Partida Rol por web

El exceso de confianza en la fuerza bruta del guerrero y la fe ciega del paladín hace que fallen por mucho, rompiendo el suelo de piedra al no discernir donde empieza la silueta da la funesta dama.

Es deshonroso para un guerrero herrar en un ataque cuando se cuenta con la ventaja de la superioridad numérica, pero lo que mas lamentan los héroes al fallar es la oportunidad que le han brindado ahora al espectro. Pero al parecer la Diosa Fortuna les sonríe y el fantasma sigue sin poder reponerse del daño sufrido, haciendo que su intentona al atacar a Galombor tenga el mismo efecto que el reciente ataque de las dos hachas.

Keyla levanta su arco, carga una flecha, apunta que una gran precisión y vuelve a disparar, justo antes de que la flecha salga del arco, la elfa recita:
- Avandra, que tu poder guié mi flecha.
Y rápidamente suelta su mano de la tensa cuerda del arco para que la fleche intente incrustar se en el fantasmagórico cuerpo de la sacerdotisa de Lloth.
Después da un par de pasos para obtener un mejor angulo de visión para se siguiente ataque.

La elfa es precisa en su disparo, consiguiendo atravesar al fantasma con su arma. La flecha se hunde en espectral cuerpo y, tras unos segundos suspendida en el aire como si el tiempo se ralentizara en el interior del cuerpo, sale dispara por la espalda con la misma velocidad que al principio. Una vez mas el daño físico consigue dañarle.

Leuden un poco mas centrado despues de la cura de su compañero se repone y con un giro de muñeca muy agil atraviesa la capa fantasmagorica e impacta al fantasma por el flanco sin saber muy bien si su ataque le ha podido hacer daño esta vez.

El mago observaba el grupo de gente apiñado frente a la sacerdotisa y empezó a temer que alguno de lso combatientes pudiese pisar y romper el cetro con lo que se concentró, y con un pequeño movimiento de manos y unas palabras desconocidas para la mayoría de los asistentes consigue conjurar su solución. El cetro lentamente se levanta del suelo y parece flotar en dirección al mago, saliendo de la zona concurrida.

Leuden ataca lacerando el costado de la difunta drow. Su ataque impacta en el lugar previsto y según va hundiendo el filo del arma, nota como el ímpetu va refrenandose. El ataque a tenido éxito, pero sigue sin ser suficiente para cortar el lazo que la mantiene atada a ese lugar.

Mientras la trifulca tiene lugar, una fantasmagórica mano se desliza entre los pies de los luchadores para hacerse con la olvidada vara, responsable del enfrentamiento. Rauda, la mano regresa hacia su invocador para entregarle el objeto rescatado.

Keyle se prepara para atacar y vuelve a cargar como antes, solo que esta vez carga dos flechas en lugar de una sola, así que vuelve a tensar el arco para disparar las dos flechas, mientras como la ultima vez vuelve a esbozar un pequeño rezo.
Después se desplaza unos cuantos mas a delante para obtener una mejor visión del combate.

Galombor vuelve a sanar a Leuden. A continuación agarra su hacha de batalla a dos manos y descarga el arma con todas sus fuerzas y su fe.

Galombor posa su mano, ya libre de escudo, sobre Leuden. El pícaro siente como un calor por dentro le reconforta, como si se estuviera calentando en el tan familiar hogar del gremio. El agotamiento y las peores heridas son sustituidas por esta grata sensación.

Tras esto, mientras sobre la cabeza de la espectral dama vuelan los proyectiles recién lanzados de Keyla, el paladín descarga un nuevo y mas fuerte golpe sobre la espectral dama sin causarle el menor daño.

El fantasma de la mujer, consciente de su inminente derrota, intenta imbuir de miedo el corazón de Galombor mostrándole su verdadero rostro, esperando así que el guerrero de Bahamut olvide sus votos y salga corriendo por el miedo.

La voluntad del paladín es mucho mayor a eso y, haciendo un gran esfuerzo, mantiene la posición sin ceder terreno al enemigo de su dios.

Tarmi por fin logra superar su aturdimiento, afortunadamente parece que sus compañeros saben apañárselas y han sido capaces de mantener entretenida a la sacerdotisa mientras él se recuperaba.

El brujo avanza hacia el fantasma y esta vez se mantiene frío y firme cuando el rayo de oscuridad que invoca estalla de lleno contra el cuerpo del enemigo:

Ya eres mía, maldita drow.

El ataque de Tarmi impacta en el inestable cuerpo de la drow. Su magia negra agota la poca energía que la mantenía en el mundo físico. Poco a poco, la sacerdotisa va desapareciendo, volviendo a las sombras que la engendraron. Mientras su cuerpo se disipa como la niebla, la dama emite un llanto nacido de la vergüenza que le produce semejante derrota.

Vuestra es la victoria, sin embargo ella ya estaba muerta y solo es cuestion de tiempo que regrese para terminar lo que empezó...

El muro del fondo se retira para dejar ver, tras ella, un nuevo camino a recorrer tras derrotar a su custodio.

Leuden se deja caer sentado en el suelo y respira hondamente. Tras unos segundos de relajar la mente y los musculos mira a su alrededor y pregunta.

-Estais todos bien?

Su mirada se para tras una pequeña inspeccion a sus compañeros en el anciano, y no es una mirada amistosa, aunque el picaro no le dice nada. (Todos luchando por nuestras vidas y el anciano mas preocupado en el cetro que en ayudarnos, me esperaba mas de él, creia que seria mas sabio, pero es igual que el resto del mundo, solo se preocupan de ellos mismos.)

El anciano respira aliviado ante el final del encuentro, da unos pasos hacia atrás y reposa su cuerpo en la pared. Pensé que de ésta no salíamos.

Cuando Leuden pregunta por el estado de la gente puede observar que sus ojos se clavan en él directamente. El anciano imagina que Leuden le considera culpable de haber despertado a la sacerdotisa. Pues únicamente su mirada es todo lo que recibe del muchacho. Sin embargo, muy lejos de considerarse culpable de algo, el anciano se reincorpora y avanza con paso torpe hacia el nuevo camino abierto ante ellos: Sois grandes compañeros. Comenta agradecido por el combate. Ésta será la primera de muchas pruebas, amigos. Me alegra saber que somos capaces de llegar muy lejos. Este sitio lo merece.

Girándose de nuevo dice: Uy, perdonad, quizá deseeis descansar un poco antes de proseguir.

Cita:

- Si - dice, volviendo a apoyar su hacha sobre el hombro - ni un rasguño, pero tu habrías de cuidar esas heridas pequeñajo.

- Bueno, al menos parece que hemos encontrado una vía por donde seguir, a saber que trampas o magias oscuras nos aguardan. Nada que quitapenas no pueda arreglar - dice dando unos golpecitos al mango de su hacha.

El brujo se queda un momento rezagado mientras recupera fuerzas. Estuvo demasiado cerca, la próxima vez que al viejo le dé por estudiar algo mantendré las distancias, no puedo exponerme de esta manera. Por fin se adelanta y mira el lugar donde momentos antes estaba el odioso fantasma. Menos mal que estaba yo aquí para acabar con él, porque el maldito mago sólo se preocupó de quedarse con el cetro... bueno, ya lo arreglaremos, ahora lo importante es salir de aquí antes de que aparezcan más espíritus.

Si no os importa podríais abrir la marcha, no conviene quedarse mucho tiempo en este lugar. Dice a los más grandes del grupo esperando que pasen delante, antes de colocarse junto al mago.

Cuando tengas un momento podrías dejarme estudiar ese cetro, tengo experiencia manejando ese tipo de objetos, tal vez pueda sacar algo en claro sobre su uso... le comenta sin elevar mucho la voz.

Tras descansar, Leuden se levanta y se acerca a la nueva abertura. Mete la lampara en el camino para ver mejor y comienza a inspeccionar el pasillo en busca de mecanismos peligrosos.