Partida Rol por web

Mientras caminaban y Hamlen se preguntaba si todo el plan saldría aceitado como debía ser, se encontraron con el primer obstaculo. -Mierda... Esto no tenía que pasar- comenzó a revisar el mapa buscando el "error" en el mismo, según lo comentado por Trix y Tharr. Si había un error, tenían que encontrarlo rápido.

Y si esto no estaba como tenía que ser... el droide respondería? Vió como Tharr buscaba y el Jedi también lo hacía. Cada uno a su manera: Tharr usaba los ojos, Kazer entraba en comunión con el ambiente.

Mientras el silencio tensa los ánimos y la caja sigue sin aparecer a pesar de la intensa búsqueda, Kazer medita en trance tranquilamente sin exaltarse. De repente su boca pronunció las palabras:

-La he encontrado.-

Todos os le quedáis mirando mientras mantiene la concentración con los ojos cerrados y, poco a poco, levanta un brazo señalando al techo donde una caja metálica y algo oxidada parece ser la fuente de vuestra búsqueda. 

Había sido incapaz de advertir la presencia de aquella caja, hasta que el monje, que había estado todo ese tiempo con los ojos cerrados, señaló hacia ella. Aquello le hizo sentir desconcertado. Cada vez hacían más cosas extrañas estas personas, pero esta vez consiguió tomárselo mejor, como algo positivo. Miró hacia arriba. La altura no iba a ser un problema, pero tampoco se quería confiar, de hecho, era muy desconfiado por naturaleza.

- Creo que podré subir con el jet pack y desactivarla sin problemas. El mecanismo no será difícil. Pero no sé si es ahora el momento o si tendríamos que asegurarnos primero de que la nave está en su sitio. Si quito el campo de fuerza, es de esperar que salte la alarma en algún lugar.

Quedó un momento pensativo, cavilando acerca de diferentes opciones, pero no llegó a ninguna otra conclusión.

- Por lo pronto, voy a asegurarme de que no está protegida.

Activando los propulsores de su mochila, se elevó para asegurarse de que no hubieran problemas.

Sonrió positivamente ante Kazer y la reacción de Tharr. -Puedo verlo en tu rostro, casi eres un creyente.- dió una carcajada y palmeó la espalda de Tharr.

Miró el mapa, para ver cuanta distancia los separaba del Hangar. -No se si tendríamos que esperar. Recuerda que aun debemos encontrar al droide y tratar con cualquier resistencia que encontremos en el camino.- Observó al resto. -Que piensan ustedes?-

Observas detenidamente la caja y separas algunos restos de porquería que se han quedado pegados a ella con el cuchillo. No parece haber trampas ni dispositivos de alarmas externos aunque un sistema interno, oculto dentro de la caja, solo sería visible si esta se abriera. De todas formas, -¿quien podría estar interesado en colocar una alarma en una caja cubierta de mierda en un túnel de desagüe?-
Esta pregunta te ronda la mente mientras desciendes con el jet pack.

Miró hacia abajo para cruzar la mirada con Hamlen para ver si bromeaba. Eso de que empezaba a ser un creyente era demasiado precipitado, pero esta gente tenía algún tipo de poderes cuyo origen no podía entender. En realidad, sólo había algo en lo que Tharr creía y era en las máquinas. Creía en las máquinas y las grandes cosas que podían hacer. Y no creía demasiado en las personas. De la gente sólo esperaba que buscaran su propio beneficio. 

El jet pack le había propulsado hasta el techo y su búsqueda de trampas fue infructuosa. No era muy lógico encontrar trampas allí, pero era desconfiado y no pensaba adelantarse sin tomar precauciones.

- Voy a abrir la caja y a desconectar el campo de fuerza.

Comentó al resto. Tharr extrajo un destornillador de su cinturón. Portaba un cinturón con algunas herramientas para manejarse con la tecnología que encontrara. El joven nunca confesaría que había reparado todo tipo de cosas. Ellos nunca sabrían las veces que había trabajado manteniendo drones de combate y las ocasiones en las que había reprogramado droides para propósitos inmorales. En su defensa tan sólo podría argumentar que fue obligado a ello. Sin embargo, ahora, tenía la oportunidad de marcharse. Cuando el soldado veía la sonrisa de Lissa y la de los niños, sabía que no podía dejarles aquí. Los matarían, o los convertirían en escoria o en asesinos.

En las alturas, destapó la caja, manteniendo la carcasa en su mano. Tharr fue alterando los controles, apagándolos.

El campo de fuerza se encontraba en el piso superior custodiando la entrada y salida de las naves requisadas en el hangar. Nada sucedió cuando Tharr desconectó el campo. Ninguna alarma saltó, al parecer nadie había notado su ausencia....o podía ser una trampa. Sin subir y conectar los sensores de una nave era casi imposible saber si el campo funcionaba o no.

Continuáis camino hasta el turboascensor de mantenimiento que Teron había marcado en el mapa. Al igual que los otros por los que bajásteis, este era estrecho y solo cuatro apretados podrían entrar sin dejar espacio para maniobras.

El tiempo corría deprisa y una vez desactivado el campo de fuerza era cuestión de tiempo que alguien de control se diera cuenta de ello. 

El joven entonces tomó tierra de nuevo y se quedó a la espera.

- Ya está, podemos seguir. La libertad nos espera.

Dijo al resto del grupo, colocándose cerca de Hamlen. Habían completado el primer paso y ahora venía la parte complicada. Echó una ojeada al grupo de niños, deseando que ninguno tuviera problemas.

- A ver, creo que cuando subamos, los mayores tendríais que tomar a los pequeños. Es posible que haya que correr.

No sabía cómo se habían organizado, pero era mejor no dejar los planes para luego. La jovencita tendría que olvidarse de darle uso a la espada de luz y cargar con uno o dos churumbeles.

Se había mantenido en silencio, pues sabia que cualquier gruñido mas alto de lo normal  alertaría a cualquiera que escuchase. Con una mueca de disgusto ,soportó que los niños le siguiesen aunque  a cierta distancia.

Observó con calma como se desenvolvían los nuevos "amigos", así como la demostración por parte de Kazer de aquellos sus poderes.

- ¿ Gurrow ruoor rooow gruuur ruuuur wooor ruorrr raaarr?- preguntó entre dientes al percatarse de lo rápido y bien hilado que iba el plan mentado. Algo le erizaba su pelaje, pero no llegaba a saber que podía ser. -¿será que no soporto a tanto crío a mi alrededor?- pensó ,devolviendo una mirada agresiva.

Tranquilo Roorh , tenemos que confiar que las cosas que dijo el maestro Teron sean ciertas , no creo que se arriesgara inutilmente . 

Le comentó la Zeltron a su compañero peludo , y ciertamente ella esperaba que realmente fuera algo sencillo y no hubiera problemas para llegar a la nave . Jamás pensaría que su estancia en la luna del contrabandista sería exactamente como la propia luna , de contrabandista ; aunque por un bien mayor en vez de por algún negocio . 

Tus sentidos del olfato se ven obstruidos por el olor de la alcantarilla. Tu oído por el chapoteo de los niños al caminar teniendo que confiar solo en tu vista, la cual, no te indica peligro alguno.