Partida Rol por web

El horror de Kingsbury

1.c - EL APARTAMENTO DE DOLEZAL

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20/03/2019, 00:31
Joseph Miller

Al cuerno el sigilo y todo el plan. Era disparar o dejar que esta basura humana huyera por la escalera de incendios. Ahora las sirenas nos dan apenas un par de minutos para salir de aquí antes que debamos explicar muchas incomodidades y enfurecer al sheriff.

Entonces decidido doy la vuelta, por detrás de Dolezal, para rápidamente situarme a espaldas del borrachín y descargar un fuerte golpe con la culata de mi pistola. Un golpe seco y veloz en su nuca será suficiente para dejarlo inconsciente y que pueda actuar.

Si el borracho es noqueado actuaria de la siguiente forma.

- No hay tiempo. Salgan por la ventana - diría- que el “rey de África” viene a ayudar. ¡Rápido! - ordenaría sin dar demasiadas explicaciones mientras rápidamente ejecutaría mi plan. La llegada de Leon no podría ser más oportuna.

Limpiando mi arma de todas mis huellas con un pañuelo luego quitaría todas las balas menos la usada para dispararle en la pierna. Después, utilizando el pañuelo como un guante, haría que Dolezal empuñara el arma para dejar la misma en el suelo junto a él. Ahora el arma tendría sus huellas.

Con algo de suerte, la borrachera de Dolezal y nuestra rápida salida, la policía podría pensar que fue culpa de él. Y de camino a la salida guardaría en mi bolsillo la tarjeta de Lester´s...

- Tiradas (1)

Notas de juego

gasto los puntos necesarios para noquear a Dolezal.

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20/03/2019, 07:23
Lilian Myers

Por desgracia Lilian no parecía haber sido demasiado convincente ante el agente de la ley. Parecía más bien una loca asustada que se acababa de inventar cualquier cosa  por tal de un poco de protagonismo o de enterarse de lo que estaba sucediendo allí. Más valía la pena que la tomasen por chismosa que por un elemento de trataba de obstruir a la justicia, pues en ese caso, muy posiblemente acabaría pasando la noche entre rejas y ya sin duda alguna no podrían visitar el Lester's. No al menos esa noche.

Lilian tragó saliva y miró hacia su compañero. Él no lo estaba haciendo mucho mejor. Es decir, había captado la atención de los agentes, eso estaba claro y lo había hecho mucho mejor que ella, pero lo que también era evidente es que si no deponía su actitud, la cosa podía pasar a mayores y el que podía acabar arrestado era él. A las malas, los dos pasarían la noche en el calabozo, puede que sus otros tres compañeros también, no sabían realmente dónde estaban o que estaban haciendo.

Sólo esperaba que no pasara así. No le hacía ninguna gracia compartir celda con adictos, maleantes y otros rufianes de poca monta. Así que empezó a rezar en voz baja a su dios Jesucristo, pues era algo a lo que recurría siempre que las cosas se torcían más de la cuenta y esa, sin duda podía llegar a ser una de aquellas ocasiones. Con un poco de suerte, sus plegarias serían oídas y dios les sacaría de aquel apuro.

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20/03/2019, 09:31
Leon B. Wilson

Leon continuó con su pantomima, haciendo fuertes aspavientos hacia el camión que tenía delante. Era una huida hacia delante, por irónica que resultara la expresión. En un breve instante, lanzó una mirada a Lilian e hizo un gesto sutil con la cabeza, indicándole el interior del edificio. Todo sin parar de tocar el cláxon como si no hubiera mañana.

El sonido le taladraba el cerebro como el correr de unos niños en el suelo en el piso de los vecinos en una mañana de domingo. Tanto, que empezó a creerse su propia historia de que aquel camionero del demonio había ocupado su plaza de aparcamiento...

Notas de juego

Intenta avisar tú a nuestros compis, a ver si tienes más suerte xD

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20/03/2019, 13:36
Alice McMillan

Alice había pensado en todo y al llevar los guantes puestos, la mantenía ajena de una escena que de momento sería difícil encontrar las huellas suyas, aunque seguramente la Estación de Policía se estaría comunicando con ella para hacer el barrido de pruebas y demás. La gracia de pertenecer al Departamento Forense. 

No obstante ya cuando Joseph noquea a Dolezal tras decir lo importante, la mujer ataviada siempre tan elegante sale por la ventana cumpliendo con las indicaciones del experto en la materia. No tenía ganas de dar demasiadas explicaciones a la policía y al ser esto una investigación de puertas cerradas, lo mejor era mantener el anonimato todo lo que se pueda. 

- Vamos William, lo ayudo. - afirma al coger el brazo de su compañero, así pueden salir de allí. Al menos tienen un lugar, otra pista para seguir. 

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21/03/2019, 14:20
William A. Taylor

El claxon de un coche se sobrepuso sobre las extrañas palabras del señor Dolezal, las cuales llegaron a sorprender a todos los presentes. Era lógico que en el Bullicioso Tercero reinara la Ley del más fuerte y recordó aquellas palabras que le dijo hace mucho tiempo su sargento en su rápida instrucción para la Gran Guerra. -Recuerde recluta, en el frente o te aclimatas o te aclimueres.- El señor Taylor miró aquella perforada pierna y estuvo dispuesto a apostar porque ese pobre hombre no se iba a ver favorecido por la selección natural. Efectivamente, habría roto la banca de cualquier casino de la mismísima Atlantic City porque lo siguiente que aquel desgraciado sintió fue el culatazo de la pistola de Miller en su cráneo.

Era realmente extraño que la policía hubiera tardado tan poco en llegar a este barrio de mala muerte y eso hizo sospechar al anticuario. Quizás los policías no sean de los buenos, ni siquiera de Ness. Podrían ser corruptos al servicio de la mafia o de alguien peor y eso desde luego les hacia ver que había que marcharse ya. Ambos investigadores parecían tener un excesivo celo en preparar la escena como si estuviéramos asistiendo a un accidente o suicidio pero algo fallaba. Justo en el momento en que la señorita McMillan le agarro del brazo para salir el viejo sonriente le preguntó: -Muchas gracias Alice, ¿no cree que es un poco sospechoso que el señor Dolezal se haya hecho así mismo un torniquete con tanta perfección y maestría?-

Poco importaba la vida de Dolezal. William esperó la acción de la forense y a continuación salieron por la ventana para tomar aquella escalera de incendios que si bien les llevaba de nuevo a aquel deleznable callejón, también era su única salida. Sus huellas no estaban recogidas en ningún fichero policial pero aún así el señor Taylor se aseguró de no haber tocado nada y menos al salir por la ventana y bajar por las escaleras.

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21/03/2019, 15:15
Alice McMillan

Al estar pendiente de tantos factores a la vez y siendo una situación demasiado nueva para la Doctora, solo fueron las palabras de aquel hombre tan sabio, lo que en parte le hicieron reaccionar sobre el asunto del torniquete. 

- Y cuánta razón tienes. - afirma la mujer mientras corre hacia el lugar donde se encuentra Dolezal, solo para quitar el torniquete, dejando toda la herida al descubierto, pensando que este en su intento de hacérselo, cayó antes inconsciente. 

- Tendré que acostumbrarme, lo sé. - responde al regresar, ya dispuesta a salir. 

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21/03/2019, 16:12
Lilian Myers

¡Es ese hombre! - Señaló a Leon. - ¡Le digo que tiene un arma! ¡Estoy casi segura! - Volvió a gritar tratando de que sus compañeros escucharan su voz y salieran del edificio alertados, aunque lo cierto era que ni siquiera sabía si seguían en el interior. - Iré a refugiarme allí... - Dijo casi en un susurro y se encaminó hacia la puerta del bloque de Dolezal tratando de introducirse en su interior y de esa manera encontrar a sus compañeros y advertirles de la presencia de Ness.

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21/03/2019, 23:07
Guardián

El agente se detiene mientras escucha a Lilian, sin embargo, cuando esta termina de hablar la mira con suspicacia. Alza un momento la vista y la devuelve a la joven. 

- Perdone señorita, pero voy a tener que pedirla que se marche. No se preocupe por mi compañero, está perfectamente capacitado para encargarse de la situación. A usted la recomiendo que vuelva a casa. Buenos días – 

Lillian se abalanza sobre él y a voz en grito insiste en que el hombre del vehículo tiene un arma lo que agota la paciencia del policía. 

- Señorita, si no deja esta pantomima me veré en la obligación de detenerla por obstrucción a la justicia. ¡Váyase a casa! – 

Y tras despedirse de manera seca, se introduce en el portal. Sin saber que hacer Lilian le sigue, hablando en voz alta mientras indica que vuelve a casa. 

Por su parte, el otro agente parece estar también perdiendo la paciencia. 

- Muy bien caballero, voy a tener que pedirle que baje de el vehículo. Despacito y con las manos donde pueda verlas. YA – 

Tras dar la orden, ves que se lleva la mano a la culata del arma reglamentaria. 

Notas de juego

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21/03/2019, 23:07
Guardián

Os quedais sin tiempo por lo que, dispuestos a no dejar pruebas que pudieran incriminaros y facilitar una explicación a la escena, Joseph golpea a Dolezal en la cabeza lo que hace que este pierda el conocimiento, quedando medio recostado en el sofá. Rápidamente, limpia las huellas y sitúa el arma en sus manos para dar la impresión de un intento de suicidio. Ha sido una suerte contar con su arma sin registrar, aunque lamenta que tenga que desprenderse de ella. 

Cuando están a punto de salir por la ventana, William observa que el torniquete sigue hecho y así lo hace saber, por lo que la doctora lo retira velozmente. Entonces sí, os encamináis a la ventana. Cuando Alice y William han salido, oís como alguien llama a la puerta. 

- Policía, abra la puerta - 

Comenzáis a descender rápidamente la escalera hasta que finalmente llegáis a la calle al tiempo que ois que los golpes en la puerta se intensifican. Os aproximáis al final de la calle donde veis que, frente al edificio, está Leon, dentro de su vehículo, discutiendo con un policía en un claro intento por distraerle. El policía parece nervioso y le veis llevarse la mano a su arma. A vuestra espalda, la calle sigue descendiendo, permitiéndoos desaparecer. No veis rasto de Lilian. 

Notas de juego

Acordaos que tanto Alice como William estan heridos, sobretodo la herida de Alice puede ser más dificil de explicar.

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22/03/2019, 14:52
Lilian Myers

Aquello se les estaba yendo de las manos. Si lo que pretendían era que no arrestasen a sus compañeros, consiguiendo que fueran ellos los arrestados no iban a avanzar demasiado. Lilian pensaba que ya habían hecho suficiente por que el resto del grupo les oyera. Si no les habían escuchado todavía era porque muy posiblemente no estuvieran allí. Con lo cual, lo mejor era retirarse a tiempo. 

Lilian miró a Wilson con cierto nerviosismo. Esperaba que no hiciera ninguna tontería. Ninguna más de las que ya había hecho más bien. Tampoco había cometido un crimen, quizás una desobediencia a la autoridad o puede que le acusaran de alborotador, pero poco más... una simple multa o una advertencia iba a ser la más probable de las consecuencias de aquellos actos. Lilian se mantuvo a la espera de ver como acababa todo aquello. 

Sólo esperaba que su imposibilidad de ver una salida óptima para todos, no le fuera a salir muy cara, ni a Leon ni a ninguno del resto de sus compañeros, aunque a decir verdad, era el señor Wilson por quien guardaba una mayor respeto y admiración y por quien estaba ahora realmente preocupada. Esos pensamientos le llevaron a decidir que tenía que hacer algo.

Se acercó al vehículo conducido por el señor Wilson y carraspeó. 

El señor está un poco nervioso... - Dijo la periodista. - Creo que le conozco. ¿No es usted el barbero de la calle ochenta y siete? - Le preguntó a Wilson. - ¿Por qué no se serena un poco y busca aparcamiento en otro sitio? - Le preguntó. - ¡El agente tiene mejores cosas que hacer que perder el tiempo con usted! - Le recriminó.

- Tiradas (1)
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23/03/2019, 21:18
Joseph Miller

Al ver el vehículo de Leon y su eventual problema con la policía decido actuar, teniendo en cuenta las heridas de mis dos compañeros.

-Mierda. Menudo problema va a tener el reportero por su espectáculo. – indico al señalar con la cabeza a Leon  y al policía a punto de arrestarlo.

-Sigan calle abajo, sin llamar la atención. Mi automóvil está aquí y va a llamar la atención. Intentaré que Wilson salga airoso. Nos vemos en el punto de encuentro. – añado.

-Toma esto. No es bueno que lo tenga encima- digo a Alice al darle la placa de policía que el Sheriff me dio en la comisaria y todo lo que llevo encima del departamento de Dolezal. Lo último que necesito es que un poli novato me registre y encuentre la placa.

Espero un momento a ellos, por si tiene algo que añadir antes que salga de la oscuridad del callejón y me acerque al automóvil del reportero.

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23/03/2019, 23:54
Alice McMillan

Un tanto adolorida por la herida que lleva en el hombro, simplemente deja escapar un pesado suspiro cuando descubre que la complicación llega hasta ese punto donde están expuestos. Asintiendo ante las palabras que Miller ofrece, seguramente desde la experiencia, prefiere fingir que se tratan de una pareja con William para salir cogida del brazo de aquel hombre así se encaminan por el callejón alterno. 

- Está bien, la cuidaré. - responde a Joseph mientras su mano se aferra al brazo de Taylor, apoya su rostro sobre el hombro de éste mientras la forense susurra desde la cercanía a su compañero. - Nos toca fingir un poco, seremos pareja hasta pasar desapercibidos. Actúe con normalidad, quizás echemos unas risas cuando todo pase. - comenta al dedicarle una mirada significativa a los ojos, sólo para iniciar el camino que largo en su proceder, tocaba transitar para pasar desapercibidos. 

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25/03/2019, 09:24
Leon B. Wilson

Wilson sabía perfectamente que ese era el fin de su pantomima, pero no podía abandonar así como así, todavía debía seguir interpretando su papel.

- ¿Qué demonios...? Está bien, agente - dijo saliendo del coche, con un tono algo más conciliador pero todavía enfadado, como si eso supusiera un horrible cambio de planes que aceptaba a regañadientes - Mire, soy así, ¿sabe? a veces me pongo un poco nervioso, eso es todo. Y sí, señorita, la última vez que lo comprobé era barbero. Precisamente por eso ando tan cabreado, ¿ha circulado usted desde la 87 hasta aquí en hora punta? ¡No me diga que eso no le saca de sus casillas!

El periodista, con las manos en alto, miró de soslayo a Lilian, con una expresión entre cómplice y aterrorizada.

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27/03/2019, 11:06
Guardián

Haciendo caso de Josehp, tomáis los objetos que os da, le apuntáis la localización a la que os dirigís y os alejáis de allí, con idea de poner rumbo a la Tienda de William. Como una pareja enamorada, camináis serenamente para no llamar la atención y parece funcionar pues la gente no parece reparar especialmente en vosotros salvo para esquivaros cuando quieren pasar a vuestro lado. Por una vez, la individualidad de la ciudad juega a vuestro favor.

Cuando consideráis que os habéis alejado lo suficiente, toca encontrar la forma de llegar hasta la tienda del anticuario. Buscáis esperanzados un taxi, pero la ilusión se rompe pronto al comprender que solo un taxista loco entraría en una zona pobre como aquella. Sin embargo, comprobáis que cerca hay una parada de bus que, tras revisar su recorrido, William indica que os dejaría relativamente cerca.

Apenas esperáis un par de minutos antes de ver aparecer el vehículo y tras pagar un par de billetes, os alejáis de aquella zona, cambiando el paisaje de suciedad y edificios ruinosos por otro más bullicioso, moderno y lleno de vida. Os bajáis cuando el anciano lo indica y tras un breve paseo por una calle secundaria, veis el escaparate de una tienda que William confirma como suya.

Una vez dentro, toca esperar a la llegada del resto. La herida de Alice ha dejado de sangrar hace rato, pero se ve bastante sucia.

Notas de juego

William, como es tu tienda no he querido dar descripción de esta para que seas tu quien la describa por dentro y por fuera. ¿En que matáis el tiempo hasta que llegue?

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27/03/2019, 11:07
Guardián

El policía, con la paciencia agotada, voltea a Leon y lo lanza contra el vehículo. Por el fondo de la calle aparece Joseph caminando hacia el dúo y el policía. Lilian a su lado intenta ayudar a su compañero, pero el agente no parece dispuesto a capitular.

- Señorita, siento si conoce a este caballero, pero mucho me temo que se ha buscado un buen lio. Si quiere ayudarle avise a cualquier familiar que tenga y… -

De pronto un silbido llama la atención del agente y todos os giráis hacia el origen de este. El compañero acaba de salir del edificio con cara de urgencia mientras insta al otro con la mano que vaya corriendo.

- Mierda. De acuerdo, no se mueva de aquí hasta que tengamos una charla –

Y veis como se va a la carrera y tras intercambiar dos palabras con su compañero, se internan ambos en el edificio dejándoos solos en la calle.

Notas de juego

¿Qué decidís? ¿Os quedáis? ¿Os vais? Si os vais ¿Se habrá quedado el guardia con vuestra matrícula?

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27/03/2019, 17:26
Lilian Myers

- ¿Joseph? - Preguntó. - ¡Vamos, dinos que sucede! - Exclamó entonces Lilian. 

Su intención no era otra que la de salir corriendo detrás de los agentes por tal de adivinar lo que estaba sucediendo en el interior. No es que le importara demasiado la integridad física del resto de sus compañeros, al único que le tenía aprecio de verdad era a Wilson, pero al fin y al cabo, si les había sucedido algo, tenía que ayudarles. 

¿Dónde están los otros? - Le preguntó.

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27/03/2019, 21:34
Joseph Miller

Justo cuando estaba repasando mentalmente un discurso que sirva para el policía de turno sucede lo que temía. El otro llama a su compañero, lo cual deja a Leon libre de futuros aprietos con la ley. Al menos por el momento.
Al llegar al vehículo del reportero me acerco a ellos y, bajando el ala de mi sombrero, me dirijo a ellos sin perder de vista la entrada del edificio.
- Sucede que hay que desaparecer ahora mismo, en este instante, antes que vuelvan los polis. Los tres ya estuvimos con Dolezal y ahora toca escapar. ¡Rápido, nos encontramos en el sitio de encuentro! ¡Los sigo en mi coche!- advierto para luego ir hacia mi vehículo y salir tan rápido como sea posible sin llamar la atención.

Notas de juego

Móvil

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28/03/2019, 09:31
Leon B. Wilson

Leon asintió al policía con tanta convicción que él mismo se pensó que quedaría esperando a que volviera. Obviamente, eso estaba lejos de sus intenciones. Antes de que Miller empezara su advertencia, Wilson ya estaba entrando en el vehículo. Si alguien como el detective le advertía que había que marcharse corriendo, no había tiempo para sutilezas. No sabía si la jugarreta de la bocina y el policía había servido de algo, pero no podía dejar a sus compañeros en la estacada. Lilian y él habían colaborado como habían podido y ahora tocaba largarse.

- Mierda, nos han identificado, aunque al menos no conocen nuestros nombres. A veces, es una desventaja ser tan guapo - bromeó con su compañera - me consuelo con pensar en un barbero de la 87 que no va a pasar un buen rato cuando le interroguen para pedirle explicaciones. ¡Síganos, Miller! - añadió, haciendo señas a través de la ventanilla del coche.

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30/03/2019, 16:52
William A. Taylor

-Ya hemos llegado. Aquí está mi pequeño tesoro. Adelante querida.- William abrió la puerta del establecimiento cuya fachada era de madera bien tratada y con unos enormes ventanales que permitían a la luz penetrar e iluminar una amplia colección de antigüedades desde mobiliario de estilo Luis XV hasta armamento de la Guerra de la Independencia Norteamericana. En lo alto del escaparate había un cartel con letras góticas que ponía Taylor's Antiquary y en el interior se encontraba un hombre joven, rubio, de buen aspecto; que anotaba en una libreta con letra cuidada direcciones y nombres. Éste levanto la cabeza al ver como la puerta se abría y al ver que era el dueño del lugar sonrió y dijo con dulce voz:-Buenos días Señor Taylor. Esta mañana tuvo dos llama...- Al ver a una mujer acompañando al viejo anticuario el joven frunció levemente el ceño, borró su sonrisa de la cara y anuló la dulzura en sus palabras. -...das. La secretaria del concejal Roberts llamó muy interesada para ver si disponíamos de vajilla de Sévres de la época del Primer Imperio Francés, su mujer al parecer ha leído sobre Josefina y se siente atraída por esta época. Luego llamó el empresario O'Sullivans. Sí, otra vez.- William resopló con fastidió. Cerámica francesa de hace 100 años y japonismos no era lo que mas le apasionaba dentro del amplio abanico de la historia y su trabajador lo sabía, así que antes de que el anticuario dijera nada el dependiente se le adelantó. -No se preocupe. Ya me ocupé de todo. Envié a la residencia del concejal nuestro catalogo de cerámica francesa y al segundo le dije por quinta vez que de momento no tenemos ni conocemos a nadie que pueda conseguirnos una espada samurai de inicios del periodo Edo.- Ahora, el suspiró fue de alivio. -Gracias, Jonathan.- dijo el señor Taylor muy agradecido de haberle evitado esos tramites. Parecía que con sus palabras intentaba suavizar algún tipo de tensión entre ambos, pero Jonathan se mantenía estoico. Durante segundos la tensión se podía cortar en el ambiente, Jonathan echo una mirada de arriba a abajo a la mujer y luego miró a William. El rostro del dependiente finalmente se relajo y sonriente dijó:

-Ya llego.-

-¿Cuándo? ¿Hoy?-

-Esta mañana.-

-¿De verás? ¿Dónde está?-

-Ya sabe donde.-

El vigor recorrió el cuerpo acelerado de un hombre que por su edad quizás era mejor que no se excitase tanto. Aunque si bien es cierto que este era uno de los momentos en los cuales William se sentía sin sus miedos del pasado y vivo de verdad. El anticuario cruzó la puerta que llevaba a la trastienda olvidándose de todos los presentes. Pasó por un largo pasillo en el que dejo una puerta a ambos lados. Una llevaba a su despacho y otra a una espectacular biblioteca. Al fondo se encontraba otra puerta, el señor Taylor sacó un pequeño manojo de llaves y con una de estas la abrió para pasar a un autentico museo de antigüedades. 

Notas de juego

Continuará :S

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30/03/2019, 19:41
William A. Taylor

Al entrar en aquella enorme sala, los presentes contemplaron una espectacular colección de antigüedades provenientes del Antiguo Egipto, de Mesopotamia, de Grecia y de Roma. En las numerosas estanterías se podían ver cerámicas áticas del 500 a.C. mostrando en figuras rojas y negras los variados relatos mitológicos del mundo griego. A su vez, se podían contemplar varias estelas funerarias romanas donde aparecían los nombres de hombres y mujeres muertos hacía 2000 años e incluso varias cabezas de emperadores romanos. En la sección egipcia contaba con varios vasos canopos donde los antiguos egipcios conservaban las vísceras tras ser extraídas de la momia, aunque si había algo espectacular era un sarcófago con un rostro realista pintado siguiendo el estilo de El Fayum. Pero si había algo que le apasionaba al señor Taylor y que se encontraba anclado a una de las paredes era un relieve asirio del gran rey Asurbanipal cazando leones. De hecho, justo al entrar y antes de dirigirse a la caja que le esperaba con aquello tan ansiado dirigió una mirada rápida hacia el relieve admirando su belleza.

William se paró delante del paquete y lo depositó con mucho cuidado encima de una mesa supletoria que había justo en el centro. Lentamente empezó a retirar el embalaje de una caja en la que se podía leer en grandes letras "FRAGIL". Finalmente, aquel hombre lo tocó, lo vio, lo olió y viajó 3500 años atrás imaginándose en el esplendoroso palacio minoico de Knossos bebiendo vino del Mediterráneo en su kylix tras haberlo recibido de aquel espectacular rhyton que sujetaría un joven cretense. Pero, ¿qué era un rhyton? Un increíble recipiente que actuaba como jarra y que en el caso de Creta solían tener formas de animales y estar lujosamente decorados. Aquel, tenia forma de cabeza de toro y a pesar del paso del tiempo conservaba su policromía. William completamente ido, contemplaba en silencio cada parte de aquella imagen milenaria. Con los ojos como platos miro a ambos presentes y les pregunto. -Acaso no es algo maravilloso.- La señorita McMillan le miraba, sus ojos azules fríos recordaron a William porque estaban allí. -Debemos de trabajar.- Con mucho cuidado volvió a depositar el rhyton en la caja. -Jonathan, ¿podrías buscar una estructura adecuada para colocar nuestra nueva obra de arte, por favor? Aunque primero, te agradecería que nos trajeras el té a la biblioteca. La forense McMillan y yo estaremos trabajando en ella durante un tiempo. ¡Oh! Disculpad, olvidé las presentaciones. Este joven es Jonathan, doctorando en Asiriología de la Universidad de Cleveland y elemento indispensable a la hora de que esta galería funcione. Ella es Alice McMillan, ya te había hablado de ella en alguna ocasión. Recuerdas cuando te conté que me ayudó en la autentificación de aquella momia andina el año pasado.- Al identificar a la extraña, Jonathan se confió y relajó mucho más. Tras comprobar que no era una rival, asintió con la cabeza y marchó a hacer lo encargado. -Cuente con ello señor Taylor.-

William dejo unos instantes más que la señorita McMillan disfrutara de aquel lugar para después dirigirse a la puerta, abrirla e invitarla a salir. Una vez fuera volvió a echar la llave, asegurándose en varias ocasiones de que la puerta estaba cerrada. El siguiente paso era la biblioteca así que allí se dirigieron. Una vez dentro, ambos se sentaron relajados y tras sacar las fotos del sobre y colocarlas encima de la mesa William le contó a McMillan todo aquello que tenía pensado buscar en aquel lugar. -En primer lugar, creo que deberíamos de investigar ese extraño glifo primitivo que tiene tatuado el hombre que aparece en las tres fotografías. Justo en esa estantería tengo varias monografías que tratan cuestiones antropológicas especialmente vinculadas con varias de las tribus que aun quedan en África, América y Oceanía. En el caso de que no apareciese nada podría hacer algunas llamadas a amigos, profesores de Harvard y Oxford, a ver que opinan. Si conociéramos que significado tiene el símbolo quizás pudiéramos saber algo más sobre el supuesto asesino. En segundo lugar, este cuadro que aparece en la segunda fotografía claramente pertenece al futurismo. Menudos chalados. El líder de ellos, un idiota llamado Marinetti, llegó a publicar en el diario parisino Le Figaro un manifiesto en el que glorificaban la guerra y la industria mientras atacaban a los anticuarios y arqueólogos. Yo no siento tal repulsión por ellos y creo que tengo un catalogo en uno de estos cajones llenándose de polvo, es probable que identifiquemos este cuadro y gracias a mis contactos marchantes de arte sabremos dónde puede estar en la ciudad. Y en último lugar, necesito una lupa, aquí está.- El señor Taylor tras abrir un cajón de su mesa, saco una gran lupa y contempló ahora con mejor detalle el bajorrelieve de la tercera fotografía esperando saber que estaba representando. En ese instante se acordó de que el sobre no solo contenía las fotos así que sacando otro pellizco de cocaína en su meñique se lo frotó por las encías de nuevo. Todavía algo quedaba y compartir es vivir, así que se lo ofreció educadamente a su interlocutora. De repente, William recordó la herida del hombro de Alice. -¡Oh! Discúlpeme. Quizás prefiera mejor ver como está su herida. Acompáñeme, justo aquí tenemos un baño.-

Notas de juego

EDITO: oops. Me acabo de dar cuenta de la herida de Alice. Corrijo final del post.