Partida Rol por web

El foso del diablo

Escena 11. En las Tripas

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19/01/2021, 12:29
Juliette Moreau

No me quedaba otra más que gritar, de la manera en la que me tenía cogida no podía ni moverme, y por desgracia no alcanzaba a darle un mordisco.

¡SOCORRO! ¡CHICAS SI PODÉIS HUIR HACEDLO! ¡SOCORRO! ¡ESTOY AQUÍ! - Dudaba que alguien fuese a rescatarnos, pero no tenía nada que perder...

Notas de juego

Jo...

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19/01/2021, 19:44
El Hierofante

El Hierofante atiende a la respuesta de la escritora con suma atención. No es hasta que esta concluye, cuando se atreve a intervenir con su habitual sonrisa mordaz.

—Te puedo asegurar, mi querida y talentosa Eleanor, que, aunque su lugar sea este, junto a su familia, Edward no está aquí. Ojalá así fuera —Walter chasquea la lengua en señal de decepción—. Me temo, mi querida escritora, que hoy no estás demasiado inspirada. Pero tranquila, no te lo tendré en cuenta. Para mi, siempre serás un ser excepcional.

Con una sonrisa burlona en los labios, el hombre empieza a pasear por la cámara mientras habla.

— Edward Drake, como no podría ser de otra manera, es uno de esos hermanos descarriados de los que te hablado hace unos instantes. Debido a que quedó huérfano a muy temprana edad, fue puesto bajo custodia de un tío paterno residente en Londres y, por lo tanto, alejado de su verdadera familia, aquí, en Aberdeen. No obstante, el poder de la sangre es fuerte y, llegada la madurez, instintivamente, sin ser consciente de qué le impelía a plantearse preguntas sobre sus raíces, inició su camino de regreso al hogar.

El eco de los cánticos es cada vez más intenso y, en ocasiones, dificulta a Eleanor entender con claridad las palabras de Walter.

— Gracias a la desaparición de su tío, Hugh MacBain, que, contrariamente a lo que dictaminaron las autoridades, regresó al lecho marino tras completar su transición, Edward fue instado por la ley a regresar a Aberdeen para hacerse cargo de legado de su familiar y, de esta manera, tuvo la ocasión de acceder a las respuestas que, cada vez con más ansia, buscaba. Desconozco los documentos que, una vez instalado en la casa MacBain, halló y consultó, pero las evidencias dejan claro que sus pesquisas le llevaron al Foso del Diablo. Y fue por ello que tuvo a bien enrolarse en la expedición que, casualmente, el profesor MacKendrick se disponía a poner en marcha.

El hombre guarda silencio durante unos instantes. Parece deleitarse con las diabólicas voces de sus hermanos.

— Hasta el momento, la congregación observaba sus movimientos, dispuesta a intervenir en caso de urgencia, pero consciente de que lo verdaderamente sanador era que nuestro hermano hallara respuestas por sí sólo. Los chicos de Puerto Llano montaban guardia en Albury Road para conocer en todo momento su ubicación y el resto nos acercábamos a él haciéndonos pasar por solícitos vecinos. Reconozco que en ocasiones nuestra vigilancia levantó sospechas, pero me atrevería a decir que las tareas de espionaje resultaron ser todo un éxito — Walter sonríe satisfecho —. Decidimos no perderle la pista y, hasta su regreso de la expedición al Foso del Diablo, no creíamos necesario intervenir.

El atractivo hombre da un profundo suspiro antes de proseguir.

— Lo que allí descubrió fue revelador para él y, por ello, demasiado débil como para poder asimilar toda la información recabada, contactó con Alfred y, por ende, contigo, mi querida Eleanor, con la intención de hallar algo de consuelo en brazos amigos — el rictus de Walter se torna severo —.  No podíamos permitir que nadie ajeno a la familia tuviera indicios sobre nuestra existencia. Por ello, aunque no lográramos interceptar la carta que envió al señor Lean, uno de los miembros de la comunidad que trabaja en la oficina de correos pudo emitir un telegrama en el que, haciéndose pasar por Edward, se desdecía del contenido de la misiva y os instaba a vosotros, sus amigos, a hacer caso omiso a sus preocupaciones. No sé si lamentar o dar por bueno que ignorarais aquel mensaje, ya que — los ojos de Walter parecen iluminarse — reconozco que, aunque vuestra investigación nos haya puesto en peligro, ha sido vuestro genuino interés el que me ha llevado al fin a conocerte, mi querida Eleanor.

Walter tarda unos segundos en deshacerse de la sonrisa bobalicona que, poco a poco, se le ha ido instalando en los labios.

— Justamente cuando llegasteis a Aberdeen, Edward desapareció. Parecía como si la tierra se lo hubiera tragado. Alarmados al haber perdido nuevamente el rastro a nuestro hermano, decidimos seguiros con la intención de aprovecharnos de vuestra investigación y de pararos los pies en caso de que llagarais demasiado lejos — los ojos del hombre se entrecierran y sus labios se contraen, simulando tristeza —. Y desgraciadamente, así ha sido. Ian MacKendrick también tuvo la mala suerte de cruzar la línea y no pudimos hacer otra cosa más que silenciarlo.

El hombre se aproxima a Eleanor y la toma de las manos con delicadeza mientras la contempla suplicante.

— Y me temo que va llegado la hora de hacer lo mismo con tus compañeras, Eleanor. Siento mucho que te veas enfrentada a algo así, pero no hay manera de evitarlo. La subsistencia de mi linaje depende de ello. No obstante, para ti todavía hay esperanza. Estoy seguro que puedo convencer a mis hermanos de que perdonen tu vida. Sólo tienes que renunciar a la falsedad que hasta el momento te ha ofrecido la superficie y unirte a la senda del mar.

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19/01/2021, 19:45
Narrador

La petición de Catherine hace titubear al encapuchado, que interrumpe la patada que está a punto de propinarle para enviarla al interior de la poza.

— ¿Solicitas la conversión, infiel?

Contrariados, los cánticos que hasta el momento llenan la cámara disminuyen en intensidad al no recibir la victima prometida.

Notas de juego

Necesito que hagas una tirada de Persuasión con un malus de +10.

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19/01/2021, 19:46
Narrador

Tras el grito, pese a no poder ver el rostro de su secuestrador por la suma oscuridad, Juliette puede intuir el nerviosismo del hombre que, sin perder tiempo, entre susurrados improperios, fuerza a la mujer a ponerse en pie y, después de taparle la boca con una de sus mugrientas manos, la empieza a arrastrar por la caverna.

Notas de juego

Ahora, aunque te tenga bien cogida, puedes moverte. De hecho, te está arrastrando/ forzando a moverte.

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20/01/2021, 12:24
Catherine Baker
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: Persuasión nula

Tirada: 1d100

Dificultad: 15-

Resultado: 47(+10)=57 (Fracaso) [47]

Notas de juego

Ains...

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20/01/2021, 19:46
Eleanor Harris
Sólo para el director

Estaba claro que no había acertado demasiado en sus teorías, pero de alguna manera Walter parecía alegre de poder exponerlo él mismo, sintiendo el orgullo de su aparente familia y el trabajo que había conseguido. Sin embargo, a pesar de estar confesándole crímenes, seguía viendo en él la desesperación de un hombre que buscaba la salvación por los métodos que fueran, aunque se tratase de soluciones fuera de la lógica humana.

Cuando se acercó a ella y tomó sus manos, las estrechó con fuerza como una muestra de cariño. No había ningún tipo de intención amorosa ni tampoco para aprovecharse de la situación, sino era el instinto maternal que se activaba en su interior al verlo tan perdido.

Me encantaría creerte Walter, pero no es posible.- Negó con la cabeza mientras unas lágrimas descendían por su mejilla, sintiendo la tristeza en su corazón de saber que no podía hacer nada por él más allá de que intentara abrir los ojos a la realidad.- Te pido que los dejes ir. Son buenas personas cuya historia todavía no ha finalizado y tienen que escribir su propia vida.- Sonrió con el alma encogida, mirándole directamente a los ojos.- Si tu… linaje, necesita una vida para subsistir, me ofrezco voluntaria a cambio de su liberación.- A ella no le quedaba nada, sólo el sufrimiento de volver a una casa vacía a pesar de que amaba con locura a su marido, pero ellos, Alfred, Catherine y Juliette, todavía tenían una larga vida que vivir.

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21/01/2021, 11:43
Juliette Moreau

Quería pegarle, morderle, clavarle mis uñas, pero no podía hacerlo, solo podía moverme para avanzar, odiaba la situación y el  punto al que habíamos llegado. Su mano me daba un asco terrible pero no podía hacer nada, así que me dejé llevar...

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22/01/2021, 12:05
Narrador

El hombre clava sus ojos en los de una suplicante Catherine y, dejando atrás el momentáneo titubeo inicial, adopta una actitud fría y carente de toda emoción. Sin mediar palabra, se acuclilla ante la temblorosa mujer, retira los díscolos mechones de pelo que cubren su rostro y, con rudeza, lo fija ante él. Sus ojos, abiertos y punzantes, contemplan la cara sucia de la anticuaria con extrema meticulosidad, como si tratara de ver más allá de la piel. Pasados unos segundos de rigurosa inspección, el encapuchado se irgue y, dirigiendo su mirada a la muchedumbre, sentencia.

— ¡Mientes, sucia rata! No sólo pretendes congraciarte con nosotros únicamente para salvar la vida. ¡Además, buscas traicionarnos! Está claro que, cuando bajemos la guardia, no dudarás en avisar a la policía. ¡Lo sé!

Dicho esto, el hombre se gira y posa su pie sobre la espalda de Catherine. Antes de empujarla de una patada al interior de la poza, le susurra al oído.

— Espero que este sacrificio purifique algo tu alma de mentirosa.

Los cánticos de los encapuchados retoman su estremecedora intensidad cuando el entumecido cuerpo de Catherine colisiona contra el agua oscura de la poza.

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22/01/2021, 12:06
El Hierofante

El hombre rechaza la dulzura de la escritora con un aspaviento de desagrado.

— Mi familia no busca muerte, sino todo lo contrario. Son las ganas de sobrevivir a la enfermiza sociedad de la superficie lo que nos mueve. ¡Queremos prosperar! Pero para ello, de momento, es preciso evitar quedar al descubierto. ¡Nos destruirían como siempre han hecho con lo diferente! ¡¿Es que no te das cuenta?! Si tus amigos salen de aquí y hablan de nosotros, que sin atisbo de dudas lo harán, será nuestro fin.

Walter vuelve a tomar las manos de la escritora, en esta ocasión con mayor firmeza, y un flujo incontinente de desesperación empieza a aflorar en la súplica de sus ojos.

— Pero a ti te puedo salvar. Al nacer, se te otorgó un preciado regalo, querida Eleanor. Tu palabra, tu mente, tu arte... — una incipiente lágrima se acumula en el borde de los ojos del hombre —. Tú me iluminaste en los momentos más aciagos y sé que puedes hacer lo mismo por mis hermanos. No preciso que mueras por tus compañeros. Ni incluso te pido que renuncies a todo por mi. Únete a la senda del mar por nosotros y congratúlate con tu don. Forma parte de la familia. Sálvanos.

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22/01/2021, 12:07
Narrador

El hombre, cada vez más nervioso, arrastra a Juliette, mientras esta hace lo posible por resistirse. No obstante, el cansancio acumulado por el cautiverio y el intento de huida no tarda en debilitar las fuerzas de la cantante que, pasados unos minutos, no puede hacer más que dejarse llevar por su captor.

Pasados unos minutos de tortuoso camino, víctima y agresor alcanzan el pequeño ensanchamiento de la senda donde se erige la prisión en la que las tres mujeres habían permanecido encerradas. La urgencia es evidente en el rostro del hombre que, ahora, iluminado por la vela que todavía sigue prendida en la gran roca, Juliette puede contemplar. Así mismo, de igual manera que acusa la cantante, un pronunciado cansancio, originado sin duda por cargar con la mujer, se vislumbra en la expresión de su cara. Sofocado, el tipo se reclina contra la pared de piedra y, sin soltar el brazo de la francesa, habla entre jadeos.

— Ni se te ocurra abrí la boca pa' na, ¿vale? En un rato seguimo pa' lante — un profuso escupitajo sale propulsado de la boca del hombre—. Ademá, de na' sirve que grites. Seguro que los que te están buscando están más perdíos que un hi'o puta en el día del padre.

Pasados unos escasos minutos de receso, el tipo reinicia la marcha y sigue sumergiendo a Juliette en la profundidad de la caverna. No tardan en alcanzar el punto en el que la francesa logró, minutos antes, soltarse de las cadenas y salir corriendo. En ese lugar se puede vislumbrar el final del túnel, marcado por una tímida claridad procedente, muy probablemente, de un conjunto de velas o antorchas. Paulatinamente, el eco de un conjunto de voces entonando un cántico blasfemo da la bienvenida a la pareja.

Notas de juego

Una duda. ¿Esto de aquí, de hace unos cuantos posts, se te pasó por alto?

De repente, el grito de una voz masculina procedente de algún punto de la caverna situado en dirección opuesta al lugar donde los gañanes pretendían llevar a Catherine, Annemarie y Juliette sorprende a víctima y atacante, que expectantes interrumpen sus movimientos. Acto seguido, el hombre, claramente alarmado por el sonido que acaban de percibir, coloca su antebrazo sobre el pecho de la cantante y le susurra al oído.

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22/01/2021, 12:13
Juliette Moreau

Algo en lo que dijo me hizo darme cuenta de mi situación, ¿me estaban buscando? Entonces grité como nunca había gritado en mi vida.

¡ESTOY AQUÍ! ¡AYUDA! ¡Y MIS AMIGAS TAMBIÉN ESTÁN SECUESTRADAS! ¡¡¡¡POR FAVOR, AYUDA!!!!

Quizás, y solo quizás, aún quedaba esperanza para nosotras...

Notas de juego

Sí, no leí lo de masculina. Mis disculpas ^^"

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24/01/2021, 10:01
Eleanor Harris
Sólo para el director

La escritora sabía que estaba poniendo sobre ellas una especie de divinidad y peso que no le correspondía, distorsionando bastante la imagen que transmitía. Era humana, sangraba, fracasaba y se levantaba, no tenía ningún don más allá de saber transmitir con palabras sus propias emociones, las mismas que todos sufrían en su día a día. Sin embargo pensó que tal vez esa imagen era suficiente para ayudar al resto, concederles esa vida que quería darles y con suerte usar ese don para liberar no solo el alma de Walter sino la de los que allí se encontraban.

Eleanor cerró los ojos para inspirar aire, notando con más intensidad el aroma salado del mar. Al abrirlos pudo ver la lágrima de Walter y la desesperación que gritaban sus pupilas. ¿Realmente puedo hacerlo? ¿Puedo ayudarlos?

¿Podría hablar con ellos? Te pido diez minutos para hacerles comprender tu visión.- Volvió a buscar sus manos, apretándolas con fuerza para reafirmar su postura.- Sé que no confías en ellos, por eso te pido que confíes en mí. Les conozco lo suficiente como para saber que no dirían nada si les hago ver la realidad.- Respiró hondo de nuevo, queriendo llenar su pecho de la fuerza que carecía.- Sólo así podré irme en paz con vosotros.

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26/01/2021, 19:49
Narrador

La luz que desde hace unos minutos marca el final del túnel cada vez es más nítida. Así mismo, desde el fondo de la caverna, la francesa percibe lo que parecen ser miles de voces enfebrecidas entonando un cántico blasfemo. El horror late cada vez con mayor intensidad en el corazón de Juliette que, demasiado atenta al final de la travesía, no es consciente de que lleva un buen rato caminando sobre arena de playa. La mujer suelta un grito de espanto cuando su secuestrador la hace tumbar la esquina y le muestra el final del camino.

Una alta cámara de roca iluminada por un centenar de velas y antorchas se alza tétrica a la vez que majestuosa sobre las cabezas de una veintena de individuos encapuchados y cubiertos por túnicas. Ante ellos, una alargada poza natural de agua oscura los separa de una pequeña elevación del terreno sobre el que se encuentra posada una atávica e imponente construcción. Un blasfemo altar de piedra, decorado con coral y conchas y colmado a su alrededor por grotescas ofrendas en forma de cadáveres putrefactos de grandes animales marinos, destaca como punto primordial en la inquietante composición. Y coronando la sacrílega estampa, en la pared, la demencial forma en bajo relieve de un monstruoso ente tentacular preside la ceremonia.

El eco hace que el canto profundo y enloquecido de la congregación multiplique su potencia y lo haga todavía más perturbador. Es tal la sugestión en la que se hallan los individuos que ninguno parece percibir la llegada de Juliette y su captor, aun cuando estos cruzan la muchedumbre y se detienen ante la poza.

Una vez allí, uno de los encapuchados, que por el tono de sus palabras, parece ostentar un cargo de mando en la secta, los recibe con claras muestras de enfado. Tras recriminar al secuestrador de Juliette su tardanza, la francesa cree reconocer al individuo acusador como Rowland MacFie, el encargado de Puerto Llano.

— ¡Inútil, hemos tenido que empezar el rito de Congraciamiento sin la última ofrenda! ¡Cuándo regrese el Hierofante se te va a caer el pelo!

Juliette es obligada a ponerse de rodillas y encadenada nuevamente, esta vez ante la poza y de una cadena húmeda y oxidada que surge de las aguas de esta. En su interior, algo parece chapotear. Tras forzar la vista, la francesa reconoce a una apurada Catherine que trata de mantenerse a flote.

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26/01/2021, 19:51
Narrador

Entre chapoteos, Catherine trata de mantenerse a flote, cuando, de repente, nota en los tobillos la rozadura de algo que le hiela la piel.

Notas de juego

¿Qué hace Catherine? Piénsalo porque la vida le va en ello. Te recomiendo que releeas los últimos posts.

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26/01/2021, 19:57
Catherine Baker
Sólo para el director

Temblando ante aquella mirada Catherine grita angustiada cuando el hombre descubre su mentira y sin miramientos la empuja a aquel pozo donde Annemarie acaba de morir ante sus ojos,sin embargo la anticuario está avisada y en cuanto su cabeza sale del agua nada rauda hacia el foco de luz que la mancha negra no osó tocar

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26/01/2021, 20:09
El Hierofante

Con una rapidez perturbadora, la súplica en los ojos de Walter se torna rabia desmedida y, desbordantes, vuelcan su demencia sobre una desprevenida Eleanor.

— ¡Basta! No hay tiempo para tus amigos y cada vez menos para ti. Mi magnanimidad tiene un límite. No me obligues a mostrarte las consecuencias de ello.

Sin esperar una respuesta, Walter se dirige hacia uno de los candelabros y de una fuerte patada lo estampa contra la pared. El sonido metálico y la pronunciada penumbra que deja ese acto hacen que Eleanor dé un respingo, sobresaltada por la violenta reacción.

— Es hora de que te despidas de ellos y tomes una decisión — sin girarse, el hombre se coloca la máscara y recomponen sus ropajes —. No habrá tiempo para tratar de convencer a nadie.

Nuevamente caracterizado como el temido Hierofante, Walter se vuelve hacia Eleanor y, tras agarrarla con fuerza por las muñecas, la arrastra al interior del pasillo.

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27/01/2021, 17:13
Juliette Moreau

La visión me horrorizaba y no sabía que podía hacer, de la manera en la que estaba encadenada apenas si podía moverme, además, mi cuerpo estaba cansado y se negaba a obedecer mis órdenes. 

Respiré hondo y al visualizar a la pobre Catherine me dije que lo único que podía hacer era chillar, si alguien nos estaba buscando, al menos le guiaría hasta nosotras, era lo único a lo que podía aferrarme en aquel momento.

¡SOCORRO! ¡SOCORRO! ¡ESTAMOS AQUÍ! POR FAVOR, ¡NECESITAMOS AYUDA!

Quizás aquellos fueran mis últimos momentos de vida...

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27/01/2021, 22:36
Eleanor Harris
Sólo para el director

Creía que había podido romper un poco de la coraza que tenía Walter, de entender al niño que se escondía dentro de esas capas y razonar, tal vez salvar su alma, pero aquél cambio tan drástico le hizo saber que no había salvación para él.

Walter, ¡cálmate! – Aun así intentó pararlo, hacerle recapacitar antes de que esa rabia pasara a la violencia, apartándose por puro instinto al creer que el próximo candelabro iba a ser ella pero, ¿sería capaz de llegar a eso? – Escucha mi voz Walter, no hagas nada de lo que te arrepientas.- No luchó contra su tirón, dejando que la llevara hasta fuera de aquella habitación para saber qué estaba pasando.

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29/01/2021, 18:24
Narrador

El mismo infierno parece haberse reunido en ese lugar remoto, alejado de la claridad del día, para glorificar entre sombras a sus perversos patrones y ofrecerles su respeto.

— K’aemn’h kh’rn K’aemn’h kh’r Kaemn’h kh’rmnu. N’ghan-ka fhtagni-kar’n gha’I. V’naa-glyz-zai vnaa­gIy. Zn’a cylth.

La gran bóveda de roca se ve estremecida por los cánticos impíos de los allí congregados que, enfebrecidos por su fe, se balancean de un lado a otro transportados por una ensordecedora enajenación. Pese a no ser más de una veintena de individuos, la furia desmedida que surge de las gargantas de los encapuchados hace titilar con desenfreno las pequeñas llamas de las antorchas que, a duras penas, iluminan la gruta, proyectando sobre las paredes de roca sombras de inquietantes formas. No es únicamente el eco lo que potencia y multiplica por mil la intensidad de las voces. Es la locura en estado puro, canalizada por aquel salmo aborrecible, lo que hace estallar el aire hasta el extremo de, incluso, parecer atentar contra la integridad estructural del lugar.

De repente, de una oscura obertura en la roca situada detrás del blasfemo altar de coral y restos podridos de animales marinos, un individuo encapuchado, de porte regio y ropajes más lujosos que los del resto de sectarios y ataviado con lo que parece ser una máscara que recuerda los rasgos de un grotesco anciano, surge con paso decidido arrastrando por la muñeca a una atemorizada Eleanor que apenas puede mantener el equilibrio.

La mera presencia del ser enmascarado hace que la congregación de dementes estalle en gritos de júbilo que, casi al instante, tras una corta señal por parte del que parece ser su líder, interrumpen para regresar a su cántico, pero esta vez con una intensidad más sosegada.

Gracias a la disminución del griterío, Juliette, que se encuentra de rodillas y encadenada al borde de la poza, es capaz de escuchar con mayor nitidez los gritos de espanto de Catherine que, acurrucada en un rincón de la oquedad de agua, trata por todos los medios de asirse a un saliente. Con temor, ayudada por su posición ventajosa, la cantante es capaz de percibir la presencia de algo que repta en dirección a la anticuaria.

El receso de las voces también es aprovechado por el ser enmascarado que, sin soltar la muñeca enrojecida de la escritora, se dirige con voz cavernosa a sus fieles.

— Iä, iä, Cthulhu fhtagn.

La multitud repite al unísono los extraños vocablos y, para consuelo de los maltrechos oídos de las investigadoras, se hace el silencio en la caverna.

— Que el Soñante, "El que mora en el foso", guie vuestros pasos, hermanos, y no tarde en brindaros la oportunidad de trascender la cruel e hipócrita humanidad que nos somete como a esclavos y nos aleja de nuestro verdadero ser. Ese es mi deseo, el de vuestro servil pastor, el Hierofante.

La voz del ser enmascarado es profunda y retumba contundente contra las paredes de la cueva. No obstante, pese a su más que evidente firmeza, algo en ella denota nerviosismo.

— La herencia del mar es nuestro legado y, como no, nuestro destino. Conseguiremos regresar a él porque un potente vínculo con los seres de las profundidades corre por nuestras venas. Tarde o temprano, queridos hermanos, llegará el momento de reunirnos con nuestros parientes, pese a quién le pese.

El Hierofante da un paso y, sin desprenderse de Eleanor, se coloca tras el altar.

— Como ya sabéis, un miembro de nuestra comunidad, Edward Drake, se ha perdido y estas humanas — el enmascarado señala a la poza donde se encuentran Juliette y Catherine—, que se han dedicado a perseguirlo y hostigarlo con la vileza que caracteriza a los de su raza, se niegan a decirnos donde se encuentra. Es por ello que, como marcan nuestros preceptos, ofreceremos sus almas a "El que mora en el foso", para liberarnos de la mentira y la traición que traen consigo y glorificar a nuestro patrón.

El hombre suelta la muñeca de la escritora y prosigue.

— Por lo que veo, una ya yace en el lecho marino. Sólo faltan dos almas para concluir la ceremonia de Congraciamiento — el Hierofante se gira y observa a Eleanor—. ¿O quizás tres?

Las últimas palabras del líder de la secta suscitan un murmullo en la congregación que no tarda en apoderarse de la cámara.

Notas de juego

Volvéis a estar juntas las tres. Además de narrar vuestras acciones, necesito que:

- Catherine y Juliette hagan una tirada de Idea con un malus de +30.

- Juliette haga una tirada de Descubrir con un bonus de -15.

- Eleanor tome una decisión ;)

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01/02/2021, 17:04
Catherine Baker

La mujer escucha a aquel demente y le parece intuir las figuras de sus amigas y eso hace que las fuerzas vuelvan a ella y luche con más ahínco por sujetarse a aquel reducto de luz en el que se encuentra 

- Tiradas (1)

Motivo: Idea

Tirada: 1d100

Dificultad: 70-

Resultado: 59(+30)=89 (Fracaso) [59]