Partida Rol por web

Por todos los dioses...-Digo, preocupado, al escuchar ese relato-Desde luego no fue muy inteligente ir sola, sinceramente, no acabo de comprender el honor suicida... Soy un tipo raro; confieso que me gusta vivir...

Cuando llegamos ante el guardia le miro con seriedad y formalidad, y digo:

Viene conmigo, muchacho. Estará a mi cargo, no te preocupes... Haré que se conozca tu diligencia y tu capacidad de decisión...

Hago un gesto caballeresco exagerado, invitando a pasar a Evea, y la sigo, mientras entramos en los barrios centrales.

Y me dices que incluso se han perdido almas por Torm... Caramba, esto será muy complicado... Bueno, Merryl tendrá a bien de ayudarnos, espero que sea condescendiente; no he hecho muchos progresos en su investigación.

Entro afable en el templo, y le doy la mano fuertemente al hermano Merryl con un claro acento élfico:

Nashae an ,F'nah Merryl

Venimos a hablar contigo, por desgracia no he podido averiguar nada aún de las estatuillas, pero hoy a la noche tendré los oídos muy abiertos; seguramente haga progresos.

Verás... Supongo que conocéis a Lady Tianna, muy amiga mía. Decidió irse de aventuras, a acabar con el mal y ayudar a la gente, y todo eso... Y, bueno, Evea, Mejor cuéntaselo tu.

Emito un gesto de sorpresa, y añado:Ah, por cierto, Merryl, esta es Evea, una de sus compañeras

¡Bueno muchas gracias!  ¡Tronador va a estar encantado! ¿Y quién es Luna?- dice Selen sonrojándose un poco, mirándolo corretear tras ellas con sus patas un poco cortas. Se le nota que está muy orgullosa de lo que le acaban de decir. Cuando vuelve a mirar a Auria esperando continuar la conversación la ve alerta, mirando para todas partes, y se pregunta qué busca

-¿pasó algo Auria?-  dice mientras también se fija en Liz, a ver si ella sabe algo -¿o es sólo que no te gusta la ciudad tampoco?-

Cerveza para mí, bella Trellana y quizás un rato de tu agradable compañía para dos aventureros con ganas de diversión. Yo soy Karlack y mi amigo Diedric. Si esta es la hospitalidad elfa quizás deberíamos viajar a estos lugares más a menudo.

 La joven, que aguardaba en silencio, sin querer entrometerse en la conversación entre los dos paisanos, quedó bloqueada por la sorpresa durante unos instantes.

 -... ¿Qu-qué?...

 Sin encontrar nada mejor decidió empezar de nuevo. Tendiendo una mano para ser estrechada, la joven se presenta a si misma.

 - Me... me llamo Evea, y he venido a Zoquejo por ser la última oportunidad que tengo para encontrar a una gran amiga. Lady Tianna.- Poco a poco, a medida que habla, la joven va tomando cierta seguridad en si misma.- Tengo algo más que indicios para suponer que Lady Tianna se encuentra en gran peligro, en algún lugar haciendo frente a enormes peligros.

 Tras una pausa su mirada y su rostro se convierten en una súplica desesperada.

 - Os lo suplico, por favor. He recorrido centenas de millas buscando algo de luz en el paradero de Tianna, pero no he encontrado más que falsas esperanzas y decepciones, y lo que es peor aún. Sin ningún otro camino para tomar para seguir buscando.

Y es algo más, Merryl...-Digo, en un tono preocupado y convencido- Si las palabras de la muchacha son ciertas, cosa que me inclino a creer, estamos hablando de fuerzas oscuras que ocurren durante el transcurso del festival.

Miro preocupado al elfo y añado: Puede que no esté ocurriendo eso en Zoguejo... Pero hay que asegurarse. Quizás podamos sacar algo en claro de donde está Tianna. ¿sabes algo al respecto?

             Ásvald asintió lentamente, unos instantes después recuperó su buen humor, hizo señas, más bien aspavientos, a Maese Buenamesa para que os trajera una gran jarra de vino élfico especiado y una generosa cena. Lo cierto es que entre unas cosas y otras, llevabais un rato largo charlando y, unido al tiempo que habías tardado en llegar a la posada, el sol había tenido tiempo de alcanzar el horizonte, en el exterior un par de alguaciles colocaban piedras de luz en candiles y un par de jóvenes magas usaban con notable respeto unas varitas para lanzar fuegos faéricos en zonas puntuales para dar un ambiente colorido a la ciudad. No tardaría en anochecer y parecía que la ciudad se engalanaría ya desde la noche para el festival del día siguiente, como además el tumulto del burdel parecía haberse apaciguado notablemente, quedaba un entorno delicioso para una cena. Cuando los trabajadores del local se apresuraron a traer el pedido, tu hermano se dirigió a ti:

            -“Pero eso será mañana por la noche, ¡tengo un día entero para disfrutar de mi hermanita! Comamos y bebamos, aunque mañana tendrás dolor de cabeza, canija, ¡nunca has sido muy buena con la bebida! Pero eso te pasa por pasar tanto tiempo sin venir a vernos; hay tanto que celebrar, ¡que es más de lo que puedes beber!” – se ríe con sus carcajadas musicales, y notas cómo habías olvidado en estos años de convivir entre humanos tu herencia elfa.

Sentados en el comedor de la posada comieron y bebieron mientras se contaban historias y anécdotas vividas durante los últimos casi tres años. Al escucharlas se sorprendieron y rieron, en ocasiones casi hasta llorar de risa. Conforme avanzaba la velada, Gaëlle iba sintiéndose cada vez más animada. Estaba encantada de haberse encontrado con su hermano, de que las cosas fuesen bien y de poder compartir una cena juntos. Poco a poco el comedor fue llenandose de gente. Las jarras de cerveza para unos, y las botellas de vino élfico para otros, empezaron a repartirse por el comedor, mientras la suya parecía mantenerse siempre llena.

Mientras el comedor se llenaba, el ruido de las conversaciones de alrededor empezaba a dificultar su charla. Por momentos casi tenían que gritarse. Ella estaba acostumbrada, pero notaba que a él empezaba a incomodarle el ambiente. Ella se estaba divirtiendo, pero empezaban a entrarle ganas de cantar y bailar. Era el momento de cambiar de aires, buscar algún lugar más abierto. Reparó entonces en que aun llevaba la ropa del viaje. Junto a ella, al pie de la mesa, seguían su arco, su estoque y su petate. Aprovecharía para subirlo todo y cambiarse de ropa, y después se irían. 

Disculpándose con su hermano, se levantó de la mesa y, sorteando las mesas y a los clientes se dirigió a las escaleras. Subió dando saltitos sobre los escalones, mientras canturreaba para si, y una vez arriba entró en su habitación. Dejó el petate en el suelo, se quitó la capa que llevaba, la armadura y la ropa de viaje. Dejó su arco y su espada apoyados al pie de la cama junto al resto de sus cosas. Buscó un vestido, sabía cual quería, uno verde esmeralda ceñido en el torso, sujeto solo en un hombro que dejaba la espalda al aire. No tardó en encontrarlo. Se lo puso, y con toda la premura de la que fue capaz se arregló el peinado, ayudándose de el pequeño espejo con el que siempre viajaba, y bajó con el laúd a la espalda, dejando en la habitación todo salvo el amuleto de Olidammara, que colgaba sobre su pecho.  

Se sentó de nuevo en la mesa, frente a su hermano, y durante unos pocos minutos continuaron hablando. 

-Venga, podemos irnos ya... - de pronto se de tuvo, parecía dudar, nerviosa - ... espera ¿Te apetece escuchar una canción? - preguntó entonces emocionada, estaba claro que esperaba que dijese que si. 

Sin siquiera darle tiempo a responder, se levantó y se dirigió a la barra, buscando al señor o a la señora Buenamesa. Hacía ya un par de días que no actuaba, y se moría de ganas. Además estaba en aquel lugar, que adoraba, y con su hermano. Podría enseñarle todo lo que había mejorado desde la ultima vez que se vieron. Despues se irían de allí, se lo iban a pasar muy bien esa noche, estaba segura. 

             El padre Merryl escucha con gesto ceñudo la historia, su rostro parece mostrar una profunda preocupación a medida que el relato se torna más oscuro y cuando Evea acaba, le toma las manos entre las suyas, palmeándolas suavemente en un gesto tranquilizador mientras asiente lentamente.

            -“Conozco a Tianna, una mujer valerosa y de corazón puro. Familia tuya, si no me equivoco, Theonil. Sin embargo es curioso, a pesar de tener sangre eladrín, no se entregó al Seldarine, sino a una deidad peculiar, de buen fondo, pero con la que no guardo ninguna relación y que me resulta prácticamente desconocida. Por desgracia eso dificulta extremadamente la tarea de contactar con los planos superiores para conseguir información, como comprenderéis no tengo ninguna información mundana a cerca de éste tema, y los conjuros necesarios están casi por encima de mi capacidad.

            Sin embargo contamos con una ventaja importante, que nos puede permitir solventar esa tara.”

Mientras dice esto último os hace señas para que le sigáis hasta el altar del templo de Rillifane, Theonil no puede evitar dirigir una mirada hacia la percha en la que cuelga el hábito ceremonial de Nasha, en el ara, Merryl hace algunos gestos sacros y se agacha una vez, con sumo cuidado y respeto saca una pequeña hoz de oro, gesticula de nuevo y con la misma devoción saca de la parte hueca de abajo un cáliz de madera engarzados con rubíes cortados pero sin tallar, naturales. Tras otros breves gestos sagrados con los ojos cerrados, los abre y clava su mirada en la de Theonil.

“Como os digo, la magia que necesitamos excede la que dispongo de forma natural, pero con un componente especial que reduzca su coste podríamos utilizar un pergamino para tratar de averiguar algunas cosas.

La sangre de celestial es un componente sagrado de enorme potencia, aunque como la tuya está bastante diluida necesitaríamos una cantidad seria. Prácticamente medio litro.” – os cuenta Merryl con semblante muy serio, obviamente dirigiéndose a Theonil cuando habla de sangre celestial y toma el cáliz en las manos, para continuar su alocución:

-“El conjuro que podríamos lanzar con ésta magia debería hacer que Rillifane nos diera una pista significativa que ayudara a Evea a encontrar a su amiga, aunque con toda probabilidad será un tanto críptica y, tal vez, oscura. Además os concedería tres preguntas, que puedan ser contestadas con un sí o un no, aunque la respuesta puede ser depende o algo de ese estilo en el caso de que si y no sean incapaces de responder con veracidad a la pregunta. Si decidís realizar el ritual, deberíais pensar con detenimiento las preguntas antes de comenzar puesto que después de la revelación sólo tendréis un minuto para completar el interrogatorio.

De ti depende Theonil. Me gustaría poderte ofrecer este favor sin condiciones, pero me temo que pides más de lo que mi magia, por si misma, llega.”

-Hola.- Saludó a la camarera -Yo también quiero una cerveza.-
Dijo,mientras se reía del ingenioso comentario de su compañero Karlack.

- La ciudad no me gusta, desde luego. Pero hay algo que me llama la atención ahora que dijistéis lo del unicornio, es que no me puedo creer que semejante criatura aparezca, así sin más, ante semejante... uhm... como decirlo... ante semejante plaga de seres... es extraño ya de por sí que un unicornio se deje ver...

- Y bueno Luna es... en fin, yo nunca tuve un compañero animal, pero el aquelarre al que pertenezco me enseñaron algunos trucos. Ya te dije, aún es pronto para que la conozcas.

Liz por unos momentos parecia que no atendia a la conversacion, ya que no quitaba la vista a los elfos que le miraban de esa manera. Pero demostro que aun asi, seguia escuchando y estaba atenta.

-Tal vez, ¿pero no es una experiencia unica ver a un unicornio?-exclamo emocionada, girandose hacia ellas.- ¿Alguna de vosotros habia estado aqui antes?-pregunto. 

Se rio al ver a Tronador corriendo de esa forma. Se agacho y acaricio al pequeño jabali.-Cuanto me hubiera gustado tener un acompañante como este durante mi viaje.

            La elfa pelirroja sonrió ante los comentarios de Karlack, se sentó a una prudencial distancia de las manos de los dos compañeros y les dijo:

            -“Lo siento, caballeros, pero este local no ofrece servicio de compañía, además a mi novio” – añade señalando al tipo de cuyo regazo se levantó para atenderos – “no le haría ninguna gracia.” – comenta aunque manteniendo una agradable sonrisa, a continuación acerca un poco la cabeza y baja la voz a un susurro cómplice para seguir hablando:

            -“Pero si estáis muy interesados en ese tipo de servicios, sé de buena tinta que han abierto un espectáculo ‘picante’ en las afueras que, en realidad, ofrece algo más que ‘bailes exóticos’… mucho más, si entendéis lo que quiero decir.” – tras susurrar lo último con un guiño exagerado y un mohín pícaro, se levanta de la silla, obsequiándoos con un buen vistazo de su sorprendentemente generoso busto y grita:

            -“Marchando un par de cervezas bien frías para los atractivos señores.” – camina hasta la barra con un contoneo de caderas algo exagerado y os trae enseguida las cervezas, sirviéndolas con premura y sin perder la sonrisa ni por un segundo.

            El local resulta ser algo caro, pero las raciones de bebida (y comida, como comprobáis pronto) son más que generosas y decididamente deliciosas, por si fuera poco la música de la plaza se cuela por las puertas abiertas y las paredes naturales para dar un ambiente festivo y muy agradable al lugar haciendo que la velada transcurra rápida y entretenida, Trellana aunque no se queda con vosotros, acude cada poco a preguntar si todo está a vuestro gusto y ofreciéndose a traeros más bebida o comida y en cada visita se muestra sensual y pícara.

            Tras volver de cambiarte de vestido, tu hermano silba sorprendido y te coge de la mano haciéndote girar sobre ti misma para verte mejor.

            -“Vaya, vaya, Gaëlle Bellerose, tienes suerte de que no nos hayamos criado en este pueblo, porque si no ahora tendría que encerrarte en tu cuarto el resto del Festival y darte una zurra por vestir de esa manera tan sexy” – hace una mueca con la cara mientras se abre un ojo con el dedo tirando del párpado inferior ligeramente y añade – “por suerte para ti, soy un elfo tradicional, y me parece que estas rompedora e irresistible, como corresponde a tan hermosa jovencita, pobre del humano que se cruce contigo, tigresa.” – añade en claro tono de broma.

            Ásvaldr intenta contestar algo cuando te ofreces a cantar, pero no le das tiempo, aún así él que parece que está también algo tocado por el alcohol, sigue contestando, sin darse mucha cuenta de que te has ido; por desgracia tu prisa por subir al escenario no te permite escuchar lo que dice.

            Corres hacia las escaleras que suben al tablado, pero tu equilibrio parece gravemente afectado y tropiezas con el último escalón, aunque consigues mantenerte en pie con bastante gracia y tu dignidad relativamente intacta, aunque escuchas algunas risas y bastantes gritos de susto y alivio.

            Afinas tu laúd y aclaras tu voz, que incluso a ti te suena un poco cazallera al principio, arrancando algunas risas más que empiezan a ponerte nerviosa. Te concentras en dar un recital magistral, las notas empiezan a fluir y tu canto suena con un timbre perfecto, te relajas y no puedes dejar de fijarte en que la gente te contempla concentrada, obviamente sobrecogida con tu interpretación, tu hermano en particular parece extasiado.

            Por desgracia a mitad de la canción tus excesos con la bebida vuelven a hacerte una mala jugada y te entra el hipo, el público se divide entre los que abuchean la interrupción y los que están tan bebidos como tu, o más, que tapan con sus aplausos y gritos de ánimo la bronca tan pronto como se te pasa el ataque; es aquí por primera vez cuando te das cuenta, por los gritos de ánimo, que una parte de la audiencia está encantada con tu actuación, pero también con tu traje o, más bien, con lo generoso que es al compartir tu anatomía. Ciertamente no has visto a ninguna de las chicas locales con trajes como el tuyo, ni siquiera entre las que ya llevaban sus vestidos de fiesta.

            Te repones de tu inoportuno acceso de hipo para rematar la canción sin más sobresaltos, de nuevo en una actuación estelar. El publico se muestra dividido, una cuarta parte aplaude pero visiblemente contrariada por tu estado etílico, puedes notar que siente que tu borrachera les ha arrebato una interpretación memorable, la inmensa mayoría del resto, a los que se nota que están animados por el alcohol (o directamente borrachos), aplauden a rabiar lo que para ellos ha sido no sólo una canción magistral sino un espectáculo cercano, con el que se identifican y divertido; por último una mínima parte están absolutamente entusiasmados, pero por sus gritos y cumplidos, al menos la mitad de su entusiasmo obedece a tu belleza y vestuario.

            Tras bajar del escenario, empiezas a recibir el acoso de agradecidos y agradables fans y de, más molestos, buitres en busca de carnaza fácil, por suerte parece que en este pueblo son comedidos hasta para eso, y no pasan de comentarios que la mayoría de sitios no se considerarían ni obscenos y de frases hechas tan típicas que dan más pena que ofensa. Por suerte tu hermano no tarde en acercarse, repartiendo más empellones de los necesarios, aunque tras identificarse como familiar tuyo, la mayoría de la gente desaparece, incluyendo todos los aprendices de chulo, te llama la atención que algunos de ellos al enterarse de que es tu hermano, no sólo se retiran de inmediato, sino que le dirigen una mirada de compasión y comprensión, de la que Ásvald se ríe y mofa en cuanto se dan la vuelta.

Al bajarse del escenario Gaëlle agradece los cumplidos que
le van haciendo. Hasta que su hermano la “rescata” da la mano a quien intenta dársela,
devuelve todos los abrazos que le ofrecen y se sonroja con los piropos  mientras trata de avanzar entre la gente. Cuando
este llega se agarra a él y aprovechan para salir de allí.

Había sido un público agradable, aunque menos que otras
veces. No estaba acostumbrada a que la abucheasen, aunque a decir verdad solía
beber después de actuar, no antes. Quizá aquello hubiese influido.

Ese ataque de hipo fue
realmente inoportuno - pensaba.

Quizá el vestido sea demasiado provocativo para este sitio –
pensaba también, aunque en ningún momento se le pasó por la cabeza cambiarlo.

-¿Te ha gustado? – Le preguntó a su hermano en cuanto
consiguieron apartarse un poco de la multitud – A la mayoría creo que le ha
gustado, aunque no me ha salido muy… hip… bien –se da un par de golpes en el
pecho – ah… maldito hipo. ¿Nos vamos entonces? Me apetece bailar…  

Antes de salir le dejó la llave de su habitación a cargo del
señor Buenamesa, no quería perderla por ahí. Después se dispusieron a abandonar
la posada.  

Dando un largo trago de la fría y deliciosa cerveza Karlack sonrió...una pena que tenga novio.

Y bien Diedric, ¿¿hacia donde encaminarán tus pasos ahora?? ¿¿Otra caravana???

Mirando pensativo la jarra de cerveza,levantó la cabeza y se dirigió a su compañero.

-Creo que daré un paseo por el resto del pueblo e iré a echar un vistazo a ese "espectáculo" del que habló Trellana.-

Bebe un trago de la jarra y vuelve a mirar al guerrero con curiosidad.
-¿Te apetecería acompañarme,Karlack?-

No amigo. Prefiero la adrenalina de la caza, perseguir a la presa y cazarla, ya me entiendes. Pagando es demasiado fácil jejejej. Aunque si no tengo éxito seguramente acabaré allí