Partida Rol por web

Elo parecía sincero, terriblemente sincero, incluso verdaderamente esperanzado mientras consideraba las posibilidades de la idea que había tenido.

- Adan está involucrado, aunque la mayoría de la banda, como tú mismo, imagino, no saben nada. El mismo Adan puede que no lo haga por gusto, sino porque no le quede elección. Hay varias cosas que tener en cuenta. Si nos ayudas, te aseguro que tu vida correrá mucho peligro, pero ahora mismo no pareces vivir mucho más seguro. Y además estarás luchando por un futuro mejor, por algo que nos permitirá a todos estar libres de este yugo algún día. Si te quedas aquí sin hacer nada, sólo puedes esperar seguir teniendo suerte, y nada más. Y sabes que algún día la suerte se acabará, y el desierto se cobrará su precio.

Tenemos alguna información más. Todo ha sido una mera casualidad. Como sabes, las tormentas de arena en Tatooine existen, pero son escasas y muy erráticas. Sin embargo, en mayor o menor medida, hace meses que se producen varias en un diámetro de pocos cientos de kilómetros cuadrados, y todas afectan un área concreta del desierto. Uno de nuestros especialistas se dio cuenta mientras intentaba encontrar una ruta segura para orientar nuestro satélite de comunicación orbital.

Sí - río un instante - tenemos un satélite de comunicación. Ha estado sufriendo interferencias de una comunicación emergente, y cuando Ogg... nuestro especialista quiso orientarlo, se dio cuenta de la más que extraña situación metereológica. La zona es amplia para ser recorrida, verdaderamente amplia, así que necesitaremos más información y mucha suerte. Creemos que Roddo está implicado, ya que gran parte de ese terreno entra dentro de sus dominios exteriores. Es una zona desértica donde sólo existen algunas ruinas y algún antiguo asentamiento abandonado ya en ruinas.

Se detuvo y respiró hondo. Parecía apenado con lo que estaba revelando.

- Recientemente dos de nuestros hombres partieron hacia la zona. Nos pareció una locura, pero se fueron sin informarnos. Hemos encontrado el deslizador destrozado y rapiñado por jawas. Tenía señales claras de haber sido destrozado por armas láser de perforación, armas poderosas, más de lo que las pequeñas bandas pueden permitirse. Es evidente que Roddo tomó cartas, pero no sabemos qué sabe él. Al no encontrar los cuerpos nos tememos que les haya secuestrado y les esté sacando información. Necesitamos que alguien se introduzca en el palacio de Roddo...el problema es que esos hombres te persiguen...y son hombres de Roddo. Tendríamos que encargarnos de ellos primero.

Tock se levantó de la silla y comenzó a pasear por la estancia.

-Caramba… la verdad es que no tengo palabras para describir esto. Había oído cosas por ahí sobre este Hutt, cosas que comenta la gente de a pié y alguna que otra historia cuando estaba en la banda de Adan. La verdad es que nunca pensé que él estuviera involucrado, al menos hasta hoy; siempre pensé que la banda de Adan… bueno, no llegaba tan alto como descubrí al final.-

Seguía caminando, con la mirada perdida.

-Parece que Roddo se ha convertido en un titiritero y nosotros en una especie de marionetas a las que manipula a su antojo. Tiemblo al pensar que, si esto es lo que sabemos, lo que no sabemos puede ser realmente increible. ¿Cómo consigue una persona llegar a tener semejante control sobre tantas otras? Porque por lo que cuentas, parece tener contactos importantes fuera de Anchorhead e incluso de este planeta.-

Dio media vuelta y siguió divagando

-Y lo de las tormentas de arena… ¡eso es una pasada! ¿Crees que esta que tenemos ahora aquí está relacionada con él? Bueno, en el fondo tampoco es relevante, pero lo interesante es averiguar qué es lo que las provoca ¿algún tipo de arma de destrucción masiva, quizás? No sé, eso da bastante miedo. ¿Tenéis acceso a algún otro tipo de satélites? No tienen por qué ser vuestros- añadió con una sonrisa.

Se detuvo en una reflexión final, los ojos clavados en el techo.

-¿Qué crees que está tramando? Lo de esa nave que escapó justo antes de que me encontraras: ¿tienes idea de qué podría llevar dentro? Cabe la posibilidad de que sea la justificación a estas tormentas, pero también es probable que sea simplemente para desviar la atención hacia otro lugar o que no tenga nada que ver con el asunto. ¿Son fiables vuestras fuentes?- miró a su compañero. - Elo, mi vida ha dado un giro de ciento ochenta grados en las últimas horas y tengo que admitir que, si no te llego a encontrar, seguramente estaría muerto, te debo una bien grande. Me has curado y librado de esos matones… y con esta ya son dos las que te debo. Me cuentas tu doble vida y me hablas con una sinceridad y una pasión que me abruma y me hace parecer insignificante. Hacía tiempo que nadie me transmitía estas sensaciones, muchacho, y me muero de ganas de que me las contagies y juntos formemos parte de algo que, en un futuro, puede ser muy grande.-

Esto, en el idioma de Tock, venía a ser un sí.

-Ahora, ¿qué planes tienes para mí?- Dijo sonriendo y sentándose de nuevo en la silla.

Elo sonrió con cautela.

- Verdaderamente me alegra verte tan entusiasmado, pero no todo es aventura. Tú mismo has visto la parte oscura. Ya son varios los compañeros que han muerto, algunos de ellos de forma espantosa, y todo por un sueño que quizá nunca llegue a cumplirse. Pero ya no podemos detenernos. Debemos llegar hasta el final aunque eso signifique nuestro fin, el de todos.

Pareció meditar un momento antes de hablar.

- Como decía, deberíamos encargarnos primero de los que te persiguen. Tengo la impresión de que ya te has metido en un buen lío tú solo...explícame ¿quién es ese tipo te llamó la atención sobre ti a Ikoo Therap y al rodiano? Parecía que te hubiera visto antes...y que tuviera algo contra ti.

Mierda, ahora se separan N

o tube ninguna duda en a quien seguiría. El rodiano y el otro no me interesaban, yo quería a Ikoo asi de decidi seguirle a él. Asi que salí corriendo detrás de él.

El camino que tomó Ikoo era estrecho y no permitía mucha libertad de movimientos. Sin embargo, parecía que conocía el lugar, o al menos no dudaba demasiado cuando se enfrentaba a un cruce. Miraba hacia todos lados y tomaba una decisión veloz. El humano corría bien, y no era fácil seguirle. Cuando parecía que Ar-Han tendría que hacer un esfuerzo mayor para seguir el ritmo, Ikoo se detuvo cerca de un cruce de caminos. Miraba el suelo en busca de algo en la tierra, y le dio dos pataditas suaves a la tierra. Luego observó la casa que había enfrente, un edificio bajo y antiguo. Parecía intrigado.

Se acercó a la puerta y observó un momento. Luego cogió algo de un bolsillo interior y desenfundó un blaster pesado. Colocó el objeto en la puerta y se retrasó unos pasos, como si quisiera protegerse de algo.

Desde luego el chico parecia peligroso, tendría que tener cuidadito con él.

Me mantube alejado de la casa, y fui a hechar mano de mi sable laser. Al darme cuenta de que usar el arma podía delatarme la deje y deje a mano mi blaster, luego obserbe los moviemientos de Ikoo y esperé haber que hacía.

En aquella oscura y poco iluminada estancia, Tock empezó a hablar.

-Pues sí y sí. Básicamente ese matón de tres al cuarto me la tiene jurada desde hace no mucho tiempo. Estamos empezando a conocernos de una manera muy... íntima, diría yo. El caso es que nos tenemos que remontar tiempo atrás para llegar al comienzo de todo esto, al momento en el que decido entrar a formar parte de la banda de Adan.- Se miró distraídamente los dedos de su mano derecha.

-El caso es que, con el paso del tiempo, fui medrando en la escala… jerárquica, por llamarlo así, de la banda. No es una estructura jerárquica como tal, pero digamos que conseguí cierto renombre: “Su brazo derecho”, esas fueron sus palabras. Quizás, si hubiese seguido trabajando para él, hubiese llegado realmente a ser algo más que una simple persona a las órdenes de nuestro querido amigo.- El querido lleno de sarcasmo.

-Bien, ahora te lo voy a soltar todo del tirón, te diré nombres, no muchos, de personas que conocen lo que te voy a contar y que me gustaría que memorizases por si alguna vez oyes hablar de ellos o por si sabes algo más que puedas aportar. El día que Adan me nombra “su brazo derecho”, me manda quedar con Fritten al anochecer. Juntos, nos alejamos en aerodeslizador de Mos Eisley hasta llegar a una caverna en mitad de ninguna parte. En aquella caverna, había un grupo de personas que no supe distinguir, pero… ¡uf!, me dan escalofríos cada vez que lo pienso… también había una gran cantidad de personas que iban a ser vendidas como esclavos… entre ellos estaba Kalira, ¿alguna vez te hablé de ella?... bueno, esa es otra historia para otro momento. – Se tomó un tiempo para reflexionar, su mirada se tornó ausente.

-Hay otra persona en esta historia que también es importante, se llama Triska. La conocí hace un tiempo en una sala de juegos… pero no quiero desviarme de lo que te estoy contando. Esta twi’lek también sabe esto que te estoy contando, así que en cierto modo, puede correr también peligro sin tener culpa de nada. La noche siguiente al encuentro con los esclavos decidí poner remedio a la situación. Le pedí a Markus su aerodeslizador, no sé hasta qué punto estará implicado en el asunto, y conseguí rescatar a esos esclavos. Les di transporte hasta unos kilómetros más allá de la cueva, hasta el punto de encuentro que había pactado con Triska. Ahí dejé que se marchasen… ¿a dónde? No lo sé y mejor que siga siendo así por su seguridad. Me llevé a Kalira conmigo… bueno, más bien dejé que Triska cuidara de ella, puesto que supuse que lo mejor era desaparecer durante un tiempo.- Volvió al presente, mirando de nuevo a Elo.

-Como muy bien has deducido, compañero, no tuve el tiempo que creía tener y esa misma noche, mientras preparaba la maleta… bueno, el resto ya lo sabes. Así que supongo que toda esta historia, la de antes y la de ahora, están relacionadas por algo más que casualidades. Quisiera poder contactar con Triska y Kalira para ver si están bien, quizás se les puede dar refugio o protección de alguna manera… y bueno, esta es mi historia-

Una terrible explosión retumbó desde la puerta donde Ikoo había colocado, ahora estaba claro, una carga explosiva. El humano se ocultó aún más dentro de su cobertura para evitar que los cascotes que volaban por doquier lo golpearan. Ar-Han también se echó hacia atrás y se protegió con la esquina, mientras veía trozos de piedra volar y una nube de humo que se extendía hacia él, y que había ocultado a Ikoo.

Pocos segundos después se escuchaban gritos de alerta de todas partes, pero apenas se veía nada pues estaba todo cubierto de una nube de polvo que hacía imposible ver con nitidez e incluso dificultaba respirar con normalidad.

Justo al terminar de hablar, y mientras Elo asentía, una explosión se escuchó justo en el exterior, tan poderosa que ambos cayeron al suelo incapaces de oír nada, sólo un dolor lacerante salía de sus oídos y una palpitación en la cabeza que hacía pensar que les había explotado también.

La habitación comenzó a llenarse de polvo lentamente. Elo se había quedado en el suelo, pero se movía hacia un rincón y buscaba algo cerca de la esquina más alejada. Un sistema de ventilación pareció activarse y empezar a aspirar el polvo. Sin embargo, aunque más lentamente, el polvo seguía acumulándose, como si la enorme cantidad que entraba desbordara la capacidad del aspirador.

- ¡Toma! - dijo Elo dirigiéndose a Tock. El twi´lek oyó algo que se deslizaba por el suelo y le tocaba la pierna. Era un blaster. Luego otro objeto, en este caso parecía una máscara.

Al grandioso estruendo le siguió un escalofriante silencio acompañado del zumbido característico en los oídos. Algo aturdido, Tock consiguió reubicarse con respecto a su entorno y alcanzó el bláster que le había golpeado en la pierna. Estaba frío al tacto, pero le dio cierta seguridad saber que, al menos en esta ocasión, no estaba del todo indefenso. Al twi’lek no le gustaban las armas de fuego, pero sí que tenía ciertas nociones en cuanto a su uso, ya que mientras estaba trabajando para Adan, recibía cierta instrucción al respecto.

Continuaba entrando cada vez más polvo y Tock tanteó el suelo en busca de lo que esperaba fuese una máscara, pues si no, comenzaría a toser y probablemente muriese por asfixia. Afortunadamente consiguió alcanzarla y ponérsela, sintiendo como sus pulmones agradecían aquel aire de sabor extraño, pero limpio a fin de cuentas.

El día parecía no tener fin. Un problema tras otro, sin apenas una tregua… parecía que alguien lo quería bastante muerto, ¿o esto era por Elo? Descartó meterse en cavilaciones sin respuesta y se centró en el momento, recordando mentalmente la distribución de la estancia. Buscó a Elo con la mirada en busca de alguna señal.

Joder con ese tio no se puede andar con tonterías. Deberia tener cuidado con él.

No podía perderle de vista, me dirigí corriendo hacía la la nube de humo esperando encontrar a Ikoo.

Una vez dentro de la nube de humo, todo se volvió blanco y con un olor a seco, a neutro, como si la nada se hiciera aroma y lo inundara todo. Pronto todo quedó oculto por la nube de humo.

El jedi se concentró en sentir la presencia del hombre que se movía cuidadosamente dentro de la blanca nube de polvo y arena. Pronto lo notó. Era imposible de explicar, tan difícil como explicarle un color a un ciego. Y sin embargo, ahí estaba.