Partida Rol por web

Le lancé una mirada de advertencia.

-Ni una palabra de la velocidad, Jack.

Solté un largo suspiro mientras buscaba un hotel para alojarnos aquella noche. 

-Ahora que lo pienso... Quizás en este lugar alguien sepa de los Erickson y de Rorvick. 

Cuando comenzaba la frase:

-Si hubiese cond... -me cortó y decidí callarme aunque los dos sabíamos lo que estaba pensando-

Miré los horarios del transbordador y llamé para anular la reserva, pero hacerla válida para mañana. Volví a meterme en el coche.

-Vamos entonces a ver si saben algo. Conduce tu, como igualmente ahora ya no tenemos prisa...

Busqué un hotel cercano a la estación, aparcando allí nuestras cosas. 

-Ve tú, tengo que hacer una llamada.

Agarré el móvil y me alejé un poco para marcar el número.

Caminé hacia el hotel y entré para alquilar una habitación.

Me recordaba al Hotel Bates, así que seguramente a Nathan le iba a encantar... al menos por el precio.

Llamé a mi madre para preocuparme por su estado de salud. No la había llamado desde Navidad, y mi estancia en Europa se estaba alargando mucho. Solíamos vernos todos los días en el trabajo, así que estar tan lejos ponía nerviosa a mi madre. 

Miré como Jack esbozaba una sonrisa sardónica antes de entrar en el tren. Ya podía imaginarme lo que estaba pensando.

Llamas a tu madre y después de varios minutos en los que te acribilla a preguntas sobre si estas bien, si comes bien y si te abrigas, mostrando, ese tipo de preocupación que sentía cuando trabajabas de policia, después de asegurarle que estas bien cuelgas para volver a la investigación

Cuelgo con una sonrisa en los labios y voy a reunirme con Jack en el interior del hotel. Esperaba que no le hubiera dado tiempo a matar a nadie o a hacer que le denunciaran por insultar a alguien.

14 de octubre de 1992. Miercoles 10:00 de la tarde

Pasais toda la tarde haciendo preguntas, nadie os sabe decir nada de los Erickson, algunos recuerdan haber escuchado la desaparición de una niña, pero nadie recuerda bien nada, hace demasiados años. De Rorvick solo sacais en claro que es un pequeño pueblo pesquero

- Iré con vosotros- os dice Elijah por la mañana temprano- He estado pensando, que le mejor forma de que podais ver la casa de los Erickson es que os dejen entrar, Johan Erickson siempre ha sido un buen amigo de mi padre, me conoce y seguramente no tendrá reparos en dejarnos pasar allí unos días

Me desperté temprano y me alegré mucho de que viniese Eli con nosotros. Así que fuimos a desayunar y se pudieron escuchar comentarios tales como:

-Si hoy conseguimos pasar de la primera marcha, llegaremos antes de que el transbordador se vaya. Menos mal que viene Eli y nos echará un cable para visitar la casa. Seguro que tendrías morriña igualmente.

-Morriña... 

Me acaricio la zona del ojo izquierdo. Un dolor punzante parecía clavarse.

-¿Acaso has estado escuchando cosas que no deberías, Jack?

Me levanto de la mesa y me marcho de ahí. No iba a enfadarme. No entraría en aquel juego.

Cuando interrumpió mi última frase que estaba diciéndole a Eli, se levantó medio enfurruñado repitiendo mis palabras.

-¿Habrá dormido mal otra vez?, también es mus susceptible cuando se comenta su forma de conducir, o incluso a su coche. Pero en el fondo le gusta -le dije a Eli- Vámonos.

Cogí un crusancito de chocolate y me lo metí entero en la boca mientras iba hacia la puerta.

Nada más llegais a Rorvick vais directamente a la casa de los Erickson. Se trata de una casa de dos pisos, de lafrillo visto y culminada por un tipico tejado noruego de pizarra negra. Rodeada en tres de sus lados por un bosquecillo de abteros, el flanco retante es el correspondiente a un acantilado, un precipicio de cincuenta metros cortado a pico sobre el mar. Sobre el punto más alto está ubicada la atalaya negra, a su lado, está la antigua mansión de los Erickson

Entre ambas construcciones, y bordeando el acantilado discurre un camino de tierra que en su lado más cercano al precipicio, baja levemente hacia una construcción bordeada de un muro de piedra. Puede observarse en su interior una pequeña capilla, junto a un cementerio donde han sido enterrados todos los miembros de la familia excepto los primogenitos, que fueron enterrados todos juntos en el mausoleo que se alza en el centro, os explica Elijah.

Cuando llamais a la puerta principal, una mujer os abre

- Ingrid cuanto tiempo- saluda educadamente Elijah- Ella es Ingrid la ama de llaves del lugar. ¿Se encuentra Johan?

- Elijah- la mujer lo besa en la mejilla -hace mucho tiempo que no te veía, por favor pasar. ¿Deseais tomar algo? Por favor, sentaros, llamaré al señor Erickson

El señor Erickson baja a los pocos minutos y os recibe algo friamente. Elijah se sobresalta al ver que Johan lleva en sus brazos un gato negro y tuerto. Os mira a cada uno friamente, hasta que sus ojos se paran en Elijah, sonrie cuando parece reconocerlo y le da un caluroso abrazo. El gato corre a la chimenea

- Johan, te presento a Nathan Summers y Jack Tripper

- Sean bienvenidos a mi humilde hogar, por favor, el tiempo que permanezcan en Rorvick quedense en mi casa, hay habitaciones de sobra

Miro al gato tullido, y luego a Natham después a Eli.

¿soy el único que lo ha visto?

me acerco y le doy la mano a aquel hombre:

-Saludos señor Erickson. Yo soy mister tripper, Jack tripper.

Me dio frio dar la mano a aquel hombre.

Había estado algo tenso en el coche, pero por suerte, Elijah daba conversación a Jack, por lo que pude relajarme un poco. Hasta fui un poco más deprisa con tal de no tener que escuchar a Jack quejarse después. El dolor en la cabeza persistía.

Al llegar, me quedé unos segundos admirando al casa. Sin duda, se notaba cuando había dinero. Estaba bastante bien hasta que vi el gato negro. Noté que a Elijah casi le da un síncope, y me puse intranquilo. ¿Sería el mismo del sueño? Posiblemente.

-Encantado, señor Erickson. Nathan Summers. -tras un breve apretón de manos.- No queremos ponerle entre la espada y la pared y aprovecharnos de su hospitalidad. 

Me acaricio de nuevo las sienes. ¿Acaso no iba a acabar nunca?

-Hemos venido a hablar sobre lo que pasó hace años en la Casa Vieja.

- No me extraña...- dijo Johan con tristeza- a todo el mundo le gustan los casos abiertos, pero no se que pueda contarles que no sepan ya. Mi sobrina Erika, desaparecio una noche y no la volvimos a ver. Hasta ahora no se sabe que paso con ella, les pediria por favor, que respeten su memoria, mi familia ya ha sufrido demasiado con esa tragedia

El dolor me estaba volviendo idiota. El pobre hombre ahora estaba triste, y era debido a eso. Empezaba a sentirme tan sutil como un elefante en una cacharrería. 

-No hemos venido a ofenderle, ni a investigar como esos curiosos que vienen a intentar aprovecharse del dolor ajeno. Lo único a lo que hemos venido es a por la verdad. Le molestaremos lo menos posible, y actuaremos con discreción y delicadeza.

Me acaricie las sienes. El dolor no remitía.

-¿Le molestaría si le pregunto por la niña?

Volví a mirarles otra vez uno a uno sin pasar por el señor Erickson e hice como de costumbre... Si no tienes nada bueno que decir no digas nada.

Aquel tipo no me acababa de agradar.

- ¿Sobre Erika? ¿Que desean saber? Aunque bueno aqui Elijah podrán decirles más que yo, recuerdo que eran muy buenos amigos cuando eran pequeños

- Lo eramos- dijo Elijah con tristeza y sin dejar de mirar al gato

- Yo no pase mucho tiempo con mi sobrina, era una pequeña alegre, amable, llena de vida...

-Háblenos sobre el día en que desapareció...

Me tambaleé un poco, pero recuperé la compostura. Aquel dolor de cabeza iba a matarme.

Escuchaba a Nathan, a Eli y al señor Erickson mientras miraba al gato y no lo perdía de vista:

Vaya bicho mas feo...

Nathan cada vez tenía peor cara, incluso pensaba que se podría desplomar en cualquier instante. Comenzaba a estar raro, así que esperé a ver si superaba el pequeño interrogatorio para preguntarle.

Eso le pasa por comer comida basura.