Partida Rol por web

El intercambio de disparos permitía a Hamlen, tendido en el suelo, ver como caían los soldados uno tras otro. El jedi había realizado una increíble acrobacia con su sable devolviendo un disparo mortal mientras Trix utilizaba su pistola bláster para rematar al soldado. Tharr había corrido hacia el soldado disparando su bláster y abriendo orificios negruzcos en la blanca armadura mientras caía y el wookie protegió al jedi como si hubiera contraído una deuda de honor con él.

-¡Mierda!- masculló Hamlem. -Casi me cago con el rugido del bicho ese.-

La mira de su rifle se paró durante una fracción de segundo en el casco del último soldado para dejar, un segundo después, un agujero irreparable.

Los enemigos habían caído rápidamente, lo cual congratuló al soldado y enseguida recuperó la pose erguida - se había agachado un poco para ser un blanco más pequeño -. Guardó el blaster pesado en la funda y miró hacia atrás.

- Ha ido bastante bien. Siento que se hayan centrado tanto en tí, Kazer.

El Jedi estaba bastante herido, pero había sobrevivido, que era lo importante. Todos habían sobrevivido a los disparos y ahora podían examinar lo del campo de fuerza.

- Imagino que habrá que desactivar esta cosa.

Dijo mirando las paredes en busca de la palanca o botón que pudiera desconectarlo. Mientras lo hacía, se sintió bien porque el plan iba avanzando. Los pequeños no estaban exponiéndose a ningún peligro y ellos ahora quizá ganarían un nuevo aliado.

Por fin los soldados de asalto habían caído y respiro aliviado pues estuve muy, muy cerca de ser solo una mancha más en la pared. Me arriesgué y conseguí mi objetivo que fue atraer los disparos para evitar que mis camaradas fueran impactados, pero si no es por la misma Fuerza, no lo habría contado.

Sonrío a las palabras de Tharr y le respondo:

 - "Siempre fue esa la idea y no salió tan mal tampoco."

Me aseguro de que todos estén enteros y luego asiento a las palabras del hombre para indicarle aquella sala con los cristales:

 - "Algo me dice que desde ahí se desactiva y creo que debemos volver a la puerta con contraseña para entrar. Debemos apresurarnos aunque una vez lo hagamos, el peligro será aún mayor. ¿Están listos para continuar? Arriba también habrán soldados."

Miro alrededor para ver si encuentro algo que nos ayude a ingresar a la sala de control, aunque dudo que sea tan fácil como encontrar una nota con la contraseña de la puerta.

Veis como de repente la barrera de energía se desactiva y una joven Lissa Kuy os saluda desde el otro lado de los cristales indicándoos que paséis. Al parecer mientras vosotros estábais ocupados con los osldados ella utilizó el sable láser para abrir la sala de control y apagar la barrera de energía.

Al ver la puerta abrirse, comprobó que la jovencita había conseguido acceder a los controles. Estaba bien que echara una mano.

Hizo un gesto al wookie para que se acercara, pues parecía que tendrían que tomar la delantera. Volvió a arrepentirse por no contar con medpacks, ya que el monje parecía bastante herido.

Tharr se asomó entonces a la siguiente sala, con el blaster pesado en la mano.

La barrera desaparece y fue Lissa quien lo consiguó, por lo que sonrío satisfecho pero a la vez un poco molesto por el riesgo que ha tomado. De todas formas, yo no soy su maestro y no tengo el poder ni derecho para corregir su conducta, la que fue muy útil en este momento, de todas formas.

Siento que no estoy en las mejores condiciones pues estoy muy cansado, pero aun así puedo ir primero, por lo que le digo a todos:

 - "Seguimos como veníamos. Es la forma más segura de avanzar."

La verdad es que mi instinto de conservación me podría mandar hacia retaguardia pero soy un Jedi y no tengo miedo de morir. La Fuerza me guía y si he de perecer, será la voluntad de la misma. No temo a lo que viene pues sé que no existe la muerte, solo La Fuerza.

La forma más segura de avanzar, decía el monje. Pero si estaba casi en las últimas.

- No tenemos medicinas, así que hay que ir turnándose. Deja este sitio para Hamlen o Roorh y entonces podremos avanzar.

El soldado se detuvo, esperando que el hombre entrara en razón.

- Además, se supone que tú eres el que tiene que cuidar a los pequeños. De modo que piensa en ellos.

Hazle caso Kazer ,  Roorh puede encargarse perfectamente de la primera linea . 

Comentó Trix a su compañero para que volviera a una posición más segura ya que de poco serviría que escapasen de ahí si alguno se quedaba atrás sea cualquiera que fuera la situación . 

El enorme wookie enfundó su enorme espadón mientras el resto de su compañeros comentaban el siguiente paso a dar. A punto estuvo de recoger su blaster, el cual había fallado en un encuentro contra los soldados imperiales, pero; finalmente recogió uno de los blasters de los soldados abatidos.

Dejó hablar a sus compañeros, mientras revisaba los cuerpos sin vida de aquellos pobres diablos. En sus tiempos como pirata espacial y carroñero, le habían dejado aquel útil tic de revisar  todo en busca de algo de utilidad.

Su mirada se clavó en Trix cuando esta hablo de que el podía estar en primera fila para proteger al resto. Con una pícar sonrisa, Roorh contestó, aun agazapado en cuclillas:

- Gurruurrr ruuurr rooar rooar ruuur, gourerr...-

Viendo que todos parecen estar de acuerdo en que no debo exponerme más hasta estar un poco mejor, asiento con la cabeza, resignado y me pongo en segunda línea para poder cuidar mejor de los niños.

No me gusta mucho la idea de que otras personas se expongan para protegerme, no es lo que considero es el camino del Jedi, pero no es tampoco bueno negarme a la decisión del resto, por lo que mejor me concentro en recuperarme y cuidarme un poco más.

Avanzo con mi sable de luz encendido y listo, mientras intentamos mantener una formación con la cual defendernos de los ataques enemigos, aunque recuerdo que allá adelante nos esperan unos Siths, que no serán tan fáciles como los soldados de asalto.

No pudo evitar mirar al wookie, pensando dónde había dejado su valor, aunque era divertido saber que también le fascinaba el trasero de la Zeltron. No. Seguramente sólo estaba de coña. 

- Vamos Roorh. Hay que darse prisa.

Volvió a asomarse, preparado por si había que entablar combate.

-Nos os pongáis nerviosos.- Hamlen se levantó del suelo pasando al lado de Rohr que ya estaba manipulando a los soldados despojándoles de sus pertenencias. Preparó su bláster y se adentró en la sala apoyando su espalda contra la pared. Al ver el hangar, una sonrisa, demasiado rígida en el lado cibernético de su cara, afloró a sus labios.

-Vaya, vaya. Estos asquerosos Hutts si que saben como montárselo.-

Al otro lado de la barrera de energía una colección de cargueros, tanto ligeros como pesados se aprestaba a ser escogida para su uso. Eran las naves de contrabandistas cobradas en pago por sobornos, créditos impagados, deudas de juego o simplemente asesinados.

Al fondo una nave familiar aterrizaba en la parte más alejada del hangar y de repente una luz roja comenzó a parpadear al ritmo de una sirena de alarma. Os habían pillado y no había tiempo para escoger la mejor nave.

Para haceros una idea de tamaño:

Había allí un estupendo hangar lleno de maravillas. Algunas llamaban mucho la atención, mientras que otras parecían sólo chatarra, como ese transporte colleriano de enfrente.

- Espero que esa no sea vuestra nave. Bueno, ¿cuál es?

Dijo al grupo, pues no estaba claro que pudieran despegar cualquier otra. El soldado se adentró, mirando si habían más puertas, pero no parecía haberlas. Volvió entonces y miró a los niños.

- ¡Vamos, corred!

Les gritó para indicarles que se dieran prisa. De momento el plan iba bien y podrían rescatar a los pequeños, que era lo único que importaba ahora mismo.

Al entrar al Hangar, veo que hay varias naves pero reconozco de inmediato la nuestra. Sé que debemos tomar esa pues las otras pueden tener códigos o seguridades que no manejamos así que es aun menos seguro que podamos hacerlas volar. Debemos ir a lo seguro, aunque sea un camino más peligroso.

Veo que Tharr pone a todos a la carrera así que voy junto con ellos corriendo pero retrasándome un poco pues no soy piloto y no importa si llego primero pero mi preocupación está con la seguridad de los niños. Me pongo detrás de ellos, en retaguardia y corro junto con ellos mientras intento ver si hay enemigos cerca.

Por fin estábamos todos en el hangar preparados para tomar nuestra nave y largarnos del planeta donde supuestamente íbamos a descansar un par de días y se había vuelto una misión de rescate . 

Es es , la del fondo . 

Señaló la Zeltron a los demás para que supieran cual era la rapaz a la par que contestaba a Tharr , cuando de repente sonó la alarma , parecía que aún quedaba una medida de seguridad que habíamos pasado por alto . 

La alarma nos puso a todos alerta y aunque Tharr nos gritó que corriéramos no era necesario ya que actuábamos por instinto . 

Roorh , abramos camino . Hamlen , en retaguardia con Kazer . 

Dijo rauda a los demás mientras mantenía en alto su blaster preparado para disparar al primer enemigo que se interpusiera delante de ellos pues debía abrirle camino a los niños como fuera posible . 

El enorme wookie se afanó por cargar con todo lo que habia encontrado. Por suerte los cinturones de los soldados eran mas que perfectos para  enganchar a sus hombros y cruzarlos sobre su poncho. Mientras agarraba con decisión uno de los fusiles bláster, escuchó la sugerencia de la zeltron, a la cual respondió con leve asentimiento.

De una zancada, se colocó al lado de Kazer, inspeccionando la zona de manera inquisitiva. El zumbido de su arma recién cargada y dispuesta, se  mezclaba con los pasos  del resto.

- Gruuuur ruuroooor ruur grooor grooarrr -

-Me cagüen...- Cuando la alarma sonó Hamlen estuvo a punto de soltar una maldición delante de los niños aunque se contuvo a tiempo.

-Vamos, deprisa. Dentro de muy poco tendremos más visitas que una Twilek en un put....-Otra vez se contuvo en el último instante.

-Malditos críos.-

Tharr se detuvo un momento, al apreciar que la puerta de salida estaba cerrada. No sabía si la jovencita había visto la palanca, de modo que él mismo se dirigió hacia allí para tirar de ella, o apretar el botón oportuno. No habría ningún problema, ya que no estaban en el espacio.

El soldado se dió una buena carrera, mientras los pequeños le sobrepasaban y corrían todos hacia la nave del centro. Por suerte, su navío tenía mejor pinta que varios de los allí estacionados.