Partida Rol por web

El Festival del Unicornio (Finalizada)

3.- Escena pública: La llegada del unicornio

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23/05/2012, 20:40
Nívea Selen Telq'ssir

Notas de juego

Director, si a auria le parece bien ponemos rumbo a la escena de pelea en la otra parte del bosque, el lugar donde encontramos la carta

¿se puede elegir 20 en buscar rastros de lo que pasó allí?

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23/05/2012, 20:53
Director

Notas de juego

Eso os separaría de los demás, que van a volver hacia el lugar del crimen para hablar con la tal teniente Recta; pero por supuesto, si lo preferís podéis hacerlo. Elegir 20 os llevaría más de media hora, pero podríais. Pero os recuerdo que ir allí os internaría en las profundidades de la maraña, muy poca gente del pueblo (nadie de la guardia) podría no ya seguiros, sino ni siquiera acercarse, el lugar en sí está a unos cientos de metros del punto donde atacó la criatura.

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23/05/2012, 23:00
Director

Para cuando Karlack y Gaëlle llegaron hasta el sitio en que Auria, Nívea Selen y Theonil se habían parado, con una diferencia de más de un minuto, los tres avanzados casi habían terminado de registrar el árbol, la bardo no tardó en notar las mismas huellas de unas garras de gran tamaño que parecían haberse agarrado al tronco del gran abedul, que los que habían llegado antes, registraban rápido, pero con gran diligencia, entre las sombras que la noche creaba en el espeso bosque.

 

Ninguno de sus esfuerzos dieron mayor fruto que lo que habían detectado hasta ese momento, ni aún con la ayuda de Gaëlle consiguieron avanzar; además apenas habían llegado los nuevos cuando Theonil decidió aceptar la sugerencia de la pelirroja y volver por dónde habían venido para poder hablar con la Teniente Recta, aunque por suerte caminaba con más calma que antes, sus dos compañeros pudieron comprobar que su carga a través de los espinos le había dejado algunos cortes que habían pasado su armadura, aunque no eran graves, un buen arañazo en la ceja, unos centímetros por encima del ojo dejaba claro que si la buena suerte que había tenido se hubiera troncado en mala ahora podían tener un compañero tuerto y gravemente herido.

Nívea Selen y Auria habían estado susurrando entre ellas, en una lengua que el resto no entendieron, pero que sonaba como una extraña mezcolanza de trinos, gorjeos, gruñidos y otros sonidos que recordaban los de animales pero modulados con garganta humanoide; cuando terminaron su conversación avisaron al resto que se disponían a registrar un poco más despacio el rastro, por si hallaban algo. Aunque más colaborativas seguían teniendo la desconfianza feral de las criaturas de la naturaleza, probablemente la idea de tener una charla con desconocidos no les seducía.

Mientras volvían hacia donde estaba Recta tuvieron un pequeño sobresalto, un ruido de algo acechando por la espesura, algo moviéndose hacia ellos cerca y, de repente… Evea que parecía seguir el mismo camino que ellos desandaban, apareció de detrás de una enredadera. Nívea Selen y Auria apenas pudieron detectarlo desde el árbol que no dejaban de registrar, mientras empezaban a planear cómo podían asomarse a su copa.

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23/05/2012, 23:05
Director

La joven montaraz no perdió demasiado tiempo intentando sacar algo del caos que era la escena del crimen y se internó en el hueco en la maleza que empezaba a cerrarse por completo de forma que sólo podía calificarse de mágica, dejando tras de si a Aleena para encargarse de la situación.

Tras tropezar en el primer metro y estar a punto de empalarse en un espino negro de púas largas como sus dedos, decidió atravesar con cuidado la maraña, no cabía duda de que detendría de forma muy eficiente a cualquier ejército que intentase entrar en el Reino Bosque. Apenas prestó atención a los ruidos que tenía delante, dado que venían de dónde había oído las voces, así que cuando al pasar bajo una enredadera especialmente tortuosa se encontró a sus compañeros prestos a combatir se llevó una sorpresa.

Notas de juego

El terreno al que sales es una maraña impenetrable de espinos, maleza, zarzas, enredaderas y vegetación en general. Cuenta como terreno difícil y moverse a más de 5' por él causa 1d4 de daño por asalto. Alguien parece haberlo hecho recientemente, por eso está un poco roto (de no se así causaría 1d6)

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23/05/2012, 23:07
Director

Tras la tensión inicial, que por fortuna había resultado innecesaria, Karlack, Theonil y Gaëlle se relajaron, Evea pudo notar que estaban sobresaltado y, probablemente, temían que ella fuera la criatura que había acabado con la vida de aquel elfo.

Tras explicarla que las druidas estaban intentando sacar algo más del rastro que desaparecía en un gran árbol y que ellos se dirigían a hablar con la Teniente Recta, desandaron el camino, que a Theonil se le hizo muy largo después de su carrera anterior, por un pasillo que ya era tan estrecho que realmente no ofrecía mucha ventaja respecto a seguir cualquier otra ruta; tanto se había cerrado ya el hueco por el que se habían adentrado originalmente. Podían oír cada vez menos voces, pero entre ellas destacaba la de Aleena Recta conminando a todo el mundo a dirigirse a sus casas y amenazando a algunos extranjeros a abandonar de inmediato el límite del bosque so pena de ser encarcelados.

Cuando llegaron de nuevo al sendero, el cadáver no estaba, la guardia que había llegado primero tampoco estaba y Evea también echó en falta al que llegó después de ella, tampoco había ni rastro de la mujer que lloraba y la multitud había menguado ostensiblemente. La teniente Recta iba casi uno por uno pidiendo, amenazando o exigiendo que se fueran. Había algunos humanos, que con la cara pálida (probablemente por la amenaza que habían soportado un poco antes de que ellos volvieran) se marchaban ya tan rápido como podían; los elfos parecían más reacios y cuchicheaban entre ellos, algunos con mirada preocupada.

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23/05/2012, 23:10
Aleena Recta

Aleena se giró hacia ellos. Con un gesto de la mano que abarcaba a Gaëlle, Evea y Karlack, dijo.

-“Lo que dije lo último no os afecta a vosotros tres mientras estéis trabajando con Theonil en eso de los demonios que me contasteis antes.” –

Aleena escuchó las demandas del investigador con atención, la exploradora tenía un aspecto deplorable, unas bolsas negras debajo de los ojos que hablaban a las claras de varias horas, tal vez días, sin dormir y el pelo enmarañado y sucio, como si llevase todo el día corriendo y sudando. Al resto les pasó desapercibido pero el avispado Theonil pudo observar que la elfa le miraba extrañada y algo sorprendida cuando dijo basarse en la historiografía de Zoquejo y que miraba malhumorada hacia los elfos cuchicheantes que renqueaban poco dispuestos a obedecer sus órdenes. Finalmente con un suspiro de fastidio respondió:

-“Yo nunca dije que no tuvieras razón, Bremârk. Sólo que tu razón no estaba por encima de la autoridad de la Casa Real. Y sigue sin estarlo.” – por una vez no parecía que el aasimar estuviera en problemas cuando la teniente le llamaba por el apellido, pero era señal de que la mujer estaba de un humor de perros y que él no lo había mejorado con sus palabras.

-“No sé que han dicho esas druidas, pero si dicen que no es natural, me lo creo. ¿Quién va a saber más de eso que ellas?, pero si es un demonio, no es ninguno que yo conozca; aunque tampoco es que sea una experta. Ya he enviado aviso, la guardia real tendrá noticia pronto, si no la tiene ya; aunque si quieres mi opinión, antes te veré a ti convertido en un hombre de bien de que ese pisaverde ordene a los guardias que nos ayuden. Te apuesto tres contra uno a que sale corriendo, muy dignamente, eso si, de vuelta a la capital. También trataremos de despertar a todos los guardias que podamos, pero no somos muchos, apenas me llegarán para patrullar los alrededores y eso si puedo convencer a algunos milicianos para triplicar turno.” – Aleena parecía muy preocupada por algo, dirigiendo miradas nerviosas de vez en cuando hacia la maraña en general, aunque no a un punto concreto – “Si te hace ilusión, tu y tus amigos estáis reclutados y podéis husmear dónde mi autoridad os permita, aunque seguro que no es suficiente para ti, gran investigador. Nunca nada es suficiente para el gran investigador y su pipa.” – realmente la elfa parecía irritada y agotada – “Si quieres ver otra vez el cadáver, lo han llevado al templo, no vi nada que me llamase especialmente la atención, pero si quieres que no empiecen a adecentarlo deberías ir pronto, tardarán en llegar lo suficiente, pero seguramente empiecen a trabajar con él cuanto que llegue.” – a medida que hablaba su tono molesto se hacía más relajado y paciente. Pero a continuación se giró hacia los elfos, que aún eran visibles en la corta luminosidad azulada que brotaba de la espada desenvainada de la teniente, y les gritó furiosa.

-“¡Y vosotros marchaos de una vez a casa y dejad de chismorrear!” –

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23/05/2012, 23:13
Director

Auria y Nívea Selen se quedaron a solas en la oscuridad de la maraña, aunque los demás estaban a pocas decenas metros de ellas, a medida que los otros se adentraban entre la vegetación y se alejaban no podían evitar sentirse solas y vulnerables; desechando sus miedos y reafirmando que los sonidos que les llegaban eran los naturales del bosque, volvieron a su trabajo. Treparon cuidadosamente al árbol hasta donde era seguro, pensando que tal vez pudieran ver algo que en su examen preliminar acelerado se les hubiera pasado por alto… Y tuvieron su premio. A una altura de unos tres metros de las marcas iniciales, una zona demasiado oscura en ese bosque en el que luna no podía entrar, vieron unas huellas de las mismas garras pero más profundas, como si se hubieran hincado más que agarrado; además casi a la misma altura la corteza del árbol estaba algo desconchada, como si alguien se hubiera apoyado con mucha fuerza para darse impulso… ¡La criatura había subido al árbol de dos saltos! Apenas les había dado tiempo a las druidas de comprender la fuerza descomunal que haría falta para una proeza así cuando el corazón les dio un vuelco al pensar que el monstruo podía estar acechándolas desde la copa del árbol.

 

Por suerte lo que quiera que hubiera trepado allí se había marchado, puesto que no encontraron rastros al pie del abedul, había que suponer que había saltado de rama en rama. Mientras estaban arriba, su sentido natural les dijo que el bosque se había callado, en el silencio reinante, roto por la lejana conversación en el sendero de quienes se habían marchado unos minutos antes, que sonaba como un tenue murmullo distante, pudieron oír claramente el sonido de la vegetación en algún punto indefinible en torno de ellas al moverse algo a una velocidad que ni siquiera sus dones druídicos podrían igualar. Para cuando descendieron del árbol el sonido había desaparecido, pero una risa cruel e inhumana traída por el viento dejó la duda de si el fin del ruido era porque aquello se había alejado demasiado o porque podía moverse con extremo sigilo si así lo decidía. Lo que quedó claro es que el monstruo acechaba en la maraña y, probablemente, les había estado espiando. Por primera vez en sus vidas las dos druidas se sentían en desventaja ante algo en el bosque.

Dirigirse de vuelta al lugar de la lucha que habían abandonado por el grito del fallecido se convertía en una empresa mucho más desapacible, sabiendo que lo que había matado al elfo de aquella forma estaba ahí fuera; si lo hacían se alejarían de aquellos aliados variopintos… urbanitas, no elfos (y varios hombres se dijo Auria), pero aparentemente dispuestos a ayudar, pero ir con ellos implicaría volver hacia la civilización y el gentío que se reunía en torno al lugar del ataque.

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24/05/2012, 13:14
Theonil Bremârck

Quizá deberíamos ir al templo- Dije, frotándome la cara y sonriendo de forma cansada y socarrona ante los simpáticos y hastiados comentarios de la teniente- Dudo que podamos sacar algo más del cadáver, pero con un elfo abierto por la mitad, estoy seguro de que el hermano Eliaster se sentirá más legitimado a contarnos algo sobre el antiguo ataque de Orcus a Zoguejo. O quizá el hermano merryl esté un poco más recuperado.

Notas de juego

Era Eliaster quien podía hacceder al histórico del templo pero no quería soltar prenda, ¿no?

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24/05/2012, 23:05
Director

Notas de juego

Es una interpretación de ello, si.

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25/05/2012, 00:53
Gaëlle Bellerose

-¿Se nos permitirá a nosotros entrar al templo? - preguntó señalando a Karlack, Evea y a ella misma, asumiendo mentalmente que la respuesta sería "no". 

En aquel momento, con la guardia ya encargada de la seguridad, y aquella criatura lejos de allí, Gaëlle se sentía un poco inútil. La verdad era que ni siquiera sabía de que estaba hablando Theonil... O quizá si lo hiciera. Si había algo de lo que ella sabía, eso era de historias, y la mayoría de historias tenían alguna base real. ¿Conocía alguna que pudiera tener que ver con ese ataque del que hablaba? Trató de concentrarse y rebuscar en su memoria, y en las miles de historias que había escuchado y cantado a lo largo de sus años. 

- Tiradas (2)

Motivo: Con. Bardo

Tirada: 1d20

Resultado: 9(+7)=16

Motivo: Saber

Tirada: 1d20

Resultado: 2

Notas de juego

La tirada de saber no creo que aporte mucho, pero por si acaso te recuerdo que tengo local e historia. Y también religión, por si acaso. 

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25/05/2012, 11:27
Theonil Bremârck

La teniente nos ha dado su permiso explícito Dije, mientras caminaba hacia el lugar. Además, conozco muy bien a las gentes del templo. Y puede que Nasha volviera allí...

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25/05/2012, 12:00
Evea, la gata

 Evea andaba sumida en reflexiones. Pero seguía el paso de los compañeros sin perder el ritmo de estos con su rápido andar a pesar de tener la mente en otro sitio, recordando.

 - ¿Orcus ya había acosado en el pasado Zoquejo? Qué extraño... esta tarde Karlack y yo al hablar con Espadestrella nos habló largo y tendido del príncipe demonio...

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Saber Religión""

Tirada: 1d20

Resultado: 3(+3)=6

Notas de juego

 La charla nos dió temporalmente, acceso a detalles de Orcus, ¿recordamos algo al respecto?

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26/05/2012, 20:05
Karlack Rowder

El guerrero asintió a las palabras de Eva....¿así que de eso hablaron?

Recordaba palabras sueltas...Orcus....demonios...pero su principal preocupación era que nadie les molestara, era su trabajo, su profesión, lo único que sabía hacer

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28/05/2012, 04:38
Auria

Auria descendió de la copa del árbol con una expresión totalmente distinta a la que tenía cuando subió.- El bosque no es seguro, eso es evidente, lo sé. Pero aunque me pese lo mejor será volver junto al resto del gentío. Si queréis tomad el cadáver para darle la sepultura que los humanos soléis darle, pero movámonos rápidos. Me temo que esa extraña criatura nos está vigilando y es muy posible que nos ataque cuando menos lo esperemos.

Tú, ¿Has visto algo? - Dice refiriéndose a Evea.

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28/05/2012, 08:06
Director

Notas de juego

Un detalle Auria: el muerto es un elfo, no un humano; de hecho está en la zona en que los humanos tienen prohibido entrar. Esta tarde preparo un turno volviéndoos a juntar, ellos no están al pie del árbol, se fueron mientras vosotras explorabais con más detalle.

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28/05/2012, 20:52
Director

Mientras Evea, Gaëlle, Theonil y Karlack volvían tranquilamente hacia la ciudad, sobrepasando a los renqueantes elfos que aún trataban de cotillear en la escena del crimen y cruzándose con otro par de guardias que acudían con un saco de arpillera, pudieron intercambiar información y pensar en lo que sabían.

Por más que Gaëlle repasaba sus historias nada de lo que conocía parecía cuadrar con aquello. Sin embargo, las palabras de Theonil sobre el templo y la reticencia del sacerdote a hablar de algo le recordó la actitud de los elfos ante las situaciones conflictivas en su comunidad, dónde los humanos podían aprovechar una historia macabra ocurrida entre los suyos para construir historias con las que escarmentar, asustar o entretener y convertir una casa del crimen en un remedo de atracción turística, los elfos consideraban que engendrar una experiencia tan horrible era una vergüenza para toda la comunidad, y como tal, una vez resuelta la sepultaban tras un muro de silencio y ocultamiento para que se olvidara y, con el tiempo, nadie recordase su bochorno. Ciertamente, si hubo un pasado que relacionase Zoquejo con Orcus, al menos si no sólo hubo extranjeros implicados sino también elfos, seguro que sería una de esas historias que los elfos condenarían.

Evea y Karlack repasaron la conversación con Espadestrella, el guerrero no recordaba muchos detalles y tratar de enlazar la conversación con los hechos recientes le resultaba cansino y harto complicado, lo cierto es que nada le había llamado especialmente la atención de aquello, salvo quizás las chicas de recepción de la carpa; su mente no tardó en divagar hacia cosas más de su compresión, vigilando que nada pudiera sorprender a sus compañeros de camino, en aquella vereda oscura y emparedada entre espesos muros de espino infranqueable, pudo tomar constancia de que una criatura capaz de atravesarlos con la facilidad que parecía tener el monstruo que perseguían, si podía fiarse de las impresiones de Theonil y las esquivas druidas elfas, tenía una ventaja táctica absoluta. No pudo evitar echar de menos su escudo de muro, aunque fuera un incordio, podía haber llegado el momento de buscarlo, y quizás incluso de completar la coraza con el resto de las placas de metal y la cota de malla. Desde luego si el monstruo les atacaba, las echaría de menos.

Evea, que había prestado más atención a las palabras del paladín, y tenía más experiencia con los demonios, a parte de un interés más personal en el tema recordaba ahora la espesa charla del elfo. No recordaba ninguna referencia específica a Zoquejo, de hecho toda su información parecía mayormente teórica casi enciclopédica, con pocas referencias a hechos concretos o sucesos específicos. Sobre las criaturas al servicio de Orcus, aunque había mencionado algunas generales de pasada, ninguna cuadraba con lo que sabía de la que había matado al elfo; aunque por otro lado lo primero que dijo Elemmir al respecto es que entre los siervos de un príncipe demonio había una cantidad casi infinita de criaturas diferentes, imposibles de catalogar. Lo cierto es que la batidora no podía estar segura de si el caballero estaría afectado por la particular tradición elfa de la que hablaba Gaëlle o si no sabía nada de posibles actos de demonios en Zoquejo.

Mientras los compañeros serpenteaban por la estrecha vereda que volvía al Centro de Zoquejo, Auria y Selen habían vuelto al punto del camino dónde se produjo el asesinato, ni el cuerpo, ni la guardia, ni sus nuevos amigos estaban por allí ya; sólo otro guardia que parecía estar echando serrín en el charco de sangre que se formó y unos elfos que, a lo lejos, cuchicheaba entre ellos mientras caminaban muy lentamente de vuelta a la civilización. Algo habían llegado a oír de ir al templo, mientras estaban en el árbol, aunque no podrían asegurar a quién se lo oyeron parecía una buena posibilidad de encontrar a los aventureros.

Atajando recto en dirección a la ciudad, consiguieron acortar camino al andar más ligeras y por un camino más corto, de modo que efectivamente, llegaron a la plaza donde estaba el templo de los Seldarine en Zoquejo a tiempo de ver al grupo dirigiéndose hacia allá y unirse a ellos.

Antes de entrar pudieron distinguir en la calzada principal una comitiva regia que circulaba entre un nutrido grupo de curiosos, varias carrozas de aspecto majestuoso eran escoltadas por un grupo de jinetes vestidos con armaduras dotadas de la librea de la casa real en su camino hacia el interior de la ciudad, derechos hacia la amplia carretera que se internaba en el bosque en dirección a la ciudad más cercana del Reino Elfico. Sin duda la predicción de la teniente Recta se cumplía.

El Centro de Zoquejo estaba casi desierto cuando volvieron, salvo por algunas personas que parecían apresurarse hacia sus casas o hacia el Arco, que ahora era de salida para todos, quedaban pocas luces mágicas de adorno, aunque seguían todas las de iluminación dando un contraste bastante agradable con el bosque oscuro como boca de lobo. Debajo de ellas era dónde se concentraban los pocos elfos que permanecían en el exterior, todos en grupos cerrados y hablando en susurros.

El templo resultó una construcción extraordinaria, que no pudo dejar de llamar la atención de quienes lo veían por primera vez, contraído en torno a cuatro enormes robles dentro de un círculo de piedras en mitad de un claro en el bosque de unos seiscientos metros de diámetro; seguía engalanado con las más vistosas y variadas luces mágicas que en ese momento todavía formaban la figura de un unicornio al galope. Conseguir acceso a Eliaster resultó algo menos complicado de lo que pensaban. Cuando pidieron verle, el novicio pareció por un momento decidido a negarse, pero cambió de opinión tras un breve vistazo a un documento oficial que tenía en la mesa encima del resto del papeleo (un pergamino en que Theonil pudo distinguir el sello de Aleena Recta).

Cuando le siguieron por una escalera de madera natural que ascendía hasta las salas situadas en las primeras ramas interiores de uno de los árboles, pudieron comprender el porqué.

Eliaster, con aspecto cansado y un tanto somnoliento, probablemente habiéndose vestido a toda prisa en el primer sueño de su descanso nocturno, era el encargado de adecentar el cadáver que les habían autorizado a ver. El elfo era un adulto de edad indefinida, con largo y sedoso pelo negro, algo revuelto como si no hubiera tenido mucho tiempo de peinarse. Tenía puesta una túnica ceremonial de responso y lucía el símbolo de la diosa élfica Angharrad. Se giró con gesto de molestia cuando fue interrumpido pero se relajó al ver entrar a Theonil, aunque su cara fue mostrando a continuación toda una gama de emociones a medida que el pequeño mortuorio se llenaba. Dirigió una mirada de desagrado a Karlack, Evea y Gaëlle, probablemente era muy tradicionalista y no le haría ninguna gracia ver humanos en el Centro, cuando menos en el templo. A Theonil le dirigió una mirada pesarosa y el aasimar pudo notar que su rostro no reflejaba tan bien la calma y serenidad impasibles que pudo apreciar en su anterior entrevista. Por último al entrar Auria y Selen les ofreció una amplia sonrisa, que no llegó a sus ojos, y se acercó a ellas para saludarlas con cierta pompa como huéspedes distinguidas, aunque se extrañó por la reacción de Auria al ocultarse presurosa y alarmada tras la elfa más mayor ante su aproximación, no dijo nada ni trató de insistir.

Notas de juego

Os hago turnos comunes porque es más sencillo y en realidad todos pretendéis lo mismo más o menos. Sólo tened en cuenta de qué cosas pasan antes de que os encontréis y cuales no. Si queréis saber una particular del otro lado creo que es un metajuego justificable (y positivo por lo que tiene de rolear entre vosotros) que busquéis la forma de sacarlo en una conversación de personajes.

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28/05/2012, 23:37
Eliaster

-“Bueno Theonil… y compañeros. La teniente Recta dio cuenta de vuestro nombramiento como investigadores y pensó que tal vez querríais examinar el cadáver, ante esta eventualidad, había empezado bendiciendo los óleos y sudarios, así como santificando los restos, aunque no sea lo más habitual. Así podéis examinarlo tal cual llegó aquí. Esperaré fuera hasta que hayáis terminado.” – tras decir aquello se dirigió hacia la puerta, con el propósito de dejar un poco más de espacio en el mortuorio, donde empezaba a no entrar un alfiler.

Notas de juego

Ah! Y recordad que no tenéis porqué seguir justo desde dónde yo lo dejo, incluid todos los post que queráis del camino, de lo que queráis hablar entre vosotros o de cualquier cosa que queráis hacer antes.

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28/05/2012, 23:40
Director

Mientras el clérigo hablaba, Gaëlle seguía dándole vueltas a todo lo que había estado recordando últimamente relacionado con lo que se traía entre manos. Había un par de ruedas que habían empezado a girar y sentía que estaba a un paso de hacer una conexión. No podía entender qué y le estaba reconcomiendo, hasta el punto que ni siquiera había podido notar la mirada de reproche del sacerdote por su presencia allí. Entonces las ruedas engancharon, girando para alivio de su mente que parecía a punto de explotar; por desgracia el producto de aquel instante de clarividencia no pareció a la altura de la expectación. Mientras pasaban junto a los elfos no había podido oír de qué hablaban, en parte porque su voz era susurrante y en parte porque ella caminaba perdida en su archivo mental de historias, pero la palabra ‘Sangrador’ sí la había oído, de fondo, una referencia imposible de cruzar. Luego Theonil había dicho que Eliaster no quería hablar de algo que había pasado y ella había pensado inmediatamente en las costumbres élficas de enterrar los hechos vergonzosos, otro hilo suelto sin conexiones. Nada había que la ayudara en su búsqueda entre sus historias, pero ahí estaba el nexo la historia que había descartado desde el principio, la que no conocía, ‘La caída de los Sangrador’ que Leetha Camino Sinuoso había prometido contar en el fuego de la noche de brujas antes de que la castigasen y enviasen al colegio para señoritas de la capital, la misma historia que Carolien siempre se había negado a contarle.

 

Y eso era todo, unidos con rayas todos los puntos del dibujo el resultado seguía siendo un manchón irreconocible.

Notas de juego

Nota que éste post te le puesto sólo para ti, porque no te da tiempo de contarlo a los demás antes de que acabamos. De hecho no puedes reaccionar hasta, al menos, después de un minuto de conversación con Eliaster, mientras terminas de entender todo lo que digo. Si quieres que los demás lo sepan, tendrás que decírselo on-rol.

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29/05/2012, 14:55
Theonil Bremârck

Saludé con respeto a Eliaster, mientras ponía unos guantes de cuero gruesos- Gracias, hermano... no nos llevará un momento. Pero antes...- Me acerco a las dos elfas, algo incómodo- Hm... Nívea, ¿verdad? veréis, mi hija sigue ahí fuera. comprendo que queréis echarnos una mano... pero necesito asegurarme que está bien. ¿Creéis que vuestra... aprendiz podría encontrarla?

-Hago un gesto con la cabeza a Eliaster, diciendo - No os vayáis demasiado lejos, hermano. Seguramente precisaremos de vuestra ayuda.

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31/05/2012, 20:57
Nívea Selen Telq'ssir

Notas de juego

¿no me dirias destinatario y remitente de la carta que encontramos? El contenido no me interesa tanto, pero desde el bosque que queria sacarme la duda, antes de hablar con el resto del grupo.