Partida Rol por web

- Peter-Matthias Gaede... ¿Crees que seguirá viviendo aquí? 

Busco en la hemeroteca una guía telefónica del lugar para buscar su nombre.

- Una vez conocí a un hombre que dijo el nombre de su hermana en sueños... Estuvo a nada de divorciarse. Pero independientemente de eso, ¿cómo sabía ella dónde estábamos? Llevamos aquí poco tiempo.

Di un sonoro golpe en la mesa enfadado por la poca información que había.

-El único que puede decirnos algo es ese tipo, el periodista. Busca en google, seguro que sale cu curriculum o donde trabaja. Incluso debe tener facebook, de esa manera sabremos como es actualmente.

Mientras pensé la contestación mas coherente:

-La casa Merrick es muy grande, y ellos la conocen, seguramente sacaron la información de allí.

Frunzo el ceño. Saco de la maleta un ordenador portátil y lo conectó a internet a ver si había suerte. La verdad es que no le gustaban demasiado los aparatos electrónicos modernos. Prefería los grandes armatostes, con grandes motores, ventiladores... Aunque se desenvolvía bien.

-Deberíamos buscar un lugar donde quedarnos.

-Nos quedaremos en casa de Elijah, ya hablaré yo con Sonja en cuanto tengamos tiempo, así si pasa algo podremos observar sus reacciones mientras duerme, o incluso si se manifestase cualquier ente.

Me gustaba exagerarlo todo un poco con la esperanza de aterrar a Nathan.

13 de octubre de 1992. Martes 17:30 de la tarde

Nathan empieza a buscar información y encontrais que el periodista sigue trabajando en el periódico, os dirigis allí, preguntais por el periodista y os hacen esperar, después de media hora una joven os lleva hasta una mesa, donde un hombre de unos 50 años está tecleando cosas en un ordenador, al veros levanta la vista y os hace un gesto para que os senteis, tecleando algunas cosas más, deja de mirar al ordenador y os mira a vosotros

- ¿En que puedo ayudarle?

-No me gusta la idea de aprovecharme de la hospitalidad de Elijah y su esposa, pero si es por su bien, haré una excepción.

Hice que Jack hiciera una foto con su móvil al periódico. Apunté la dirección del periódico y nos dirigimos hacia allí.

-Después de ver al señor Gaede, vayamos a por algo de comer. Mi estómago americano necesita algo más que té y unas pastas para sobrevivir.

Aquel lugar le resultaba incómodo. Sería herencia de sus tiempos de policía. Los medios nunca habían traído nada bueno, aunque en este caso, les serían de utilidad.

-Hemos venido a preguntarle sobre un caso que usted escribió hace algunos años. Es sobre la muerte de una niña en la "Casa Vieja" de Rorvick. -le enseño una foto que Jack le había hecho al periódico con el móvil.- ¿Usted recuerda algo?

Me puse las gafas como si fuesen una diadema y tomé asiento mientras le mostraba su antiguo artículo.

Mi cara ante los extraños no mejoraba, y menos ante un viejo...

El periodista cogio el móvil, amplio la imagen y empezó a leerlo, después os devolvió el móvil

- Lo recuerdo, pero no puedo decirles mucho, fui al lugar de los hecho, pero solo pude escribir el pequeño articulo que tienen, después mi jefe me mando otro trabajo. La investigación la continuo Helga Engelbrecht, una famosa periodista especializada en homicidios, parecía que el asunto se estaba tornando más osucro de lo que parecia a primera vista. Estaba cerca de la verdad, de hecho tenía un trabajo tan bueno que creímos que conseguiría el premio Norwegen, pero tuvo que abandonarlo tras la repentina y trágica muerte de su marido e hijo durante un paseo marítimo en yate, hecho del cual no consiguió recuperarse jamás, abandonando su carrera periodística y sustituyendola por el alcohol

-¿Publicó su investigación al final? Porque sería de mucha ayuda si pudiéramos leerla. ¿Y sabe dónde podemos encontrarla?-la verdad, esto no era cierto. Después de lo que había dicho, no esperaba que ella estuviera con vida. Pero nunca está de más preguntar.

Miro a Jack, que parecía algo tenso. Me puse algo nervioso. Espero que no salte esta vez y sepa mantener su mal humor a raya. 

En cuanto terminó de ver su artículo bloqueé mi teléfono y lo guardé.

Acto seguido me crucé de brazos y miré muy seriamente al periodista.

Odiaba a los periodistas...

- No se que paso finalmente con su investigación, supongo que ella podrá deciroslo- Petter-Mathias saca su móvil y os apunta un número en una tarjeta- Es su número de telefono, ella está ahora en una clínica de rehabilitación en Oslo

Hago una leve inclinación en la cabeza y guardo el número en mi chaqueta.

-Muchas gracias por su ayuda, señor Gaede. Que pase buena tarde.

Me levanto de la silla, mirando el rostro de Jack. Aguanté las ganas de dar un suspiro. Era la misma cara que le había visto ante el párroco. Me preguntaba si había alguna profesión que le gustase.

Me levanto arrastrando la silla y aguantando la flema en la boca por no hacer un feo a mi compañero Nathan y me dirijo hacia la puerta levantando una mano despidiéndome del periodista.

Al salir le digo:

-¿Recogemos el Nathanmovil y vamos a Oslo? voy llamando a la paparazzi.

PLic pluc pluc plic ploc plic plic. piiiiiiiiii... piiiiiii... piiiii

Adopté una expresión grave y molesta.

-¿Podemos ir a comer antes? Sigo estando hambriento. Vayamos a un bar o a un restaurante.

Echo un vistazo al reloj de muñeca. A duras penas había pasado una hora.

-Vamos. Invito yo.

Le pongo el teléfono en la mano y le digo:

-Es para ti...

Mientras va dando línea le señalo un restaurante.

-Un Mc Donalds, seguro que te gustará, y hay una oferta de, mmmm -bajo las gafas a la punta de la nariz- , ¿comida sana he leído?

-Por mí bien, a menos que te dé por probar la comida local. Un Mcdonls es lo más cercano que voy a estar de mi casa en mucho tiempo.

Cojo el teléfono en la oreja.

-Summers.

Nathan cogio el teléfono, le atendieron de una clínica de rehabilitación, cuando pregunto por la periodista, le dijeron que ella había pedido que no le pasaran visitas ni llamadas, por lo que lamentablemente de nada sirvio esa llamada

Suelto un gruñido de exasperación.

-Tendremos que personarnos allí para averiguarlo. 

Me aparté el pelo de la cara antes de entrar en el bendito Mcdonalls. Mi estómago amenazaba con gruñir de hambre. Como prometí, invité a Jack a lo que pidiera. Muy a mi pesar, las hamburguesas era insultantemente más pequeñas que en mi patria. ¿Acaso la gente tenía estómago de colibrí? Pero al menos sabía a hamburguesa. 

-Recuerdo cuando mi padre me llevó por primera vez a un sitio de estos. Tendría unos 5 años... -la verdad, no tenía demasiados recuerdos de mi viejo.- Le tiré el pepinillo de la hamburguesa a una señora. -suelto una leve carcajada.

Levanto el pan y miro lo que hay en medio de ellos dos:

-Ya fue un milagro que distinguieses lo que era un pepinillo en este torbellino de cosas que todas saben exactamente a lo mismo, bueno, supongo que es lo mas baboso dentro de esto.

La cerré y golpeé el panecillo como para prensarlo y una vez así le di un mordisco arrancando un cuarto.

-Pues vayamos a hacer una visita a la vieja bruja en su casa de chocolate. -medio indignado le pregunto- ¿por qué demonios bebéis batidos comiendo hamburguesas?