo la compostura y se acercó al cadáver para examinar que podría haberle ocurrido.

- Debemos apartarlo para que deje fluir el agua... - Comentó al resto.

Ya habría tiempo de avisar del cadáver que habían encontrado a las autoridades locales, pero ahora debían seguir investigando ellos por su propia cuenta.

Adso cuando vio a Gunther dirigirse con su arma hacia el muerto... Se puso en medio e intentó detenerlo: - ¡No Gunter!, ¡es un enano!, no es ningún monstruo... no puedo permitirlo... Comentó el joven monje.  

Además de las heridas más que evidentes de cortes profundos efectuados sin duda con una daga o puñal, repartidos por todo el cuerpo y los mordiscos de las ratas para comerse la carne del cadáver, Gemme advirtió algo extraño. La amputación del brazo del enano parecía haberse producido por un terrible mordisco. Además, observó una incisión muy profunda junto al corazón, posiblemente la causa final de la muerte o... puede que no, pues tras realizar un examen breve aunque concienzudo, parece que el corazón ha sido sustraído del cuerpo.

Alder ayudó a la hora de desbloquear el conducto atascado por aquel cadaver putrefacto.

Por muy acostumbrado que estuviese a vivir rodeado de muerte y miseria, tampoco es que fuese plato de buen gusto lidiar con aquel tipo de bultos, por lo que una mueca de disgusto se dibujó en su rostro, a la vez que chasqueaba con la lengua.

-Amigo, permíteme decirte que apestas...-refunfuñó entre dientes

Tuvo el tiempo justo de apartarse antes de que Gunther la emprendiese a golpes con el cadaver.

-¡Joder, grandullón, por poco me das!-Se quejó observando con los brazos en jarra aquel absurdo combate entre el encolerizado hombretón y la pila de huesos y carne putrefacta.

-Genial... me parece que nuestro brazo fuerte ha perdido la cabeza...-añadió negando con la cabeza.

-Pelirroja, ¿Tienes alguna palabra mágica para apaciguar su mente?

Los reiterados intentos de los miembros de aquella extraña sociedad por detener la demente reacción del bárbaro al ver el cadáver del enano, surtieron pronto el efecto deseado y dejó de aporrear el cuerpo mojado y sin vida de aquel infeliz. 

Entre todos sacaron al enano del canal y lo colocaron sobre el pasillo, en un lugar donde no pudiera volver a caer al canal y obstruirlo de nuevo. Mientras Gemme examinaba el cuerpo, Alder se dedicó a tratar de recuperar el rastro del líquido verdoso. Tras unos pocos minutos se puso en sobre la pista.

El rastro terminaba no muy lejos de su posición, frente a una puerta sólida de madera enclaustrada en el muro de las cloacas. Desde una pequeña obertura enrejada a la altura de los ojos, se podía observar lo que se encontraba tras dicha puerta. Al otro lado parece hallarse un amplio sótano.

Una antorcha colgada en la pared que suelta gran cantidad de humo, que va proyectando sombras temblorosas en los muros de la pared. En las rejillas de la puerta hay algo más de aquella sustancia verdosa y en la mitad de la puerta también se halla impreso en dicha sustancia, lo que parece ser una pisada de un pie de pequeñas dimensiones. Desde su posición también se observa pintado en el suelo, lo que parece ser un pentagrama. 

Al final dejaron en un lugar seguro el cuerpo del enano, Adso miró sus pertenencias por si llevaba algo que pudieran utilizar en las cloacas. También le dijo al grupo: - Sería buena idea llevarlo al templo de Sigmar, siempre ha habido un buen vínculo entre los enanos y los sigmarianos, como bien nos comentó el sacerdote. Estoy seguro de que será un punto a nuestro favor, y puede que sea alguien conocido dentro de la iglesia.

Adso miró más allá de la puerta viendo extraños símbolos e intentó acordarse si tenían algún significado para él.

Mientras había estado examinando al enano y descubierto todo lo que le había pasado al cuerpo del mismo, Gemme se volvió a poner en pie para ayudar a mover el cuerpo. Después, puso al grupo al corriente de sus descubrimientos.

- El cuerpo del enano presenta cortes profundos de una daga o puñal, repartidos por todo el cuerpo. Pero el brazo se lo han arrancado de un mordisco. Debería ser alguna criatura mucho mayor que las ratas, evidentemente. Por otro lado, lo más inquietante es que le han arrancado el corazón... - Comentó al resto.

Tras continuar siguiendo el rastro y encontrar unas pisadas de pies pequeños, la reja, la lámpara que iluminaba el lugar y el pentagrama en el suelo, la sacerdotisa se temió lo peor. Motivo por el que puso a todo su grupo en alerta, pues nada bueno podría haber allí.

- El pentagrama es un símbolo del caos. Estad alerta, camaradas. Nada bueno puede estar pasando aquí. - Añadió al resto al ver aquello.

Tiro un Saber (religión) pero lo del pentagrama deberían darlo en primero de sigmarita, por eso me he tomado la licencia al narrarlo. Es común en el multiverso, sino obviar la última frase xD

Si, bien narrado! Además sabes que posiblemente sea un signo parte de un ritual y/o para atar a algún tipo de demonio.

Desde su posición, Gemme seguía atenta al pentagrama del suelo y miraba de aquí para allá buscando algún tipo de peligro pues aquella sensación no le gustaba.

- Lo que daría porque tuviéramos un paladín con nosotros. Ellos pueden detectar el mal allí donde esté... - Pensaba interiormente la sacerdotisa.

Mientras tanto, en cuestión de segundos, su cabeza pelirroja comenzó a sumar dos más dos y a encajar las piezas que tenía frente a sí. Tanto el cadáver del enano como el pentagrama recién encontrado. Cuando tuvo una suposición aparentemente inequívoca, la compartió con el resto.

- El pentagrama es un símbolo del caos, como he dicho. Si recordáis el cadáver del enano, os comenté que le habían arrancado el corazón, así como el brazo a mordiscos, según parece. Lo peor es que ese pentagrama del suelo es algún tipo de ritual para atar demonios o algo peor. Abrid bien los ojos, chicos. Me temo que podría haber un demonio cerca... - Comentó sujetando fuertemente el escudo y el martillo que llevaba.